El ataque sexual y el asesinato de la niña Valeria “es la gota que
derramó el vaso”, dice entre llanto, llevándose las manos al rostro
Gabriela Martínez, maestra jubilada de unos 60 años, quien junto con
cerca de 30 vecinos se reunieron ayer por la tarde frente al Palacio
Municipal de Nezahualcóyotl para formar una asamblea vecinal.
Conmocionados por el asesinato de la niña de 11 años en una combi de la Ruta 40, dicen las y los vecinos que están hartos de la inacción de las autoridades ante el aumento del feminicidio, de la inseguridad y de la violencia cotidiana en sus colonias, donde no hay buen alumbrado público, ni cámaras de seguridad, donde el pavimento está destruido y con un transporte público que opera “sin reglas”.
Por eso, luego de tres días consecutivos de protestas, un locatario dice a Cimacnoticias, “vamos a apostarle a la organización barrial”.
Quieren apoyarse, explican, porque esto es lo que viven las mujeres en Ciudad Nezahualcóyotl, un territorio que, desde 2015 está bajo la Alerta de Violencia de Género (AVG), pero donde la realidad –con el asesinato de Valeria y otros casos de feminicidio como el de la Niña de Neza, quien fue abandonada en un baldío hace unos meses- rebasa el intento de simulación del gobierno del Estado de México, gobernado por Eruviel Ávila, del Partido Revolucionario Institucional.
Una entidad en donde, además, el gobierno está obligado a investigar todos los asesinatos violentos de mujeres, sin excepción, como feminicidio, porque así lo ordenó en una sentencia la Suprema Corte de Justicia de la Nación, luego de que el asesinato de Mariana Lima, en 2010, fue investigado como suicidio luego de que la Procuraduría mexiquense no realizó las diligencias con perspectiva de género.
Cifras de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México indican que de 2011 a mayo de 2017 en Neza se registraron 21 casos de feminicidio y las colonias más peligrosas, “zonas de mayor riesgo”, les llama el informe, son Benito Juárez, en donde encontraron a Valeria asesinada; Manantiales, Juárez Pantitlán, El Sol, Tamaulipas Sección las Flores y el Palmar, Porfirio Díaz, y Ampliación José Vicente Villada.
VALERIA, EL CASO MÁS RECIENTE
Valeria desapareció el pasado jueves 8 de junio en Nezahualcóyotl. Ese día, relató su padre, iban en bicicleta tras salir de la escuela, pero empezó a llover. La subió a una combi, de la ruta que corre de Guelatao a distintos puntos del municipio, para que no se mojara. Se verían cuadras adelante, cerca de donde ella vivía con su madre.
El vehículo era conducido por José Octavio “N”, quien tenía poco de trabajar en esa ruta y que, según autoridades, podría haber falsificado sus documentos para ser admitido, porque tenía antecedentes penales por abuso sexual.
La madre de Valeria, Jacqueline Ortiz, denunció ante varios medios de comunicación que cuando fue a presentar la denuncia por la desaparición de su hija, el 8 de junio, las autoridades ministeriales se negaron a emitir la Alerta Amber y a buscarla, porque “estaban muy ocupados con la elección”. Le dijeron que seguro “se había ido con el novio” y transcurrieron horas clave para que se pudiera haber evitado el feminicidio de Valeria.
El cuerpo de la niña se encontró un día después en la colonia Benito Juárez, dentro de la combi donde viajó por última vez. El feminicida está hoy en el Centro Preventivo y de Readaptación Social de local, en espera de sentencia.
El gobierno municipal, encabezado por Juan Hugo de la Rosa García, acordó con su familia de Valeria colocar alumbrado en la Avenida Sor Juana Inés de la Cruz derribando los árboles, vigilar el transporte público, poner botones de pánico y cancelar la Ruta 40. Esto último se logró cinco días después del feminicidio, ante la presión que ejercieron días de protestas.
