Julio Hernández López: Astillero
La más delicada de las decisiones a tomar en el PRD tal vez en toda su historia (precisar el nombre de su candidato presidencial en un contexto altamente adverso y con marcados riesgos de división irreversible) se encamina este fin de semana a un aparente final feliz en el que no habría ruptura y sí la potenciación electoral de la izquierda mexicana.
Para llegar a ese umbral positivo se desechó el método de las elecciones directas y abiertas, que tradicionalmente han sumido al sol azteca en pantanos de deshonra englobados en el término cochinero, y se prefirió la vía de las representativas encuestas de opinión a segmentos ciudadanos en general. Es evidente que el procedimiento elegido reduce por sí mismo las posibilidades de repetir los usuales espectáculos de marrullería interna sublimada, pero no está allí la clave real del probable desenlace exitoso (las encuestas son fundadamente consideradas en varios ámbitos de esa izquierda partidista como formas utilizadas mercantilmente por elites políticas para acomodar a su gusto presuntas tendencias que luego son machaconamente utilizadas como guión de convalidaciones por medios de comunicación alineados con esas estrategias simuladoras). De terminar sin rupturas este ensayo demoscópico, la parte más significativa de ese logro habría correspondido a los dos contendientes, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, tal vez más al primero que al segundo.
Ebrard arrancó y ha caminado con expectativas desfavorables en el corto plazo respecto de la candidatura presidencial (todas las estimaciones sobre tendencias de voto para candidato presidencial del PRD lo colocan en segundo lugar, tajantemente en cuanto a militantes del sol azteca y en menor proporción entre votantes en general) pero, en razón de su edad, Marcelo cuenta con la firme posibilidad de acumular capital político para aspirar sensatamente en 2018 a una segunda oportunidad fortalecida. Si no tuviera enfrente a un personaje de tanto peso político como es el tabasqueño, el actual mandatario capitalino sería la carta única de la izquierda electoral en estos momentos. Ha hecho una tarea meritoria de gobierno, ha impulsado notablemente el rubro del desarrollo social (aunque en el último tramo se hubiera desprovisto del ejecutor principal de esa política, Martí Batres), ha enfrentado con dignidad los embates del alto clero católico a causa de matrimonios y abortos y, para efectos de pragmático posicionamiento mediático, ha cumplido con una agenda táctica que le ha llevado a portadas de revistas del corazón y a programas estadunidenses como el de Martha Stewart.
Pero éste no es el tiempo de Marcelo Ebrard. No mientras persistan dos percepciones fuertemente arraigadas en ese ámbito de la izquierda declarada y de los ciudadanos sin partido, pero con el corazón cargado a esa misma izquierda. Por una parte, la convicción de que López Obrador es el único líder social con base y proyecto suficientes para intentar de nuevo, en condiciones muy difíciles, mucho más que en 2006, la recomposición nacional a partir de una visión que expresamente privilegie a las mayorías populares y no al reducido círculo empresarial y político que hasta ahora ha mantenido el poder. Y, por otra parte, no por cálida y pasional menos atendible, el hecho de que a ese mismo aspirante a una segunda candidatura le fue arrebatado su triunfo en 2006 mediante una conjunción de fuerzas e intereses que hoy pretenden cerrar nuevamente el paso a cualquier opción de reformismo popular, concentrada hoy esa conjunción en promover la llegada de Enrique Peña Nieto, asumido éste como un garante de continuidad de lo injusto pero con careta partidista distinta, o bien atentas esas fuerzas e intereses a las maniobras peligrosas de última hora que pudiera desarrollar el calderonismo con tal de sostenerse en el poder al costo que fuera./
PROGRAMA PARA MÉXICO. Enrique Peña Nieto se despide de Manlio Fabio Beltrones al término del Foro de Conclusiones en el que la Fundación Colosio dio a conocer el Programa para México, plataforma electoral con la que el PRI se presentará en 2012Foto Marco Peláez
Por lo pronto, este fin de semana se realizará el ejercicio de encuestar a unos cuantos miles de ciudadanos para tener una idea de las preferencias respecto a ese candidato presidencial perredista. A pesar de los muchos incidentes que hubo en el camino (el reconocimiento ebrardista a la condición presidencial de Calderón, por ejemplo), los dos contendientes han llegado a acuerdos respecto al procedimiento a utilizar en las encuestas y todo hace indicar que los resultados serán procesados políticamente con ánimo de mantener la unidad de esa izquierda y la viabilidad política de ambos participantes, uno en su segunda y última oportunidad (propuesto por los mismos tres partidos de 2006, tal vez coaligados bajo el nombre de Morena), y otro en la construcción de su segundo asomo, dentro de seis años, desde una plataforma sexenal como podría ser el Senado y la coordinación de la bancada perredista, y conservando para su grupo la determinación del candidato a gobernar el DF.
