1. Coincido con lo dicho por López Obrador: “Sólo hay de dos en México: o eres liberal o eres conservador”; aunque yo diría: estás con los explotados obreros, campesinos empleados, o estás con los explotadores: grandes empresarios y políticos ladrones. La realidad es que no hay término medio porque todos, en pensamiento y acciones, terminan inclinándose por un lado o por el otro. Aquellos que sueñan, quieren y luchan por ser ricos haciendo trampas y negocios; y, por otro lado están los que ponen en primer lugar su trabajo, su honestidad y el amor al prójimo. Entre ese pensamiento de clases sociales nos hemos encontrado en siglos de historia.
2. Lo que ha sucedido –y a AMLO le faltó decir- es que los liberales (simpatizantes de la izquierda) y conservadores (derechistas) al sentirse en los extremos buscan moverse hacia el centro para ganar clientela política y la historia de siglos nos enseña que allí se unen, se enamoran y se van a la cama a arreglar todo. Y como siempre la derecha pone las comodidades, allí permanecen para arrullarse. No puede olvidarse que el realista Iturbide en 1821 acordó con los insurgentes la Independencia; que el liberal Juárez, cuatro décadas después, tuvo que transar con terratenientes y los mismos yanquis; Porfirio Díaz de destacado liberal, se transformó durante su dictadura, en conservador y asesino.
3. El PRI, que nació hasta 1929, fue el hijo legítimo de la revolución burguesa mexicana; el PAN que nació en 1939 nació combatiendo al gobierno priísta de Lázaro Cárdenas, calificándolo de comunista, por sus expropiaciones de tierras de hacendados, la educación llamada socialista y la expropiación petrolera. Se asustó el PAN y adoptó el anticomunismo. Pero pronto el gobierno del PRI sometió con sobornos a la dirigencia del PAN. El sometimiento terminó en una estrecha alianza en 1988 con el presidente Salinas que, para ser reconocido, le dio gubernaturas, legisladores y dinero. Así surgió la enorme fortaleza de la derecha que coincidió con el fin de la izquierda y el surgimiento de la socialdemocracia electoral, también subsidiada por el gobierno.
4. ¿Cuántos miles de jóvenes de izquierda maduraron en los brazos de la derecha al recibir fuertes sobornos? Ya lo adelantaba de burla, con mucho cinismo, el empresario asesino Sánchez Navarro al decir: “los comunistas son como los rábanos: rojos por fuera y blancos por dentro”; es una de las causas por las que muchos jóvenes –para continuar combatiendo a todos los gobiernos y el capital- se hicieron anarquistas. Por ello hay que estar siempre muy atentos en el comportamiento de gobiernos, funcionarios y líderes. Hay que combatir con fuerza a la derecha capitalista, pero también a aquellos traidores que navegan con banderas de izquierda y son de derecha.
5. ¿Puede olvidarse que los Krauze, Camín, Castañeda y seguidores, fueron de la “atinada” izquierda de jóvenes y hoy –con muchos sobornos (chayotes, como dicen aquí y ahora) de por medio- son los intelectuales de la derecha más rancia o vulgar? Los encontramos redactando artículos, pero también documentos apócrifos, apareciendo en eventos internacionales con los proimperialistas Vargas Llosa, Aznar, Fox, Calderón y otros. Por ello desde hace muchos años he subrayado la necesidad de la educación política con el único objetivo de entender México y el mundo para luchar por transformarlos. Sin educación ideológica de clase social, el capitalismo seguirá dominando.
6. La lucha contra el sistema capitalista, contra explotadores y opresores, no es de meses o de algunos años; es una convicción de décadas, muchas décadas de vida, en el pensamiento y la acción. No es “simpatizo, pero ahora no puedo, no me conviene, ayudo más desde adentro”. Se batalla a favor de los trabajadores desde cualquier terreno cuando hay convicción. Los empresarios pelean entre ellos por controlar más negocios y ganar más dinero, pero se unen para someter a los trabajadores. La izquierda y los lópezobradoristas sólo deben pelear por mejores estrategias para derrotar a los enemigos e impedir que se vuelvan a levantar. (11/VI/20)
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