4/26/2020

Columnas y opinion del periódico La Jornada sab 25 abril 2020


Megaproyectos, sin aval de las comunidades
A unos días de que llegue a su punto más alto la emergencia sanitaria por la propagación del Covid-19 en México, el gobierno federal apresura el paso de megaproyectos que no cuentan con el aval mayoritario de los pueblos y organizaciones indígenas afectadas por los mismos.
Ante la crisis económica provocada por la pandemia, el gobierno de México resaltó en su discurso la generación de empleos que supuestamente generará la construcción de los megaproyectos, y anunció su carácter estratégico para salir del resquebrajo económico, medida que rechazaron comunidades indígenas, colectivos y organizaciones.
Pareciera ser que el gobierno federal se aprovecha de la actual coyuntura para avanzar en la continuación de un proyecto que ha sido cuestionado por diversos sectores y cuya opacidad incluso ha generado la emisión de una orden de suspensión por parte de un juez federal ante un amparo presentado por comunidades de Calakmul y Candelaria, cuestionaron organizaciones como la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC.
Con respecto al Corredor Interoceánico, proyectado entre los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca, la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) denunció que en plena pandemia se esté promoviendo la realización de trabajos de modernización y rehabilitación de las vías férreas .
En la actual contingencia sanitaria, sin duda serán los pueblos indígenas los más afectados por la falta de infraestructura médica, razón por la que la UCIZONI denunció que sin respetar las normas mínimas de prevención se anunciara el inicio de los trabajos, sin importar que las actividades no prioritarias estén suspendidas, que no exista la Manifestación del Impacto Ambiental y que se haya suspendido la consulta indígena.
UCIZONI demanda al gobierno federal que los recursos financieros destinados al Corredor Interoceánico se utilicen en el equipamiento de clínicas y hospitales de la región y en el impulso de un programa de desarrollo de la economía comunitaria, no contemplada en el plan de rescate del gobierno federal.



Hay confianza en el doctor López-Gatell y su equipo
El 95 por ciento de 6 mil 824 ciudadanos avalan su trabajo
Están haciendo un trabajo serio y profesional
Foto
En medio de la emergencia sanitaria del Covid-19, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, está sobresaliendo como una de las figuras principales de la estrategia del gobierno mexicano para enfrentar el problema. También ha enfrentado críticas. La encuesta de esta semana planteó una pregunta muy puntual: ¿confías en el doctor López-Gatell y su equipo? La respuesta fue abrumadora: 95 por ciento de 6 mil 824 participantes de toda la República contestó: ‘sí confiamos’.
Metodología
El sondeo fue distribuido por redes sociales. Participaron 6 mil 824 personas; en Twitter, mil 421; en El Foro México, 662 y en Facebook 4 mil 741. Enseguida, algunas opiniones.
Yo de grande quiero ser coronavirus
Sabemos poco de cómo están experimentando los niños la pandemia. Aquí una ventanita a su imaginación y sus preocupaciones:
Dice la maestra: A ver niños, ustedes ¿qué quieren ser de grandes?
Primera niña responde: De grande quiero ser reportera para ir con el micrófono y así informar a la gente lo que está pasando… Segunda niña: Yo de grande quiero ser científica para inventar la cura del coronavirus.
Primer niño: Yo quiero ser doctor para curar a todas las personas que tienen coronavirus… Segundo niño: Yo de grande quiero ser Presidente para ayudar a los que más lo necesitan en la cuarentena…
Y entonces interviene el tercer niño, probablemente el más travieso y también el más creativo: “Yo de grande quiero ser coronavirus…” (Empieza su canción durante la cual vemos al fondo imágenes hermosas de nuestro planeta, paisajes y animales):
Yo de grande quiero ser coronavirus/ recorrer el mundo a gran velocidad/ viajar por el aire sin preocupaciones/ y moverme en absoluta libertad.
Yo de grande quiero ser coronavirus/ y vaciar las calles de cada ciudad/ salvar a las plantas y a los animales/ ¡y terminar con la maldita humanidad!
Yo de grande quiero ser coronavirus/ infectar a las personas sin piedad/ que colapsen los gobiernos y que todos transformemos la asquerosa realidad./ Yo de grande quiero ser coronavirus/ enfermar a quien se tenga que enfermar/ ignorar las diferencias de la gente/ y que se quede quien se tenga que quedar./Porque el fin de la humanidad también es algo natural/ a la Tierra le das igual, no te sientas tan especial/ nuestra desaparición/ no tendrá repercusión./ El mundo será un lugar mejor/ después de nuestra exterminación./ Ya no hay nada que arreglar/ es más digno irnos en paz/ hay que morir para dejar vivir…(Y sigue…) El video completo puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=k-aHW7hAbhU.
Va mi felicitación a los autores: vestuario y manejo de muppets Gigi Bárcena Osornio. Letra y Música de Cheyk Gudiño. ¡Bravo¡