Dos últimas anotaciones: por desgracia, el tejido de las opciones de la izquierda electoral sigue estando distante de las aspiraciones de la izquierda social y, en general, se construye a partir de intrigas, acomodos y ambiciones menores de parte de grupos como el camachismo, los Chuchos, el bejaranismo y similares. Y, como suelen decir los políticos a la hora de confrontar datos de las famosas encuestas de opinión: ellas son simples fotografías del momento. Y hoy, tomando en cuenta que en política veinticuatro horas pueden ser demasiado tiempo como para que una verdad se conserve como tal, la fotografía del momento muestra esas posibilidades de éxito en el proceso de designación de candidato presidencial, de unidad y potenciación. Habrá de verse si la fotografía aguanta de aquí al próximo 15, cuando se darán a conocer los resultados oficiales.
Y mientras este sábado, a las cinco de la tarde (no hoy, como erróneamente había escrito el distraído tecleador), se produce una protesta de indignación (tal vez con acampada) en Televisa Chapultepec (Televisa es la rabia, movilización apoyada por Anonymous), ¡feliz fin de semana, viendo a Peña Nieto arropar al vapuleado Humberto Moreira!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
La más delicada de las decisiones a tomar en el PRD tal vez en toda su historia (precisar el nombre de su candidato presidencial en un contexto altamente adverso y con marcados riesgos de división irreversible) se encamina este fin de semana a un aparente final feliz en el que no habría ruptura y sí la potenciación electoral de la izquierda mexicana.
Para llegar a ese umbral positivo se desechó el método de las elecciones directas y abiertas, que tradicionalmente han sumido al sol azteca en pantanos de deshonra englobados en el término cochinero, y se prefirió la vía de las representativas encuestas de opinión a segmentos ciudadanos en general. Es evidente que el procedimiento elegido reduce por sí mismo las posibilidades de repetir los usuales espectáculos de marrullería interna sublimada, pero no está allí la clave real del probable desenlace exitoso (las encuestas son fundadamente consideradas en varios ámbitos de esa izquierda partidista como formas utilizadas mercantilmente por elites políticas para acomodar a su gusto presuntas tendencias que luego son machaconamente utilizadas como guión de convalidaciones por medios de comunicación alineados con esas estrategias simuladoras). De terminar sin rupturas este ensayo demoscópico, la parte más significativa de ese logro habría correspondido a los dos contendientes, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, tal vez más al primero que al segundo.
Ebrard arrancó y ha caminado con expectativas desfavorables en el corto plazo respecto de la candidatura presidencial (todas las estimaciones sobre tendencias de voto para candidato presidencial del PRD lo colocan en segundo lugar, tajantemente en cuanto a militantes del sol azteca y en menor proporción entre votantes en general) pero, en razón de su edad, Marcelo cuenta con la firme posibilidad de acumular capital político para aspirar sensatamente en 2018 a una segunda oportunidad fortalecida. Si no tuviera enfrente a un personaje de tanto peso político como es el tabasqueño, el actual mandatario capitalino sería la carta única de la izquierda electoral en estos momentos. Ha hecho una tarea meritoria de gobierno, ha impulsado notablemente el rubro del desarrollo social (aunque en el último tramo se hubiera desprovisto del ejecutor principal de esa política, Martí Batres), ha enfrentado con dignidad los embates del alto clero católico a causa de matrimonios y abortos y, para efectos de pragmático posicionamiento mediático, ha cumplido con una agenda táctica que le ha llevado a portadas de revistas del corazón y a programas estadunidenses como el de Martha Stewart.
