Autor:
Érika Ramírez @erika_contra
La violencia feminicida en México eleva su alerta al nivel máximo. El asesinato de mujeres se duplicó en los últimos 3 años. Las menores de edad, el blanco más vulnerable. Sólo el año pasado se registraron 81 feminicidios contra niñas y adolescentes.
El pasado 3 de febrero se activó la
alerta AMBER Michoacán para localizar a Josely M, una niña de 11 años
que se encontraba en un evento público, en la comunidad de Tarimbaro, de
aquel estado. La pequeña vestía con una blusa blanca de puntos negros,
un pantalón rosa y calzaba zapatos tipo escolar. A las tres de la tarde
se le perdió el rastro.
La madrugada siguiente, su cuerpo
delgado fue hallado inerte en el domicilio de un conocido. Reportes de
prensa indican que se trataba del hermano de su padrastro, quien había
atacado sexualmente a la niña y la había asfixiado. Josely es el
ejemplo de que ser mujer representa un riesgo para la vida, en México; y
ser mujer menor de 17 años incrementa el peligro.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del
Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), revelan que 2018 cerró
con 834 víctimas de feminicidio, más del doble de las registradas en
2015, cuando la cifra ascendía a 407 víctimas.
Juan Martín Pérez García, director
ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim)
alerta sobre el incremento de los feminicidios infantiles, sin que
exista una política estado eficiente para su atención y prevención.
“En 2016 los feminicidios de niñas y
adolescentes crecieron 6 por ciento, respecto a 2015; 22.6 por ciento en
2017, respecto a 2016; en 2018, el incremento porcentual es de 32.3 por
ciento respecto a 2017”, expone el experto.
“El ritmo de crecimiento de los
feminicidios de las niñas y las adolescentes es más acelerado respecto
al de las mujeres de 18 años y más”, comenta el integrante del Consejo
Consultivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF,
por su sigla en inglés), capítulo México.
El feminicidio es “una violación grave a
los derechos humanos de las mujeres, así como una de las
manifestaciones más extremas de discriminación y violencia contra ellas.
“El odio, la discriminación y la
violencia tienen su expresión por medio de las formas brutales en las
que los cuerpos de las niñas, adolescentes y mujeres adultas son
sometidos, y de esta forma se evidencia el odio y desprecio hacia
ellas”, indica la Guía metodológica para la elaboración de peritajes
antropológicos, psicosociales y socioculturales en casos de feminicidio
en México, del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Este clima de violencia ha dejado
“desolación; tristeza; dolor; hogares vacíos; madres, padres, hijos,
hijas, en el desamparo. Por eso, es importante entender por qué somos
organizaciones que llevamos muchos años trabajando para que cese la
violencia contra las mujeres y se garanticen los derechos humanos de las
niñas… se trata no solamente de feminicidios sino de desaparición de
mujeres y niñas”, dice María de la Luz Estrada, fundadora y coordinadora
del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Crece el feminicidio infantil
En las redes sociales se compartía la
imagen de Camila, la primera niña en desaparecer en 2019. Sus padres la
perdieron de vista la víspera del año nuevo. Ella se divertía, como
muchos pequeños, afuera de su casa con juegos pirotécnicos.
Contaba con nueve años de edad y era
habitante de Valle de Chalco, Estado de México, entidad que ocupa el
primer lugar en feminicidios en todo el país. Su cuerpo fue hallado, sin
vida, durante las primeras horas del primer día del año, en un lote
baldío cercano a su área de juego.
Su nombre ha ingresado a las listas de
centenas de mujeres que son asesinadas cada año en el Estado de México.
Justo en 2018, esta entidad tuvo los mayores niveles de violencia
feminicida, con 14 asesinatos; le siguió Chihuahua con 10 feminicidios
contra niñas y adolescentes, y finalmente Nuevo León con ocho homicidios
por razones de género, indican las cifras del SESNSP.
Los registros institucionales indican
que no hubo mes en que no ocurriera un feminicidio cometido contra
menores de edad (en un rango de cero a 17 años). El mes más terrible
para las niñas y jóvenes fue julio, cuando se registraron 10
feminicidios.
Datos del SESNSP revelan que le sigue
junio, con nueve feminicidios en menores; en mayo, septiembre y octubre,
hubo ocho, respectivamente; en enero, febrero y agosto, seis, cada mes;
en tanto que en marzo, abril, noviembre y diciembre, hubo cinco
feminicidios, por el mismo periodo.
Juan Martín Pérez García, director
ejecutivo de la Redim expone la delicadeza del tema: en el país hay 3.6
niños asesinados por día y cuatro desaparecidos, consecuencia de una
crisis de derechos humanos en el país; “lo que significa que el Estado
mexicano y sus instituciones no tienen la capacidad de proteger la vida,
integridad y libertad de sus habitantes”.
