6/16/2017

Los periodistas pal café. . . .



Ninguna maniobra política, electoral, judicial o carcelaria, por grotesca y falsa que parezca, debería asombrar si se ha producido en el estado de México.
La fabricación de historias fraudulentas, ofensivas a la inteligencia justamente para restregar a los ciudadanos esa capacidad de engaño oficial de baja estofa, es una especialidad de los equipos que han gobernado a esa importante entidad, sobre todo en las gestiones encabezadas por Enrique Peña Nieto (durante la cual se ofrendó a la nación entera la gran mentira de la niña Paulette, encontrada muerta en un resquicio del colchón de su cama, luego de días de intensa y especializada búsqueda por todos lados) y, ahora, por Eruviel Ávila.
Con tales antecedentes, y a reserva de que se conozca la versión oficial sobre la muerte del presunto violador y asesino de la niña Valeria, de 11 años, en Ciudad Nezahualcóyotl, genera natural desasosiego la rápida desaparición de escena del supuesto culpable. Sin mayores pruebas sobre su responsabilidad, podría resultar que José Octavio Sánchez Razo fuera un chivo expiatorio y con su muerte se pretendiera dar por cerrado un caso cuyas turbulencias mediáticas estaban alcanzando otras dimensiones, en especial las relacionadas con la mafia de los concesionarios del transporte público en esa entidad y su relación con políticos y funcionarios (varios de ellos, beneficiados con muchas de esas concesiones, a título propio, de familiares o prestanombres).
Cierto es que el presunto agresor de la niña Valeria pudo haber muerto por decisión propia, por un ataque de alguno o algunos de sus compañeros en la estancia de observación que compartían o, incluso, que jefes policiacos o carcelarios hubieran decidido una venganza ejecutiva o incluso ejemplar. Pero resulta poco profesional, o poco creíble, que la pieza central de un episodio seguido con atención a escala nacional tuviera una mínima vigilancia real, tanto descuido que pudiese suceder cualquier cosa con quien debería haber sido preservado con extremo cuidado por las autoridades para que el caso de la niña Valeria fuera esclarecido a cabalidad, sin dejar hilos sueltos que provocaran fundadas sospechas generales.
Los expedientes acumulados de los feminicidios en el estado de México también están en el curso de la Operación Avestruz que se pretende dar en el caso de la niña Valeria, además del escabroso punto de los densos intereses relacionados con la operación en sí del transporte público (una operación lesiva para los ciudadanos, día tras día, minuto tras minuto; no sólo por los términos físicos de la prestación de esos servicios, sino, además, por la diaria exposición de los usuarios a las agresiones, menores o mayores, de plantillas con frecuencia lumpenizadas de conductores, y de la delincuencia abierta, cada vez más desatada y ostentosa, que asalta, golpea, viola, y llega a matar).
Así como Rafael Moreno Valle ocultó e hizo ocultar durante años en Puebla el fenómeno de los huachicoleros (ladrones de combustible) para no dañar su figura deseosa de postulaciones presidenciales, o los Duarte creyeron posible ocultar que financiaron con millonadas el funcionamiento del comité estatal priísta (en Chihuahua) o la campaña del candidato a la sucesión (en Veracruz), o Roberto Borge pretendió cultivar con regadío de dinero público una imagen distinta a la de la delincuencia personal y familiar que practicaba en Quintana Roo desde el palacio de gobierno (todos estos, solamente algunos de los casos que se dan en cada uno de los estados del país), así en el estado de México se ha pretendido ocultar la realidad del constante e impune asesinato de mujeres.
Mientras arrecian las versiones de que Enrique Peña Nieto prepara el destape de su candidato a la sucesión para que se realice en agosto, mes de una asamblea nacional priísta (aunque el siempre sacrificable Enrique Ochoa Reza trata de despistar, al asegurar que ese destape se dará hasta 2018), el canciller Luis Videgaray Caso ha colocado en Twitter una fotografía donde se ve junto a su sucesor en la Secretaría de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, con un texto políticamente muy sugerente: “Como desde hace casi 30 años, con @JoseAMeadeK caminando juntos. Esta vez en la Universidad Internacional de Miami”.
Así, el cerebro operativo de Los Pinos pareciera asumir abiertamente el papel de pastor de Meade, un funcionario que formalmente no pertenece a ningún partido pero ha ocupado carteras importantes en administraciones panistas y priístas. En torno a Meade hay una corriente tecnocrática que pretende impulsarlo como candidato independiente o ciudadano pero apoyado por el PRI, ante lo cual podría sumarse el PRD, arguyendo que haría alianza no con el partido de tres colores sino con un candidato apartidista. Así que, ¿Caminando Juntos habrá sido el santo y seña del destape del Virrey Videgaray en pro de su delfín, Meade? ¿Hasta en esto se le estará adelantando al manejable Enrique?
