3/08/2025

Columnas y opinión del periódico La Jornada 8 de marzo 2025 Día Internacional de la mujer trabajadora

A las que no se callan

A Lupita, que sigue luchando por justicia a 28 años de la cruel matanza en su comunidad. A Cristina, y con ella a las madres de los 43 que no han dejado de luchar por sus hijos y son una lección de dignidad. A Maya, que expulsó a la depredadora empresa de agua y ahora disfruta de sus manantiales. A Ana, que no desfallece en la búsqueda de su hijo y, en medio de su dolor, no escatima una sonrisa. A Martha, maestra que desde hace 30 años lucha por mejores condiciones educativas, y hoy marchó con la CNTE.

A Carmen, que ha puesto su vida y alma contra la explotación de las trabajadoras de las maquilas. A Mary, que construye belleza musical para la humanidad con el latido de su corason. A Lily, que desde hace seis años reconstruye la vida propia y la de sus cuatro hijos luego del asesinato de su compañero. A Araceli, a quien le arrebataron a su hija y defiende la vida en colectivo. A la joven creadora Didxazá García, encarcelada injustamente el pasado 4 de marzo, cuando se trasladaba de Ixtepec a Juchitán.

A Ellas, las que están y las que vienen. A esas generaciones verdes y moradas que nos dan lecciones a quienes les precedemos. Las del Me Too, Ni Una Más y Las Mujeres que Luchan. Las que llenan las calles y no se callan. A las zapatistas. A Raquel, cuyo asesinato nos sigue llenando de rabia. Y a Trini, porque la lucha sigue.

A mamá, quien casi me trae al mundo encaramada en un teléfono público en el centro de Ecatepec, donde ella, solita, tomó el segundo autobús para llegar al hospital de Santa Clara, mientras su hija de cuatro y sus hijos de tres, dos y un año la esperaban.

Sale Ramírez de la O
 Entra Amador Zamora
Rumor confirmado

El rumor corrió desde muy temprana hora y la presidenta Sheinbaum sólo lo confirmó: Ramírez de la O. es un economista extraordinario y tenemos la fortuna de que siga colaborando con nosotros. Le he pedido que me ayude en una tarea muy especial como asesor económico para asuntos internacionales. Es una tarea fundamental, particularmente por la relación que tenemos con Estados Unidos. A partir de mañana (hoy), el maestro Édgar Amador Zamora será secretario de Hacienda; es un economista honesto, convencido de la Cuarta Transformación. Todo el equipo se queda; México tiene una economía fuerte.

Cuando en junio de 2024 la entonces ganadora del proceso electoral –hoy Presidenta de la nación– anunció que Ramírez de la O se mantenía en el cargo, éste declaró que lo haría por tiempo indefinido, y aunque su señalamiento resultaba obvio en realidad era una respuesta a las versiones (al parecer la de él mismo) de que había acordado permanecer en el puesto sólo por un breve lapso.

Sin embargo, en noviembre de ese mismo año, Ramírez de la O declaró: voy a estar (como secretario de Hacienda) hasta el periodo que me pida la Presidenta de México; de mi cuenta no voy a renunciar; será el periodo que resulte de común acuerdo y hasta ese momento, según su versión, no hemos abordado el tema.

De cualquier suerte, el susodicho deja la SHCP para convertirse en asesor económico internacional (lo que eso quiera decir) de la presidenta Sheinbaum, quien no dio mayores detalles de esa labor, aunque llenó de elogios al ahora ex titular de esa cartera.

Ramírez de la O tiene una amistosa relación de larga data (se supone que se mantiene) con Andrés Manuel López Obrador. En la campaña electoral de 2006, el propio tabasqueño adelantó que aquel sería su secretario de Hacienda (el fraude calderonista lo impidió) y en la de 2012 hizo lo propio (el fraude peñanietista también lo impidió). En 2018, tras ganar la Presidencia de la República, se daba como un hecho que este personaje, por fin, ocuparía la oficina principal de dicha dependencia.

Pero algo pasó entretelones y no llegó a ocuparla, porque el nuevo secretario resultó ser Carlos Urzúa (secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal de 2000 a 2003, relevado por el ludópata Gustavo Ponce Meléndez, quien terminó en la cárcel acusado de fraude, enriquecimiento ilícito y peculado), quien hizo tremendo berrinche, renunció en julio de 2019 y pasó a engrosar las filas de la derecha recalcitrante para terminar formando parte del equipo de campaña de Xóchitl Gálvez. Parece que le gustaban las gelatinas. Murió en 2024.

Se esperaba que su remplazo fuera Ramírez de la O, pero no fue así. Arturo Herrera, mejor conocido como El fantasma, llegó al cargo que sin pena ni gloria ocupó hasta julio de 2021. Meses después se le promocionó para ocupar la oficina principal del Banco de México, pero en el camino resbaló, algo se comió y fue desechado. Quien se convirtió en gobernadora de esa institución fue Victoria Rodríguez Ceja, quien hasta la fecha ocupa el cargo.

Tras la caída de El fantasma, por fin Ramírez de la O aceptó ser titular de Hacienda, cargo que ocupó desde julio de 2021, en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y los primeros cinco meses y siete días del correspondiente a Claudia Sheinbaum. Hizo buen trabajo, con todo y que le tocaron tiempos muy difíciles, como la pandemia, la recuperación económica y, más recientemente, las locuras de Donald Trump.

Se va Ramírez de la O (mi salida responde a compromisos familiares en el extranjero) y llega Édgar Amador Zamora, hasta ayer subsecretario de Hacienda. Economista por la UNAM, con maestría por el Colegio de México y convencido de la 4T (Sheinbaum dixit).

Las rebanadas del pastel

Dice el gobierno mexicano que no tienen sentido los aranceles al acero y el aluminio mexicanos que impondría Trump. Bien, pero ¿desde cuándo un salvaje, como el magnate imperial, toma las decisiones con base en el entendimiento y el buen juicio?

