El Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (CERIGUA) publicó
Investigación en prensa escrita sobre violencia hacia las mujeres: 10
años de conteo de dolores y de pesadillas de nuestras congéneres, un informe
que sistematiza 10 años de experiencia de esa agencia de noticias
alternativa en el monitoreo y análisis mediático de las publicaciones
sobre violencia contra las mujeres y específicamente sobre los
asesinatos de mujeres en Guatemala. A continuación reproducimos las
reflexiones finales, en las que se hace referencia a las
transformaciones que sufrió la cobertura de los feminicidios durante la
última década, y luego la posibilidad de descargar el texto completo.
COMUNICAR IGUALDAD- En el 2001 Dijimos: El Estado no cuenta con cifras y estadísticas definidas sobre violencia contra las mujeres y sobre su máxima expresión el femicidio; los movimientos de mujeres en Guatemala alientan constantemente al Estado a asumir responsabilidades en la generación de cifras suficientes que permitan diagnosticar la magnitud de esos fenómenos. Ese año se reportaron 163 casos de muertes violentas de mujeres, la prensa reportó 161 de esos casos.
Los medios de comunicación escrita en Guatemala comúnmente recurren a la práctica de la producción noticiosa y/o informativa con características sensacionalistas, amarillistas y morbosas, para llamar la atención de las/los usuarios; práctica que impide abordar con seriedad, con profesionalismo y desde una perspectiva de derechos humanos, cualquier temática, especialmente el problema de la violencia contra las mujeres y su máxima expresión el femicidio.
Los asesinatos de mujeres, muertes violentas y/o femicidios, son divulgados en las páginas de los periódicos monitoreados, principalmente apoyados con material gráfico degradante, titulares sensacionalistas y amarillistas, redacciones basadas en fuentes como la policía, los bomberos o la fiscalía; poco se dijo sobre las causas y las consecuencias para la sociedad guatemalteca en relación con el fenómeno de la violencia contra las mujeres.
Es una práctica común que los periodistas soliciten a los socorristas que destapen los cuerpos para hacer tomas con las cámaras o sacar las fotos para que luego puedan ser publicadas en los diarios o divulgadas en las transmisiones de los telenoticieros. Para producir las noticias sobre asesinatos de mujeres y/o femicidios, las y los reporteros recurren a las fuentes presentes en las escenas de los crímenes, tales como: fiscales del Ministerio Público, agentes policiales o bomberos; pocas veces se entrevista a familiares, quienes a su vez aducen muchas veces que tienen miedo a represalias, por lo que prefieren evitar salir en los periódicos.
Los periodistas que trabajan como “volantes” tienen pocas oportunidades de profundizar en sus notas, hacer trabajo de investigación o consultar otras fuentes, que no sean las que encuentran en las escenas los crímenes; la violencia contra las mujeres y/o el femicidio fue escasamente colocado en las secciones de nacionales, política o análisis de los medios monitoreados.
En el 2004 Concluimos: Guatemala reporta significativa elevación en el número de mujeres asesinadas (527); entidades del Estado como la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) señalan que se trata de casi un 300 por ciento en la elevación de la tasa de femicidios. Distintas organizaciones de mujeres iniciaron la elaboración de diagnósticos que revelaran el número de muertes violentas de mujeres, basados en el cotejo de las publicaciones de prensa sobre los asesinatos de mujeres y las cifras que obtenían a través de la Policía Nacional Civil, de las fiscalías del Ministerio Público o del Organismo Judicial.
Las feministas denunciaron que la inacción del Estado es cómplice de la elevación de esas muertes. La comunidad internacional mostró preocupación por el fenómeno e instó al Estado a crear e implementar las acciones necesarias para detener los asesinatos de mujeres.
