Por
Beatriz Pereyra
Margarita
Zavala, deseosa de la Presidencia, convocó a los deportistas de élite
mexicanos. Ellos le hicieron saber que la actual gestión de la Conade ha
sido desastrosa: los recursos les son escamoteados, no se ve rumbo, los
resultados no llegan. La esposa del expresidente Felipe Calderón no se
cansó de prometer que, en caso de que ella regrese a Los Pinos, volverán
los buenos tiempos… El problema es que durante el calderonismo también
imperaron la mediocridad, el amiguismo y el caos. De hecho, en el
sexenio pasado se perdieron 3 mil 700 millones de pesos destinados al
deporte.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El idilio entre
deportistas de alto rendimiento y el director de la Comisión Nacional de
Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo, llegó a su fin. En
un encuentro con Margarita Zavala, aspirante a la candidatura
presidencial por el PAN, un grupo de atletas –incluso quienes han sido
muy cercanos al funcionario– cuestionaron el trabajo de Castillo, se
quejaron de sus desatenciones y clamaron por que regresen los tiempos en
que los panistas dirigían el deporte nacional.
Una veintena de
deportistas y exdeportistas se reunieron el jueves 23 con Zavala en las
oficinas de Dignificación de la Política, la asociación civil que
preside. En el jardín del inmueble, ubicado en la colonia Del Valle, la
aspirante a la Presidencia de la República agasajó a los atletas con un
desayuno.
Después los invitó a compartir sus propuestas para
mejorar el deporte. Aunque ni siquiera ha asegurado la candidatura
presidencial por su partido, Zavala ya piensa en diseñar, de la mano de
los atletas, el programa con el que, aseguró, conseguirá “los mejores
resultados de México en los Juegos Olímpicos”.
Pero más que
propuestas, deportistas y exdeportistas aprovecharon el foro para
desahogarse. Cada uno contó las malas experiencias que ha atravesado,
las ocasiones en que ha pedido ayuda de la Conade y recibió un “no” por
respuesta “porque no hay dinero”; los atletas subrayaron los vicios
añejos del deporte nacional, como la falta de capacitación de
entrenadores y metodólogos, la ausencia de médicos y fisiatras en
competencias y los programas de activación física cojos, que se
constriñen a “30 minutos de actividad y no a un estilo de vida”.
También
cuestionaron los cambios al formato de la Olimpiada Nacional porque
algunas categorías menores fueron eliminadas, la ausencia de respaldo
por parte de los empresarios mexicanos, los atletas juveniles que no
tienen oportunidades porque “no han ganado nada” y deportes que siguen
siendo invisibles, sin importar que formen parte o no del programa
olímpico.
Zavala se regodeó cuando escuchó frases como “se les
extraña” y “cuando estaban ustedes nos sentíamos acompañados”, en
alusión al sexenio de Felipe Calderón, su esposo, como presidente.
“Ojalá haya un cambio muy grande”, dijo la subcampeona olímpica Aída
Román. “Necesitamos un director de la Conade que sepa lo que está
haciendo”, soltó la nadadora paralímpica Doramitzi González. La sonrisa
de Zavala se extendía.
El lanzador de martillo Diego del Real,
cuarto lugar olímpico en Río 2016, le pidió que al llegar a la
Presidencia alinee a los organismos deportivos, pues cada uno persigue
distintos objetivos. “El Comité Olímpico jala para los Juegos Olímpicos;
la Conade, pues no sé lo que busquen, la neta; los estados, la
Olimpiada (Nacional); el Condde (Consejo Nacional del Deporte), la
Universiada. Uno jala para un lado, y el otro, para otro lado”.
El
saltador sonorense Luis Rivera incluso le propuso un proyecto para
promover el voto a través de la cultura física y que no sólo aproveche
la imagen de los deportistas de alto rendimiento. Lamentó que las
propuestas que le ha hecho al presidente Enrique Peña Nieto no han sido
escuchadas.
Entre los asistentes estuvieron la raquetbolista Paola
Longoria, los arqueros Aída Román (plata olímpica en Londres 2012) y
Juan René Serrano, la tiradora Alejandra Zavala (cuarto lugar en Río
2016), las nadadoras Nuria Diosdado y Karem Achach (11 en Río 2016) y
otras cuatro integrantes del equipo de nado sincronizado, los jugadores
de bádminton Lino Muñoz y Cinthya González; la multimedallista
paralímpica Amalia Pérez y los remeros en retiro Patrick Loliger y
Analicia Ramírez, entre otros.
Nuria Diosdado fue una de los 12
que tomaron la palabra. No dudó en externar su apoyo a Zavala: “Yo voy
con usted, soy su admiradora. En este sexenio no tenemos la puerta
abierta para hablar de nuestras dificultades”.
La nadadora contó
que, de hecho, el jefe de mantenimiento les acababa de avisar que en los
próximos días disminuirá la temperatura de la alberca del Centro
Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR)
porque no hay gas y tampoco dinero para pagarlo.
