Pedro Echeverría V.
1. El ejército y el gobierno son instituciones que sirven para
defenderse mutuamente y, al mismo tiempo, a todos los órganos del
Estado. Éste nació como un aparato de dominación de una clase social
minoritaria que, para mantener sus privilegios frente a los reclamos del
90 por ciento del pueblo, ha necesitado crear una ideología de
dominación, leyes a su servicio e instituciones de persecución y
castigo. Por ello ejército y gobierno, abogados, policías y cárceles,
son instituciones de Estado.
2. La prensa informa que menos del 10 por ciento del pueblo apoya al
gobierno de Peña; eso quiere decir que cuando el pueblo se rebele
fácilmente eliminará a su gobierno; pero han pasado muchos siglos para
demostrar que es muy difícil: ¿Por qué? Simplemente porque al pueblo lo
mantienen dominado por una ideología que no le pertenece porque está
contra él. Primero la familia, luego la iglesia, ahora los medios de
información, le han metido en la cabeza, en los huesos, un pensamiento
de sumisión, obediencia, disciplina, orden, que debe acatar.
3. Es una mentira absoluta decir que es necesario un ejército, una
policía o un gobierno. El pueblo puede organizarse y vivir sin ellos
porque en su vida diaria va comprendiendo que es mejor vivir en
colectividad y en igualdad; que es posible producir y dividir con
equidad el producto del trabajo y vivir solidariamente ayudándose unos y
otros. Que si la producción baja todos se sacrifican y si sube todos
gozan. Pero en la sociedad capitalista y en las anteriores nunca fue
posible porque el gobierno y el ejército han protegido siempre a la
minoría.
4. Para que exista una sociedad igualitaria, que es la única
realmente humana, es indispensable eliminar la explotación y que todos
los seres humanos cumplan como trabajadores productivos. Señalan los
estudiosos que si todos laboraran bastarían con tres o cuatro horas de
trabajo para cubrir las necesidades de todos. Y si así fuera, no abrían
desempleados, pobres y miserables, pero tampoco ricos, con gigantescos
capitales contabilizados en Forbes, tampoco lucha de clases a las que
gobierno, ejército y policías busquen reprimir.
5. Así que el “jueguito” del gobierno y el ejército de defenderse
mutuamente ha sido siempre muy claro; ambos se necesitan para defenderse
de las luchas del pueblo. ¿Para qué se necesita a un ejército, una
marina, si casi nunca hemos estado en peligro de guerra o de invasión
extranjera? Que pongan fábricas de comida, de vestido, de muebles, de
reparación de hogares, para los casi dos millones de militares con todo
ese enorme presupuesto que se dilapida para imponer disciplina y orden
en una sociedad que ha sido siempre respetuosa cuando se le respeta.
6. En alguna ocasión López Obrador –el papá de los políticos
electorales- encabronado gritó: “al diablo las instituciones”. Brinqué
de alegría porque me parecía que iba por buen camino. Las pinches
instituciones son organismos burocráticos que impiden el libre
desarrollo de la gente. Las reglamentaciones que salen de ellas son
impuestas de manera autoritaria, sin consultar a nadie, y sólo tienen el
objetivo de reprimir. ¿Qué son las leyes, las cárceles, “las
instituciones” de justicia, el gobierno, el ejército, sino instrumentos
de dominación y control creadas por el Estado? (30/III/17)
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