X: @cafevegacfvmexico_sa@hotmail.com

EDITORIAL 
Rogelio Ramírez de la O presentó ayer su renuncia a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) debido a compromisos familiares en el extranjero, pero seguirá colaborando con el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en el rol de asesor económico en asuntos internacionales. En un mensaje difundido en redes sociales, la mandataria agradeció al ex funcionario por la ayuda que prestó a su administración, a la de su antecesor Andrés Manuel López Obrador y a México en los tres años y medio que permaneció al frente de la dependencia desde su nombramiento en julio de 2021. Por su parte, Ramírez de la O manifestó su orgullo por haber sido invitado a permanecer al frente de la SHCP por la primera mujer presidenta de México.

El ahora ex responsable de las finanzas públicas jugó un papel clave en el éxito de la denominada Cuarta Transformación. Además de conducir la hacienda pública en la crisis económica global posterior a la pandemia de covid-19, las agresiones comerciales de Estados Unidos contra China y las sanciones occidentales contra Rusia, Ramírez de la O aportó sus conocimientos técnicos para conciliar un proceso de transformación profunda del modelo económico y de la función gubernamental con las exigencias macroeconómicas en un contexto global delicado y volátil. Sus aciertos han sido reconocidos por expertos, agencias calificadoras y organismos multilaterales, pero principalmente por los millones de mexicanos beneficiados por un manejo presupuestal en el que la responsabilidad social se aunó con la fiscal.

En línea con el proyecto de nación encabezado del ex presidente López Obrador, la SHCP de Ramírez de la O puso en marcha un gasto público sin precedentes en materia de protección social a través de becas, pensiones y otros programas. Las cifras reflejan mejoras tangibles para las clases populares y medias: hasta mediados de 2023, 5 millones de personas superaron la condición de pobreza, con lo que, por primera vez en la historia, menos de 40 por ciento de los mexicanos padece este flagelo. En 2024, la pobreza laboral (condición en que los ingresos provenientes del trabajo no alcanzan para costear las necesidades básicas) cayó a 35.8 por ciento, el menor nivel desde que se registra este indicador. Además, entre 2018 y 2022, cada día 3 mil 800 personas superaron la pobreza por ingresos, un verdadero hito si se considera que, a lo largo de toda una década, mil 700 personas caían en esa situación cada 24 horas.

Estos avances son destacables en sí mismos, pero resultan sorprendentes para el pensamiento ortodoxo cuando se considera que los recursos canalizados a los sectores más desfavorecidos se obtuvieron sin aumentar ni crear impuestos, únicamente poniendo fin a la evasión fiscal desenfrenada facilitada por los gobernantes del ciclo neoliberal. De este modo, los ingresos presupuestarios registraron un crecimiento sostenido por encima de su promedio histórico, y se estima que este año representarán por primera vez 14.6 por ciento del producto interno bruto, una cifra todavía baja en comparación con la mayoría de las naciones desarrolladas, pero que supone un paso en la dirección correcta.

Cabe desear que el sucesor de Ramírez de la O, el hasta ayer subsecretario de Hacienda Edgar Amador Zamora, continúe lo hecho bien hasta ahora, afine lo que sea necesario afinar, y tome las decisiones adecuadas a fin de sortear las turbulencias provocadas por el errático comportamiento del presidente estadunidense Donald Trump. El nuevo titular de la SHCP tiene ante sí la oportunidad de consolidar logros históricos en el manejo de las finanzas públicas a favor de las mayorías.

Reflexiona sobre el Q

Qué importante sería que este día 8 de marzo los dos géneros estuvieran celebrando los logros de uno de ellos, el femenino.

Hay una interacción fundamental entre ambos que no puede negarse. El otro, el masculino, es abuelo, padre, esposo, hijo, nieto, bisnieto, hasta la cuarta generación. El poder ejercido por hombres a lo largo de los años, hay que recordarlo bien, fue un ejercicio de los poderosos, de los que gobernaban o los que usaban a su dios para dominar. Los hombres pobres, los desvalidos, los trabajadores, siempre tuvieron un lugar semejante al de las mujeres: de vasallaje, de sometimiento, de explotación. Sólo el lumpenaje le rendía pleitesía a ese sector dominante. En este momento, las mujeres denuncian las grandes ofensas que padecen, la gravedad incluso de la muerte, el feminicidio, la falta de paridad de género, ¿Pero son todos los hombres los señalados?

Es hora de distinguir y en lugar de separarlo, concitar al género opuesto que ofrece apoyo, a la lucha conjunta. Así, este día sería perfecto.

Tere Gil

Urgente, desarrollar soberanía económica

Frente a las amenazas de Trump y por nuestra extrema dependencia de Estados Unidos (destino de 80 por ciento de nuestras exportaciones), se necesita fortalecer la producción nacional, el mercado interno y el empleo con salarios dignos para las y los trabajadores; es urgente desarrollar la soberanía económica fortaleciendo la agricultura, la industria, la ciencia y tecnología. Eso requiere de una poderosa inversión pública.

Hace falta tomar medidas extraordinarias. Basta de ser el paraíso de corporaciones extranjeras que se aprovechan de nuestra mano de obra barata, facilidades fiscales y falta de inspección.

Se requiere suspender el pago de la deuda pública (que ya rebasa los 17 billones de pesos) para auditarla. Este año se pagarán 1.4 billones de pesos. En lugar de eso, mientras se negocia la deuda, hay que inyectar esos recursos a nuestra economía.

Urge una reforma fiscal y que paguen más las grandes corporaciones (sólo pagan 2.4 por ciento) e implementar un impuesto a las grandes fortunas que han crecido como nunca. Así se tendrán recursos para impulsar un modelo de desarrollo soberano ante el abusivo vecino del norte.

Pablo Moctezuma Barragán

La Presidenta defendió la causa

Lo que parecía imposible!
Claudia defendió la causa,
Trump los aranceles pausa
y el presidente irascible
mostró respeto increíble.
La decisión y la unión
de México en intención
sin temor, con valentía
derecho y soberanía
dio esta grata conclusión

Guadalupe Martínez Galindo

N de la R

En la edición de ayer de La Jornada, en el sumario de la nota principal de la página 18 de la sección Política se menciona a Inmujeres cuando en realidad se trata de la Secretaría de las Mujeres.

Invitaciones

Obra Antígona hoy

El Centro Cultural El Albergue del Arte te espera hoy en la quinta temporada de la obra Antígona hoy, de Tadeco Teatro. Elenco: Melissa Cornejo, Víctor Joel Ariosa, Margarita H. Navarro, Gustavo Ávila y Xiomara Becerra. Técnico: Sabine Gründemann.