El periodista Álvaro Delgado extendió ayer, en acto presidido por Enrique Peña Nieto, un rectángulo de tela en el que había escrito, en negro y rojo: Basta de sangre. Rectifique, Presidente. #NiunoMás. El reportero de la revista Proceso y autor de libros como El Yunque se manifestó así a un mes de la ejecución de Javier Valdez, en Sinaloa. Elementos del Estado Mayor Presidencial pretendieron arrebatar a Delgado el material de su protesta, pero el propio Peña Nieto pidió que le permitieran exhibirlo, añadiendo frases acerca del respeto a la libertad de expresión que dice que garantiza su gobierno y de las condiciones adecuadas para el ejercicio periodístico que también dice garantizar. Todo sucedió en el contexto del cambio de directiva del Consejo de la Comunicación, una entidad integrada por dueños de medios de comunicación y anunciantes en éstos.
Y, mientras el Tribunal Electoral del Estado de México ha impuesto multas, pero no al PRI sino a Morena y a Delfina Gómez, por actos anticipados de campaña, ¡hasta el próximo lunes!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Foto
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el ingreso promedio de un hogar en 2016 fue de 3 mil 733 pesos al mes. Esto es, sólo 158 pesos más que hace 22 años, en 1994. El ingreso es una de las variables consideradas para la medición de la pobreza. La principal fuente de recursos de una familia es la remuneración al trabajo. Ocupa alrededor de 70 por ciento del total de un hogar. De modo adicional existen las remesas, las transferencias por programas sociales, becas y pensiones que lo complementan. De acuerdo con el Coneval, en los pasados dos años 2 millones de mexicanos se han convertido en nuevos pobres. La devaluación del peso y la inflación han contribuido a ello. En estos datos está la clave de por qué el PRI obtuvo más votos en los municipios más pauperizados del estado de México. Una manera de conservar el poder es fomentar la pobreza y luego alquilar por 2 o 3 mil pesos las credenciales de elector.
Cemento, ¿otro aumento?
El principal insumo de la industria de la construcción está por sufrir su segundo incremento en lo que va del año. Carlos Guillermo Medina Rodríguez, presidente de la Cámara Nacional de la Vivienda (Canadevi), hace un exhorto a la industria cementera para frenar el incremento de 12 por ciento que prevé aplicar a los precios a partir del primero de julio. Cementeras como Cemex, Cementos Chihuahua, Cementos Moctezuma y Fortaleza incrementaron hasta 20 por ciento los precios en promedio en el primer trimestre de 2017, para compensar el mayor costo de algunos insumos y de los combustibles. De acuerdo con el presidente de Canadevi, esta segunda alza sería injustificada. Cemex, la mayor cementera de América Latina, dijo que no tiene contemplado un aumento.
Una renuncia extraña
Un juez especializado en competencia económica negó un amparo interpuesto por el director general de Afore Profuturo GNP, Arturo García Rodríguez, contra la multa de casi 540 mil pesos que le aplicó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), en el caso de la colusión en que incurrieron cuatro empresas administradoras de fondos para el retiro (Afores) y 11 directivos. De acuerdo con la Cofece, frenaron los movimientos de trabajadores que buscaban cambiar de Afore. De ese modo se ahorraron gastos de promoción y publicidad. La multa total fue por mil 100 millones de pesos. Extrañamente, el funcionario que llevó a cabo la investigación, Carlos Mena Labarthe, acaba de ‘‘renunciar’’ a su cargo. Había iniciado otro expediente sobre un supuesto fraude cometido por bancos y casas de bolsa contra el Banco de México, al manipular las tasas de interés. Dicen que va a buscar otra chamba en el sector privado. Mmmm.
El error
Este sábado pasará por Azteca 13 el primer capítulo del documental El error. Ficción, miedo, debacle. Es una apuesta del director general, Benjamín Salinas Sada, por una televisión nueva. La trama son los trágicos eventos políticos y financieros que ocurrieron a partir de diciembre de 1994, el llamado ‘‘error de diciembre’’. Los presidentes Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo hundieron en la miseria al país. Todavía hoy cada semana el Banco de México pide dinero prestado para abonar la deuda del rescate de bancos y otras empresas que aprovecharon la situación. La serie de tres episodios pasará por Azteca 13. La producción general corrió a cargo de Adriana Delgado y la música de Chacho Gaytán.



