Solo uno de cada cuatro diputados es mujer en América Latina, lo que unido a otras formas de desigualdad refleja la "brecha enorme" entre las leyes y la realidad, advirtió Moni Pizani, máxima autoridad de ONU Mujeres en la región.
Si bien Cristina Fernández (Argentina), Laura Chinchilla (Costa Rica), Dilma Rousseff (Brasil) o Michelle Bachelet (Chile) han accedido a la presidencia de sus países, las mujeres siguen teniendo mayores dificultades para alcanzar cargos públicos que los hombres.
Así lo asegura Pizani, abogada venezolana que desde el pasado 26 de octubre asumió la dirección de Onu Mujeres para América Latina y el Caribe, con sede en Panamá.
Los parlamentos de América Latina y el Caribe están conformados en un 24% por mujeres, cifra que se reduce a un 7,9% al hablar de cargos públicos a nivel local, tales como alcaldías o puestos de representación municipal, indicó la funcionaria.
En 2010, los países de la región que tenían más de un tercio de sus ministerios en manos de una mujer eran Chile (46%), Nicaragua (39%), Trinidad y Tobago (35%), Honduras (36%) y Costa Rica (35%).
"En la participación política si bien las mujeres se han incorporado todavía falta mucho por hacer", dijo Pizani en una entrevista con la AFP.
"En América Latina tenemos marcos legales que son válidos. Tenemos constituciones y leyes fantásticas. Pero hay una brecha enorme entre lo que es el marco legislativo y como eso se traduce en realidades para la mujer", añadió.
Según datos de ONU Mujeres, Cuba es el país de Latinoamérica con mayor porcentaje de diputadas (43%), seguido de Costa Rica (39%), Argentina (38%) y Bolivia (30%), frente a Saint Kitts y Nevis (7%), Panamá (8%), Brasil (10%), Suriname (10%), Belice (11%) y Haití (11%), países con menor porcentaje de legisladoras mujeres.
"A las mujeres les cuesta mucho más (la participación política) ya que en la mayoría de los casos tienen que hacer grandes sacrificios" para combinar su trabajo con el cuidado de los hijos o la familia, explicó Pizani.
Por ello, es necesario leyes de discriminación positiva que de forma transitoria faciliten a la mujer "no sólo las mismas oportunidades sino las mismas posibilidades" que los hombres para participar en la política y optar a cargos públicos, puntualizó.
En la actualidad, 12 de los 33 países de la región tiene algún tipo de cuota electoral para la representación de las mujeres en los órganos legislativos nacionales, de los que 10 también tienen tales leyes a nivel local. Sin embargo, sólo Argentina ha elevado a rango constitucional las cuotas electorales para su Congreso.
"No es un tema de que a las mujeres les faciliten las cosas porque son mujeres sino porque ha habido una discriminación histórica y hay que tratar de balancear", dijo Pizani, quien catalogó como "débil" y "cómodo" el argumento de los que aseguran que las "mujeres no se quieren incorporar a la política".
Además, las mujeres latinoamericanas tienen cada vez mayor educación, algo que no se traduce en una mayor presencia en puestos de dirección pública ni en los sueldos, ya que llegan a cobrar hasta un 30% menos que los hombres en un mismo puesto en la empresa privada.
Según Pizani, ONU Mujeres se centrará en asesorar a los gobiernos de la región para facilitar la incorporación de las mujeres en la política y al mundo laboral en las mismas condiciones que los hombres.
Si bien Cristina Fernández (Argentina), Laura Chinchilla (Costa Rica), Dilma Rousseff (Brasil) o Michelle Bachelet (Chile) han accedido a la presidencia de sus países, las mujeres siguen teniendo mayores dificultades para alcanzar cargos públicos que los hombres.
Así lo asegura Pizani, abogada venezolana que desde el pasado 26 de octubre asumió la dirección de Onu Mujeres para América Latina y el Caribe, con sede en Panamá.
Los parlamentos de América Latina y el Caribe están conformados en un 24% por mujeres, cifra que se reduce a un 7,9% al hablar de cargos públicos a nivel local, tales como alcaldías o puestos de representación municipal, indicó la funcionaria.
En 2010, los países de la región que tenían más de un tercio de sus ministerios en manos de una mujer eran Chile (46%), Nicaragua (39%), Trinidad y Tobago (35%), Honduras (36%) y Costa Rica (35%).
"En la participación política si bien las mujeres se han incorporado todavía falta mucho por hacer", dijo Pizani en una entrevista con la AFP.
"En América Latina tenemos marcos legales que son válidos. Tenemos constituciones y leyes fantásticas. Pero hay una brecha enorme entre lo que es el marco legislativo y como eso se traduce en realidades para la mujer", añadió.
Según datos de ONU Mujeres, Cuba es el país de Latinoamérica con mayor porcentaje de diputadas (43%), seguido de Costa Rica (39%), Argentina (38%) y Bolivia (30%), frente a Saint Kitts y Nevis (7%), Panamá (8%), Brasil (10%), Suriname (10%), Belice (11%) y Haití (11%), países con menor porcentaje de legisladoras mujeres.
"A las mujeres les cuesta mucho más (la participación política) ya que en la mayoría de los casos tienen que hacer grandes sacrificios" para combinar su trabajo con el cuidado de los hijos o la familia, explicó Pizani.
Por ello, es necesario leyes de discriminación positiva que de forma transitoria faciliten a la mujer "no sólo las mismas oportunidades sino las mismas posibilidades" que los hombres para participar en la política y optar a cargos públicos, puntualizó.
En la actualidad, 12 de los 33 países de la región tiene algún tipo de cuota electoral para la representación de las mujeres en los órganos legislativos nacionales, de los que 10 también tienen tales leyes a nivel local. Sin embargo, sólo Argentina ha elevado a rango constitucional las cuotas electorales para su Congreso.
"No es un tema de que a las mujeres les faciliten las cosas porque son mujeres sino porque ha habido una discriminación histórica y hay que tratar de balancear", dijo Pizani, quien catalogó como "débil" y "cómodo" el argumento de los que aseguran que las "mujeres no se quieren incorporar a la política".
Además, las mujeres latinoamericanas tienen cada vez mayor educación, algo que no se traduce en una mayor presencia en puestos de dirección pública ni en los sueldos, ya que llegan a cobrar hasta un 30% menos que los hombres en un mismo puesto en la empresa privada.
Según Pizani, ONU Mujeres se centrará en asesorar a los gobiernos de la región para facilitar la incorporación de las mujeres en la política y al mundo laboral en las mismas condiciones que los hombres.
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