Esta puesta en escena de dos mujeres, Antígona, de la tragedia griega, y María, de Chihuahua, México, muestra como son cruzadas por un sistema de justicia ineficiente que no les dio voz, acompañadas de Tiresias, un títere híbrido viajero del tiempo, encargado de develar la deshumanización de un sistema por el que transitan los personajes, utilizando el testimonio para provocar la memoria colectiva.

Función especial a las 19:30 horas, en el Foro El Albergue del Arte, ubicado en Alberto Zamora 32, colonia Villa Coyoacán. Reservaciones: Tel. 55-5554-6228. Entrada libre (cupo limitado a 20 personas).

Cita antes del festival de Sheinbaum en el Zócalo

Antes de llegar al Zócalo este domingo 9 de marzo, citamos a la prensa y al público al evento de la resistencia en Estados Unidos a las 10 de la mañana en la explanada de Bellas Artes.

Karina García, ex candidata presidencial del Partido Socialista de Liberación (PSL), Gloria la Riva, Answer, Code Pink, Red Migrante y Stop Trump Coalition Chicago-NY

Presentación del libro Cuauhtémoc negado, de Jorge Veraza

Brújula Metropolitana invita a la presentación del libro Cuauhtémoc negado, de Jorge Veraza, con el antropólogo Jesús Trinidad, David Moreno, de Editorial Itaca, y el autor. La cita es hoy a las 17 horas en Misantla 11, Roma sur (Central Campesina Cardenista) a tres calles del Metro Centro Médico, salida sur-poniente, por Tehuantepec, Ciudad de México. La entrada es gratuita. Informes: 55-5275-6418, brujulametropolitana@yahoo.com

Laura Nava y Fabián Zavala

Invitaciones

No dejemos de hablar de Palestina, Juicio a los genocidas.

Te esperamos este domingo en el Ángel de la Independencia de las 12 a las 14 horas, para manifestar nuestro repudio al genocidio provocado por el sionismo israelí.

Fraternalmente: Guillermina Torres, Víctor Vera, Daniel Rossell, Héctor Cifuentes, Silvia Ramos, Ignacio Hernández, Raúl Amezcua, María Elena Chávez, Josefina Mena Abraham, Gilberto García Mora Ibarra

Llaman a sumarse a la asamblea a informativa

Los abajo firmantes C. José Gustavo Navarrete Plascencia, Secretario de Ingreso, Promoción y Materia de Trabajo, C. Arturo Rivera García, Secretario de Evolución del Trabajo, ambos pertenecientes al Sindicato Nacional del Instituto Mexicano del Petróleo (SNTIMP), nos sumamos, y hacemos un llamado a sumarse, à la Asamblea Informativa a la cual convocó nuestra Presidenta Doctora Claudia Sheinbaum Pardo este domingo 9 de marzo a las 12 horas,, en la Plaza de la Constitución en la CDMX.

En estos momentos adversos para nuestro País, es imperativa la más amplia unidad en defensa de la Soberanía Nacional y en contra de las pretensiones injerencistas por parte del imperio estadunidense.

¡Ni un paso atrás en defensa de la República!

Opinión del periódico La Jornada 8 de marzo 2025 Día Internacional de la mujer trabajadora 
https://www.jornada.com.mx/2025/03/08/opinion
Una actividad sumamente enriquecedora durante casi toda mi estancia en la ciudad de México, que tenía poco que ver con la cancillería mexicana, fue la pertenencia a la Junta de Gobierno del Instituto Mora que, bajo la dirección de la doctora Eugenia Meyer, pasó de ser una institución más bien inútil a un centro de educación de posgrado y de investigación en ciencias sociales.

Fue precisamente el excepcional trabajo de la mencionada directora que alcanzó gran categoría, pero las bimensuales sesiones de la referida junta tenían un atractivo muy especial: entre ellos estaban Moisés González Navarro, muy connotado historiador; el entonces gobernador de Tabasco, quien no faltaba casi nunca; María de los Ángeles Moreno, polifacética y pujante política del PRI, y el suscrito, además, claro está, quien la presidía por ley, que tampoco solía faltar: el secretario de Educación Pública, Jesús Reyes Heroles.

Los temas propios de la junta se resolvían con rapidez, antes de proceder a una espléndida comida y, lo mejor de todo: la bien escanciada sobremesa que solía durar hasta el anochecer…

Puedo presumir que ahí discurrió don Jesús el natalicio del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) como resultado, principalmente, de los lamentos de Eugenia y míos por tantos investigadores de tiempo completo en el INAH y la UNAM que nos constaba que no daban golpe.

Como eran tiempos de inflación absolutamente desbocada, don Jesús pensó que estos acabarían renunciando si cada año sólo tenían el incremento salarial establecido en las condiciones generales de trabajo. A cambio, quienes pudieran acreditar que sí trabajaban tendrían la consabida beca según la categoría que les permitiera alcanzar su curriculum.

Alguien advirtió que quienes no consiguieran el estipendio complementario, alentados por la disminución real de sus ingresos, crearían problemas.

–¿Qué me pueden hacer? –preguntaba don Jesús: yo ya he sido todo lo que me es posible dentro del gobierno mexicano. En efecto, solamente a la Presidencia de la República no podía acceder por ser hijo de extranjera. Recuérdese que eso estuvo establecido hasta que se hizo la movida que permitió, desafortunadamente, que Fox fuera presidente de este país.

La jugada falló porque sobrevino el fallecimiento de don Jesús a los 64 años y su sucesor no se atrevió a apretar las tuercas de los holgazanes porque él sí se sentía con posibilidades de llegar a la grande. De cualquier manera, las becas del SNI han resultado sumamente benéficas, aunque con las dos docenas de gobiernos conservadores se perdió un poco el sentido cuando se repartieron becas del SNI en las universidades particulares, que sirvieron para beneficiar sus finanzas pues no acabaron resultando un incremento para el investigador sino una parte del salario del profesor que se ahorraba la empresa educativa privada, sin que la carga docente disminuyera y pudieran investigar. Por fortuna, en el gobierno de López Obrador se recuperó el estado original de fomentar la investigación, con los fuertes lamentos de las finanzas de la educación privada que vio menguadas sus utilidades. González Avelar no llegó a la Presidencia, pero quien sí lo hizo resultó peor.

