4/27/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Lluvia de apoyos para las pymes
Unión Europea hace un donativo a México
El ingreso mínimo vital de España y las Afore
El sector empresarial que más empleos crea es el de los pequeños y medianos negocios, conocidos como pymes. Son mas de 4 millones, aportan 42 por ciento del PIB y 78 por ciento del empleo. Están muy urgidos de dinero después de un mes de paro. Tienen que pagar sueldos, proveedores, la luz, la renta, y los dueños viven del mismo negocio. Han sido lanzados tres programas de financiamiento que abarcan un espectro muy amplio. Uno, el programa del presidente López Obrador y sus 3 millones de créditos. Un primer segmento abarca un millón de créditos de 25 mil pesos a las pequeñas empresas inscritas en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que no han despedido trabajadores a raíz de la emergencia sanitaria. Los créditos son a tasa de 6.5 por ciento anual, y se pagan con mensualidades de 850 pesos. Dos: el plan de financiamiento por 250 mil millones de pesos gestionado por el Banco de México como parte de un mecanismo de 750 mil millones. Esta semana deberán conocerse los detalles. Ayer se informó del número tres: una estrategia conjunta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Invest) –su representante en México es Tomás Bermúdez– y el Consejo Mexicano de Negocios, que preside Antonio del Valle Perochena. Es un programa de alto voltaje: son créditos revolventes, en pesos y en dólares, con base en factoraje inverso. Su cuantía es de 12 mil millones de dólares y su alcance de 30 mil mipymes. Cuentan con el respaldo de la Secretaría de Hacienda. En resumen: los tres programas cubren ampliamente al sector de las empresas micro, pequeñas y medianas. Necesitan amplia difusión y una gran simplicidad y rapidez en la tramitología para ser efectivos.
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El salario mínimo vital

El gobierno de España, tras fuertes discusiones de su partidocracia, aprobó que se aplique el ingreso minimo vital a partir de mayo. La medida persigue garantizar que las personas económicamente más vulnerables cuenten con ingresos con los que puedan afrontar la crisis. Según el Ministerio de Seguridad Social, se podrán beneficiar más de un millón de hogares. En México no se ha adoptado una política semejante; sin embargo, podría ser implementada con facilidad al permitir a los trabajadores que retiren dinero (son sus ahorros), con menos requisitos y de forma simple, de su cuenta de las Afore. Pero al cártel no le conviene, porque si maneja menos recursos gana menos dinero. Las Afore controlan a las dependencias de gobierno que deberían regularlas.
Solidarios
Agradeció el Canciller Marcelo Ebrard el donativo por 5 millones de euros en medidas de apoyo que recibió el gobierno mexicano de la Unión Europea. México agradece a la Unión Europea su solidaridad y respaldo. Coincidimos en la imperiosa necesidad de afrontar las graves consecuencias sociales de la pandemia Covid-19. Se agradece al doble porque el virus golpea de manera muy dura a los europeos.

