Ricardo Raphael
Enrique Peña Nieto es el único mandatario a quien no se le retiró la pensión: al parecer sus cargos como funcionario público, gobernador del Estado de México y presidente de la República, le permitieron un retiro muy digno.
Desde hace más de un año Peña rentó una residencia en uno de los fraccionamientos más exclusivos de Madrid, consiguió que también se mudara a vivir a esa ciudad su médico personal, lo mismo que el general de división que fuera el jefe del Estado Mayor durante su mandato, así como el antiguo director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
Demasiadas coincidencias para explicar con el mero argumento del azar:
Hacia finales del año 2017, faltando más de doce meses para que dejara de ser presidente, Enrique Peña Nieto adquirió una propiedad en uno de los fraccionamientos más exclusivos y caros de Madrid, conocido como La Finca, en Pozuelo de Alarcón.
El ex mandatario mexicano es ahora vecino de los futbolistas Cristiano Ronaldo, Zinedine Zidan y del periodista Juan Luis Cebrián. Las propiedades en La Finca se cotizan entre las más lujosas de España y prácticamente ninguna otra zona urbana exhibe mayor exceso.
Es en este lugar, situado al noroeste de la capital española, donde presuntamente vive ahora Enrque Peña Nieto, en compañía de su nueva pareja sentimental, la modelo Tania Ruiz Eichelmann.
Coincide que, hace también poco más de un año, Eugenio Imaz Gispert, ex director del Cisen, recibió un encargo difuso dentro de la embajada de México en España, pero con sueldo de marqués. Según el escalafón de la Secretaría de Relaciones Exteriores, este funcionario, ratificado por la nueva administración, ingresa alrededor de 7 mil euros mensuales, es decir 151 mil pesos, sin que sea posible esclarecer sus funciones específicas.
Otro ex funcionario próximo a Peña Nieto, quien también se mudó a vivir a Madrid recientemente, es el general de división Roberto Miranda Moreno; se trata del último jefe del Estado Mayor Presidencial, quien dejó ese puesto el 30 de noviembre.
No pasa desapercibido que el principal responsable de velar por la seguridad de Peña Nieto, cuando era presidente, haya sido asignado a un puesto geográficamente tan próximo a la residencia de su ex jefe.
La última de las coincidencias cósmicas es la mudanza del doctor Rubén Drijanski Morgenstern, también a la ciudad de Madrid. Se trata del mismo internista que, en el año 2013, operó a Enrique Peña Nieto de una delicada dolencia en la glándula tiroides.
Durante toda la administración anterior fungió como su médico particular y, para suerte del ex presidente, la vecindad en España no romperá con la relación médico-paciente.
Don Enrique tiene una fortuna envidiable: en caso de aburrimiento, ahora que le sobra el ocio, cuenta con que puede llamar a Imaz o a Miranda, para jugar, por ejemplo, una partida de golf con sus ex colaboradores.
Ambos gozan de generosos sueldos a cargo del erario federal y pues es difícil suponer que tales nombramientos se debieron sólo al mérito propio.
Pero la intriga más oscura es otra: ¿será también el Estado mexicano quien paga al internista Rubén Drijanski por su estancia en España? ¿O se trata de una casualidad más?
Desde que se diera a conocer la relación sentimental entre Enrique Peña y Tania Ruiz las redes estallaron en comentarios de todo tipo; luego vino el anuncio de Angélica Riviera a propósito de su deseo por divorciarse: eso fue la apoteosis.
Sin embargo, el tema no sólo tiene que ver con una nota del corazón. Hay demasiadas coincidencias que, sumadas, dan la impresión de una coraza bien diseñada, y desde hace tiempo planeada, para blindar de cualquier descalabro al ex presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Zoom: si Echeverría, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón se quedaron sin pensión, ¿por qué no sucedió lo mismo con Enrique Peña Nieto?
Ricardo Raphael
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