Caída económica
Annus horribilis
Más allá del terrible panorama sanitario, para nadie es un secreto que 2020 será un annus horribilis para la economía mundial. Los pronósticos más optimistas (FMI) apuntan hacia un desplome global no menor a 3 por ciento, aunque en las economías avanzadas la caída promedio sería de 6 por ciento. La estadunidense se hundiría 5.9 por ciento y el derrumbe en la zona euro promediaría -7.5 por ciento.
De acuerdo con esas estimaciones, en 2021 todas las economías crecerían, pero con un ritmo insuficiente para tapar el profundo agujero de 2020. Y entre los pronósticos de este annus horribilis sobresalen dos: el de la economía china que, con todo, registraría un  crecimiento de 1.2 por ciento, y el de India, con un avance de 1.9 por ciento. Los demás son negativos.
Para el caso latinoamericano la pandemia de Covid-19 impacta por medio de factores externos e internos, cuyo efecto conjunto conducirá a la peor contracción que la región ha sufrido desde 1914 y 1930. Se prevé una contracción regional promedio de -5.3 por ciento para 2020 (Cepal).
Pero no todo es la pandemia, porque antes de ella “América Latina y el Caribe ya acumulaba casi siete años de bajo crecimiento, con un promedio de 0.4 por ciento entre 2014 y 2019. La crisis que sufre la región este año, con una caída del PIB de -5.3 por ciento, será la peor en toda su historia. Para encontrar una contracción de magnitud comparable hace falta retroceder hasta la Gran Depresión de 1930 (-5 por ciento) o más aún, hasta 1914 (-4.9) (ídem).
Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la crisis del nuevo coronavirus se ha transmitido a la región a través de cinco canales: reducción del comercio internacional; caída de los precios de los productos primarios; intensificación de la aversión al riesgo y empeoramiento de las condiciones financieras mundiales; menor demanda de servicios turísticos y reducción de las remesas. Se prevé un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad.
Las dos mayores economías latinoamericanas se sacudirán: de acuerdo con las estimaciones de la Cepal, la brasileña caerá 5.2 por ciento y la mexicana 6.5 por ciento (una proporción negativa similar a la que registrarían Argentina y Ecuador), en el entendido de que la interrupción de las cadenas de valor producida por la pandemia impactará con mayor intensidad (en ese par), al poseer los sectores manufactureros más grandes de la región. Además, para nuestro país el desplome económico estadunidense golpeará el volumen de remesas, al igual que –roto con descosido– los precios petroleros


En los tiempos del cólera 3
Saxy Jazz Club (Monterrey). Un proyecto fuera de serie, un club de colosales dimensiones (en el contexto jazzístico del país) estaba a punto de inaugurarse, cuando un nuevo virus obligó al planeta a bajar todas las cortinas (en este caso, a no subirlas) y la inauguración del Saxy Jazz Club ha quedado en stand by hasta nuevo aviso.
En esta regia ciudad norteña abundan los lugares donde se toca jazz una o dos veces a la semana (Maverik, Feel Grow, Mississippi, Cueva Carbajal, etc.), pero clubes de jazz en forma, sólo se sabe del Blue Jay y el Bebop, heroicos sitios que remaban contracorriente cuando el jazz en Monterrey giraba en los sótanos del subterráneo.
hoy la realidad es otra y Óscar Zensei González, guitarrista de excepción, maestro (La Jornada 29/7/2014) y director del Festival Internacional de Jazz de Nuevo León, se ha asociado con cuatro empresarios regiomontanos para dar vida al Saxy Jazz Club. “Vamos a tener música de martes a sábado –nos comenta– y cada día va a estar dedicado a un estilo diferente. Los martes va a haber jam session, los miércoles jazz fussion y jazz rock, el jueves será jazz latino y viernes y sábado cantantes, proyectos originales y teatro cabaret con jazz.
–¿Todo estaba listo? ¿Ya nada más para inaugurar?
–Casi. Nos falta terminar de conectar bien el audio y traernos los pianos: dos de cuarto de cola, un Carl Sauter y un Yamaha. Eso es otra novedad. Uno va a estar en el escenario y otro cerca de la barra, para en algún momento hacer un tipo de piano-bar.