“En el CNAR se
hacen eventos donde se gastan millones nada más para poner una alfombra.
Ahorita queremos ir a competir y no nos mandan porque no hay dinero.
Necesitamos viajar como los grandes para tener resultados de grandes,
pero no nos dan lo que necesitamos y nos piden estar en el Top 8 del
mundo. Creen que mandarnos a entrenar es despilfarrar, y como no somos
medallistas olímpicas, no nos dan. No nos están dando lo necesario para
ganar”, criticó la atleta.
Diosdado se refería a la presentación
de las Academias Conade que se realizó el pasado martes 7. Ahí, Castillo
anunció que se erogarán 150 millones de pesos para desarrollar deportes
como voleibol, artes marciales mixtas, tenis, beisbol y boxeo, y otros
300 millones más para remodelar el CNAR y convertirlo en un centro de
entrenamiento “de clase mundial”.
El acto, que se extendió durante
tres horas, fue una presentación lujosa en la que fueron contratados
como anfitriones los comentaristas David Faitelson, de ESPN, y Roberta
Rodríguez, de Claro Sports, y se invitó como embajadores a deportistas y
exdeportistas profesionales que viven en distintos estados y fuera de
México. A todos se les pagó el viaje. La organización del evento estuvo
en manos de la empresa de marketing deportivo Moveo Lab. Todos los
gastos corrieron por cuenta de la Conade.
Cambio de política
Cuando
en abril de 2015 Alfredo Castillo llegó a la Conade, Nuria Diosdado y
el equipo de nado sincronizado fueron de los primeros atletas que le
dieron la bienvenida. En cuestión de días, el servidor público les
entregó uniformes y equipamiento nuevo. Las deportistas se descosieron
en halagos.
“Este tipo de apoyos nos hace sentir que tenemos un
respaldo, que están al pendiente de uno, cosa que antes no veíamos. Sin
duda está interesado y al pendiente de las noticias que día a día
existen con mis compañeros atletas y eso te hace sentir que tienes a
alguien al frente preocupado por ti y que busca llevar este ciclo de una
muy buena manera”, dijo Diosdado en mayo de 2015.
Casi dos años
después, el sentimiento de Diosdado es distinto. La administración de
Castillo pasó de aplicar la política de puertas abiertas a la de
cerrazón. Una vez concluidos los Olímpicos –la competencia internacional
que más reflectores acapara–, y con Castillo ratificado como director
de la Conade a pesar de los escándalos, los atletas pasaron a segundo
plano, sin considerar que 2017 es el inicio del ciclo olímpico.
“Me
siento decepcionada y poco escuchada. El año pasado lo que pedíamos se
nos daba. Ahorita es luchar contra corriente. En cuestiones en las que
los atletas no nos deberíamos meter tenemos que presionar, porque vemos
que las cosas no fluyen. Nosotras vamos a pagar el viaje del fisiatra
porque con uno no nos alcanza para las 12 del equipo. Lo saben y no hay
reacción. Nos dicen que no hay presupuesto pero te das cuenta de que el
dinero está metido en otros lados y no realmente en lo que debería, que
es que un equipo multidisciplinario viaje completo.
–¿Por qué dejaron de tener todo en este año que hay Mundial? –se le pregunta.
–El
año pasado por los Olímpicos había un poco más de interés, pero no sólo
hay que estar ahí cuando hay una competencia importante. Este año que
no hay “nada” se pierde la importancia del atleta. Nosotras apoyamos que
llegara, nos pareció correcto que limpiara las federaciones, pero no lo
hizo con todas y ahí empezó la disyuntiva: ¿lo hace realmente por
mejorar el deporte o sólo por cubrir algo? Yo no tengo problemas con la
Conade ni con Alfredo, lo único que busco es que se tomen las mejores
decisiones para los atletas, y más en los deportes que damos resultados.
No tenemos medalla olímpica, pero venimos de un lugar 16 del mundo,
hace ochos años, a estar en el Top 8.
–En las Academias Conade se
está gastando en deportes profesionales. ¿Estás de acuerdo en que el
dinero se ponga ahí cuando hay otros organismos que ya se encargan del
deporte profesional?
–Para eso sí hay dinero. Hay deportes, como
nado sincronizado, a los que nadie les apuesta y, si no es por el dinero
gubernamental, no se ve. Qué bueno que se abran estas academias, pero
por qué para deportes que ya están muy posicionados. No me parece bien
que se gaste tanto dinero en este proyecto.
–¿Favorece el
lucimiento político estar con campeones de box, jugadores de Grandes
Ligas o tomarse fotos con el tenista español Rafa Nadal?
–No sé.
Mandar a niños al extranjero para que entrenen con Nadal aunque el tenis
no es un deporte que ha dado resultados… Ojalá que salgan atletas muy
buenos, pero ¿por qué reducir el presupuesto a deportes que van
subiendo?
–¿Qué se rehusó a darles la Conade previo al Mundial de natación?