Empresarios, (otra vez) a la carga
Tres días de sesiones críticas
Salazar, De Hoyos y Díez Morodo / Zoé, Monclova y descuidos
Ala par de movimientos grupales abiertamente contrarios al Presidente de la República e incluso convocantes a su destitución con procedimientos legales o sin ellos, continúa la articulación del frente empresarial y ciudadano (Freci) que, para esta semana, ha organizado 11 mesas virtuales de debate y propuestas sobre las medidas que la nación debe realizar frente a las crisis derivadas del Covid-19.
Los 12 dirigentes nacionales de las cámaras y organismos de la iniciativa privada, integrados en el Consejo Coordinador Empresarial, que preside Carlos Salazar Lomelín, participarán de lunes a miércoles en sesiones a través de Internet que, en esencia, buscarán apuntalar la tesis de que el gobierno de la República no tiene un buen plan para enfrentar las crisis en curso (la sanitaria y la económica, cuando menos) y que, ante esa carencia peligrosa, debe impulsarse un plan o acuerdo de espectro muy amplio que sustituya o complemente la visión gubernamental. En estos debates, denominados Conferencia Nacional para la Recuperación Económica, podrán participan empresarios y ciudadanos en general.
Además de fortalecer la tesis arriba mencionada, los líderes empresariales tendrán la oportunidad de explorar formas alternas de producción informativa y discursiva que intenten contrarrestar la fuerza marcadora de agenda nacional que son las conferencias presidenciales mañaneras de prensa.
Para el cierre de esas sesiones, el miércoles, se colocó a dos personajes significativos: el penúltimo compareciente será Gustavo de Hoyos Walther, que desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha sido el opositor más frontal al obradorismo, partícipe de los esfuerzos por crear una confluencia partidista denominada Futuro 21, con los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y lo que queda del de la Revolución Democrática, y presunto precandidato presidencial para 2024. De Hoyos hablará sobre Recuperación en el mediano y largo plazos.
Y el último participante será Valentín Díez Morodo (miércoles, 3 pm), presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior y factor de entendimiento entre miembros de la propia élite empresarial y entre algunos asuntos y conflictos de tal cúpula con los correspondientes gobiernos. Díez Morodo negoció un pago (20 mil 100 millones de dólares, la venta más cuantiosa de una empresa mexicana a una extranjera) y asientos en el consejo de administración de Anheuser-Busch InBev NV/SA (abreviado como AB InBev), la empresa con sede en Bélgica, que es la principal fabricante mundial de cerveza (más o menos una cuarta parte del total), a cambio del control de la histórica cervecería Modelo (que tiene Corona como su marca estrella), en una transacción realizada a través de la Bolsa Mexicana de Valores, lo que le permitió exentar ciertos pagos fiscales.
A las sesiones que inician hoy concurrirán por vía de Internet algunos personajes identificados con la actual administración federal, como Yeidckol Polevnsky, quien fue presidenta sustituta de Morena; Gibrán Ramírez, secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, y el poblano Alejandro Armenta, quien preside la comisión de Hacienda en el Senado, además de priístas y panistas.

DivertimentoEn estos aciagos días en que la peste investida de Covid-19 se apodera de nuestros más grandes temores, vale abrir un paréntesis al agobio del encierro, la infección y la muerte, para dar un vistazo a las cada vez más descabelladas ocurrencias del presidente de Estados Unidos que, a fuerza de repetirse, se han convertido en chuscas. De no ser por el peligro que encierran, pudieran ser parte de una comedia cuyo propósito es hacer reír, en ocasiones a carcajadas.
La más reciente fue sugerir la ingestión o inyección de detergentes para el aseo doméstico como una posibilidad de curar el Covid-19. Cualquiera habría pensado que el presidente bromeaba a costa de la ingenuidad o ignorancia de sus devotos seguidores. Tan no fue así, que los fabricantes de dichos productos se vieron obligados en anunciar que por ningún motivo se deben ingerir o inyectar como vía para curar cualquier tipo de enfermedad. Con buen criterio, y por descabellada que pareciera, no descartaron que algunos seguidores de Trump siguieran tan absurda recomendación, por lo que la precaución no estaba de más. El presidente también sugirió que algunos derivados de la quinina pudieran curar el virus. El resultado fue que varias personas que siguieron el consejo sin consulta médica murieron por los efectos colaterales de dichos productos. El problema es que, por convicción, ignorancia o conveniencia, Trump no entiende que sus proclamas tienen efecto entre millones de personas, al margen de que a las pocas horas advierta que fue un sarcasmo, como en el caso de los detergentes. Como no lo fue cuando, al margen de la opinión de especialistas, decidió que era tiempo de abrir la economía. Al día siguiente, en varias ciudades miles de personas se manifestaron exigiendo volver a la normalidad y pidiendo la cabeza de autoridades que pensaban lo contrario.