Editorial La Jornada
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entre el año 2000 y el presente, la deuda del sector público mexicano pasó de 19 a 45 por ciento del producto interno producto (PIB), un crecimiento a todas luces preocupante que, además, no considera el débito contraído por el Estado para el rescate bancario y de las carreteras concesionadas tras la crisis de 1995. Sólo en la década anterior, la deuda del sector público federal se disparó en 166 por ciento, al pasar de 4 billones 213 mil 878 millones al cierre de 2010, a 11 billones 27 mil 500 millones de pesos en diciembre de 2019. En este periodo, que abarca los últimos dos años del sexenio de Felipe Calderón, la administración completa de Enrique Peña Nieto y el primer año de Andrés Manuel López Obrador, el endeudamiento trepó de 31.5 a 45.5 por ciento del PIB.

¡Cuba! ¡Qué linda es Cuba!
La isla bella conmueve al mundo con el portentoso despliegue de auxilio médico por todos los rincones del planeta.

Todo está yendo muy rápido. Ninguna pandemia fue nunca tan fulminante y de tal magnitud. Surgido hace apenas 100 días en una lejana ciudad desconocida, un virus ha recorrido ya todo el planeta y ha obligado a encerrarse en sus hogares a miles de millones de personas. Algo sólo imaginable en las ficciones posapocalípticas…
Decía el Che Guevara que la solidaridad es la ternura de los pueblos. Esta frase no puede ser más cierta en el caso de Cuba, el pueblo más tierno del mundo.
Recuerdo que cuando estudiaba en la prepa de Jalisco, tenía una amiguita de buena familia que cursaba el mismo año, pero en una preparatoria para gente decente, regenteada por madres mercedarias, y a menudo, cuando no podíamos hacer algo mejor, comparábamos unas enseñanzas con las otras.


Hasta los hombres cercanos a Porfirio Díaz entendían el papel que debía jugar una universidad y, por extensión, la educación para un país en emergencia. Al crearse la primera en septiembre de 1910, Justo Sierra la dedicaba al presidente: la Universidad Nacional es vuestra obra, pero también decía que no, no será la Universidad una persona destinada a no separar los ojos del telescopio o del microscopio, aunque en torno a ella una nación se desorganice, no la sorprenderá la toma de Constantinopla, discutiendo sobre la naturaleza de la luz del Tabor ( dgb.gob.mx/libros/ dgb/ 771870_1.pdf pág. 44). En otras palabras, la universidad debía reaccionar con vigor –como centro del conocimiento–, cuando la nación lo requiriera. A Sierra, por conservador, sus propias clarividentes palabras no le sirvieron: no pudo ver el despojo y el encono que unas semanas más tarde, en noviembre, se convertiría en una rebelión armada y nacional que haría renunciar al presidente y cambiaría al país. Hoy, un siglo más tarde, la nación está paralizada, pero la temerosa conducción del sistema educativo y de la universidad pública sólo atinan a tratar de conservar el orden y el control y para que nada cambie; imponen continuar con el programa de estudios, cumplir con el calendario y, con la magia de la tecnología privada y comercial, seguir como si nada pasara.
La crisis de rápida explosión del coronavirus no ha podido ocultar otra crisis de larga gestación y efecto más letal: la del agua. En un mes en Chihuahua emergieron, primero, el conflicto del eventual trasvase de la presa de La Boquilla para cumplir el Tratado Internacional de Aguas de 1944, y el domingo pasado, el ataque de los propietarios del rancho La Mohína a los campesinos barzonistas del ejido Constitución en el municipio de Ahumada.
Diversos posicionamientos de personas, organizaciones e instituciones defensoras de derechos humanos concuerdan, de una u otra manera, con respecto al Covid-19, en un aspecto común: cualquier medida que tome el Estado mexicano para atender y contener la pandemia debe tener como centro el pleno respeto y garantía de los derechos humanos de todas las personas, especialmente los de los grupos de atención prioritaria o que histórica o coyunturalmente se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. Ejemplo de esto es la Resolución 1/2020, titulada Pandemia y Derechos Humanos en las Américas (https://bit.ly/3csq9RE), adoptada el pasado 10 de abril por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Comisión).
Ahora que todos sabemos que la Asociación Mexicana de Semilleros (Amsac) felicitó a los diputados por aprobar la Ley de Fomento y Protección del Maíz Nativo (https://bit.ly/3cFlGLL), intentamos avanzar en sus posibles motivos.
Esta pandemia ha causado la caída de muchos velos que ocultaban mecanismos perversos del sistema capitalista globalizado.


Foto
▲ El mercado de Broadway, en el este de Londres, durante el cierre nacional debido a la pandemia de Covid-19. Foto Afp

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