Por lo que a mí respecta, sí me benefició el tal SNI, pues quedé calificado en el segundo nivel, aunque no percibí el ingreso correspondiente hasta que regresé a Guadalajara a mi plaza de investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El 23 de marzo de 1938 se dio el único antecedente de lo que ocurrirá este domingo en el Zócalo. En aquella ocasión, la Expropiación Petrolera y la defensa de nuestros trabajadores contra las empresas inglesas y norteamericanas fue el motivo que culminó en una masiva concentración de más de 100 mil asistentes que la prensa llamó manifestación monstruo. Un día antes, los estudiantes de la UNAM llegaron al Zócalo y el entonces rector, Luis Chico Goerne, en el balcón de Palacio Nacional le entregó al presidente Lázaro Cárdenas el estandarte con el escudo universitario. Por eso había tres tipos de banderas: las patrias, las rojinegras que llevaban los sindicatos y los escudos de la UNAM.

Después de ese acontecimiento de concentración popular y de las muestras que todos conocemos de conmovedora solidaridad con la patria –inevitable hacer referencia a las alcancías y las gallinas para pagar la indemnización–, el país ya no fue nunca antes igual. No sólo en lo económico, que deslindó los terrenos de autoridad del Estado mexicano con las compañías petroleras que maltrataban a nuestros trabajadores, sino en lo político porque ayudó a encarnar el poder popular como lo que existe en su propia operación política siempre excediéndose al sentido que le vamos dando.

Al contrario de esta vez, aquella, la de Lázaro Cárdenas, tenía sus opositores entre los empresarios que vieron con preocupación la ley de expropiaciones que, según ellos, atentaba contra la clase empresarial para beneficiar a las otras. Hablaban desde Monterrey y darían origen, alimentados por el hispanismo católico, al Partido Acción Nacional. Junto con esa oposición, también se presentó un argumento para despojar al presidente Lázaro Cárdenas de su innegable nacionalismo, diciendo que en realidad era un comunista y obedecía a los planteamientos de la Unión Soviética. Así, la ultraderecha como Acción Revolucionaria Mexicana –conocida como Camisas Doradas y que Cárdenas mandó disolver en 1936– se presentó como la única nacionalista y la Confederación de la Clase Media rechazó el caos y la anarquía que fomenta el radicalismo utópico. Ambos espíritus estaban detrás de los que se opusieron al Zócalo cardenista, como el Partido Anti Comunista, una de las expresiones fascistas que más tarde fue disuelta. Así que siempre han existido estos, poquísimos, que hoy dicen que apoyan como mexicanos al gobierno de Estados Unidos porque es el único que ve por los intereses de México, como dijo en Internet el publicista Carlos Alazraki, o que no van a ir al Zócalo porque eso es corporativismo, como sostuvo en la televisión abierta Raymundo Rivapalacio, insinuando que toda manifestación con la que él no coincide es acarreo, que no es voluntaria, que no contiene la médula de la fuerza política de la que todavía gozan soberanía, pueblo, dignidad. Estos opositores que pueden decir sin miedo al desmentido cosas como que el gobierno de Estados Unidos vela por los mexicanos se asemejan mucho a los fascistas como los Camisas Doradas.

Nicolás Rodríguez, el líder de los Camisas Doradas, era un subordinado del general Saturnino Cedillo, usados ambos por Calles para sus asuntos más turbios. Rodríguez, por ejemplo, obtenía sus recursos en Texas, financiado por los petroleros que veían venir la expropiación. Rodríguez les prometía que Cárdenas no podría llevarla a cabo porque él, Rodríguez, lo iba a deponer por las armas. Cedillo sí se levantaría en armas unos meses después de la nacionalización y moriría un año después. No así Rodríguez que, desde Texas, siguió sus actividades durante casi todo el sexenio cardenista. Todavía alcanzó a apoyar a Almazán contra Ávila Camacho, pero en vista de la derrota viajó a México. Desde Tamaulipas pidió una audiencia con el Presidente mediante una carta en la que le solicitaba el perdón de la Patria. Cuando Cárdenas empezó a analizarlo, sin saber que el mismo Rodríguez ya había muerto en casa de su madre, en Reynosa. Antes de morir, Rodríguez le había reconocido en una carta la soberanía que Cárdenas detentaba y reconocía, al final de su vida, que había incurrido en una traición a la Patria. ¿A cuántos de esos que no tienen gente pero sí micrófonos veremos pedir clemencia al final?

El Zócalo tiene muchos usos políticos y expresa una pluralidad a veces energética, otras lánguida –como en el caso de las casitas de campaña del Frente anti-López Obrador–, pero es en casos históricos como éste cuando sirve para la defensa de la soberanía nacional y la dignidad mexicana, es decir, se despartidiza o desgremializa –como con los maestros– y se invoca desde la soberanía como legítimo poder de decisión sobre un territorio. Desde su inicio como palabra, en la soberanía se pone en juego la altura. En latín se le aplicaba a las montañas. Pero cuando surge como sustantivo y no como adjetivo lo hace, primero, como antídoto contra el terror de las guerras civiles y religiosas, y después como máquina de libertades. Dice célebremente Rousseau: La soberanía no es nada más que el ejercicio de la voluntad general y el soberano es un derecho colectivo que sólo puede ser representado por sí mismo. Por la misma razón es que la soberanía es inalienable, es indivisible; porque la voluntad o es general o no es. Ese el Zócalo al que convoca este domingo Claudia Sheinbaum, una presidenta que ha acumulado aprobación hasta tener hoy 80 por ciento, precisamente, en su manejo de una crisis que crearon el propio Donald Trump y sus billonarios y que hoy lo tiene bajando a 40 por ciento la aprobación en su país.

Decimos que cuando se habla de soberanía se pone en juego la altura, la capacidad que tenemos de mirar desde la altura hacia los confines de nuestra tierra. Hablamos, entonces, de horizonte. El ejercicio de la soberanía se despliega precisamente hacia ese allá que es cómo queremos ser como nación de este y del otro lado de la frontera norte. Es un momento digno de ver y escuchar, de sentir y de compartir. No hemos vivido uno de esos, desde 1938. Quien no lo entienda es porque sigue con la cara sumergida en un agujero de lodo al pie de las montañas.

