Ricardo Rocha
Morelia, Michoacán. Aquí ninguno va a aceptar la derrota. Por lo menos no tan fácilmente. Los tres se sienten ganadores. Aunque no se sepan ganadores.
Lo malo es que falta ya muy poco para el domingo 13 de noviembre, día de la elección. Lo bueno es que ocho días de campaña y 12 de aquí a entonces todavía cuentan. Y todavía puede pasar cualquier cosa.
Lo peor es que parece estarse incubando un conflicto postelectoral de grandes y explosivas proporciones. Primero porque las encuestas perfilan un enfrentamiento brutal entre dos candidatos, dos partidos, dos adversarios muy poderosos: de un lado la tripleta de Luisa María Calderón —candidata del PAN-Panal— con el apoyo del Presidente, su hermano, y por supuesto del Partido Acción Nacional, que tiene la oportunidad de una carga de oxígeno invaluable de cara al 2012; en la otra esquina, y como si se tratara ciertamente de lucha libre, el también trío conformado por el propio candidato Fausto Vallejo —que ha sido cuatro veces alcalde de Morelia— la fuerza de las mayorías priístas en el Congreso y un Revolucionario Institucional que quiere acabar de demostrar que su triunfo en la Presidencia del próximo año es un destino inevitable.
Como cada quien su encuesta: Vallejo y el PRI aseguran que las encuestadoras serias los siguen posicionando con cinco u ocho puntos de ventaja y que doña Luisa María ha tenido un crecimiento ficticio porque ha pagado los sondeos que ellos no quisieron comprar; por su parte quien prefiere presentarse como Cocoa se dice lista para hacerse del gobierno que Felipe no pudo alcanzar hace 16 años, al tiempo que se asume como segura ganadora. A todo esto, el candidato de la izquierda, Silvano Aureoles, dice que nada es cierto, que la única encuesta que vale es la del 13 de noviembre y que con apoyos como la estructura perredista de dos gobiernos consecutivos y la presencia de figuras como Cárdenas y López Obrador, tendrá un cierre meteórico y ganador, faltaba más.
Por si fuera poco están los pleitos extra-encuestas en donde ya más parece una campal de todos contra todos: Cocoa usando a su invitado Cordero para acusar al perredista Godoy de malversación de fondos y al priísta Vallejo de compra de votos; Fausto revirando que es humanista y que también la Cocoa le regaló 30 mil pesos al señor párroco de Chucándiro, además de que, claro, el presidente Calderón quiere imponer a fuerza a su hermana; mientras que Silvano llama a militantes, líderes sociales, campesinos, estudiantes y trabajadores a “no dejarnos arrebatar el triunfo ni por la derecha retrógrada de Acción Nacional ni por el PRI que representa el regreso al pasado autoritario y corrupto”.
Por eso es que estando aquí me pregunto si de verdad Luisa María Calderón y el PAN están decididos a ganar haiga sido como haiga sido en una reedición a escala del 2006; si Fausto y el PRI están dispuestos a seguir encarnando a un gigantesco mapache pero recargado; y si Silvano y el PRD estarán de verdad planeando incendiar un estado ya de por sí castigado por la violencia.
¿Hasta dónde van a llegar estos partidos y personajes en Michoacán con tal de enviar sus señales al 2012? El PAN de que no está muerto. El PRI de que el regreso es inevitable. Y el PRD de que los milagros existen.
Añada usted el ingrediente de los cárteles del crimen organizado que operan en Michoacán —cuyas señales ya han sido suficientemente advertidas por Eduardo Sánchez en estas mismas páginas— y tenemos un coctel lo suficientemente explosivo como para el estallido por todos tan temido. Porque para nadie es un secreto que los de La Familia, ahora derivados en Caballeros Templarios, pondrán en acción todos sus métodos de intimidación, coerción o cooptación con tal de hacerse de posiciones estratégicas en presidencias municipales o representaciones populares.
Así que, ahora resulta que el Estado de México es Disneylandia junto a Michoacán. Porque éste, más que laboratorio, se antoja un caldero hirviente donde se mezclan todo tipo de alimañas y brebajes que amenazan con desbordarse. En pocas palabras, la guerra.
Para nadie es un secreto que hay varias porciones del territorio michoacano a las que no entra ni el Ejército, por el dominio total de los grupos del narco que ahí mandan.
Ese concepto de extraterritorialidad se ha extendido a una especie de limbo político de un gobierno —el de Leonel Godoy— que ha vivido asustado entre aquel bombazo del 15 de septiembre y la embestida del gobierno federal en aquel michoacanazo al que respondió quedo y tarde. En suma, un balance mediocre que contribuye sin duda a esta sensación de tierra de nadie que vivimos ahora.