Pero éste no es el tiempo de Marcelo Ebrard. No mientras persistan dos percepciones fuertemente arraigadas en ese ámbito de la izquierda declarada y de los ciudadanos sin partido, pero con el corazón cargado a esa misma izquierda. Por una parte, la convicción de que López Obrador es el único líder social con base y proyecto suficientes para intentar de nuevo, en condiciones muy difíciles, mucho más que en 2006, la recomposición nacional a partir de una visión que expresamente privilegie a las mayorías populares y no al reducido círculo empresarial y político que hasta ahora ha mantenido el poder. Y, por otra parte, no por cálida y pasional menos atendible, el hecho de que a ese mismo aspirante a una segunda candidatura le fue arrebatado su triunfo en 2006 mediante una conjunción de fuerzas e intereses que hoy pretenden cerrar nuevamente el paso a cualquier opción de reformismo popular, concentrada hoy esa conjunción en promover la llegada de Enrique Peña Nieto, asumido éste como un garante de continuidad de lo injusto pero con careta partidista distinta, o bien atentas esas fuerzas e intereses a las maniobras peligrosas de última hora que pudiera desarrollar el calderonismo con tal de sostenerse en el poder al costo que fuera./
PROGRAMA PARA MÉXICO. Enrique Peña Nieto se despide de Manlio Fabio Beltrones al término del Foro de Conclusiones en el que la Fundación Colosio dio a conocer el Programa para México, plataforma electoral con la que el PRI se presentará en 2012Foto Marco Peláez
Por lo pronto, este fin de semana se realizará el ejercicio de encuestar a unos cuantos miles de ciudadanos para tener una idea de las preferencias respecto a ese candidato presidencial perredista. A pesar de los muchos incidentes que hubo en el camino (el reconocimiento ebrardista a la condición presidencial de Calderón, por ejemplo), los dos contendientes han llegado a acuerdos respecto al procedimiento a utilizar en las encuestas y todo hace indicar que los resultados serán procesados políticamente con ánimo de mantener la unidad de esa izquierda y la viabilidad política de ambos participantes, uno en su segunda y última oportunidad (propuesto por los mismos tres partidos de 2006, tal vez coaligados bajo el nombre de Morena), y otro en la construcción de su segundo asomo, dentro de seis años, desde una plataforma sexenal como podría ser el Senado y la coordinación de la bancada perredista, y conservando para su grupo la determinación del candidato a gobernar el DF.
Dos últimas anotaciones: por desgracia, el tejido de las opciones de la izquierda electoral sigue estando distante de las aspiraciones de la izquierda social y, en general, se construye a partir de intrigas, acomodos y ambiciones menores de parte de grupos como el camachismo, los Chuchos, el bejaranismo y similares. Y, como suelen decir los políticos a la hora de confrontar datos de las famosas encuestas de opinión: ellas son simples fotografías del momento. Y hoy, tomando en cuenta que en política veinticuatro horas pueden ser demasiado tiempo como para que una verdad se conserve como tal, la fotografía del momento muestra esas posibilidades de éxito en el proceso de designación de candidato presidencial, de unidad y potenciación. Habrá de verse si la fotografía aguanta de aquí al próximo 15, cuando se darán a conocer los resultados oficiales.
Y mientras este sábado, a las cinco de la tarde (no hoy, como erróneamente había escrito el distraído tecleador), se produce una protesta de indignación (tal vez con acampada) en Televisa Chapultepec (Televisa es la rabia, movilización apoyada por Anonymous), ¡feliz fin de semana, viendo a Peña Nieto arropar al vapuleado Humberto Moreira!
Twitter: @julioastillero
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Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Siguen las malas noticias para los estómagos y bolsillos de los mexicanos, pues todo apunta a que los precios de los alimentos seguirán elevados y volátiles por el aumento de la demanda de los consumidores en los países con economías en rápido crecimiento, por la población en continua alza, y por la expansión de los biocombustibles, hacia donde se desvían crecientes volúmenes de algunos alimentos básicos, de tal suerte que el sistema alimentario se verá sometido a demandas adicionales.