Un segundo elemento, explica Pérez
García en entrevista, son las altas tasas de impunidad, “por cada 100
delitos denunciados, en las carpetas de investigación, sólo tres
alcanzan algún tipo de sentencia, sin analizarlas en términos de
calidad”.
El tercer elemento, añade el titular de
la Redim, tiene que ver con la “falta de políticas de Estado. Tenemos un
nuevo gobierno que está reinventando al país por completo y todo lo que
se medio ha avanzado en años anteriores, con muchas dificultades, queda
borrado de un día a otro”.
Los municipios con más feminicidios
Los feminicidios en menores de 17 años,
se enmarcan en un contexto de violencia contra la mujer, que dejó un
saldo de 834 víctimas de feminicidio, según cifras oficiales.
En este contexto, el informe Información sobre violencia contra las mujeres (Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1), del SESNSP, ubica 100 los municipios en donde las autoridades han registrado mayor número de feminicidios en el país.
La larga lista la encabezan cinco
municipios: Juárez, en Chihuahua, 28; Culiacán, Sinaloa, 28; Monterrey,
Nuevo León, 19; Acapulco de Juárez, Guerrero, 14; y Ecatepec de
Morelos, Estado de México, 14.
Los municipios donde hubo menos
registros de estos delitos, fueron: Taxco de Alarcón,
Tlacoachistlahuaca, en Guerrero; Pachuca de Soto, Tepeji del Río de
Ocampo, Tizayuca y, en Hidalgo; así como El Salto, Jalisco, con dos
feminicidios en cada uno, durante 2018.
María de la Luz Estrada Mendoza,
fundadora y coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del
Feminicidio, comenta que hay un reconocimiento de que las alertas de
género “han sido un mecanismo de materializar, proteger y garantizar el
derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, pero se requiere
de la voluntad política de entrar de fondo a lo que está generando estas
expresiones, estas agresiones y violencia extrema contra la mujer”.
Añade que se “han creado las medidas, lo
que no se ha podido y ha sido la batalla es cómo se están implementando
y eso requiere de una atención urgente de las 18 declaratorias en los
17 estados del país”.
Para la defensora de derechos humanos,
el Estado ha invisibilizado y reducido el feminicidio al grado que “del 4
por ciento de los asesinatos de mujeres que se reconocen como
feminicidio, la mayoría están ubicados en el ámbito familiar, dejándolos
en la impunidad. El resto, se cometen en el ámbito comunitario por
diversas estructuras criminales, estamos hablando de bandas delictivas,
grupos mucho más estructurados.
“Vemos un contexto de simulación de las
autoridades, al no tener datos reales, al querer disfrazar crímenes,
invisibilizan”, asevera Estrada Mendoza.
En alerta por violencia contra las mujeres
“La alerta de violencia de género contra
las mujeres es un mecanismo de protección de los derechos humanos de
las mujeres único en el mundo”, expone el Instituto Nacional de las
Mujeres (INM) en su portal.
En el Estado de México, primer lugar en
feminicidios, 11 municipios cuentan con alerta de violencia de género:
Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca de
Lerdo, Chalco, Chimalhuacán, Naucalpan de Juárez, Tultitlán, Ixtapaluca,
Valle de Chalco y Cuautitlán Izcalli.
De la información oficial se desprende
que el estado con más alertas es Michoacán, con 14, en los municipios:
Morelia, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Zamora, Apatzingán, Zitácuaro, Los
Reyes, Pátzcuaro, Tacámbaro, Hidalgo, Huétamo, La Piedad, Sahuayo y
Maravatío.
En tanto que Veracruz, se declaró con
alerta de violencia de género el 13 de diciembre de 2017, “por agravio
comparado a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial”.
En tanto que hay procedimientos de
solicitud de alerta en Campeche, Ciudad de México, Coahuila, Durango,
Jalisco, Oaxaca, Puebla, Yucatán y Zacatecas, indica el INM.
Alerta AMBER
La Alerta AMBER (sigla en inglés de
America’s Missing: Broadcasting Emergency Response) es un sistema de
notificación de menores de edad desaparecidos. Cuando se reporta la
desaparición de un niño o una niña, la declaratoria de la Alerta AMBER
ejecuta un plan de acción entre autoridades y sociedad para recuperar al
menor de edad desaparecido. Se aplica en aproximadamente 20 países
desde 1996.
La sigla AMBER originalmente hizo
referencia a Amber Hagerman, una niña de 12 años de edad, víctima de
secuestro y asesinato en enero de 1996, en Texas, Estados Unidos.
El sistema basa sus acciones bajo la
premisa de que las primeras horas, luego de una desaparición, son
vitales para recuperar a los desaparecidos. Por ello la alerta se emite
lo antes posible y es transmitida por diversos medios como televisión,
radio, mensajes de texto, correo electrónico, pantallas electrónicas,
redes sociales, entre otras; a fin de poder llegar al mayor número de
personas posibles.
Cada país e incluso cada estado o municipios cuentan con sus propias normas de activación.
Érika Ramírez
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