Por eso y más, amenaza el domingo 13 de noviembre.
ddn_rocha@hotmail.comTwitter: @RicardoRocha_MX
Facebook: Ricardo Rocha - Detrás de la Noticia
Periodista
Morelia, Michoacán. Aquí ninguno va a aceptar la derrota. Por lo menos no tan fácilmente. Los tres se sienten ganadores. Aunque no se sepan ganadores.
Lo malo es que falta ya muy poco para el domingo 13 de noviembre, día de la elección. Lo bueno es que ocho días de campaña y 12 de aquí a entonces todavía cuentan. Y todavía puede pasar cualquier cosa.
Lo peor es que parece estarse incubando un conflicto postelectoral de grandes y explosivas proporciones. Primero porque las encuestas perfilan un enfrentamiento brutal entre dos candidatos, dos partidos, dos adversarios muy poderosos: de un lado la tripleta de Luisa María Calderón —candidata del PAN-Panal— con el apoyo del Presidente, su hermano, y por supuesto del Partido Acción Nacional, que tiene la oportunidad de una carga de oxígeno invaluable de cara al 2012; en la otra esquina, y como si se tratara ciertamente de lucha libre, el también trío conformado por el propio candidato Fausto Vallejo —que ha sido cuatro veces alcalde de Morelia— la fuerza de las mayorías priístas en el Congreso y un Revolucionario Institucional que quiere acabar de demostrar que su triunfo en la Presidencia del próximo año es un destino inevitable.
Como cada quien su encuesta: Vallejo y el PRI aseguran que las encuestadoras serias los siguen posicionando con cinco u ocho puntos de ventaja y que doña Luisa María ha tenido un crecimiento ficticio porque ha pagado los sondeos que ellos no quisieron comprar; por su parte quien prefiere presentarse como Cocoa se dice lista para hacerse del gobierno que Felipe no pudo alcanzar hace 16 años, al tiempo que se asume como segura ganadora. A todo esto, el candidato de la izquierda, Silvano Aureoles, dice que nada es cierto, que la única encuesta que vale es la del 13 de noviembre y que con apoyos como la estructura perredista de dos gobiernos consecutivos y la presencia de figuras como Cárdenas y López Obrador, tendrá un cierre meteórico y ganador, faltaba más.
Por si fuera poco están los pleitos extra-encuestas en donde ya más parece una campal de todos contra todos: Cocoa usando a su invitado Cordero para acusar al perredista Godoy de malversación de fondos y al priísta Vallejo de compra de votos; Fausto revirando que es humanista y que también la Cocoa le regaló 30 mil pesos al señor párroco de Chucándiro, además de que, claro, el presidente Calderón quiere imponer a fuerza a su hermana; mientras que Silvano llama a militantes, líderes sociales, campesinos, estudiantes y trabajadores a “no dejarnos arrebatar el triunfo ni por la derecha retrógrada de Acción Nacional ni por el PRI que representa el regreso al pasado autoritario y corrupto”.
Por eso es que estando aquí me pregunto si de verdad Luisa María Calderón y el PAN están decididos a ganar haiga sido como haiga sido en una reedición a escala del 2006; si Fausto y el PRI están dispuestos a seguir encarnando a un gigantesco mapache pero recargado; y si Silvano y el PRD estarán de verdad planeando incendiar un estado ya de por sí castigado por la violencia.
¿Hasta dónde van a llegar estos partidos y personajes en Michoacán con tal de enviar sus señales al 2012? El PAN de que no está muerto. El PRI de que el regreso es inevitable. Y el PRD de que los milagros existen.
Añada usted el ingrediente de los cárteles del crimen organizado que operan en Michoacán —cuyas señales ya han sido suficientemente advertidas por Eduardo Sánchez en estas mismas páginas— y tenemos un coctel lo suficientemente explosivo como para el estallido por todos tan temido. Porque para nadie es un secreto que los de La Familia, ahora derivados en Caballeros Templarios, pondrán en acción todos sus métodos de intimidación, coerción o cooptación con tal de hacerse de posiciones estratégicas en presidencias municipales o representaciones populares.
Así que, ahora resulta que el Estado de México es Disneylandia junto a Michoacán. Porque éste, más que laboratorio, se antoja un caldero hirviente donde se mezclan todo tipo de alimañas y brebajes que amenazan con desbordarse. En pocas palabras, la guerra.
Para nadie es un secreto que hay varias porciones del territorio michoacano a las que no entra ni el Ejército, por el dominio total de los grupos del narco que ahí mandan.
Ese concepto de extraterritorialidad se ha extendido a una especie de limbo político de un gobierno —el de Leonel Godoy— que ha vivido asustado entre aquel bombazo del 15 de septiembre y la embestida del gobierno federal en aquel michoacanazo al que respondió quedo y tarde. En suma, un balance mediocre que contribuye sin duda a esta sensación de tierra de nadie que vivimos ahora.
Por eso y más, amenaza el domingo 13 de noviembre.
ddn_rocha@hotmail.comTwitter: @RicardoRocha_MX
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