Como señalé en la entrega anterior (9 de junio), uno de los aspectos que abordo en el Cap. 12 de Peasant Poverty and Persistence (PPC), Zed Books, Londres, 2016, del cual soy uno de los editores, al replicar las críticas a la Ponencia Básica (PB: Cap. 1 del libro) es un pasaje de Lenin que puede interpretarse en el sentido de que éste no sostenía la postura que se le suele atribuir. La interpretación generalizada de la postura de Lenin es que, del mismo modo que en la artesanía, el capitalismo se haría cargo de la producción directa en la agricultura, desplazando al campesinado, que desaparecería. Que los campesinos se diferenciarían en capitalistas y proletarios. Pero cuando se lee atentamente la sección XIII, Conclusiones, del capítulo II, La diferenciación del campesinado, de El Desarrollo del capitalismo en Rusia, esta posición tajante tiene que ser matizada. Lenin llega a un importante grupo de conclusiones; Las seis primeras son las siguientes (cito extractos y no reproduzco literalmente):
1) El campesinado ruso contemporáneo está inmerso en la economía mercantil y, por lo tanto, está sujeto a todas las contradicciones inherentes a este tipo de economía y está completamente subordinado al mercado. 2). Estas contradicciones nos muestran de manera clara e irrefutable que el sistema de relaciones económicas en la aldea ‘comunitaria’, no constituye en modo alguno una forma económica especial, sino una forma pequeño-burguesa. El campesinado ruso comunitario no es antagonista del capitalismo, sino, por el contrario, su base más profunda y duradera. 3) Llamo diferenciación del campesinado, y los campesinos le llaman ‘descampesinización’, a la suma de todas las contradicciones económicas entre los campesinos. El viejo campesinado no sólo se está diferenciando, está siendo completamente disuelto, está dejando de existir. 4) La diferenciación del campesinado crea dos nuevos tipos de habitantes rurales: el primero es la burguesía rural o el campesinado acomodado. El tamaño de sus fincas requiere una fuerza de trabajo mayor que la familiar, razón por lo cual se hace necesaria la formación de un conjunto de asalariados agrícolas y de jornaleros. 5) El segundo nuevo tipo es el proletariado rural, la clase de trabajadores asalariados poseedores de tierra. 