Encuentros de una vida feliz
Convenio con los hopitales privados
Negociaciones de la 4T
Alos cientos de amigos de mi amigo Ignacio Pichardo Pagaza, una sincera disculpa: mi intención era, así lo dije, dar a conocer algunos momentos de la vida de Nacho que me autorizaban a calificarlo como un mexiquense fuera de serie y un mexicano excepción. Las urgencias del momento me obligan a espaciar estos datos profundamente afectivos, pero al tiempo, absolutamente reales. De ellos fui testigo (o participante) presencial. Por ahora sólo un minuto para decirle a Julieta: pasando la tormenta, te quiero en mi casa, como en los viejos y buenos tiempos, con algunos de los íntimos de Nacho, no para alargar el duelo sino para celebrar encuentros de una vida feliz y dignamente vivida.
No sé ni por dónde empezar. Estoy, como le diría Marshall McLuhan a Woody Allen, “ over lowded”. Déjenme iniciar por las cosotas, por los acontecimientos que por su dimensión o importancia pulverizan a las cada vez más numerosas y repugnantes fake news.
El 13 de este mes, la Secretaría de Salud y la Asociación de Hospitales Privados de México, así como el Consorcio de Hospitales Privados de México, firmaron un convenio que le permite a la secretaría acceder a 3 mil 115 camas distribuidas en el país. El acuerdo se denominó: Todos juntos contra el Covid. El costo de los servicios será pagado por el gobierno. Fuentes dignas de todo crédito aseguran que el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, el señor Gustavo de Hoyos, consideró una verdadera aberración el convenio con el Estado, pues los directivos de los citados consorcio y asociación no entienden que, mientras más gleba se salve de la pandemia, más votos tendrá López Obrador en la elección intermedia y en la próxima presidencial. De Hoyos seguramente se convertirá en otro, pero más, mucho más negro. Sin duda, conseguirá un poco menos de sufragios que el carismático flash priísta, José Antonio Kent Meade.
Para datos concretos sobre los beneficios de este convenio, hagan como yo: consulten la nota de Ángeles Cruz Martínez en este diario. Allí vienen los nombres de los hospitales. El prietito en el arroz: vean las fotos de los firmantes: con la misma pluma y más juntitos que las parejas del Salón México bailando el danzón Nereidas.
El reto de perder miedos
Lo que hoy se insiste por todos los medios es que el miedo y las precauciones no nos rebasen ni inmovilicen. El desconocimiento y las suposiciones integran ese mal hábito de tomar como cierto o real lo que no lo es, pero se repite y aumenta el miedo.
Con lo de la pandemia, otro fantasma recorre el mundo: un humanismo emergente que mediante prejuicios, rumores y redes, incrementa temores y culpas; recuerda el mal disimulado sentimiento de indefensión y la siempre negada, pero fastidiosa, certeza de nuestra condición de mortales, acentuada ahora por un coro de voces por televisión que confirma lo sabido: en cualquier momento podemos morir. Ya no de lo que sea, sino del contagio de un virus, no tan letal como repetido mediáticamente, pero el peor virus es el miedo y su mejor transmisor es la credulidad.
Al pobre planeta le está pasando lo que a las novias de antes, que previo al matrimonio todo les estaba prohibido, pero una vez recibido el sacramento todo estaba permitido, con el consiguiente desconcierto para ellas o para ambos. En el falso paraíso del mercado y el consumismo se permitía y estimulaba todo a costa de lo que fuera; tras la amenaza –real y exagerada– de la pandemia, casi nada se permite, como no sea evitar posibles contagios y asistir al enfermo, sobre todo a los aquejados por el mal de moda.
Deuda: bomba heredada
Ni un peso para rescates
Con la novedad, mexicanos pagadores, que la deuda del sector público mexicano, sin considerar la asumida por el Estado para los rescates de la banca (1995) y de las carreteras concesionadas (1997), creció a más del doble en la última década (supera ya los 11 billones de pesos) y el pago para cubrir los intereses generados por ese pasivo consume hoy más recursos que los destinados al sistema de salud público federal o a la inversión productiva del gobierno ( La Jornada, Roberto González Amador).
Se trata de la deuda eterna heredada (e incrementada) sexenio tras sexenio neoliberal (y fueron seis al hilo), con la promesa (obviamente incumplida) de que tales recursos se destinarían al progreso de México, cuando en realidad se canalizó al cada día más abultado pago de intereses del propio débito (el viejo y el nuevo) y a rescatar, en automático, a los grandes corporativos de siempre, quienes al primer síntoma de desajuste económico –o de pérdida de utilidades– de inmediato estiraban la mano para que el gobierno les sacara las castañas del fuego.
Se trata de los mismos grupos empresariales (los históricos beneficiarios de la devolución de impuestos, las exenciones fiscales, los rescates y demás gracias a las que los gobiernos neoliberales los acostumbraron) que hoy chillan, chantajean y se retuercen, porque López Obrador ya les dijo que ni un solo peso adicional de deuda y menos para los fines exigidos por los barones, en el entendido de que ellos no piensan sacrificar un solo centavo de sus haberes para sacar a flote a sus corporativos.
