al borde del abismo de la ingobernabilidad, por tantos abusos de las súper potencias
Es incuestionable la urgencia de combatir a fondo la pobreza en el país, ya que se ha convertido en uno de los más graves problemas nacionales. A este respecto es ilustrativo el dato de que el nivel del fenómeno en México es el más alto en América Latina, según Bernardo Kliksberg, de la Dirección de Políticas de Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Señaló que el promedio en la región es de 30 por ciento de la población, en tanto que en nuestro país se eleva al 50 por ciento, “uno de los mayores niveles del mundo”.
Destacó el hecho de que la descomposición del tejido social se agudiza por la pobreza imperante. Dijo que “está comprobado científicamente, que la base social de apoyo del narcotráfico está en los jóvenes expulsados del sistema”. Ante miembros de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), puntualizó que los “ninis” existen porque no se les deja otra opción, no porque no quieran ellos estudiar o trabajar. “Cuanto más se democratice México, cuanto más participe la gente, más las políticas van a responder a las verdaderas necesidades”, afirmó.
Cabe puntualizar, que mientras las súper potencias no entiendan que llegó a un límite aceptable la paciencia de los pueblos para llevar sobre sus espaldas el enriquecimiento de una minoría cada vez más reducida, continuarán agravándose los problemas sociales en el mundo. Que no lo aceptan quedó demostrado por el enojo que provocó entre los mandatarios de la eurozona, la decisión del primer ministro griego, Giorgios Papandreou, de someter a referendo el acuerdo logrado la semana pasada en Bruselas, mediante el que Grecia brincaría su actual crisis económica, pero sólo para prolongar una agonía que finalmente acabará en una crisis aún más grave.
Así queda demostrado que al Grupo de los Siete, principales beneficiarios del actual estado de crisis económica (que lo es de manera permanente para las clases mayoritarias), no les interesa que el mundo salga de esta situación, sino mantenerla con el fin de seguir sojuzgando a los demás pueblos del planeta. Según Nicolás Sarkozy, presidente francés, “es legítimo” dar la palabra al pueblo, pero no cuando los intereses de las súper potencias se ven amenazados. Dijo: “Dar la palabra al pueblo siempre es legítimo, pero la solidaridad de todos los países de la zona euro sólo puede ejercerse si cada uno acepta realizar los esfuerzos necesarios”.
No es casual que el lema del movimiento “Ocupa Wall Street” sea “Somos el 99 por ciento”. No lo es porque se trata de una realidad inocultable, en tanto que la desigualdad en la principal potencia mundial ha crecido exponencialmente desde hace tres décadas. Según datos de la ONU, en Estados Unidos el uno por ciento de su población percibe la cuarta parte del ingreso, mientras que alrededor de 400 personas poseen una fortuna superior al conjunto de la que tienen 150 millones de estadounidenses.
Esto significa que la política económica impuesta a gran parte del mundo, desde la administración de Ronald Reagan, también ha sido nefasta para los propios habitantes de la principal súper potencia. Ha quedado plenamente demostrado que el neoliberalismo es el modelo más depredador inventado por los economistas, cuyas consecuencias nefastas estamos viviendo con el dramatismo que cabría esperar. Si el objetivo es que los pueblos pobres se vuelvan todavía más pobres, con el fin de que desaparezca más pronto la población “prescindible”, lo están consiguiendo. Pero con altísimos costos de los que no escapará la minoría privilegiada.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), acaba de informar que el desempleo en el mundo llegó a 200 millones de personas, la cifra más alta jamás registrada. Esto se debe, señaló, a que los gobiernos, en su gran mayoría, sólo se han enfocado a “tranquilizar a los mercados financieros”, en vez de actuar conforme a la gravedad de los problemas sociales derivados de la crisis económica mundial. Anunció que será necesario crear 80 millones de empleos durante los próximos dos años, apenas para regresar a las tasas que existían antes del año 2009. Destacó la importancia que tendría para una más pronta recuperación económica, la creación de empleos productivos. (No la precarización que se pretende con la reforma laboral).
Es muy preocupante que aquí en México la oligarquía sigue viviendo como si el mundo no estuviera al borde del abismo de la ingobernabilidad, por tantos abusos de las súper potencias, que en los países emergentes, como el nuestro, se magnifican por una absoluta negación de prácticas democráticas. Mientras tanto, Felipe Calderón participará en la reunión del Grupo de los 20, en Cannes, para demostrar su lealtad y obediencia al imperio, como se verá claramente.
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