–Pedíamos
de dos a tres competencias y sólo tendremos una. Para esa pedimos ir
con todo el equipo multidisciplinario: doctor, fisiatras, psicólogo,
preparador físico, que por primera vez tenemos uno y hemos visto
resultados. Él ya compró su boleto para irse a Japón en abril con
nosotras porque la Conade no lo pagó. A ese equipo le prometieron un
sueldo y ya se los bajaron. Estaban presupuestados dos campamentos, pero
la Conade dijo que no nos va a dar ninguno. Son campamentos de
aclimatación que debemos hacer previo a las competencias. No es lo mismo
entrenar aquí. Cada una de nosotras estamos buscando los medios para
conseguir el dinero porque no vamos a detener la preparación. Si no me
dan lo que necesito y al final no cumplo con el resultado, yo soy la que
paga las consecuencias y sufro represalias.
La esposa de Felipe
Calderón afirmó ante los atletas que los principales problemas en el
deporte, como en otros ámbitos, son la corrupción, la impunidad, la
falta de transparencia y la no rendición de cuentas.
Olvidos a conveniencia
“Es
increíble que la Conade no tenga nada que ver con la educación física y
que en las escuelas públicas todo se reduzca a hacer tablas
gimnásticas”, afirmó. “La impunidad genera corrupción porque hace que no
pase nada. No pasa nada cuando le niegan la posibilidad de ayuda a un
deportista, a nadie le reclaman nada porque a alguien no le llega (el
dinero público).”
A Zavala se le olvida que justamente a los dos
directores de la Conade durante el sexenio calderonista –Carlos
Hermosillo y Bernardo de la Garza– no les pasó nada cuando fallaron con
el objetivo primordial de combatir el sedentarismo –que aumentó entre
personas con sobrepeso y obesidad–, y los programas de activación física
fueron puestos en manos de amigos sin experiencia que, como era
previsible, no entregaron resultados.
El primero no sufrió
consecuencias cuando pagó con cheques sin fondos los premios económicos a
los medallistas de Beijing 2008 y al segundo tampoco se le inició un
procedimiento administrativo por haber entregado millones de pesos a
estados y municipios para infraestructura deportiva sin cumplir con las
Reglas de Operación del Programa Deporte.
De la Garza tuvo en sus
manos 5 mil millones de pesos que la Cámara de Diputados etiquetó para
obras. La falta de seguimiento y supervisión por parte de la Conade
ocasionó que muchas de esas obras no se concluyeran, otras ni siquiera
se empezaron y esos recursos fueron desviados. Aunque la ley lo prohíbe,
estados y municipios que no comprobaron los recursos asignados
siguieron recibiendo partidas millonarias para la ejecución de proyectos
dudosos (Proceso 1879).
De la Garza se valió de ardides para
burlar las leyes y obtener beneficios personales. Uno de ellos consistió
en crear fideicomisos (a los cuales, sólo en 2009, transfirió 446.8
millones de pesos) con estados urgidos de recursos para infraestructura,
a los que les canalizó sumas millonarias, con lo cual se evitó el
subejercicio presupuestal. Este esquema violó la Ley Federal de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y su reglamento, así como el
Presupuesto de Egresos de la Federación 2009, que claramente indica que
las dependencias y entidades del sector público no pueden constituir
fideicomisos públicos para evitar el subejercicio de recursos.
Los
artífices de este desaseo del presupuesto público fueron De la Garza y
sus colaboradores, entre ellos el exsubdirector general del Deporte,
Jaime Gutiérrez Jones, y su amigo Manuel Portilla, subdirector de
Cultura Física en ese entonces, mismo cargo que sigue ejerciendo con
Alfredo Castillo.
A fin de evadir las Reglas de Operación, De la
Garza trianguló recursos; condicionó la transferencia de recursos de los
Programas de Infraestructura Deportiva Estatal y Municipal, así como
del Bicentenario, a que los beneficiarios (los estados) adjudicaran de
manera directa al Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur),
entidad del gobierno federal que durante el sexenio de Felipe Calderón
adjudicó de forma directa obras por miles de millones de pesos, entre
ellas la Estela de Luz.
No había alternativa: el estado que
quisiera recursos federales para infraestructura deportiva debería
operarlos con el Fonatur. Esta imposición molestó a muchos de los
beneficiarios, ya que ese organismo no sólo prestó un mal servicio, sino
que subcontrató a las empresas que Bernardo de la Garza le indicaba, de
tal suerte que los procesos licitatorios fueron obviados y las empresas
locales no pudieron participar en la construcción de la infraestructura
deportiva de sus estados (Proceso 1801).
Para marzo de 2013, los
expedientes de casi 82% de las obras de infraestructura deportiva
programadas entre 2009 y 2012 permanecían abiertos. Sólo 197 expedientes
de un total de 1089 que abrió De la Garza estaban cerrados. El daño
patrimonial ascendía a 3 mil 738 millones de pesos, que la Conade no
pudo recuperar (Proceso 1898).
Este reportaje se publicó en la edición 2108 de la revista Proceso del 26 de marzo de 2017.
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