El femicidio en Guatemala llegó a oídos de la comunidad internacional gracias a la cobertura de medios de comunicación extranjeros, agencias de noticias internacionales y medios alternativos como Cerigua, que desarrollaron políticas específicas de divulgación de los temas de mujeres. El fenómeno fue abordado principalmente desde el punto de comparación entre los números reportados en Ciudad Juárez, México y los dados a conocer por las autoridades guatemaltecas. Medios como la BBC, de Londres y periodistas de medios españoles, franceses, estadounidenses y alemanes, llegaron al país para documentar los casos de María Isabel Véliz y Claudina Velásquez, entre otros; acompañaron con sus cámaras a los movimientos de mujeres en sus conferencias de prensa, sobre todo en el marco del Día de la No Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre, del 2006.
Los medios de comunicación nacionales continuaron con la colocación de los cuerpos exterminados en las principales páginas de los diarios y a mediatizar el femicidio desde las cifras. La Agencia Cerigua comenzó a socializar los resultados de la Investigación en Prensa Escrita sobre Violencia contra las Mujeres con los movimientos sociales y con las autoridades departamentales. Profundizó su trabajo de incidencia y de formación con las organizaciones de mujeres, sobre la importancia de instalar oficinas de relacionamiento con la prensa y asignar voceras, para tratar de revertir la forma en la que las mujeres eran visualizadas en los medios de comunicación: víctimas de sucesos u objetos sexuales.
En el 2008 Nuestro estudio reveló: Las autoridades revelaron que este año se conocieron 680 casos de mujeres asesinadas. La coordinación de acciones conjuntas, el trabajo de cabildeo e incidencia y la unidad del movimiento de mujeres, así como la voluntad política de muchos funcionarios nacionales e internacionales, el acompañamiento de algunas periodistas y medios de comunicación y sobre todo, la persistencia de las diputadas de todos los partidos, fue determinante en la promulgación de la Ley contra el Femicidio y otras formas de Violencia contra las Mujeres, en mayo de ese año.
Los medios de comunicación dieron amplia cobertura a la aprobación de la ley en el Hemiciclo y comienzan a llamar “femicidios” a la mayoría de asesinatos de mujeres y a abordar el fenómeno en sus páginas, sin embargo el tratamiento informativo sobre las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, la cultura patriarcal, el machismo y le impunidad principales causas de las múltiples expresiones de violencia contra las mujeres, era aún escasa.
La equidad y la justicia de género, deberían estar incluidas en las publicaciones de prensa, según lo establecido en diversas normas internacionales, entre ellas la Plataforma de Beijing y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que contienen artículos específicos sobre las responsabilidades de los medios en la visibilización de dichas temáticas. La violencia contra las mujeres constituye una grave violación a los derechos humanos. Las informaciones que carecen de elementos que promuevan la equidad de género, también es una expresión de discriminación que impide la vigencia de los derechos humanos, especialmente las garantías de la población femenina.
En el 2009, El estudio publicó: Este año, los asesinatos de mujeres en Guatemala se produjeron con gran brutalidad y con un alto grado de saña, misoginia y premeditación. Muchos de los cuerpos hallados por las autoridades mostraron señales de violencia sexual, mutilación de genitales y desmembramiento, lo que implicaba la existencia evidente de actos de tortura antes de la muerte.
La barbarie implícita en esos asesinatos actúa como un mecanismo de terror amparado en la impunidad enquistada de la violencia de género debido a la falta de persecución y castigo.[ Entre 1999, cuando el Estado comenzó a desagregar los datos por género y el 2009, se contabilizaron 5 mil 28 muertes violentas de mujeres, sólo en el 48 por ciento se tenía información suficiente para determinar si se trataba de un femicidio o no. La situación de violencia, delincuencia e inseguridad que enfrentaban diariamente las mujeres en Guatemala era abordada por la prensa nacional en escasas oportunidades, en contextos idóneos. La mayoría de medios carece de una política de autorregulación a favor de la equidad informativa y las organizaciones de mujeres pocas veces tienen una estrategia de comunicación definida o personal especializado asignado a los trabajos de relaciones con la prensa.