Es necesario recordar que, en tiempos de la crisis de 1982, esos barones –ahora acostumbrados a las gracias descritas– ácidamente reclamaban por el inconmensurable avance de la deuda pública que sólo sirvió –decían– para hundir al país. Pero la práctica neoliberal fue idéntica, aunque en los tiempos modernos los dineros del débito se utilizaron para beneficiar a esos mismo señorones que otrora aborrecían esas prácticas, por tratarse de un Estado obeso.
Postneoliberalismo. Una Nación, tres economías (1/2)
Es claro que el gobierno de la 4T no es anticapitalista pero sí antineoliberal. Su enfoque está en el capitalismo social impulsado con el New Deal (Nuevo Pacto) del presidente Roosvelt tras la gran depresión de 1929 y adoptado por Europa después de la segunda guerra mundial, aunque ahora sólo son baluartes del Estado de Bienestar los países de alto desarrollo como Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda o Suiza, países que en lo interno mantienen distancia con el neoliberalismo. China aplica hoy con éxito el modelo mexicano de economía mixta que los neoliberales tiraron a la basura.
Este modelo, el neoliberal, representa la fase de descomposición del capitalismo, la que destruye el Welfare State. Lo impuso el capital monopolista global para su expansión y poderío en los 70s-80s usando como ejecutores a los gobiernos de los países industrializados que a su vez lo impusieron a la periferia. Hoy, a cuatro décadas de distancia la idílica oferta de prosperidad en la aldea global ha resultado ser una pesadilla; el mundo pasó de la economía del bienestar al neoliberalismo del malestar, de los estados-nación a estados títere, de economías de mercado con desarrollo social a economías monopolizadas con regresión social. Es de este modelo del que la 4T busca distanciarse... pero entre decirlo y lograrlo hay una distancia enorme, y tal vez esta crisis en curso sea su última oportunidad para sentar las bases de la transformación posible.
De hecho, México apenas ha iniciado su distanciamiento del modelo neoliberal en cuatro frentes visibles: 1) la recuperación del Estado como garante y rector del orden y los derechos constitucionales, 2) un combate frontal a la corrupción dentro y fuera del gobierno, 3) una severa austeridad, y 4) la mitigación de la pobreza con programas y subsidios directos. Cuatro pasos enormes y trascendentales en un país como el nuestro pero que sólo tocan la punta del iceberg.
Auxilio
Donald Trump nos quiere matar.No hay otra conclusión posible. Pronto será el primer mandatario en presidir sobre más muertes estadunidenses que el total que pereció en la guerra de Vietnam (58 mil), con más de 54 mil hasta ahora, la gran mayoría de las cuales eran prevenibles. De hecho, él declaró que su respuesta al enemigo invisible es una guerra.
No es un huracán, o un tsunami, o un sismo; las dimensiones de esta catástrofe no se pueden atribuir a fuerzas mayores odivinas, sino al manejo inepto, irresponsable y francamente criminal de los encargados de gobernar este país. Aunque el terreno para la crisis fue cultivado por políticas neoliberales bipartidistas durante décadas, el presidente es el responsable de que las dimensiones de los efectos de esta crisis sean las que estamos atestiguando.
Pero aparentemente no satisfecho con el saldo creciente del Covid-19, y el hecho de que algunos de los que vivimos en Estados Unidos seguimos vivitos y coleando, Trump nos invitó a envenenarnos. Sugirió emplear desinfectantes industriales, inyectarnos cloro, para curarnos del virus, durante su conferencia de prensa del jueves. Como comentó un médico en respuesta: Trump tiene toda la razón: el cloro sí mata al virus. El problema es que también mata al paciente. El Centro de Control de Enfermedades, departamentos de salud estatales y municipales, junto con los fabricantes de desinfectantes como Lysol y Clorox, se vieron obligados a trasmitir alertas declarando que ingerir tales productos era peligroso. Su contrincante demócrata, Joe Biden, publicó en un tuit: no puedo creer que sea necesario decir esto, pero por favor no beban cloro. El columnista del Washington Post David Von Drehle resumió el mensaje presidencial: María Antonieta: que coman pastel. Donald Trump: que se inyecten Lysol. Poco después, varios centros y agencias de salud pública estatales y municipales reportaron un incremento en casos de envenenamiento o quemaduras por gente que le hizo caso al presidente, reportaron vamos medios en Maryland, Nueva York y Chicago.
Fue tan intensa la reacción que Trump se vio obligado a huir de sus declaraciones y el viernes argumentó que había sido un comentario sarcástico sólo para provocar a los medios. ¿En medio de una pandemia con más de 50 mil muertos el presidente decidió bromear? Poco después tuiteó que tal vez ya no haría conferencias de prensa diarias porque no valen la pena, ya que los medios distorsionan todo lo que dice. Pero al parecer, sus estrategas temen que sus expresiones de genio estable no ayuden a su relección en esta coyuntura.


