6/07/2020

Trump propone un G11 para contrarrestar a China: ¿un G2 subrepticio de EU con Rusia?

Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme


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▲ Un policía yace a media calle luego de haber sido derribado de su montura durante un enfrentamiento, ayer en Londres, contra manifestantes solidarios con las protestas por la muerte del estadunidense George Floyd, el 25 de mayo pasado en Minneapolis.Foto Afp
Arden 40 ciudades en EU, que vive su segunda guerra civil multifactorial, a la que se agrega el homicidio de George Floyd, mientras el atribulado Trump, quien así –como puede perder puede ganar con dos escenarios: el Rinoceronte Gris y el “momento Nixon (https://bit.ly/3cBKu6J)”–, el presidente de EU no ceja su cerco contra China, cuya electorera inculpación pandémica considera le puede redituar dividendos de aquí al 3 de noviembre.
La cumbre del disfuncional G7, que le toca apadrinar este año a EU, ha sido aprovechada por Trump para avanzar su agenda ya nada subrepticia de coquetear con Rusia, para formar un G2 contra China, de acuerdo con el esquema geoestratégico de Henry Kissinger, de 97 años. Ahora Trump desea ir más allá del caduco G7 y propone invitar a Rusia –a la que nunca ha dejado de respetar como superpotencia–, además de sus dos aliados Australia y Sud­corea, y a una India perplejamente dubitativa, lo que en suma estaría creando un G11 contra China, como lo bautiza el portal chino SCMP, con sede en Hong Kong y propiedad de Alibaba (https://bit.ly/2Y6hoHn). El G7 fue una creación conceptual en 1975, en pleno auge de la alianza noratlántica, del entonces presidente galo Valéry Giscard d´Estaing, de 94 años, curiosamente nacido en Coblenza (Alemania).
Luego con sus consabidas mañas, Bill Clinton, después del colapso de la URSS, invitó en forma pérfida a su cándido homólogo Boris Yeltsin para que Rusia formase parte adicional como un G8, que, en realidad, era un G7.5, ya que Moscú nunca fue admitida en forma humillante en sus trascendentales cónclaves financieristas (https://bit.ly/2APHbvp). Ulteriormente, Obama –quien cometió uno de los peores errores estratégicos en la historia de EU al haber empujado a Rusia a los brazos de China– expulsó con la mano en la cintura en 2014 a Moscú del formato G8 debido a la anexión de Crimea.
Según The Economic Times de India, la temeraria propuesta de Trump exasperó a China. Pekín comentó que tal propuesta estaba condenada al fracaso, además de ser “impopular (https://bit.ly/3795ErR)”. El rotativo indio comenta que Trump también empuja para desacoplar a China de las cadenas de suministro globales que pudieran perjudicar a Pekín a largo plazo.
El portal oficioso chino Global Times recuerda en referencia a la estrategia Indo-Pacífico resultó un fracaso al no poder seducir a India (https://bit.ly/3dIzW7o). La aceptación de Australia y Sudcorea es más bien ritualista, mientras muy hábilmente la canciller alemana, Angela Merkel, informó que no asistiría a la cumbre debido a la pandemia –curiosamente Alemania ha sido uno de los principales países en haber lidiado exitosamente con ella, lo cual ha resucitado a su canciller de su inopia popular.
A juicio de Ni Feng, director del Instituto de Estudios Americanos en la Academia China de Ciencias Sociales, la intención es simple: aislar a China y agregó que es justo el inicio, ya que seguirán más medidas de contención. Wang Wen, decano del Instituto Chongyang en la Universidad Renmin, argumentó que sería imposible para EU formar una línea frontal de guerra fría global contra China cuando otros países no desean tomar partido entre China y EU: es una fantasía de Washington que pueda formar una alianza contra China. Wu Xinbo, de la Universidad Fudan, adujo que la idea de crear una cuña entre Rusia y China era un pensamiento ilusorio. Gran Bretaña y Canadá se oponen furibundamente al regreso de Rusia al G7, mientras Trump conversó por teléfono con el zar Vlady Putin para invitarlo a la cumbre. La presencia de Rusia es más trascendental, dicho sea con respeto, que el restante de los otros nueve países debido a su estatura geoestratégica de superpotencia militar, lo cual no significa que tenga que romper su asociación estratégica con China cuando el destino multidimensional de ambos se ha vuelto complementario.
Más vale que Trump no se haga ilusiones con el esquema kissingeriano de un G2 de EU y Rusia contra China.
Facebook: AlfredoJalife

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