El Centro Nacional de Análisis y Documentación Judicial (CENADOJ) inició a desagregar las cifras de juicios y procesos conocidos por el Organismo Judicial respecto a la violencia intrafamiliar contra las mujeres y las niñas, el femicidio, la violencia contra la mujer, la violencia sexual, la violencia psicológica y patrimonial, figuras delictivas incluidas en la Ley contra el Femicidio. Ese año se registraron 61 sentencias condenatorias por los delitos contemplados en dicha normativa, 18 absolutorias; los departamentos de Izabal, Huehuetenango, Baja Verapaz y San Marcos no reportaron el desarrollo de procesos de ese tipo durante el citado lapso.[3Las otras tipificaciones incluidas en la Ley contra el Femicidio: la violencia sexual y la violencia económica, que sentaron precedentes en materia legislativa a nivel latinoamericano, fueron escasamente abordados por los periódicos monitoreados.
El lanzamiento de la Campaña del Secretario General de las Naciones Unidas ÚNETE para poner fin a la Violencia contra las Mujeres en Guatemala, en el 2009 ayudó a elevar significativamente el número de notas informativas en las que se abordó la violencia contra las mujeres y el femicidio, así como a abrir espacios para el debate mediático de los crímenes contra las mujeres y sus causas. También alentó el involucramiento de otros actores y actoras como las y los columnistas y los editorialistas, quienes excluían esos problemas de sus escritos, por supuesto con pocas excepciones.
En el 2011- Conclusiones al cierre: Luego de analizar durante una década las publicaciones de cinco medios escritos en Guatemala sobre la violencia contra las mujeres, femicidio, feminicidio y los asesinatos contra las mujeres, consideramos que se han registrado algunos avances, sobre todo en materia de abordaje de las temáticas desde una perspectiva social.
Al inicio del milenio, prevalecían las noticias sensacionalistas y amarillistas de muertes de mujeres, donde se mostraban los cuerpos explícitos, la sangre que llamaba al morbo, pocos textos, grandes fotos y escasas fuentes expertas que pudieran aportar algún tipo de análisis a la situación que el país registraba. Las constantes movilizaciones de las organizaciones de mujeres reivindicando el derecho a vivir una vida libre de violencia, tanto en la capital, como en los demás departamentos, su labor de incidencia y de interlocución con las instituciones de gobierno y del Estado, han contribuido en gran medida a transformar la imagen que se tiene de las mujeres en los medios, usualmente como víctima de hechos violentos u objeto sexual.
Los esfuerzos de algunos de los movimientos de mujeres por conseguir los recursos para fortalecer sus departamentos de relacionamiento con la prensa y para llevar a cabo conferencias de prensa, han ayudado a balancear la información que aparece en los diarios sobre la violencia contra las mujeres, aunque continúa prevaleciendo la mayor cantidad de notas sobre asesinatos.
Las entidades del Estado han desarrollado una labor encomiable al capacitar a los y a las reporteras sobre los contenidos de la Ley contra el Femicidio y otras formas de Violencia contra las Mujeres, sobre las causas y las consecuencias de la violencia contra las mujeres y sobre las características de su máxima expresión: el femicidio.
Durante una década de monitoreo las tendencias fueron casi las mismas cada año: muchas publicaciones sobre asesinatos de mujeres con enfoques sensacionalistas y amarillistas y pocos reportajes o artículos de opinión sobre las causas y las consecuencias del femicidio.
Una labor coordinada e intersectorial, de aproximadamente 10 años se realizó para que la imagen de víctima de sucesos que se tienen de las mujeres en los diarios, comience a ser transformada de manera muy tímida y regateada, ya que no ha sido fácil para los movimientos de mujeres conseguir espacios de protagonismo en los medios.
El Estado de Guatemala ha mostrado poco interés en el cumplimiento de los compromisos internacionales que establecen la adopción de medidas para impulsar el protagonismo de las mujeres en los espacios informativos y en los medios de comunicación como actoras del desarrollo, de la construcción de los procesos democráticos y de la consolidación de la paz. Tampoco ha colaborado para que desde lo que le corresponde, se eviten los estereotipos y los reportes irrespetuosos y humillantes de la cobertura de los casos de violencia contra las mujer.