En el lado de la oferta se plantean desafíos debido a la creciente escasez de los recursos naturales en algunas regiones y a la disminución de las tasas de crecimiento de los rendimientos de productos básicos. La volatilidad de los precios de los alimentos podría incrementarse debido a los vínculos más estrechos entre los mercados agrícolas y energéticos, así como a la mayor frecuencia de las perturbaciones causadas por fenómenos meteorológicos.
Como se mencionó días atrás en este espacio, alrededor de la mitad de los alimentos consumidos por los mexicanos provienen del exterior. En 2006 los precios en este renglón registraron severas alzas, lo que sorprendió a muchos y suscitó una mayor preocupación sobre la capacidad de la economía alimentaria mundial para proporcionar alimentos suficientes a miles de millones de personas, ahora y en el futuro. Aunque los distintos observadores atribuyen diferentes grados de importancia a las diversas causas, existe un consenso relativamente sólido acerca de que múltiples factores influyeron en el aumento de los precios que comenzó en 2003, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Entre esos factores destacan las políticas dirigidas a promover la utilización de biocombustibles (aranceles, subvenciones y niveles de uso obligatorios) que elevaron la demanda de maíz y aceites vegetales; la depreciación del dólar estadunidense; el incremento de los costos de producción y de transporte como consecuencia del aumento de los precios del petróleo y los fertilizantes; el crecimiento más lento del rendimiento (y la producción) de cereales, especialmente arroz y trigo, durante los últimos 20 años debido a la baja inversión en los tres decenios anteriores.
La FAO indica que en cuanto a precios se refiere, numerosos modelos de proyección a largo y mediano plazos sugieren que los precios de los productos alimenticios básicos seguirán siendo relativamente elevados durante el próximo decenio. En sus Perspectivas agrícolas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y la propia FAO prevén que los precios mundiales del arroz, trigo, maíz y semillas oleaginosas en el lustro comprendido entre 2015-16 y 2019-20 serán 40, 27, y 48 y 36 por ciento superiores en términos reales, respectivamente, en comparación con el lustro de 1998-99 a 2002-03.
Se prevé un aumento general de los precios, debido a que el crecimiento constante de la población y de la economía ejercerán una presión alcista sobre la demanda, así como la mayor utilización prevista de biocombustibles como consecuencia de las políticas en la materia y del precio del petróleo. En el lado de la oferta, si los precios del petróleo siguen aumentando, los costos de producción agrícola se incrementarán, lo cual contribuirá al encarecimiento de los alimentos. Las limitaciones de recursos naturales, y sobre todo el cambio climático y la escasez de tierras productivas y agua disponible en algunas regiones, plantean importantes retos para la producción de alimentos a precios asequibles. Un aspecto más positivo es que todavía existe un potencial considerable para aumentar la productividad de los cultivos mediante nuevas tecnologías y la mejora de la extensión, así como para reducir las pérdidas en la cadena productiva. Sin embargo, estos beneficios no se materializarán sin una mayor inversión. También es posible la expansión de las tierras cultivables en África, Asia central, América Latina y Ucrania pero, una vez más, ello dependerá de una inversión adecuada. Por otra parte, la expansión de las tierras puede tener consecuencias ambientales negativas.
También hay argumentos convincentes que sugieren que, además de ser más elevados, los precios de los productos alimenticios básicos serán más volátiles en el futuro. Si aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, las crisis de producción serán más frecuentes, lo cual contribuirá a que los precios sean más volátiles. Además, las políticas en materia de biocombustibles han establecido nuevos vínculos entre el precio del petróleo y el de los productos alimenticios básicos.
Al aumentar los precios del petróleo se incrementará la demanda de biocombustibles, lo cual encarecerá los alimentos, y lo contrario cuando disminuyan los precios del petróleo. Debido a que los precios mundiales del petróleo han sido históricamente más volátiles que los de los productos alimenticios, el mercado mundial de alimentos puede también experimentar mayor volatilidad. La mayor participación en los mercados financieros (por ejemplo, por medio de fondos de pensiones) en los que se comercia con fondos indicadores de productos básicos podría conducir también a un aumento de la volatilidad, aunque esta cuestión se ha debatido acaloradamente sin que se haya llegado a un consenso claro al respecto.