Editorial La Jornada
El Covid-19 dio signos de remitir el pasado fin de semana, por primera vez desde que se abatió sobre Europa occidental. Los números de defunciones empezaron a ir a la baja en España, Francia, Italia y el Reino Unido. Ante esos datos, si no alentadores tal vez menos descorazonadores que los de semanas previas, los gobiernos de esos países avizoran el inicio de una normalización que comenzará con el levantamiento paulatino de las medidas de confinamiento.

Precisiones a la entrevista con el subsecretario Hugo López-Gatell
Envío las siguientes precisiones sobre la entrevista al subsecretario de Salud Hugo López-Gatell:

La pandemia de coronavirus nos ha llevado a tierra desconocida. Estamos acostumbrados a asociar la devastación económica, a la guerra, no al silencioso, microscópico, avance de un virus por todo el mundo. En ese marco de incertidumbre –un término claramente corto e insuficiente para el tamaño del problema–, los gobiernos hacen lo que pueden con los elementos que tienen a cuenta. No hay hoja de ruta probada. Cada uno hace su apuesta y trata de salir lo mejor librado posible de la gran encrucijada de nuestro tiempo: ese equilibrio frágil entre salvar la vida de millones frenando la actividad económica y social; y al mismo tiempo tratar de garantizar el futuro inmediato de los mismos individuos, que éstos tengan un empleo al cual regresar, puedan seguir pagando una casa o cubriendo necesidades elementales. Salvar la vida o salvar el sustento, la salud o la economía, parece la dicotomía de este 2020.

Hay quienes se alegrarían de ver a México dividido o como un Estado fallido, con tal de que el proyecto que triunfó en 2018, con el candidato López Obrador y Morena, fracasara; se trata de un revanchismo enfermizo muy activo. Lo forman empresarios, restos de partidos políticos que perdieron las elecciones y otros, que haga lo que haga y diga lo que diga el titular del Ejecutivo, lo critican y atacan, a veces con bajeza y casi siempre sin la honradez intelectual que exige el debate político. Han pedido que renuncie y han circulado rumores de acciones diversas, desde un golpe de Estado, hasta la separación de algunos estados del pacto federal.

En un artículo excepcional, por la calidad de la información y de la interpretación, Ignacio Ramonet ha elaborado probablemente uno de los escritos recientes más completos e iluminados sobre la pandemia del coronavirus. Deseo felicitar profundamente al ensayista y a las publicaciones que lo tomaron, en primer lugar a La Jornada, por supuesto, y a las distintas versiones en español de Le Monde Diplomatique que también lo publican.