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Fuente
http://www.comunicarigualdad.com.ar/el-sensacionalismo-en-la-cobertura-de-los-feminicidios/
COMUNICAR IGUALDAD- En el 2001 Dijimos: El Estado no cuenta con cifras y estadísticas definidas sobre violencia contra las mujeres y sobre su máxima expresión el femicidio; los movimientos de mujeres en Guatemala alientan constantemente al Estado a asumir responsabilidades en la generación de cifras suficientes que permitan diagnosticar la magnitud de esos fenómenos. Ese año se reportaron 163 casos de muertes violentas de mujeres, la prensa reportó 161 de esos casos.
Los medios de comunicación escrita en Guatemala comúnmente recurren a la práctica de la producción noticiosa y/o informativa con características sensacionalistas, amarillistas y morbosas, para llamar la atención de las/los usuarios; práctica que impide abordar con seriedad, con profesionalismo y desde una perspectiva de derechos humanos, cualquier temática, especialmente el problema de la violencia contra las mujeres y su máxima expresión el femicidio.
Los asesinatos de mujeres, muertes violentas y/o femicidios, son divulgados en las páginas de los periódicos monitoreados, principalmente apoyados con material gráfico degradante, titulares sensacionalistas y amarillistas, redacciones basadas en fuentes como la policía, los bomberos o la fiscalía; poco se dijo sobre las causas y las consecuencias para la sociedad guatemalteca en relación con el fenómeno de la violencia contra las mujeres.
Es una práctica común que los periodistas soliciten a los socorristas que destapen los cuerpos para hacer tomas con las cámaras o sacar las fotos para que luego puedan ser publicadas en los diarios o divulgadas en las transmisiones de los telenoticieros. Para producir las noticias sobre asesinatos de mujeres y/o femicidios, las y los reporteros recurren a las fuentes presentes en las escenas de los crímenes, tales como: fiscales del Ministerio Público, agentes policiales o bomberos; pocas veces se entrevista a familiares, quienes a su vez aducen muchas veces que tienen miedo a represalias, por lo que prefieren evitar salir en los periódicos.
Los periodistas que trabajan como “volantes” tienen pocas oportunidades de profundizar en sus notas, hacer trabajo de investigación o consultar otras fuentes, que no sean las que encuentran en las escenas los crímenes; la violencia contra las mujeres y/o el femicidio fue escasamente colocado en las secciones de nacionales, política o análisis de los medios monitoreados.
En el 2004 Concluimos: Guatemala reporta significativa elevación en el número de mujeres asesinadas (527); entidades del Estado como la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) señalan que se trata de casi un 300 por ciento en la elevación de la tasa de femicidios. Distintas organizaciones de mujeres iniciaron la elaboración de diagnósticos que revelaran el número de muertes violentas de mujeres, basados en el cotejo de las publicaciones de prensa sobre los asesinatos de mujeres y las cifras que obtenían a través de la Policía Nacional Civil, de las fiscalías del Ministerio Público o del Organismo Judicial.
Las feministas denunciaron que la inacción del Estado es cómplice de la elevación de esas muertes. La comunidad internacional mostró preocupación por el fenómeno e instó al Estado a crear e implementar las acciones necesarias para detener los asesinatos de mujeres.
El femicidio en Guatemala llegó a oídos de la comunidad internacional gracias a la cobertura de medios de comunicación extranjeros, agencias de noticias internacionales y medios alternativos como Cerigua, que desarrollaron políticas específicas de divulgación de los temas de mujeres. El fenómeno fue abordado principalmente desde el punto de comparación entre los números reportados en Ciudad Juárez, México y los dados a conocer por las autoridades guatemaltecas. Medios como la BBC, de Londres y periodistas de medios españoles, franceses, estadounidenses y alemanes, llegaron al país para documentar los casos de María Isabel Véliz y Claudina Velásquez, entre otros; acompañaron con sus cámaras a los movimientos de mujeres en sus conferencias de prensa, sobre todo en el marco del Día de la No Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre, del 2006.