Es probable que la inestabilidad de los precios de los alimentos básicos tenga mayores efectos negativos que la de los precios de otros productos básicos agrícolas, pues los primeros son importantes tanto para los agricultores pobres como para los consumidores pobres. Desde la óptica de los consumidores, los alimentos básicos representan una gran proporción del gasto de los pobres. Desde la de los productores, se trata de los cultivos que más se plantan en los países en desarrollo, especialmente en las pequeñas explotaciones, puntualiza la FAO.
Las rebanadas del pastel
Otra guerra que el inquilino de Los Pinos dice que va ganando es la del reparto equitativo del ingreso y la riqueza. Sin embargo, el PNUD advierte que en sólo un año México perdió 23 por ciento en su nivel de desarrollo humano, al retroceder 15 lugares en la distribución de la riqueza. La desigualdad sigue siendo una constante, un gran reto y una gran cicatriz para México y América Latina y el Caribe. La región es una de las más desiguales del planeta y México no es la excepción a esa regla (La Jornada, Susana González). Es terrible, pero el micrófono oficial mantiene la cantaleta de que todo camina de maravilla.
cfvmexico_sa@hotmail.com
En el lado de la oferta se plantean desafíos debido a la creciente escasez de los recursos naturales en algunas regiones y a la disminución de las tasas de crecimiento de los rendimientos de productos básicos. La volatilidad de los precios de los alimentos podría incrementarse debido a los vínculos más estrechos entre los mercados agrícolas y energéticos, así como a la mayor frecuencia de las perturbaciones causadas por fenómenos meteorológicos.
Como se mencionó días atrás en este espacio, alrededor de la mitad de los alimentos consumidos por los mexicanos provienen del exterior. En 2006 los precios en este renglón registraron severas alzas, lo que sorprendió a muchos y suscitó una mayor preocupación sobre la capacidad de la economía alimentaria mundial para proporcionar alimentos suficientes a miles de millones de personas, ahora y en el futuro. Aunque los distintos observadores atribuyen diferentes grados de importancia a las diversas causas, existe un consenso relativamente sólido acerca de que múltiples factores influyeron en el aumento de los precios que comenzó en 2003, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Entre esos factores destacan las políticas dirigidas a promover la utilización de biocombustibles (aranceles, subvenciones y niveles de uso obligatorios) que elevaron la demanda de maíz y aceites vegetales; la depreciación del dólar estadunidense; el incremento de los costos de producción y de transporte como consecuencia del aumento de los precios del petróleo y los fertilizantes; el crecimiento más lento del rendimiento (y la producción) de cereales, especialmente arroz y trigo, durante los últimos 20 años debido a la baja inversión en los tres decenios anteriores.
La FAO indica que en cuanto a precios se refiere, numerosos modelos de proyección a largo y mediano plazos sugieren que los precios de los productos alimenticios básicos seguirán siendo relativamente elevados durante el próximo decenio. En sus Perspectivas agrícolas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y la propia FAO prevén que los precios mundiales del arroz, trigo, maíz y semillas oleaginosas en el lustro comprendido entre 2015-16 y 2019-20 serán 40, 27, y 48 y 36 por ciento superiores en términos reales, respectivamente, en comparación con el lustro de 1998-99 a 2002-03.
Se prevé un aumento general de los precios, debido a que el crecimiento constante de la población y de la economía ejercerán una presión alcista sobre la demanda, así como la mayor utilización prevista de biocombustibles como consecuencia de las políticas en la materia y del precio del petróleo. En el lado de la oferta, si los precios del petróleo siguen aumentando, los costos de producción agrícola se incrementarán, lo cual contribuirá al encarecimiento de los alimentos. Las limitaciones de recursos naturales, y sobre todo el cambio climático y la escasez de tierras productivas y agua disponible en algunas regiones, plantean importantes retos para la producción de alimentos a precios asequibles. Un aspecto más positivo es que todavía existe un potencial considerable para aumentar la productividad de los cultivos mediante nuevas tecnologías y la mejora de la extensión, así como para reducir las pérdidas en la cadena productiva. Sin embargo, estos beneficios no se materializarán sin una mayor inversión. También es posible la expansión de las tierras cultivables en África, Asia central, América Latina y Ucrania pero, una vez más, ello dependerá de una inversión adecuada. Por otra parte, la expansión de las tierras puede tener consecuencias ambientales negativas.
