6/17/2017

Nicaragua: Las abuelas, de vuelta a criar huérfanos del femicidio


 Sylvia R. Torres
Managua, 15 jun. 17. AmecoPress/SEMlac.- Entre enero y mayo de 2017, los femicidios han dejado 26 niños y niñas y tres adolescentes huérfanos. La cifra impacta más cuando se celebraron en mayo, uno tras otro, el Día de las Madres y el Día de la Niñez. Ante la invasión de publicidad y canciones sentimentales alabando a las mujeres que se han reproducido, un grupo importante de niños y niñas preguntan por la suya, asesinada por sus padres o padrastros.

Antes de ser eliminadas sin ninguna justificación las Comisarías de la Mujer, estas instancias cumplían con la función de ayudar a las familias a procesar el duelo, declaró durante una marcha María Eugenia Delgaduillo, sicóloga y líder feminista del colectivo Axayacatl.
A la fecha no hay un programa gubernamental específico que atienda a esta población infantil, la cual en algunos casos también perdió al padre, porque este se suicidó después de haber matado a la mujer. En una publicación de la ONG Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), que entrevistó a familiares de las víctimas de femicidio, algunos niños expresaron ideas suicidas, como es el caso del hijo de Jessica, mientras la hija de Mariela pide a su abuela que le permitan verla [aunque sea un poco, porque no olvida lo desfigurada que la vio en el ataud).
Los duelos por la pérdida de los padres son duros, pero aquellos causados por los femicidios son más cureles, privando el sentido de impotencia y frustración, declaró la sicóloga Brenda Cisneros. Hasta la fecha, en Nicaragua existe una sola ONG encargada de atender directamente a los niños. Se organizó en honor de Aida Carrión, una mujer cuyo asesinato quedó impune, al ser declarado suicidio.
Pero se mantiene de donaciones recogidas, fundamentalmente, en los Estados Unidos, y atiende a 10 niños y niñas hijos de tres mujeres asesinadas en cuatro municipios del país. El objetivo de esta fundación es proporcionar ayuda sicológica y facilitar paquetes alimenticios, chequeos médicos y becas, declaró a los medios nacionales Aida Carrión, hermana de la víctima y directora de la fundación.
En la mayoría de los casos, niñas y niñas quedan en poder de las abuelas, de la misma manera que a ellas o a otros familiares les ha caído la responsabilidad de criar la descendencia de quienes migraron, de manera tal que la idea de que una mujer nunca va a dejar de criar hijos se torna en una responsabilidad para mujeres, afectadas tanto por la pobreza, como por enfermedades comunes como la diabetes, la hipertensión, la artritis, insuficiencia renal o enfermedades coronarias.
Según la Red de Mujeres Contra la Violencia, en los últimos tres años se han contabilizado 300 niños y niñas huérfanos, cuyas madres fueron asesinadas cuando ellas tenían entre 20 y 45 años de edad.
Las y los niños, que en muchos casos presenciaron los asesinatos, sufren pesadillas, insomnio, pérdida de apetito y cambios bruscos de ánimo. Esta sintomatología conduce a la depresión, al bloqueo emocional y hasta la normalización de la violencia, agregó. Según Magaly Quintana, de CDD, durante 2016 una 45 mujeres fueron víctimas de femicidios, cada vez perpetrados de manera más atroz, mientras que 51 mujeres sobrevivieron ataques violentos, clasificados por CDD como femicidios en grado de frustración.
Foto. SEMLac.

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