Los medios de comunicación nacionales continuaron con la colocación de los cuerpos exterminados en las principales páginas de los diarios y a mediatizar el femicidio desde las cifras. La Agencia Cerigua comenzó a socializar los resultados de la Investigación en Prensa Escrita sobre Violencia contra las Mujeres con los movimientos sociales y con las autoridades departamentales. Profundizó su trabajo de incidencia y de formación con las organizaciones de mujeres, sobre la importancia de instalar oficinas de relacionamiento con la prensa y asignar voceras, para tratar de revertir la forma en la que las mujeres eran visualizadas en los medios de comunicación: víctimas de sucesos u objetos sexuales.
En el 2008 Nuestro estudio reveló: Las autoridades revelaron que este año se conocieron 680 casos de mujeres asesinadas. La coordinación de acciones conjuntas, el trabajo de cabildeo e incidencia y la unidad del movimiento de mujeres, así como la voluntad política de muchos funcionarios nacionales e internacionales, el acompañamiento de algunas periodistas y medios de comunicación y sobre todo, la persistencia de las diputadas de todos los partidos, fue determinante en la promulgación de la Ley contra el Femicidio y otras formas de Violencia contra las Mujeres, en mayo de ese año.
Los medios de comunicación dieron amplia cobertura a la aprobación de la ley en el Hemiciclo y comienzan a llamar “femicidios” a la mayoría de asesinatos de mujeres y a abordar el fenómeno en sus páginas, sin embargo el tratamiento informativo sobre las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, la cultura patriarcal, el machismo y le impunidad principales causas de las múltiples expresiones de violencia contra las mujeres, era aún escasa.
La equidad y la justicia de género, deberían estar incluidas en las publicaciones de prensa, según lo establecido en diversas normas internacionales, entre ellas la Plataforma de Beijing y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que contienen artículos específicos sobre las responsabilidades de los medios en la visibilización de dichas temáticas. La violencia contra las mujeres constituye una grave violación a los derechos humanos. Las informaciones que carecen de elementos que promuevan la equidad de género, también es una expresión de discriminación que impide la vigencia de los derechos humanos, especialmente las garantías de la población femenina.
En el 2009, El estudio publicó: Este año, los asesinatos de mujeres en Guatemala se produjeron con gran brutalidad y con un alto grado de saña, misoginia y premeditación. Muchos de los cuerpos hallados por las autoridades mostraron señales de violencia sexual, mutilación de genitales y desmembramiento, lo que implicaba la existencia evidente de actos de tortura antes de la muerte.
La barbarie implícita en esos asesinatos actúa como un mecanismo de terror amparado en la impunidad enquistada de la violencia de género debido a la falta de persecución y castigo.[ Entre 1999, cuando el Estado comenzó a desagregar los datos por género y el 2009, se contabilizaron 5 mil 28 muertes violentas de mujeres, sólo en el 48 por ciento se tenía información suficiente para determinar si se trataba de un femicidio o no. La situación de violencia, delincuencia e inseguridad que enfrentaban diariamente las mujeres en Guatemala era abordada por la prensa nacional en escasas oportunidades, en contextos idóneos. La mayoría de medios carece de una política de autorregulación a favor de la equidad informativa y las organizaciones de mujeres pocas veces tienen una estrategia de comunicación definida o personal especializado asignado a los trabajos de relaciones con la prensa.