El virus no es inteligente, no tiene conciencia ni es reflexivo. Los seres humanos poseen, en teoría, dichas cualidades. Sin embargo, en esta crisis, donde es obligado ser prudentes y no buscar chivos expiatorios, emerge una especie que se multiplica, los estúpidos. El combate es contra prelados, deportistas, cantantes, académicos, periodistas, premios Nobel, científicos, políticos de tres al cuarto o expertos. Luchar contra la estupidez constituye una necesidad vital. Hay quienes se escudan en títulos, publicaciones o sus instituciones para decir estupideces. Como ejemplo, el manifiesto de la Fundación Internacional para la Libertad, encabezado por Vargas Llosa, y seguido de ex presidentes, escritores, periodistas, políticos, empresarios y economistas, entre otros Jose María Aznar, Álvaro Uribe, Macri, Zedillo, Sanguinetti, Cristiani, Castañeda, Krause, Savater, Jorge Edwards, Albert Rivera, Esperanza Aguirre, María Corina, Álvarez de Toledo, ex ministros, politólogos y gente de bien, hasta más de un centenar. Ellos, llaman la atención a un confinamiento que impi­de trabajar, producir, generar riqueza, persigue políticamente, ataca la empresa privada, la democracia liberal y la economía de mercado. El enemigo, como siempre, la Internacional Comunista y el populismo. En esta dirección de estúpidos, sobresale el canciller de Brasil, Ernesto Araujo, quien, en sincronía con el manifiesto declara que el coronavirus, camuflado bajo la ideología de género, el cientifismo y el alarmismo climático, es una invención del marxismo y una conspiración para implantar el comunismo, usando la OMS a fin de consolidar un orden sin naciones y libertades y sin espíritu.

Varios lectores de mi artículo del lunes pasado sobre las pandemias sufridas el último cuarto de siglo en las colonias Roma, Hipódromo y Condesa (cambio de uso del suelo, temblores de 1985 y 2017, la influenza en 2008-09 y hoy el coronavirus) me advierten que no mencioné un factor que contribuye a que allí existan tantos problemas. El editor Andrés León Quintanar lo resume: falta de vecinos organizados que exijan a las autoridades y a los diputados de la ciudad medidas eficaces para evitar el crecimiento anárquico de actividades comerciales en detrimento de la calidad de vida de los lugareños.

Robert Louis Stevenson, el ilustre escritor escocés, dijo atinadamente: El peor de los historiadores tiene una visión más clara del periodo que estudia, que el mejor de nosotros puede esperar formarse de aquel en el que vivimos. La época más oscura es hoy.

La pandemia del Covid-19, a medida que evoluciona, trae cada día sus sorpresas alentadoras o deprimentes. A la orden de una ley humana inmemorial, la vida participa siempre de lo mejor y lo peor. O bien, nos estremecemos ante el horror del ser humano cuando nos enteramos que, en algunas residencias para ancianos, los pacientes son maltratados, se les abandona y condena a morir en la soledad. O bien, al contrario, desbordamos de admiración al escuchar los testimonios de la devoción excepcional de auxiliares de enfermería y personal hospitalario, quienes, a pesar del peligro para su propia salud, son capaces de consagrar su tiempo y su energía para salvar a los enfermos dependientes de sus cuidados.

Grandes igualadoras, las epidemias no respetan dignidades ni estratos sociales. Siempre fueron un reto mayor, no tanto para la inteligencia (para eso estaban los sabios y chamanes, hoy encarnados en los científicos), como para la capacidad de comprensión de la gente común. ¿Qué es? ¿Por qué pasa? ¿Cómo le hago para no morirme? La neumonía mortal del Covid-19 resulta menos infame que el cólera, como en Muerte en Venecia, donde el personaje de Thomas Mann, por andar contrariando la cuarentena, contrae la letal diarrea que afecta tanto al pueblo como a los nobles y los distinguidos turistas de toda Europa.

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