Halford Mackinder, geógrafo, tu-vo una visión inspirada: un mundo plenamente cartografiado configura un sistema polí-tico cerrado. Un suspiro en unaesquina de un mapa puede provocar un hura-cán en la esquina contraria. Valga de botón de muestra la segunda irrupción de Trump.

Mackinder fue uno de los padres de la geopolítica moderna, pero era hijo de su tiempo y en medio de ese sistema político cerrado no concibió nada que no fuese Europa. En 1904 describió un planeta dominado por una Isla Mundial, formada por Europa, Asia y África, y en el corazón de la primera colocó nada menos que el Eje del Mundo. Hecha la descripción, resumió su tesis en una profecía, lo cual siempre ayuda a su difusión: Quien controle Europa del Este dominará el Eje del Mundo, quien controle el Eje del Mundo dominará la Isla Mundial, quien domine la Isla Mundial dominará el mundo.

Y aquí estamos los europeos 120 años después, seguros de que el futuro de la humanidad se juega ahora mismo en Ucrania. Estamos tan convencidos de ello que no nos cabe en la cabeza que Washington, por mucho que tenga a un energúmeno al mando, renuncie a dar la batalla por el control del Eje del Mundo. Pero va a ocurrir, porque a Trump, Europa le interesa más bien poco.

La incredulidad de Zelensky en el despacho oval ante la encerrona que le prepararon la semana pasada es la incredulidad de los europeos. Los llamados a la constitución acelerada de un Ejército europeo y otras palmadas bravuconas en el pecho apenas esconden el pánico que la situación provoca en los gobiernos europeos. Van a acceder a la mayoría de edad por la vía de la expulsión parental.

Necesitamos urgentemente rearmar a Ucrania y Europa, insiste la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pero resulta francamente difícil creer que Europa vaya a sostener el esfuerzo bélico ucranio si, como parece, Washington y Moscú negocian la paz. Para empezar, porque apenas ha existido política exterior europea que no sea la estadunidense. La gran excepción fue la guerra de Irak de 2003.

El repliegue estadunidense ofrece, sobre el papel, una oportunidad de oro a Europa para constituirse de una vez como sujeto global. Son 450 millones de personas y una economía de 20 billones de dólares. Actúen como tal. Lo acaba de implorar el economista estadunidense Jeffrey Sachs en el Parlamento Europeo, en una sugerente intervención que apenas sobrevivirá tras dos días de viralidad en las redes.

Sachs conoce Estados Unidos, Europa Rusia y Ucrania, donde ha trabajado como asesor en diferentes épocas. Y tiene un mensaje: Estados Unidos será despiadado y cínico, y sí, también con Europa. No vayan a mendigarle a Washington. Eso no ayudará, probablemente estimularía la crueldad. En lugar de eso, tengan una verdadera política exterior europea.

Sin embargo, la opción europea parece pa-sar por seguir en la misma dirección e ignora que el camino que se transitaba ya acabó. ¿Quién puede creer que Rusia se detendrá en Ucrania?, pregunta el presidente francés,Emmanuel Macron, adicto a los baños de solemnidad. El miedo como motor. La construcción de una identidad siempre necesita antagonistas, pero los cimientos de una unidad europea no pueden basarse en el miedo al vecino. Van a vivir con Rusia durante mucho tiempo, así que negocien con Rusia. La grandilocuencia y la rusofobia no sirven en absoluto a su seguridad, insiste Sachs.

A quien no le guste Sachs, por heterodoxo, puede escuchar a Angela Merkel, a quien sería difícil calificar de rusófila. Otra de las pocas excepciones al seguidismo europeo al dictado de Washington lo protagonizaron ella y Nicolas Sarkozy en 2008, al negarse a aceptar la candidatura de Ucrania a entrar en la OTAN, impulsada por el entonces presidente estadunidense George W. Bush. Porque esto hay que dejarlo claro: el que más ha hecho porque exista hoy una guerra en Ucrania, después de Putin, es Estados Unidos, que no respetó la promesa de no ampliar la OTAN.

Me pareció una imprudencia temeraria debatir el estatus MAP (estatus de candidato) para Ucrania y Georgia sin analizar también la visión de Putin sobre el asunto, explica en sus memorias Merkel, donde incluye las palabras –mitad confesión, mitad profecía– que Putin le dirigió aquellos días: Tú no serás canciller federal para siempre. Y entonces ellos (Ucrania y Georgia) se convertirán en miembros de la OTAN. Eso es lo que yo quiero evitar.

Zelensky, que hasta la bronca del despacho oval estaba acostumbrado a regañar en público a dirigentes de otros países por no apoyarle lo suficiente, criticó duramente a Merkel en 2022. A la germana no se le movió el flequillo, y en la presentación de su libro en Barcelona, en diciembre, insistió: Rusia existe y es una potencia nuclear, había que tener trato.

Y hay que seguir teniéndolo. Porque Europa del Este no es el Eje del Mundo, pero sí ese lugar en el que, haga lo que haga Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia van a seguir compartiendo vecindario.

La antropóloga Eugenia Iturriaga publicó un libro con el revelador título: ¿Y tú qu é haces aquí?, en el cual incursiona a través de cuatro historias de vida de relatos múltiples, en el color de piel y racismo en la clase alta mexicana (UNAM, diciembre de 2023). Como lo describe en la contraportada, la idea de presentar estas cuatro narraciones es que formen un coro polifónico en el que se escuchen voces, timbres y tesituras diversas que al reunirse conformen un todo complejo. Mi apuesta es que este ensamble de testimonios sea un hilo conductor que nos permite reflexionar sobre las formas en que una clase marca sus fronteras, delimita sus espacios y distingue a las personas.

Iturriaga sigue una línea de investigación antropológica que rompe con las corrientes de la disciplina en México que han centrado su atención en los grupos subalternos, particularmente en los pueblos indígenas, en lo que refiere al estudio de su pasado prehispánico, en lo que considera hacer un catálogo de las culturas y pueblos, y en la formulación de políticas públicas (indigenistas) dirigidas a estos sujetos socioétnicos, en el camino de su integración a la nación. Menciona en su introducción las fuertes críticas de una nueva generación de antropólogos, hacia finales de los años 70, a la relación que la antropología mexicana mantenía con el Estado, y la diversificación temática en la investigación de los sujetos del mundo urbano del México capitalista.

