Jérez de la Frontera, 31 may. 17. AmecoPress/LaVozdelSur.- Túnez
es el país más feminista del mundo árabe desde que logró independizarse
como colonia francesa en 1956, así lo definió la BBC el pasado mes de
enero. En marzo, cuando países y medios se tiñen de morado para celebrar
el Día Mundial de la Mujer, Túnez destacó por ultimar su ley integral
contra la violencia de género. Todo un hito dentro de la geografía
árabe.
Hasta hace unos años, cuando los islamistas accedieron al
poder, en Túnez las mujeres eran utilizadas para conquistar el plano
político, mientras los hombres continuaban copando los puestos de
decisión. “Hay hombres muy hipócritas, y que están apoyados por el
partido islamista, que protestan contra la presencia de mujeres y el
progreso feminista”, expresa Amel Belhadj Ali, redactora jefe del Web
Manager Center, periódico electrónico tunecino, y ponente en el Foro
Mujeres en el espacio Mediterráneo celebrado en Jerez y organizado por
la Fundación Tres Culturas.
Desde
que Habib Bourguiba fundó la primera república tunecina en 1957, las
mujeres que residían en Túnez podían acudir a la escuela y escoger
vestir con o sin velo. La república que construyó Bourguiba consiguió
que Túnez resaltase entre los demás países árabes por su lucha en pos de
la igualdad de género, al menos sobre el papel, y por su fuerte
laicismo. Sin embargo, el primer presidente de la república, que
sumergió al país en una dura dictadura y a una depresión económica,
sufrió un Golpe de Estado en 1987 a manos de Ben Ali, dictador militar a
quien en 2011 exilia la Revolución de los Jazmines durante lo que se
conoce como la Primavera Árabe. Se trató de la única manifestación del
contexto árabe en la que participaron tanto hombres como mujeres y que
finalizó con el inicio de un proceso democrático real sin corrupción ni
regímenes dictatoriales maquillados como democracia.
“Siempre
hemos estado a la vanguardia desde el punto de vista jurídico, incluso
varias leyes que se han promulgado en la época del antiguo presidente
Ben Ali”, incide Belhadj. “Fuimos las primeras que cuando se decía que
una mujer tenía un niño casado con un extranjero, podía dar la
nacionalidad a ese niño. Somos uno de los países raros que cuando hay
una madre soltera se le obliga al padre a reconocer al niño aunque no se
case con ella. Eso existe en Túnez.
Somos un país donde hemos
hecho un fondo para las mujeres divorciadas donde obligamos al hombre a
dar dinero a su mujer y si no lo hace, el Estado se lo ofrece. Y puede
incluso llevar al hombre a la cárcel al no realizar ese pago. Por tanto,
desde el punto de vista legal, ha habido muchos progresos y
precisamente ahora estamos votando las leyes de la violencia contra la
mujer. Una ley revolucionaria”, añade. A día de hoy la mujer en Túnez no
se encuentra desprotegida jurídicamente, pero, ¿y desde el punto de
vista social? ¿Cómo la trata la sociedad? “Hay mucha resistencia. Los
hombres tienen privilegios y no toleran que esos privilegios se los
puedan arrancar. Pero esa resistencia no la hemos visto hasta que han
llegado los islamistas en 2011. Son unas personas que han disparado la
alarma. Es entonces cuando nos hemos dado cuenta que entre nosotras
había tantos y tantos misóginos”, responde la periodista tunecina.
Amel
Belhadj Ali explica que los islamistas llegaron al poder en 2011 con un
mensaje progresista y usando a la mujer como bandera, como baluarte
intocable de la sociedad tunecina, lo que provocó que Hamadi Jebali, del
Partido del Renacimiento ganase las elecciones. “Todo el apoyo que han
recibido los islamistas en la parte internacional, lo conseguían porque
se consideraba que no iban a tocar la conquista de la mujer tunecina.
Pero desde el momento en que ellos han atacado el Código del Estatus
Personal (promulgado por Bourguiba) es entonces cuando han mostrado su
cara y han cambiado las cosas”, narra, y continúa: “Hemos visto como
cada vez más mujeres se ponían velo.
Una nueva cultura importada
que no conocíamos, una cultura que venía de los países del Golfo”. Es
por ello que las mujeres tunecinas se unieron para salir a la calle en
2012 con el objetivo de dejar claro “que la mujer jamás sería el
elemento complementario del hombre”. Esta primera movilización no se
apagó y siguió encendida un año más tarde para logar un objetivo
político: derrocar al gobierno islamista.
"Hoy el partido islamista sabe que las mujeres son un colectivo al que no pueden despreciar porque saben que somos la primera fuerza del país”
“Hay
una resistencia que intenta hacer retroceder a las mujeres y somos
nosotras las que debemos luchar en ese ámbito social. Somos nosotras las
que estamos ganando la batalla. Hoy el partido islamista sabe que las
mujeres son un colectivo al que no pueden despreciar porque saben que
somos la primera fuerza del país”, expresa Amel Belhadj. “Fuimos
1.200.000 mujeres las que votamos a favor del actual presidente Youssef
Chahed. El partido Nidaa Tounes ha ganado las últimas elecciones de
2016 gracias a las votantes, que fueron mayormente mujeres. Somos
nosotras las que hemos cambiado el equilibrio de fuerzas políticas en
Túnez a favor de partidos progresistas”, sentencia.
“En nuestro
país los hombres tunecinos nos dicen: Menos mal que existen, que hay
mujeres tunecinas para hacer una muralla contra estos partidos
conservadores”. Túnez, gracias al compromiso y a la valentía radical de
sus mujeres, es el país más igualitario del mundo árabe. La poligamia
está prohibida, las mujeres tienen derecho a pedir el divorcio… y esta
corriente feminista se está extendiendo poco a poco en regiones
colindantes. “Creo que en todos los países árabes se están haciendo
luchas. En Marruecos, en Egipto… Por tanto, a excepción de los países
del Golfo, en todos los países árabes hay luchas femeninas diarias”,
finaliza Belhadj Ali.
Foto LavozdelSur: La periodista Amel Belhadj Ali en los Claustros de Santo Domingo.
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