Dos informes recientes –uno del Inegi, otro de la Unesco– dan cuenta de lo bien que marchan las cosas en este México lindo y querido, y de lo mejor que funciona el modelito económico, sobre todo en lo referente al cuidado y protección de la niñez en el país, el futuro de la nación, según reza el discurso oficial.
El primero de ellos –divulgado por el Inegi con motivo del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil– advierte que en nuestro país alrededor de 2.5 millones de niños laboran en condiciones no sólo precarias, sino ilegales, y de la numeralia que ofrece dicho instituto sobresale la siguiente:
La tasa de ocupación de la población de 5 a 17 años fue de 8.6 por ciento en 2013, el primer año del gobierno peñanietista, y disminuyó –si vale el término– a 8.4 por ciento en 2015, es decir, dos décimas de punto porcentual, aunque en volumen las cifras no mostraron alteraciones. De los menores de 5 a 17 años ocupados, nueve de cada 10 (89.6 por ciento) realizan actividades no permitidas. Cuatro de cada 10 (37 por ciento) no asisten a la escuela. De las niñas y niños de ese rango etario en ocupación no permitida, cuatro de cada 10 (42.5 por ciento) no reciben ingresos y 28.8 por ciento percibe hasta un salario mínimo.
En 2015, 5.7 de cada 100 niñas y niños de 5 a 17 años realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas. Tres de cada 10 niñas (29.7 por ciento) de ese rango que realizan quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, exceden las 28 horas laborales a la semana, situación que presentan 4.7 por ciento de los niños.
Dentro de la categoría de niños ocupados existen menores que se encuentran en actividades definidas como no permitidas por estar debajo de la edad mínima o en ocupaciones y actividades peligrosas según la Ley Federal del Trabajo. Así, de los menores de 5 a 17 años ocupados, nueve de cada 10 (89.6 por ciento) realizan actividades no permitidas. Lo anterior representa una tasa de ocupación no permitida de la población de 5 a 17 años de 7.5 por cada 100 niñas y niños entre estas edades; la cifra es mayor para los niños (10.7 por cada 100 niños), que para las niñas (4.2, por cada 100 niñas).
En áreas menos urbanizadas, la tasa de ocupación de la población de 5 a 17 años es mayor que en las más urbanizadas, pues en las primeras se presenta en 10.3 y en las segundas, en 5.9 por cada 100 niñas y niños de 5 a 17 años. La tasa de ocupación no permitida de la población de 5 a 17 años en áreas menos urbanizadas es de 9.5 por cada 100 niñas y niños en estas edades, menor que en las más urbanizadas con 5 por cada 100.
El Inegi subraya que según la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo los niños de 5 a 11 años no deberían realizar ningún tipo de actividad laboral; el grupo de 12 a 14 años únicamente trabajos ligeros que no perjudiquen su salud o desarrollo y no impidan su asistencia escolar; en tanto que los mayores de 14 años pueden tener un trabajo regular, quedando fuera actividades y condiciones consideradas en la categoría de trabajo peligroso y peores formas de trabajo infantil.
Detalla que al separar por grupos de edad se observa que, de los niños y niñas ocupados, 14 por ciento tienen de 5 a 11 años, 21.8 por ciento de 12 a 14 y 64.2 por ciento de 15 a 17 años. La vulneración del derecho a la educación de los niños conduce a reproducir la situación de pobreza. La Organización Internacional del Trabajo ha señalado que no se erradicará el trabajo infantil sin educación universal, aunque tampoco se podrá garantizar que todos los niños y niñas estén escolarizados a menos que se acabe con el trabajo infantil.
Lo anterior, terrorífico de por sí, se refuerza con el informe divulgado ayer por la Unicef (Estado mundial de la infancia 2016), en el que el organismo especializado de la ONU advierte que en México 31.6 por ciento de los menores sobrevive en condiciones precarias, donde uno de cada tres niños se enfrenta a la inseguridad alimentaria (¿qué fue de la tan cacareada Cruzada contra el Hambre?), con lo que nuestro país se ubica en el escalón 38 –de 41 posibles– en el ranking internacional.
La Unicef detalla que en promedio, uno de cada cinco niños (21 por ciento) de estos 41 países de altos ingresos vive en la pobreza, aunque existen grandes desigualdades: uno de cada 10 en Dinamarca e Islandia, mientras en España (en el puesto 16) la tasa es de 30.5 por ciento; en México de 31.6 y en Chile de 25.5. Finlandia, Islandia y Noruega son los países más eficaces a la hora de reducir la pobreza infantil gracias a las prestaciones sociales y a los impuestos destinados a corregir las desigualdades. En los dos tercios de los países, 40 por ciento de los hogares con los niños más pobres ganan menos que el 10 por ciento de los más ricos. Uno de cada ocho niños está confrontado a la inseguridad alimentaria, un dato que escala hasta uno de cada cinco en Gran Bretaña y en Estados Unidos, y a uno de cada tres en México y Turquía.
En el periodo de referencia, anota el organismo especializado de la ONU, la mayoría de países ricos redujeron su tasa de mortalidad neonatal (durante las cuatro primeras semanas de vida) en años recientes, pero Canadá, Estados Unidos, Chile, México, Bulgaria y Turquía todavía tienen tasas superiores a la media de 2.8 decesos por mil nacimientos.
Sobre el trabajo infantil, la Unesco subraya que los gobiernos ya no pueden pasar por alto los argumentos económicos contra el trabajo infantil. Una tasa elevada de trabajo infantil conduce a un mayor desempleo. Hoy en día, por los 150 millones de niños (de 5 a 14 años) que realizan trabajos pensados para adultos, hay 200 millones de adultos desempleados. Con unas medidas económicas acertadas, los gobiernos deberían garantizar un salario vital decente para que los progenitores puedan enviar a sus hijos a la escuela.