Su opción por hacer etnografía sobre los sectores dominantes, siguiendo a las pioneras en estudiar a grupos privilegiados mexicanos, Larissa Lomnitz y Marisol Pérez Lizaur, que en 1987 publicaron en inglés una obra traducida en 1993 con el título: Una familia de la élite mexicana. 1820-1980: Parentesco, clase y cultura, remite al célebre trabajo de Charles Wright Mills, publicado en 1958, La elite del poder. Este sociólogo recomendaba investigar las estructuras del poder, considerando que los intelectuales y la academia debían conformar un aparato de inteligencia público que desafiara las élites políticas, económicas y militares. Iturriaga, en 2016, publica Las élites de la ciudad blanca: Discursos racistas sobre la otredad, en la que muestra los mecanismos mediante los cuales se construye y opera el racismo hacia la población maya en la ciudad de Mérida, Yucatán.

El libro en comento da cuenta del lugar que ocupa el color de la piel en las clases altas, para lo cual, la antropóloga se da a la tarea de encontrar personas que pudieran referir sus experiencias de vida como morenas e integrantes de estos estamentos sociales, y que se sintetiza en el interrogante discriminatorio que titula la obra.

La autora aclara que una historia de vida no es una biografía, sino un relato narrado en primera persona que protagoniza alguien común y corriente, una persona que pertenece a la sociedad o grupo que se quiere estudiar. En antropología, las historias de vida representan una opción metodológica y son producto del diálogo entre el antropólogo y la persona que está dispuesta a coescribir un texto sobre su vida. Nos recuerda dos obras clásicas que sintetizan esta técnica; Juan Pérez Jolote: Biografía de un tzotzil, de Ricardo Pozas Arciniega, y Los hijos de Sánchez, de Óscar Lewis. Nuestra colega opta por este instrumento metodológico porque considera que permite profundizar en el mundo de los valores y las subjetividades de las personas y desde ahí dar cuenta de fenómenos estructurales que atraviesan las sociedades.

Así, Iturriaga ubica a Inés, Teresa, José Arturo y Julia, que comparten con ella su tiempo y sus historias familiares. Animarse a exponer laintimidad de la vida familiar y la complejidad de las relaciones socia-les requiere de una dosis combinada de valor, reflexividad y convicción por combatir las distintas formas de discriminación que operan en nuestro país. Estas historias muestran, de manera impactante, cómo no importan títulos universitarios, ser políglota, ocupar cargos de responsabilidad ni la pertenencia misma a la clase privilegiada, ya que en cualquiera de los espacios simbólicos como escuelas, lugares de residencia y clubes exclusivos, los protagonistas de las historias son interpelados por quienes se mueven en estos círculos sociales, son víctimas de epítetos racializados y frecuentemente su presencia necesita ser explicada: ¿ y tú qué haces aquí? En las historias están presentes con marcada frecuencia los prejuicios y estereotipos sobre las herencias africanas e indígenas. “En los cuatro relatos podemos ver que el color de la piel ‘claro’ constituye un capital simbólico fundamental. Las historias muestran que el racismo atraviesa vertical, horizontal y trasversalmente a la sociedad.”

Libro de indispensable lectura en la academia y para quienes luchan contra toda forma de opresión y dominación de los seres humanos.

Después del discurso de Donald Trump en el Congreso estadunidense, la contraorden de un nuevo plazo para aplicar aranceles a la industria automotriz instalada en México y el compromiso de posponer también el impuesto a los productos mexicanos del T-MEC, derivado de la conversación amistosa entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el mandatario del país vecino, terminaron por disipar las dudas respecto a cuál es la política presidencial de Estados Unidos frente al mundo. Por lo pronto, Trump ha señalado a México, Canadá, Panamá, China, Groenlandia, Gaza y Ucrania como siete objetivos de dominación a conseguir en un mediano plazo. Salvo China, el resto de los países muestran vulnerabilidades que desde la lógica trumpista los hacen presa fácil de sus impulsos avasalladores. A Trump y sus acompañantes les interesan el fentanilo, los traficantes de drogas y de migrantes, y hasta sus propios adictos sólo como temas para chantajear, y pretexto para intervenir en otros países, intentando debilitarnos políticamente. No es una simple medida del segundo régimen trumpista, sino una política imperial que intenta cambiar la fisonomía y la estructura del mundo. Su idea consiste en dominar gran parte del planeta, para lo cual recluta al ejército israelí, a grupos industriales, especuladores monetarios a gran escala, al sistema militar y financiero occidental y dueños de consorcios hegemónicos tecnológicos. Por supuesto, es una respuesta ante la escasez de espacios materiales para reproducir el capital internacional y la acelerada pérdida del control sobre naciones con grandes poblaciones, incluyendo a Estados Unidos. México resiente los estremecimientos de esta política como sismos de gran escala.

Entonces, es necesario introducir en el debate interno las desventajas y las fortalezas con las que sin desearlo nuestro país se ve envuelto en el torbellino al que Washington lo está empujando. Entre las desventajas: la frontera terrestre de más de 3 mil 140 kilómetros, que obstaculiza ejercer un control efectivo de la línea internacional, salvo en las grandes ciudades y las medianas de los seis estados colindantes con Estados Unidos. Pero hay grandes extensiones desérticas en las que aparecen poblados pequeños y rancherías aisladas frente al muro incompleto que con empeño levantó Trump en su primera administración. La otra parte vulnerable es el tamaño de la economía y su enganche al tratado trilateral, dejando pasar cuatro décadas sin diversificar relaciones económicas con los países asiáticos y europeos, y de otros continentes que hubieran ayudado a consolidar al mercado interno, que de ninguna manera puede descartarse ahora desde la perspectiva de un Estado asediado, revisando lo que falló en los 70, cuando se intentó consolidar dicho mercado. Afortunadamente, la Presidenta ha echado a andar esta idea ligada a la necesidad de fortalecer a industriales nacionales. En materia de seguridad y educación superior se muestran rasgos estratégicos endebles. Como lo han señalado Oswaldo Zavala y otras voces expertas, la seguridad mexicana está organizada para responder a los requerimientos de la seguridad estadunidense, y ahí nos han traído. En un extraordinario ensayo de 2015, publicado por la revista Nexos, Fernando Escalante (Apuntes para lidiar con Washington), analizó cómo nuestro sistema de educación superior se encuentra infeudado con Estados Unidos, (sinónimo de enfeudar, entregar a título de feudo). Pero este término puede aplicarse a casi todos los aspectos centrales de la vida nacional; ejemplo, las maquiladoras de la frontera norte y espacios físicos con reglas autónomas.

Entre otras desventajas para enfrentar las deportaciones se encuentra el cuerpo consular. Desde lejos, al escuchar las quejas de paisanos sobre sus servicios, uno se pregunta si acaso algunos de ellos son leales a la causa mexicana. Entre las fortalezas con que cuenta México está un pueblo avispado, con energía y en su gran mayoría noble, que se muestra receptivo al discurso alentador de la Presidenta, que desde 2024 decidió acompañarla en sus proyectos de gobierno. La otra ventaja es la inteligencia, serenidad y lealtad a México con la que Sheinbaum está sobrellevando los aplazamientos que le impone el poderío de Washington. La presidenta no necesita consejos, pero los halagos estadunidenses pueden ser como los cantos de las sirenas, sólo recuérdese cómo terminó Carlos Salinas.

En la medida en que Gaza, Ucrania, China, Rusia y el bloque de estados europeos distraigan a Trump, seguirán los aplazamientos, pero a la larga, eso terminará por debilitar el ánimo de la nación. De persistir, la escalada de aranceles probablemente derivará en una guerra entre naciones, algo que los mexicanos debemos mantener como esquema cambiante a analizar y prioridad de sobrevivencia.

* Profesor del Colegio de Sonora

Nada más inseguro que el programa neoliberal y sus retoños. No hay familia de la clase trabajadora indemne ante los ataques contra el salario, la vivienda, la educación y la salud. Inseguridad en la defensa de los derechos humanos, la protección del patrimonio y la dignidad. Inseguro conseguir empleo, contar con una jubilación suficiente, el trato con cualquier fuerza de seguridad, los negocios farmacéuticos e insegura la verdad sacrificada en los medios de comunicación. O, dicho de otro modo, lo único seguro es que el capitalismo destruirá al planeta, a la humanidad y a toda herencia civilizatoria construida la con sangre, sudor y lágrimas de las luchas sociales.

Dice la burguesía que todo es inseguridad, asustada y desesperada por la indignación de los pueblos ante el desastre ocasionado por el capitalismo, y dice que urge contar con más seguridad (armas, vigilantes, represores y verdugos armados con leyes) para frenar la conciencia de la clase trabajadora, asustarla, desmoralizarla y desorganizarla. Ellos quieren seguridad sólo para sí, para sus barrios privados, sus empresas, oficinas y automóviles caros. Sólo para sus crías y sus familias, para sus intereses, su ideología y sus ganancias. No importa si para eso hubiere que asfixiar en inseguridad a 90 por ciento de la población. Para eso contratan funcionarios, policías, militares, guardaespaldas y sicarios de toda laya. Gastan el dinero de los impuestos mientras concesionan negocios inmorales para consolidar una industria de la inseguridad que cuenta con todo. Desde balas hasta noticieros, desde víctimas inventadas hasta laboratorios de guerra sicológica. La inseguridad que fabrica el capitalismo es una mercancía carísima pagada por el trabajo exprimido y el plus-producto. Empujan a demandar más policía, más cárcel, más control, precisamente los instrumentos que garantizan la dominación de clase. Síndrome de Estocolmo convertido en batalla cultural burguesa.

No es seguro que paguen el sueldo ni conservar el empleo. No es seguro que atienda el médico ni que los medicamentos funcionen. No es seguro el cupo en las escuelas ni el perdón de los pecados. No es seguro conservar la vivienda ni lo que dicen los noticieros. Fábrica monstruosa de inseguridades que usa de víctima favorita a los delincuentes, a los más pobres, a los más lastimados por las inequidades y las injusticias sociales. Algunos lebreles de la burguesía quieren imputar a los menores de edad, quieren mano dura mientras se bañan en caldos espesos de saliva con odio de clase. Exhiben impúdicos y hediondos, sus baratijas ideológicas con cara de sabihondos. Ni una palabra sobre las causas históricas ni las injusticias sistémicas de un aparato económico intoxicado con abstracciones inhumanas, guerras de avaricia y funcionarios corruptos, impúdicos e impunes.

Es muy seguro un ataque contra todos los derechos laborales conquistados por la clase trabajadora, contra los contratos colectivos y los montos de los salarios que los patrones consideran costos. Es muy seguro que se flexibilice la carga impositiva a las empresas y se endurezca contra los consumidores. Ya algunos gobiernos títere disminuyen impuestos a la compra de artículos suntuarios. Es muy seguro que la vida insegura descargue sus peores episodios contra los pueblos y todo esto en nombre de la libertad y la democracia. Será más inseguro el futuro para las mayorías y muy seguro que los sectores privilegiados ensanchen bienestar y ganancias. Más de lo mismo agravándose.

Su neoliberalismo manipula el concepto de inseguridad con todos sus dispositivos ideológicos que convierten un problema social complejo en una herramienta funcional para, incluso, atacar opositores y la consabida conservación del orden capitalista. Tal manipulación no es fortuita porque es parte sustancial de la maquinaria hegemónica que garantiza la reproducción de las relaciones de poder. En su operación primordial venden la inseguridad como fenómeno atemporal, técnico o natural, desconectado de las condiciones materiales objetivas. Esconden la raíz estructural del problema (desigualdad, pobreza, explotación) y se lo enmascara como de conductas individuales desviadas o insuficiencia de medidas represivas.

Despojan al concepto de inseguridad de toda dimensión política, lo venden en sus noticieros como problema que afecta por igual a todas las clases sociales, cuando su vivencia y causas son profundamente desiguales. Venden miedo en una narrativa donde la inseguridad aparece como amenaza externa, abstracta, sin sujetos ni relaciones sociales. Oculta que la mayor violencia proviene del propio Estado burgués, la policía, las leyes y el hambre. Insistamos, la inseguridad mayor es la del mercado, que amenaza todos los días con dejarnos sin trabajo, sin techo, sin pan.

Todas las armas oligarcas para la producción de sentido desempeñan un papel central en conversión de la inseguridad como mercancía de la batalla cultural. Producen una semántica hiperbólica del peligro, que no se corresponde con la estadística real de los hechos. Fabrican pánico que paraliza la capacidad crítica y predispone a la población a aceptar medidas autoritarias. Umberto Eco definía a los medios como una fábrica de consensos por saturación.

Ellos seleccionan cuerpos, territorios y sujetos acusados de producir inseguridad. Adoran el estereotipo de la juventud, ellos y ellas, pobres, narco-adictos, migrantes, trabajadores precarizados… para convertirlos en chivos expiatorios, mientras las violencias del Estado y del capitalismo permanecen invisibilizadas. Marx denunciaba este mecanismo en El Capital, al mostrar cómo incriminar a los pobres sirve para disciplinar a la clase obrera mientras se naturalizan los crímenes económicos de la burguesía. Todas las falacias sobre la inseguridad generan endurecimiento del aparato represivo, que a su vez incrementa la violencia estatal y la exclusión, lo que produce más inseguridad objetiva. No les importa resolver el problema de la inseguridad en realidad lo enmascaran para reproducirlo y así administrar mejor su propia crisis.

Operación semiótica bizarra para convertir las demandas populares en reaccionarias, distorsionando la lucha contra la desigualdad para convertirla en un sentido común que llama al orden que reprime a las víctimas. Nada de la inseguridad es un problema fuera del capitalismo, sino un producto de sus contradicciones internas. Ellos manipulan sus significados para convertirlos en dispositivos de disciplinamiento social. Ha de servirnos una semiótica emancipadora para desarticular este simulacro, transparentando de la inseguridad su carácter histórico, político y clasista. Sin negar la violencia social ni la inseguridad en proyectos no capitalistas ni neoliberales, identificarla en el mapa de la lucha de clases. Nuestra verdadera seguridad sólo está en el pan, el techo, la salud, la educación y la dignidad para todas y todos.

Foto
▲ Fotograma de la película de Pablo Larraín, protagonizada por la actriz estadunidense Angelina Jolie, aquí, en un fotograma del filme.
Iniciar la narrativa de una biopic desde la muerte o los últimos días de vida del biografiado se ha vuelto un procedimiento bastante usual. Es el caso de María Callas (Pablo Larraín, 2024), una más de las películas biográficas del director chileno (Jackie, 2016; Spencer, 2021), protagonizada por Angelina Jolie. Aquí la idea básica es revisar los últimos siete días de la vida de María Anna Cecilia Sofía Kalageropoulou, sin duda la diva operática más notoria de todos los tiempos, objeto de la adoración unánime (y en ocasiones ridículamente excesiva) de numerosos operópatas. De hecho, el filme de Larraín es rico en muestras de la pleitesía (abyección en muchos casos) que se rindió en vida a su personaje, y que no ha cesado hasta hoy. Como siete días de decadencia no alcanzan a cubrir un largometraje entero, Larraín utiliza un procedimiento ya probado en numerosos filmes: inicia el día de la muerte de Callas, en septiembre de 1977, retrocede siete días en el tiempo, y luego rellena esos días con numerosos flashbacks a momentos destacados de la vida y la carrera de la cantante. El otro recurso narrativo principal de Larraín, también ya muy visto y en este caso no del todo eficaz, es incluir en su esquema narrativo la filmación de un documental sobre la vida de la Callas: cine dentro del cine, una apuesta arriesgada si no se maneja bien, sobre todo si produce un distanciamiento dramático que cercena el vínculo película-espectador.

Los mencionados flashbacks de la vida de Callas están intercalados con diversos números musicales bien logrados, en algunos de los cuales el director se da licencia creativa para incluir ciertos elementos de fantasía que sí enriquecen la narración. En el centro de esta narración de los momentos clave de la vida de la soprano hay un buen entramado dramático centrado en el concepto María Callas como adicta: adicta a los fármacos, al público, a las ovaciones, a la adulación. En ausencia de casi todo ello, le quedan los fármacos, elemento enfatizado contundentemente por Larraín. El desarrollo del filme está señalado por interesantes momentos de reflexión, a veces bien sintetizados en una sola frase de la protagonista: Los hombres muertos son más manejables; Estoy feliz con el teatro que hay detrás de mis ojos; No hay vida fuera del escenario; No hay razón en la ópera; La felicidad nunca produjo una bella melodía. Asimismo, la película contiene algunas escenas particularmente memorables por lo que añaden al trazo del retrato de la cantante. Así, el deshacerse de sus vestuarios de ópera, exorcizando toda clase de fantasmas. O el cantar, de niña, una linda canción griega junto con su hermana Yakinthi.

Sí, en el filme de Larraín hay numerosos episodios musicales, en los que la voz es, mayoritariamente, la de la propia María Callas, lo cual imparte al proyecto una apreciable aura de credibilidad. Hay en el filme una presencia destacada de la ópera Tosca, de Puccini, cuya aria Vissi d’arte es convertida en un emblema sonoro y conceptual de la vida de Callas. Sería posible, acaso, reflexionar en que, en efecto, vivió del arte (y quizá del amor) pero en sus días últimos retratados en la película, ya sólo vivía de recuerdos y medicamentos.

¿Y la actriz protagónica? Creo que hay un cierto paralelismo entre la Callas de Angelina Jolie y el Bob Dylan de Timothée Chalamet; profesionalismo, concentración, estudio, buen esfuerzo interpretativo, pero sin un resultado realmente convincente. La realidad nos dice que La Divina fue una mujer/artista de personalidad fuerte, energética, explosiva por momentos y con episodios de extrema fragilidad, rasgos que Angelina Jolie y su director prefirieron conservar en una cierta penumbra de contención y control. Sin embargo, María Callas es una película con estimables valores de producción y momentos dramáticos destacados, que vale la pena ver y que sin duda desatará sabrosas polémicas entre los aficionados a la ópera.

Y como suele ocurrir con mucha frecuencia en este tipo de filmes, las tentaciones de caer en el lugar común no fueron resistidas: poner como música de fondo en los créditos finales el coro Va pensiero de la ópera Nabucco de Verdi es un cliché de grandes dimensiones; no hacía falta, y sale sobrando.

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