6/07/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Giovanni López
El asesinato de Giovanni López, albañil de 30 años, a manos de la policía de Ix-tlahuacán de los Membrillos, del área conurbada de Guadalajara, Jalisco, no es un hecho aislado. Ocurre en pandemia, y el motivo lo hace más grave, pues Christian, hermano de Giovanni, narra que sólo por no llevar cubrebocas fue detenido y golpeado hasta la muerte, desnudando así la arbitrariedad y violencia institucional que reinan en Jalisco, gobernado por Enrique Alfaro (MC), envuelto en diversos escándalos de corrupción.
Si lo matan ya sabemos, se escucha decir a Christian mientras la policía le arrebata a su hermano, con quien minutos antes se encontraba sentado en la banqueta afuera de su domicilio a punto de irse a cenar. ¿Me lo vas a entregar vivo o muerto?, preguntó por teléfono al presidente municipal de Ixtlahuacán, Eduardo Cervantes Aguilar, que también tiene denuncias por violencia y arbitrariedad. Y éste respondió que al día siguiente fueran por él a las 10 de la mañana, pero encontraron su cuerpo sin vida en el hospital civil. Pelearon para que se los dejaran ver y por eso su tía descubrió los golpes y el tiro en la pierna. Después, denuncia Christian, la familia entera fue amenazada por el alcalde para que no hablaran ni difundieran el video. Un mes más tarde, sin investigación oficial de por medio, decidieron darlo a conocer. Pero tuvieron que huir de su casa de la colonia Los Olivos, pues están amenazados de muerte.
La noticia se disparó en México en medio de las protestas en Estados Unidos por el asesinato, también a manos de la policía, del afroamericano George Floyd, por lo que la reacción de la sociedad es de absoluto repudio al aparato policiaco y al gobierno del estado. El 5 de junio, a un mes exacto de que les entregaron el cuerpo, cientos de personas, en su mayoría jóvenes, se enfrentaron con la policía en las inmediaciones del palacio de gobierno en Guadalajara. Un video registra lo que ocurre dentro del inmueble, donde los elementos de seguridad se disponen a repeler a los manifestantes. ¡Los vamos a matar!, se escucha decir a los policías del gobierno de Alfaro. Y empieza la cacería.
Al día siguiente, los actos de repudio llegan a la Ciudad de México, donde se movilizan frente a la embajada de Estados Unidos por el asesinato de Floyd y después en la representación del gobierno de Jalisco, en la colonia Polanco, por la muerte de Giovanni. Miles de policías repelen la manifestación. Pero ellos y cualquier uniformado representan ahora al enemigo de los jóvenes que están en las calles. No los contienen. Los provocan.

Exilio y encierro
María Zambrano es la pensadora más importante, prolífica y original del siglo XX. Nació en Vélez, Málaga, en 1904 y murió en Madrid en 1991. Republicana, dejó España en 1939 y pasó 45 años en el exilio. En 1981 se le reconoció con el Premio Príncipe de Asturias y en 1988 con el Premio Cervantes.
Fue el suyo un exilio muy fecundo. En América vivió en Puerto Rico, en Cuba y en México; fue académica en la Universidad Nicolaíta de Michoacán y publicó Filosofía y poesía, El hombre y lo divino y –antes que en España– Siglo XXI le publicó en México La tumba de Antígona. En esa obra poética filosófica, Zambrano ofrece a la heroína de Sófocles un tiempo posterior a su condena para que pueda, por medio de la conciencia, la palabra y el diálogo con fantasmas que la visitan en su tumba (Edipo, Polinices, Eteocles, Creonte, la madre y otros), reconstituir su propio ser. Así es como el paradigma ético de la Antígona de Sófocles se completa con el paradigma ontológico de la filosofía zambraniana.
Existen innumerables estudios de la exuberante obra de la pensadora y en particular de La tumba de Antígona, en la que Zambrano trabajó a lo largo de dos décadas. Antígona acompañó a la filósofa gran parte de su exilio. Lo muy cierto es –creo yo– que entre el encierro de Antígona, en que recupera la libertad de su ser, y el largo exilio de María hay una equivalencia existencial dada en la prohibición para ambas de cruzar fronteras hacia su tierra y vida originales.
Volver a Zambrano en estos días es una fiesta, pues llena de sentido la cuarentena al entender que el encierro es también escapar de los territorios habituales; que podemos vernos y pensarnos fuera de nuestra propia vida y exiliarnos en el alma. Como a Antígona en su tumba, también puede ser que en este inesperado encierro nos visiten hados y fantasmas, entrañables o temidos, y revisar con ellos lo que quedó pendiente para recuperar su valor o su amor perdidos.
Amo mi exilio, repetía María Zambrano. Y encerrada en el sepulcro antes de morir Antígona dice: No tumba mía, no me arrojaré sobre ti como si fueras tú la culpable. Una cuna eres; un nido. Mi casa. Y sé que te abrirás. Y mientras tanto, quizá me dejes oír tu música, porque en las piedras blancas hay siempre una canción

Si fueras Presidente de la República...
¿Saldrías a recorrer el país sin cubrebocas?
Crea controversia la decisión de AMLO
Ha provocado controversia la decisión del presidente López Obrador de reanudar sus recorridos por el país sin la protección de un cubrebocas y cuando la pandemia se encuentra en su punto más contagioso. Esta semana plantamos una pregunta: ¿si tú fueras Presidente, saldrías de gira sin cubrebocas? Los resultados aparecen en la gráfica.
Metodología
El sondeo fue distribuido por redes sociales. Participaron mil 808 personas: en Twitter, 456; en El Foro México, 585, y en Facebook, 767.
Twitter
El Presidente debe dar el ejemplo. Fue un error decir que la pandemia está domada antes de tiempo y peor salir en estas fechas de máximo contagio. Mal mensaje. Crea confusión.

Trump: ¿menor desempleo
Tufo electoral en encuesta
Tal vez la encuesta la levantó el Inegi (aunque en sentido contrario a la que recientemente realizó en México, con un enfoque catastrofista y sus 12 millones de personas fuera del mercado laboral del país) y de ahí el resultado, pero el hecho es que el Departamento estadunidense del Trabajo dio a conocer que la tasa oficial de desempleo en aquella nación se redujo de 14.7 por ciento en abril a 13.3 por ciento en mayo pasado.
Tal información sorprendió a todos, porque resulta un tanto iluso asegurar (con fuerte tufo electoral de Trump) que en plena pandemia y con la economía en picada la tasa de desempleo registre reducciones, sobre todo cuando en los últimos tres meses alrededor de 43 millones de estadunidenses quedaron sin empleo y recurrieron al subsidio gubernamental, de acuerdo con la información más reciente del propio Departamento estadunidense del Trabajo.
Más allá del creciente costo en vidas, la primera factura del Covid-19 ha sido para el mercado laboral y el bolsillo de la gente, y en este sentido las proyecciones de los organismos internacionales resultan alarmantes, pues apuntan a la cancelación masiva de plazas laborales en el mundo. Pero ¡sorpresa!, en Estados Unidos se acerca el proceso electoral y cada día que transcurre el salvaje de la Casa Blanca ve alejarse su posibilidad de relegirse (que así sea, por el bien de la humanidad).
En una variación sobre el mismo tema, la Cepal advierte que los mercados laborales de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se caracterizan por una alta informalidad. “Hasta mediados de la década de 2010 se registraron importantes avances, principalmente como resultado de un conjunto de políticas orientadas a grupos de trabajadores –en particular del servicio doméstico e independientes–, aspectos institucionales. Sin embargo, en los últimos años los avances han sido muy modestos”.
La informalidad laboral tendió a subir en 2019 en comparación con 2018. De los 11 países con información disponible, detalla la Cepal, en cinco se observa un aumento de este indicador: Argentina, Chile, Costa Rica, Perú y Uruguay. En Brasil, Ecuador y Panamá se produjeron aumentos, aunque inferiores a los registrados el año anterior. Solo en Colombia, México y República Dominicana se observa una caída de la proporción de empleo informal.
En algunos países esta mayor informalidad se verificó incluso entre los asalariados. Por ejemplo, en Argentina la proporción de los asalariados con descuentos jubilatorios bajó de un promedio de 65.6 por ciento en 2018 a 65.2 por ciento en 2019. En Brasil, el número de trabajadores del sector privado (excluidos los del servicio doméstico) que carecen de un contrato formal alcanzó el nivel más alto de la serie histórica que comenzó en 2012 (11.6 millones).
En México se registró una leve mejoría, al subir el porcentaje de asalariados que cuentan con prestaciones laborales (de 62.3 a 63 por ciento). Sin embargo, ello ocurre simultáneamente con un aumento de la participación del sector informal en el empleo.
Una situación similar ocurrió en Chile, donde el porcentaje de asalariados formales en el sector privado se incrementó levemente en 2019, alcanzando alrededor de 83 por ciento. Sin embargo, durante el año se registró un aumento de 8 por ciento de los ocupados informales. La mejora entre los asalariados se debió principalmente al efecto de lo ocurrido en el primer semestre del año. A partir de septiembre, la contribución de los asalariados informales en el empleo comenzó a aumentar sustancialmente.


Editorial La Jornada
Jalisco se encuentra sumido en un círculo vicioso de violencia represiva: la brutalidad policial que llevó a la muerte del albañil Giovanni López desató manifestaciones de indignación ciudadana en la capital del estado, y las autoridades pretenden neutralizar el descontento social mediante una represión sistemática de las protestas en la que se hace patente el desmedido uso de la fuerza pública. Durante jueves y viernes, los uniformados han cometido violaciones como arrojar piedras y otros objetos contra los manifestantes, amenazar con matarlos, realizar detenciones arbitrarias, acudir a las concentraciones vestidos de civil para golpear a los asistentes y, en suma, han mostrado una notoria incapacidad para lidiar con las protestas en un marco de respeto a los derechos humanos.

Olvidaron la depredación de la naturaleza humana
La forma como explican los problemas del medio ambiente numerosas instancias oficiales y académicas parte del impacto del proceso productivo sobre la naturaleza, esto es, la devastación del medio natural de la flora y la fauna, pero excluyen la depredación de la otra naturaleza, la humana.

Reconozco que no esperaba la enorme y enérgica reacción por el asesinato, a plena luz del día, del señor George Floyd. Es una muestra de que en Estados Unidos prevalece un régimen de gorilas disfrazados de policías. Las atribuciones de los cuerpos de seguridad, así se trate de simples cuicos, resultan abrumadoras. Y eso fue lo que le sucedió al pobre Floyd: lo abrumaron hasta morir.
Comprender al pequeño grupo de personas que con una mayoritaria pertenencia a un sector económico privilegiado, inventa, insulta y descalifica con rencor desbordado al Presidente de México y a quienes lo apoyan, sin duda la mayoría de los mexicanos, no es tarea fácil. Por supuesto que no se trata de meter en un mismo saco a todos los que se oponen o critican a la actual administración, sino de intentar comprender las motivaciones –por más irracionales y contradictorias que sean– de este grupo que busca imponerse para liderar la oposición.
El asesinato policial de George Floyd ha provocado un levantamiento antirracista y antifascista en Estados Unidos, que retoma el Black Lives Matter puesto en marcha en 2013 tras el asesinato por un disparo policial en el pecho del adolescente Trayvon Martin, y que cobró fuerza en 2014 tras ser abatido a tiros en Ferguson, también por la policía, Michael Brown.
Luego de 16 meses de haber asumido la Presidencia y de estar enfrentando una de las más graves crisis económicas y sociales de la historia moderna, generada por el Covid-19, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha podido superar de manera calmada los furibundos ataques provenientes de oscuros intereses contrarios a la soberanía y el bienestar del país. Para ello, la dirección asumida por el Presidente, equipado con la autoridad moral construida desde el inicio de su vida pública, nos ha permitido enfrentar como nación el desafío en el que estamos viviendo, luego de décadas caracterizadas por la irresponsabilidad y la corrupción de quienes le antecedieron y desmantelaron los sistemas de salud e incrementaron el nivel de la deuda externa y el de pobreza de la mayor parte de la población.
Estamos en la cresta de la pandemia del Covid-19. Nadie sabe cuánto durará. Todos ansiamos que llegue su final, pero conforme éste se aproxime será más urgente construir alternativas para salir de la crisis, cuyas primeras manifestaciones apenas vemos, y cuya superación generará menor sufrimiento, en cuanto las estrategias puestas en práctica sean más creativas y de diseño más inclusivo. Nadie puede estar exento del esfuerzo de proponer y dialogar para alcanzar acuerdos, y nadie, mucho menos los responsables de las decisiones, pueden ser omisos en la escucha de los diversos planteamientos, y en la voluntad de convencer y dejarse convencer, con el criterio del máximo bien de las personas, basado en el respeto y garantía de sus derechos.
Con el surgimiento del contagio, tres grandes fuerzas sociales comenzaron a actuar poderosamente en torno a la educación. Y están generando, en los hechos, una nueva reforma educativa, muy distinta a las de 2012 y 2019. La primera de estas fuerzas –autoritaria– surge cuando, luego que se establece el confinamiento, la SEP-Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior deciden completar la frase Quédate en casa, pero ahí sigue el programa oficial de estudios, no son vacaciones, haz la tarea. Y esto en ausencia total de una consulta con maestros y familias, y de una argumentación detenida que la justifique. La decisión, además, se colocó a contracorriente de la realidad. Cuando millones de niños y jóvenes se preguntaban por qué debían estar encerrados, buscar respuestas a todos hubiera abierto las puertas a una agenda educativa fincada en la curiosidad y en la realidad. No pocas maestras y maestros del centro y sur del país desafiaron la orden, desplegaron agendas de conocimiento y acción creativas y adecuadas a esta situación extraordinaria, pero la SEP mantuvo su punto de vista y hasta añadió la idea –ahora desinflada– de una evaluación. Es decir, prevaleció la visión más conservadora, y la educación mexicana reforzó sus endémicos rasgos de autoritarismo, centralización y burocracia. Utilizando falazmente la caritativa consigna de apoyad a nuestros niños y estudiantes, las autoridades promovieron la aceptación acrítica de la iniciativa y a la pasividad de muchos. Viendo sus resultados, lo que las autoridades propiciaron –más que democracia y participación– fue una vuelta recargada al conservadurismo que ha anquilosado a la SEP desde los años 40.

La pandemia ha funcionado como excusa perfecta para avanzar a pasos agigantados en los mecanismos empresariales y gubernamentales de vigilancia y control de la población en muchas partes del mundo. Es una situación que representa un problema en sí mismo, pero además conlleva aspectos ocultos, tanto o más inquietantes como el manejo de nuestros datos para inducirnos a conductas de consumo o de elecciones políticas, entre otros.
El renombrado cineasta Todd Haynes se ha salido un poco de sus intereses habituales, para describir en El precio de la verdad, una preocupación marcada del cine hollywoodense: la lucha del individuo contra un sistema corrupto . Con un guion escrito por otros, basado en un artículo del New York Times, Haynes se apega a los hechos para realizar otra versión del mito de David vs. Goliat.

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