El 23 de mayo pasado se cumplió un cuarto de siglo de la muerte del juez Giovanni Falcone, instructor del maxiproceso de Palermo contra la mafia. Tras un fin de semana de descanso, el matrimonio, que no tenía hijos para no dar al mundo un huérfano, regresaba a la capital de Sicilia escoltado por varios vehículos de la policía. Una colosal explosión atrapó al convoy donde viajaba el juez, de 53 años, y su esposa. El coche que transportaba al juez quedó al borde de un cráter de cuatro metros de profundidad causado por una bomba de 500 kilos de trinitrotolueno.
Él será primero, después me matarán a mí, afirmó repetidas veces el magistrado Paolo Borsellino, otro de los impulsores del macro juicio contra la mafia. No se equivocó: el 19 de julio siguiente, un coche cargado de explosivos estalló frente a la casa de la madre del magistrado, cuando éste acababa de llamar a la puerta. Él y cinco de sus escoltas murieron. Ambos crímenes fueron obra de la Cosa Nostra y el inicio de la lucha frontal del Estado contra esa poderosa organización criminal.
En esa tarea, un papel importante lo ha jugado Leoluca Orlando, el domingo pasado elegido por quinta vez alcalde de Palermo y que ha dedicado todo su esfuerzo a despertar la conciencia ciudadana para, junto con las autoridades, enfrentar las acciones punitivas de la mafia. Lo que ha logrado es notable. Igual al rescatar y convertir las 250 hectáreas del centro histórico de la ciudad, en museo de las culturas que dejaron su huella en Sicilia: griegos, fenicios, romanos, árabes, judíos, normandos, españoles...



El trabajo de la argentina Juana Molina (1962), loado sobre todo entre la industria independiente global, admirado por Radiohead, jamás decepciona. Y su séptimo disco Halo no es excepción: se lleva batientes palmas, por la agraciada manera en que ha evolucionado con un hermoso sonido propio, lejano a cualquier tendencia, donde la única medida es su universo personal, mágico y minimal.
Molina abandonó su carrera de actriz cómica de televisión, que al inicio la estigmatizó e impedía le concedieran credibilidad como músico, así que dejó unos años su Buenos Aires natal, para establecerse un tiempo en Nueva York, ganar reputación con su obra como compositora e intérprete (voz, guitarra, producción) y de nuevo volver a su patria. Inició su camino discográfico en 1996 con Rara, y desde entonces, álbumes sobresalientes como Segundo (2003), Tres Cosas (2004), Un Día (2008), no dejan de maravillar los oídos de quien la escuche.




El miércoles pasado ocurrió una explosión y un incendio en la refinería Antonio Dovalí Jaime, ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, con un saldo, hasta ayer, de un muerto y nueve heridos. De acuerdo con la información oficial, el siniestro fue causado por un derrame de aceite y residuos que se desbordaron de represas ubicadas en las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) tras el paso de la tormenta tropical Calvin. En abril de 2016, en el complejo petroquímico de Pajaritos, Coatzacoalcos, Veracruz, tuvo lugar un percance mucho más grave que destruyó una planta de clorados de propiedad mixta y causó la muerte de 24 trabajadores y lesiones a más de un centenar. En marzo del presente año, una explosión en la refinería de Salamanca, Guanajuato, mató a siete operarios, entre empleados y personal subcontratado.

En recuerdo de Alcira Soust
Leí con emoción el excelente reportaje de Mónica Mateos sobre Alcira Soust. El día del entierro de Rosario Castellanos, traída de Israel donde murió el 7 de agosto de 1974, una mujer alta, el pelo empapado, repartió bajo una fuerte lluvia poemas de Rosario. Se había tomado la molestia de escribir a máquina uno por uno y los tendía bajo la lluvia. Estaba tan mojada que era difícil no confundir sus lágrimas con las gotas de lluvia. Después supe que el 18 de septiembre de 1968, cuando el ejército tomó Ciudad Universitaria, Alcira, aterrada, se encerró en el baño de mujeres de la Torre de Humanidades. ¿Por qué? Era uruguaya y como extranjera tenía prohibido participar en actos políticos. Alaíde Foppa me lo advirtió varias veces: Te pueden aplicar el artículo 33. El gran José Revueltas habla mucho de ella en México 68, juventud y revolución. Roberto Bolaño la convirtió en el personaje principal de su novela corta Amuleto, pero no le hace justicia. Nadie sabía su apellido. Los poemas parecían sudarios de tanta agua y aunque tendí uno en el respaldo del asiento del coche, las letras fueron borrándose. También así se fue borrando la mirada desolada de Alcira por quien pregunté y me respondieron: Está loquita.