También hay argumentos convincentes que sugieren que, además de ser más elevados, los precios de los productos alimenticios básicos serán más volátiles en el futuro. Si aumenta la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, las crisis de producción serán más frecuentes, lo cual contribuirá a que los precios sean más volátiles. Además, las políticas en materia de biocombustibles han establecido nuevos vínculos entre el precio del petróleo y el de los productos alimenticios básicos.
Al aumentar los precios del petróleo se incrementará la demanda de biocombustibles, lo cual encarecerá los alimentos, y lo contrario cuando disminuyan los precios del petróleo. Debido a que los precios mundiales del petróleo han sido históricamente más volátiles que los de los productos alimenticios, el mercado mundial de alimentos puede también experimentar mayor volatilidad. La mayor participación en los mercados financieros (por ejemplo, por medio de fondos de pensiones) en los que se comercia con fondos indicadores de productos básicos podría conducir también a un aumento de la volatilidad, aunque esta cuestión se ha debatido acaloradamente sin que se haya llegado a un consenso claro al respecto.
Es probable que la inestabilidad de los precios de los alimentos básicos tenga mayores efectos negativos que la de los precios de otros productos básicos agrícolas, pues los primeros son importantes tanto para los agricultores pobres como para los consumidores pobres. Desde la óptica de los consumidores, los alimentos básicos representan una gran proporción del gasto de los pobres. Desde la de los productores, se trata de los cultivos que más se plantan en los países en desarrollo, especialmente en las pequeñas explotaciones, puntualiza la FAO.
Las rebanadas del pastel
Otra guerra que el inquilino de Los Pinos dice que va ganando es la del reparto equitativo del ingreso y la riqueza. Sin embargo, el PNUD advierte que en sólo un año México perdió 23 por ciento en su nivel de desarrollo humano, al retroceder 15 lugares en la distribución de la riqueza. La desigualdad sigue siendo una constante, un gran reto y una gran cicatriz para México y América Latina y el Caribe. La región es una de las más desiguales del planeta y México no es la excepción a esa regla (La Jornada, Susana González). Es terrible, pero el micrófono oficial mantiene la cantaleta de que todo camina de maravilla.
cfvmexico_sa@hotmail.com
La visión de Jeremy Rifkin del lado oscuro del posfordismo, su alto costo humano, reseñada en la entrega anterior (28/10/11), la complemento hoy con la visión de André Gorz del posfordismo con la cual él comienza el capítulo Últimos avatares del trabajo de su libro Miserias del presente. Riqueza de lo posible (Paidós, Buenos Aires, 1998). El fordismo-taylorismo es un modelo de organización de la producción (dominante durante la mayor parte de siglo XX), que según Benjamín Coriat se caracteriza por producción en gran escala de productos estandarizados, especialización de funciones, fragmentación de tareas, medición de tiempos y movimientos, y transportación mecánica de piezas sujetas a tareas sucesivas (El taller y el robot, Siglo XXI, 1992; véase en la gráfica cómo este modelo logró reducir la necesidad de la destreza de los trabajadores). La resistencia obrera a un trabajo cada vez más alienante, la diferenciación creciente y la obsolescencia acelerada de los bienes, hicieron que el rígido modelo fordista-taylorista se volviera inviable, añade Coriat. En mercados virtualmente saturados, explica Gorz, el único tipo de crecimiento posible era el crecimiento de la diversidad de gustos y de modas, el crecimiento de la rapidez con la cual éstos se sucedían.
Las inmensas salas del Gran Palais de París repletas de juguetes? Sí, con la mayor muestra de ellos en la historia. Miles que expresan la vida de los niños y sus familias a lo largo de 2 mil 500 años, desde los griegos, etruscos y romanos hasta nuestros días. Muñecas antiguas, princesas, Barbie, trenes, aviones, barcos, osos de todo tipo, autómatas casi vivos, videojuegos de guerras espaciales, figuritas de plomo o de plástico, arcas de Noé, platillos voladores o Santa Claus en un gran avión. Una exhibición que cierra con una gigantesca instalación en homenaje al juguete más famoso del cine: Rosebud, el trineo de madera con el que jugaba de niño el ciudadano Kane.