El Centro Nacional de Análisis y Documentación Judicial (CENADOJ) inició a desagregar las cifras de juicios y procesos conocidos por el Organismo Judicial respecto a la violencia intrafamiliar contra las mujeres y las niñas, el femicidio, la violencia contra la mujer, la violencia sexual, la violencia psicológica y patrimonial, figuras delictivas incluidas en la Ley contra el Femicidio. Ese año se registraron 61 sentencias condenatorias por los delitos contemplados en dicha normativa, 18 absolutorias; los departamentos de Izabal, Huehuetenango, Baja Verapaz y San Marcos no reportaron el desarrollo de procesos de ese tipo durante el citado lapso.[3Las otras tipificaciones incluidas en la Ley contra el Femicidio: la violencia sexual y la violencia económica, que sentaron precedentes en materia legislativa a nivel latinoamericano, fueron escasamente abordados por los periódicos monitoreados.
El lanzamiento de la Campaña del Secretario General de las Naciones Unidas ÚNETE para poner fin a la Violencia contra las Mujeres en Guatemala, en el 2009 ayudó a elevar significativamente el número de notas informativas en las que se abordó la violencia contra las mujeres y el femicidio, así como a abrir espacios para el debate mediático de los crímenes contra las mujeres y sus causas. También alentó el involucramiento de otros actores y actoras como las y los columnistas y los editorialistas, quienes excluían esos problemas de sus escritos, por supuesto con pocas excepciones.
En el 2011- Conclusiones al cierre: Luego de analizar durante una década las publicaciones de cinco medios escritos en Guatemala sobre la violencia contra las mujeres, femicidio, feminicidio y los asesinatos contra las mujeres, consideramos que se han registrado algunos avances, sobre todo en materia de abordaje de las temáticas desde una perspectiva social.
Al inicio del milenio, prevalecían las noticias sensacionalistas y amarillistas de muertes de mujeres, donde se mostraban los cuerpos explícitos, la sangre que llamaba al morbo, pocos textos, grandes fotos y escasas fuentes expertas que pudieran aportar algún tipo de análisis a la situación que el país registraba. Las constantes movilizaciones de las organizaciones de mujeres reivindicando el derecho a vivir una vida libre de violencia, tanto en la capital, como en los demás departamentos, su labor de incidencia y de interlocución con las instituciones de gobierno y del Estado, han contribuido en gran medida a transformar la imagen que se tiene de las mujeres en los medios, usualmente como víctima de hechos violentos u objeto sexual.
Los esfuerzos de algunos de los movimientos de mujeres por conseguir los recursos para fortalecer sus departamentos de relacionamiento con la prensa y para llevar a cabo conferencias de prensa, han ayudado a balancear la información que aparece en los diarios sobre la violencia contra las mujeres, aunque continúa prevaleciendo la mayor cantidad de notas sobre asesinatos.
Las entidades del Estado han desarrollado una labor encomiable al capacitar a los y a las reporteras sobre los contenidos de la Ley contra el Femicidio y otras formas de Violencia contra las Mujeres, sobre las causas y las consecuencias de la violencia contra las mujeres y sobre las características de su máxima expresión: el femicidio.
Durante una década de monitoreo las tendencias fueron casi las mismas cada año: muchas publicaciones sobre asesinatos de mujeres con enfoques sensacionalistas y amarillistas y pocos reportajes o artículos de opinión sobre las causas y las consecuencias del femicidio.
Una labor coordinada e intersectorial, de aproximadamente 10 años se realizó para que la imagen de víctima de sucesos que se tienen de las mujeres en los diarios, comience a ser transformada de manera muy tímida y regateada, ya que no ha sido fácil para los movimientos de mujeres conseguir espacios de protagonismo en los medios.
El Estado de Guatemala ha mostrado poco interés en el cumplimiento de los compromisos internacionales que establecen la adopción de medidas para impulsar el protagonismo de las mujeres en los espacios informativos y en los medios de comunicación como actoras del desarrollo, de la construcción de los procesos democráticos y de la consolidación de la paz. Tampoco ha colaborado para que desde lo que le corresponde, se eviten los estereotipos y los reportes irrespetuosos y humillantes de la cobertura de los casos de violencia contra las mujer.
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http://www.comunicarigualdad.com.ar/el-sensacionalismo-en-la-cobertura-de-los-feminicidios/
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