La presencia. Así los tiempos. Lo más que se puede esperar de la política cotidiana es cero referencia a Lenin (desaparecida la amenaza comunista el mainstream pierde interés en vilipendiarlo), o... su abrazamiento desde la derecha. Allí está el supuesto destape de S. Bannon el principal asesor de Trump: “Soy un leninista. Lenin quería destruir el Estado y éste también es mi objetivo. Quiero derrumbar todo y destruir el establishment actual” (The Daily Beast, 22/8/16). Pero este tipo de confesiones es capaz de excitar sólo a los liberales (¡los dos extremos se juntan!). Si bien en la izquierda hay una larga tradición de leer a los conservadores que a veces ven más (Benjamin lee a Schmitt, Zizek a Sloterdijk, etc.), no hay nada así en la derecha (bueno, Sloterdijk sí lee a Lenin y justo sobre su insistencia en demoler los aparatos del anciene régime –véase: Après nous le déluge, 2016, p. 145-163–, pero es Sloterdijk). Dudo que Bannon tenga en su biblioteca a El Estado y la Revolución (1917) y mucho menos por ejemplo –permitan que me estire para agarrar algo de la mía– a On the dictatorship of the proletariat (1977) de E. Balibar que evocando aquel dictum leniniano insiste: si no se destruye el viejo Estado, la revolución será sobrepasada y la explotación en cualquier forma histórica mantenida (p. 60). En fin: su propósito no es empoderar a la clase trabajadora –aunque sea white–, sino las élites de su agrado (drain the swamp).

Los recientes procesos electorales con su despliegue de miserias refrendaron una situación nacional ingrata y por tanto fácilmente rechazable: Ciertas realidades parecen no tener marcha atrás y, más aún, su degradación es imparable. Sí, está claro que México no accederá fácilmente a una deseable estabilidad política, de armonía social ni a una menos penosa desigualdad. No es esta una afirmación nostálgica, sino un juicio, ojalá errado, de que, hasta dónde la vista alcanza no hay factores creíbles, humanos y circunstanciales, confiables para un alivio suficiente y pronto de nuestros aprietos actuales.

En los primeros meses posteriores a la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, ejecutada la noche del 26 de septiembre del 2014, esta benemérita institución fue sede de una febril actividad por parte de estudiantes normalistas rurales del país, de familiares de los desaparecidos y de muchas organizaciones civiles que acudieron a dar soporte en la búsqueda de los estudiantes y en la exigencia de justicia frente a los asesinatos de aquella noche atroz. En medio de estos imperativos, la normal continuó sus actividades en un ambiente de profunda desesperación al ver pasar los días sin una intervención eficaz de las autoridades para recuperar a los futuros maestros rurales. En este contexto surgió un poderoso destello de humanidad y de esperanza: un grupo de niños de Tixtla, quienes acudían regularmente a la ludoteca de la normal y que vivían con toda su crudeza el desasosiego de los padres, solicitaron con insistencia a sus maestras una clase especial sobre cómo hacer barcos de papel. Aprendida la lección, los niños armaron una flota de 43 barcos que botaron en las aguas del río más cercano, convencidos de que llegarían a los normalistas desaparecidos para que en ellos pudieran emprender el retorno a Ayotzinapa. Este episodio, verdadera ofrenda a la vida, es un significativo mensaje para una sociedad mexicana que ha sido inoculada con muerte y odio a fuerza de corrupción e impunidad. Mas no ha sido el único.

Como siempre, pasó desapercibido en los grandes medios de comunicación y particularmente entre la clase política, el importante comunicado del Congreso Nacional Indígena Ejército Zapatista de Liberación Nacional (CNI–EZLN), Llegó la hora, del 28 de mayo pasado. Inmersos en las elecciones de Estado, tan predecibles en sus resultados fraudulentos, como la frustración de quienes votan de buena fe, confiados en que ahora sí, se podrá al menos una alternancia, tanto los medios como los políticos, ignoran o invisibilizan lo referente a las resistencias e iniciativas políticas de los pueblos indígenas. El autismo y egocentrismo de la clase política va a la par de la obsecuencia ante el poder de los analistas mediáticos.
Juan Gil-Albert, el poeta valenciano, tiene unas interesantes reflexiones –los días contados– sobre mi artículo de la semana pasada: Vencer o ganar, ¿a qué otra cosa se llama hoy ganar que no sea dinero?, ¿no fue el dinero el que ganó las elecciones de la semana pasada en el estado de México, Coahuila o Nayarit?, ¿no es el dinero el que permite a Donald Trump llegar a la presidencia del país más poderoso en la actualidad y actuar con omnipotencia frente al problema que se presenta, incluida estos días su actitud frente al director de la FBI?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario