Pandemia
Superada la infección, puede permanecer hasta
un año
Los sobrevivientes son propensos a presentar alteraciones
mentales, fallas en la memoria y síntomas de ansiedad y depresión,
advierte el siquiatra Homero Maldonado
El coronavirus provoca trastornos en el cerebro que
incrementan hasta 30 por ciento el riesgo de muerte en pacientes que se
encuentran en áreas de terapia intensiva. Los que sobreviven a Covid-19
son propensos a presentar recaídas de alteraciones mentales y agregar
otras, como fallas en la memoria y síntomas de ansiedad y depresión,
advirtió Homero Maldonado Mendoza, médico siquiatra del Hospital General
de México Doctor Eduardo Liceaga.
En conferencia, el especialista señaló que además de las
complicaciones físicas graves, principalmente la insuficiencia
respiratoria, la pandemia de Covid-19 también es responsable de
afecciones a nivel del sistema nervioso central, de las cuales todavía
se conoce muy poco, pero por las experiencias de epidemias previas de
enfermedades respiratorias (SARS y MERS), así como por otros virus, es
posible anticipar que algunos pacientes presentarán estos males
adicionales.
Se sabe, expuso, que una vez superada la infección los virus pueden
permanecer en el cerebro durante un año, por lo cual es factible la
aparición de padecimientos siquiátricos y emocionales en las semanas o
meses posteriores. Éstos pueden ser trastornos por estrés postraumático,
de pánico, obsesivo compulsivo y depresión.
Hasta ahora en Covid-19, la mayor experiencia existe en las áreas de
cuidados intensivos, donde un grupo de enfermos han desarrollado
encefalitis (inflamación del cerebro). Puede ser consecuencia de la
respuesta inflamatoria que tiene el organismo para enfrentar al
coronavirus, la cual conlleva la generación de anticuerpos.
Estas proteínas que se producen como mecanismo de defensa también
pueden atacar otras células del organismo y provocar la encefalitis, así
como crisis convulsivas, fiebre, dolor de cabeza, alteraciones
conductuales, sicosis y alteraciones en el nivel de conciencia.
Respecto del delirium, Maldonado Mendoza explicó que es
frecuente en las áreas de terapia intensiva, donde el enfermo se
encuentra desorientado, agitado y con síntomas sicóticos. El desafío
para los especialistas es que el tratamiento para este tipo de
trastornos es con medicamentos y apoyo de la familia para ayudar al
paciente a ubicarse en el tiempo y el espacio.
Para ello, les proporcionan calendarios, fotografías, ejercicios de
solución de crucigramas y los ayudan a tener movilidad física. Pero en
tiempo de pandemia como la actual, los pacientes están en aislamiento;
es imposible brindarles la atención que requieren.
Los episodios de delirium pueden afectar el tratamiento y
ser causa de aumento de la mortalidad, dijo el experto. Comentó que los
médicos también se enfrentan al reto de proteger a los afectados que a
causa de la insuficiencia respiratoria tuvieron que ser intubados.
Cuando se recuperan y se les retira el apoyo ventilatorio, se despiertan
y tienen una agitación severa, la cual en ocasiones requiere sujeción
física de la persona a fin de evitar que se hagan daño o incluso agredan
al personal médico.
Mendoza indicó que en ocasiones se informa de estas situaciones a los
familiares, pero se debe tener cuidado, porque no los pueden ver. Un
reporte de que su paciente está agitado, ansioso o que no duerme, genera
más angustia en los parientes. Es necesario explicarles que son cuadros
hasta cierto punto normales y reversibles una vez que se supere la
causa médica original, en este caso el Covid-19.
Ángeles Cruz Martínez
Periódico La Jornada
Jueves 11 de junio de 2020, p. 2
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