Por: Teresa C. Ulloa Ziáurriz*
La
semana pasada se llevó a cabo una Conferencia Mundial para celebrar el
30 Aniversario de la Coalición contra la Trata de Mujeres –
Internacional (CATW por sus siglas en inglés). Fue una reunión
inspiradora que fortaleció los lazos de amistad e intercambio entre
abolicionistas de todas las regiones del mundo, desde África, Europa,
Asia, Norteamérica y Latinoamérica y el Caribe, con toda la fuerza y la
potencia de las voces de las sobrevivientes, sus propuestas, sus
historias y la autoridad moral para reivindicar la abolición de la
prostitución, la pornografía y cualquier forma de mercantilización del
cuerpo de las mujeres.
Como ha quedado demostrado a lo largo de la historia, el movimiento
feminista es abolicionista, a pesar de que ahora estén tratando de
reducirlo a una postura moral. Para las abolicionistas la prostitución y
la pornografía son formas profundamente violentas con las que el
patriarcado controla la vida y la sexualidad de las mujeres. Yo no he
visto una mejor forma para apoyar al neopatriarcado y al neoliberalismo,
que reconocer la prostitución como supuesto “trabajo sexual”, lo que
significaría que los gobiernos ya no tienen que preocuparse por generar u
ofrecer opciones de trabajo dignas para las mujeres, sólo para los
hombres.
Y hablando de trata y prostitución, al hacer un análisis de los
verbos rectores del delito de trata: captación, transporte, traslado,
acogida o recepción, ninguno describe las acciones típicas o verbos
rectores de cualquier forma de explotación, que en el delito de trata es
el fin, pero que por lo menos, en el derecho romano son actividades
ilícitas que cada una tiene sus propios verbos rectores.
Y es así como esos fines pueden ser otros delitos tipificados en las
normas internas, por lo que esos delitos deben juzgarse por concurso
real, esto es, una pena se debe acumular sobre la otra, por cada uno de
los delitos cometidos, incluso, delincuencia organizada. Esto
significaría que la trata termina cuando empieza la forma de explotación
a que se va a someter a la víctima.
Lo que debe quedarnos claro es que la trata es el medio para surtir
el mercado de la prostitución, la pornografía y los vientres de
alquiler. Por eso, cuando hay trata o hubo captación, transporte,
traslado, acogida o recepción, no debemos utilizar el término de
prostitución forzada, porque al final, el Protocolo de Palermo establece
que cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios, entre los que
destaca el abuso de una situación de vulnerabilidad, como pobreza
extrema, falta de oportunidades, entre otras, el consentimiento no se
debe tomar en cuenta.
Y viendo que la Asamblea de Madrid para la Huelga del 8M por mayoría
conformaron una Comisión para denunciar el intento de infiltración del
lobby proxeneta dentro del movimiento feminista y para levantar la voz
contra la mercantilización de los cuerpos de las mujeres en la
prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler, pensé que eso
mismo deberíamos estar haciendo nosotras en México, especialmente cuando
se está tratando de modificar el Artículo 4º. Constitucional, para que
diga:
… “Toda persona tiene derecho a la sexualidad, a decidir sobre la
misma y con quien compartirla, a ejercerla de manera libre, responsable e
informada, sin coerción o violencia, así como a recibir la educación
integral correspondiente.
Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de la personalidad y a
la autonomía reproductiva, así como a decidir de manera libre,
responsable, informada y segura sobre tener hijos o no, con quién y el
número e intervalo de éstos, así como a recibir servicios para acceder
al más alto nivel de salud sexual y reproductiva. Esto incluye la
reproducción asistida, así como la prevención, investigación, sanción y
reparación de daño por esterilización involuntaria o de cualquier otro
método anticonceptivo forzado”...
Lo que significa que están sentando las bases en el primer párrafo
para legalizar la prostitución y la pornografía, que en México no está
prohibida, pero tampoco está legalizada, existen leyes y bandos
municipales que la reglamentan y lo que está penado es la trata y el
proxenetismo. Pero aún peor, se eleva a garantía constitucional la
sexualidad y a decidir con quién compartirla…
Y en el segundo párrafo se sientan las bases constitucionales y se
reconoce como derecho la libre autonomía reproductiva y el más alto
nivel de salud sexual y reproductiva incluye la reproducción asistida.
Viendo el panorama que tendremos que enfrentar las mexicanas, creo
que este año, también nosotras tenemos que lograr un 8M abolicionista,
que debemos levantar la voz por la abolición de la explotación sexual y
reproductiva de las mujeres, sobre todo de las que se encuentran en
mayores niveles de pobreza y exclusión social. Elegir no puede ser no
tener opciones u oportunidades.
Elegir, no puede ser haber sido reclutada por seducción o engañada con promesas falsas de trabajo o matrimonio.
Afortunadamente, cada día crece más el abolicionismo en México y lo
mejor es que son abolicionistas jóvenes, militantes del feminismo
radical, del feminismo socialista y del feminismo de la diferencia, lo
que nos reaviva la esperanza de tener un 8M abolicionista y poder
derrotar las intentonas reglamentaristas del lobby proxeneta y del
liberalismo que hoy prevalece entre los políticos mexicanos y
representantes populares.
*Directora de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y
Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC por sus siglas en inglés).
Twitter: @CATWLACDIR
Facebook: @CATWLAC
CIMACFoto: César Martínez López
Cimacnoticias | Ciudad de México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario