4/26/2020

En los tiempos del cólera / 3

Jazz

Saxy Jazz Club (Monterrey). Un proyecto fuera de serie, un club de colosales dimensiones (en el contexto jazzístico del país) estaba a punto de inaugurarse, cuando un nuevo virus obligó al planeta a bajar todas las cortinas (en este caso, a no subirlas) y la inauguración del Saxy Jazz Club ha quedado en stand by hasta nuevo aviso.
En esta regia ciudad norteña abundan los lugares donde se toca jazz una o dos veces a la semana (Maverik, Feel Grow, Mississippi, Cueva Carbajal, etc.), pero clubes de jazz en forma, sólo se sabe del Blue Jay y el Bebop, heroicos sitios que remaban contracorriente cuando el jazz en Monterrey giraba en los sótanos del subterráneo.
hoy la realidad es otra y Óscar Zensei González, guitarrista de excepción, maestro (La Jornada 29/7/2014) y director del Festival Internacional de Jazz de Nuevo León, se ha asociado con cuatro empresarios regiomontanos para dar vida al Saxy Jazz Club. “Vamos a tener música de martes a sábado –nos comenta– y cada día va a estar dedicado a un estilo diferente. Los martes va a haber jam session, los miércoles jazz fussion y jazz rock, el jueves será jazz latino y viernes y sábado cantantes, proyectos originales y teatro cabaret con jazz.
–¿Todo estaba listo? ¿Ya nada más para inaugurar?
–Casi. Nos falta terminar de conectar bien el audio y traernos los pianos: dos de cuarto de cola, un Carl Sauter y un Yamaha. Eso es otra novedad. Uno va a estar en el escenario y otro cerca de la barra, para en algún momento hacer un tipo de piano-bar.
–¿Es un lugar amplio?
–Sí, para 250 personas.
–No hay ninguno con esas dimensiones en el país.
–No. Vamos a ser el más grande de México.
–La espiral del jazz ha crecido mucho en la ciudad.
–Sí. Afortunadamente ya estamos viendo el resultado de varios años del festival de jazz, y gracias también a la labor que hemos hecho todos los músicos, los recintos, el público que se ha interesado. En el festival de 2018 tuvimos cerca de 10 mil personas en toda la semana. Incluso los músicos ya no nos damos abasto, porque cada vez hay más lugares donde tocar, porque los mismos lugares se han dado cuenta que el jazz está atrayendo cierto tipo de público y están programando en muchas partes.
Film Club Café (Naucalpan). Frente a las Torres de Satélite y recién con 14 años de vida, este cineclub es ya un sitio de culto en el norte del Valle de México, pues aparte de la excelente curaduría de películas que semana a semana realiza Raúl Ojanguren, director y propietario, la oferta musical es única en la zona.
–¿Programabas conciertos desde un principio?
–No, comencé a programarlos como al cuarto año.
–¿Y esencialmente qué es lo que programas?
–Es música independiente, jazz o los distintos estilos que hay en la escena independiente del rock.
–aguantaron un buen rato, hasta que cerraron totalmente el 1º de abril.
–Sí. Primero se cancelaron los conciertos, después las proyecciones, hasta que tuvimos que cerrar también la cafetería.
–Y en medio de todo esto has implementado una estrategia de varias aristas. ¿Cómo es esto?
–Bueno, la estrategia de todos es sobrevivir. Yo estoy haciendo una campaña basada en donativos y prepagos para gente que quiera prepagar su consumo. También tenemos una serie de membresías que sirven para asistir a las funciones de cine, para rentar películas u obtener descuentos en los conciertos.
“En una bella muestra de generosidad y solidaridad, Todd Clouser nos mandó una canción: “Nothing is gonna be the same / but there’s a couple of things / we might wanna save / Film Club Café.”
Ayudemos a salvar Film Club Café: para donar: https://bit.ly/fcc_donar ; para prepago: https://bit.ly/fcc_prepagar; para renovar: https://bit.ly/fcc_renovar, y para comprar:https://bit.ly/fcc_newmember

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