La exposición lleva al visitante, que en su inmensa mayoría no son niños, a ver la transformación que ha tenido el juguete en el mundo occidental en materiales y diseño, y su influencia social en todos los órdenes, aunque a veces no se le vea. Bien decía Baudelaire que el juguete es la primera iniciación al arte. También hacia la conformación de una forma de ser, de la identidad. Juguetes para niñas y niños que les recordarán su estatus dentro de la familia y la sociedad.
La exposición lleva al visitante, que en su inmensa mayoría no son niños, a ver la transformación que ha tenido el juguete en el mundo occidental en materiales y diseño, y su influencia social en todos los órdenes, aunque a veces no se le vea. Bien decía Baudelaire que el juguete es la primera iniciación al arte. También hacia la conformación de una forma de ser, de la identidad. Juguetes para niñas y niños que les recordarán su estatus dentro de la familia y la sociedad.
Patricia Peñaloza: Ruta Sonora
La espléndida artista multidisciplinaria Laurie Anderson vuelve a visitar México, ahora para presentar el montaje Delusion (espejismo, delirio, engaño), el cual transita de los terrenos de lo mítico a lo cotidiano, al combinar artes visuales, marionetas, imaginería electrónica, proyecciones y música, ya sea a través de la dulzura de su violín o de su garganta. Elfos, bosques, barcos fantasmas tripulan un viaje performático,
Grecia, ante la inmoralidad del neoliberalismo
Ayer, en coincidencia con el arranque de la reunión cumbre del G-20 que se realiza en Cannes, Francia, cuya agenda ha sido prácticamente monopolizada por la crisis en Grecia, el primer ministro de este país, Giorgios Papandreou, decidió dar marcha atrás en su intención de realizar un referendo sobre el rescate aprobado la semana pasada por los gobiernos de la Unión Europea, el cual supuestamente salvaría a la nación mediterránea de la quiebra económica, y llamó a la oposición conservadora, articulada en el partido Nueva Democracia, a integrar un gobierno de unidad que impulse una solución a la crisis.
El Correo Ilustrado
Mujer tzeltal lucha contra el cáncer
Diego Sántiz López y María Terat Gómez son una pareja tzeltal del paraje de Oniltic, perteneciente al municipio de San Juan Cancuc, Chiapas. Como miles de mexicanos y pese a sus condiciones de marginación, han participado activamente en la defensa del patrimonio de la nación, específicamente de los conocimientos tradicionales indígenas sobre los recursos genéticos de las plantas en los Altos de Chiapas, amenazados por farmacéuticas trasnacionales detrás del proyecto de bioprospección (biopiratería) conocido como ICBG Maya.
El gobierno federal y el EZLN firmaron el 16 de febrero de 1996 el acuerdo en materia de derechos y cultura indígenas. Era el primer tema de la agenda pactada entre la delegación zapatista y su contraparte gubernamental. Llegar a ese momento fue el resultado de múltiples esfuerzos colectivos e individuales. Muchas provocaciones se tuvieron que sortear, para poder lograr un primer acuerdo que permitía albergar una esperanza de cambios en nuestro país.
Cuando millones de personas en todo el mundo empiezan a ocupar los espacios públicos, calles y plazas, edificios abandonados por el mercado y edificios de instituciones estatales, aparecen nuevos debates que afectan, de modo casi inevitable, a las fuerzas que luchan por un mundo nuevo. En meses recientes se han hecho visibles serias contradicciones que afectan a los movimientos tanto del centro como de la periferia, a los que actúan tanto en países gobernados por fuerzas conservadoras como de izquierda.
Apocos días de las elecciones del próximo domingo nadie duda en Nicaragua que el presidente Daniel Ortega logrará la relección..
Néstor de Buen, en su artículo del domingo anterior publicado en nuestro periódico, comenta que muchas veces, terminada alguna lectura, se acerca al librero de novelas para iniciar una nueva.
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