Sin embargo, ayer en la reunión vecinal, la gente dice que no está conforme y un estudiante de Derecho asegura que “lo que el gobierno municipal anunció que haría tras el asesinato de Valeria es una burla, lo anuncian como si fuera lo más grande cuando su obligación es cumplir todo eso y protegernos”.
A DOS AÑOS DE LA AVG
La plataforma oficial del Estado de México por la AVG asegura que en once municipios que están bajo la alerta está ya instalada una infraestructura de seguridad.
El gobierno enumera que: identificó las zonas de riesgo, busca de inmediato a mujeres y niñas desaparecidas antes de 24 horas, incrementó los patrullajes, recuperó y alumbró los espacios públicos, supervisa el transporte público, otorgó órdenes de protección a mujeres por violencia familiar, difundió los alcances de la AVG a la población.
Lizbeth, trabajadora del hogar que se unió a la reunión vecinal, lo desmiente: en la colonia Evolución “no hay alumbrado, en las calles hay gente drogándose, instalaron botones de pánico para ayudarnos pero cuando mis vecinas los han necesitado estamos toque y toque y nadie llega”, dice.
Pide que las unidades del transporte que toma todos los días para dejar a su hijo en la escuela, estén alumbradas, sin vidrios polarizados, bases de chequeo, y con cámaras de seguridad. “Para estar sin miedo, seguros...”, señala.
“Ni en tu casa estás segura, vivimos con el miedo de que en cualquier lugar nos puede pasar”, denuncia Claudia, psicóloga, quien agrega que, pues ahí viven y quieren cambiarlo.
LA REALIDAD
Nezahualcóyotl está unido con Chimalhuacán por el bordo de Xochiaca y comparten también la misma problemática de feminicidio. La zona se convirtió desde 2005 en lugar en donde los cuerpos de mujeres eran arrojados en medio de basureros, canales de aguas negras, lotes baldíos, y construcciones abandonadas.
Cifras del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio indican desde ese año hasta 2013, un 50 por ciento de los más de mil 600 asesinatos de mujeres registrados se concentraron en estos municipios.
El asesinato de la niña Valeria no es el único que ha ocurrido en el transporte público. Desde 2010 hasta 2012, César Armando Librado Legorreta cometió ocho violaciones y siete feminicidios contra pasajeras, tres contra menores de edad, en un microbús que manejaba en la ruta Chapultepec Valle Dorado.
“El Coqueto”, como le apodaban porque el vehículo tenía esa inscripción en el parabrisas, abandonaba los cuerpos de las jóvenes en Tlalnepantla, pero fue ubicado luego de que dejó a una de sus víctimas en la colonia Juárez de la Ciudad de México.
Lo aprehendieron en febrero de 2012 y fue entregado a la Fiscalía mexiquense, de donde huyó, para finalmente ser recapturado y sentenciado a 240 años de prisión.
Los robos, las agresiones y hostigamientos sexuales, la inseguridad de viajar en el transporte público del Estado de México, no concluyeron con ese caso del Coqueto, continúan como demuestra el caso de Valeria.
Por eso, Lizbeth, una de las vecinas reunidas ayer frente a la alcaldía de Neza se pregunta “¿A dónde debemos ir, qué tenemos que decir?”.
Ya es de noche y la reunión no termina, las y los vecinos dialogan, discuten, acuerdan reunirse, informar a los vecinos, salir a las calles, dar talleres, apoyar a la familia de Valeria. Escriben sus ideas en una libreta para actuar, porque concluyen que en los 11 municipios con AVG ni en los demás el Estado garantiza una vida libre de violencia para las mujeres.
“Tengo tres hijas y cuando escucho de casos como el de Valeria me siento atada de manos, pero ya me cansé, es momento de decir, ¡ya basta!”, afirma la maestra Ericka, vecina de Chimalhuacán. “Me causa mucha rabia, mucho dolor, saber que la siguiente podría ser yo”, dice.
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Por: Hazel Zamora Mendieta y Montserrat Antúnez Estrada
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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