12/31/2010

Los periodistas pal cafe......



Enrique Galván Ochoa: Dinero
Como cada fin de año, desde hace 15 que apareció por primera vez esta sección, les ofrezco un tema de reflexión que no tiene que ver con los habituales.
El ratón de la cueva
Un asceta, un hombre de Dios, vivía entregado en cuerpo y alma a la meditación. Vivía solitario en una cueva, en lo más remoto del Tíbet, ajeno a tentaciones que lo pudieran desviar de su camino a la iluminación. Como un Buda, había tomado la senda que lo llevaría algún día a extinguir todos los deseos propios de la condición humana. Los vecinos de una aldea cercana proveían sus necesidades. Un día, mientras repetía incesantemente su mantra, fue distraído por un ruido que venía del exterior. El ruido se hizo frecuente.
–Es un ratón, pensó.
Decidió que lo mejor sería hacerse de un gato. Así lo hizo y el gato prontamente dio cuenta del ratón. El asceta volvió a la meditación, pero al poco tiempo el gato sintió hambre y comenzó a aullar porque en la cueva no había nada que pudiera alimentarlo.
–Lo mejor es que consiga una vaca para darle leche, pensó.
Fue a la aldea y no faltó una alma caritativa que le regalara una vaca. La ordeñó, alimentó al gato y volvió a su meditación. Sin embargo, su mente divagaba. Se dio cuenta de que le tomaba mucho tiempo atender a sus nuevos huéspedes. La vaca necesitaba agua y pastura, también aseo, y había que ordeñarla todos los días para darle su plato de leche al gato.
–Buscaré a una mujer que se haga cargo de todo, pensó.
Bajó de nuevo al pueblo y regresó a su cueva con una esposa. El asceta pudo volver a la meditación con infinito gozo. Pasaba sus horas sentado en la posición de loto, repitiendo su mantra. Sin embargo, hacían falta brazos masculinos para ayudar a la mujer a atender las tareas que antes no existían. Como a cualquier esposa se le ocurrió, por ejemplo, sembrar un pedazo de tierra, levantar un establo y mudarse a un lugar más amplio y confortable que la mísera cueva. Un día regresó fatigada de su diaria faena. El asceta estaba de cabeza, meditando. Se quedó mirando a su marido unos momentos y le dijo:
–Déjate de payasadas. ¿Cuándo vas a ponerte a trabajar?
Ese fue el fin de una vida entregada a la meditación y el yogui volvió a la cadena del deseo y el sufrimiento.
Desciende el número de homicidios
Es una sorpresa. El índice de homicidios en la línea de los últimos años ha descendido en tres de las ciudades con fama de violentas: Los Ángeles, Chicago y Nueva York, según la estadística dada a conocer por el FBI. En la Gran Manzana los asesinatos bajaron 79 por ciento en las últimas dos décadas, de 2 mil 245 en 1990 a 471 en 2009. En Chicago se advierte un decremento de 46 por ciento, de 850 a 458. Y en Los Ángeles, la ciudad mexicana más grande del mundo después del Distrito Federal, cayeron 68 por ciento, de 938 a 312. Las autoridades han implementado diversas políticas para alcanzar esas metas. Una atiende a los salarios de los agentes. En promedio ganan 50 mil dólares al año, alrededor de 700 mil pesos. Otra es muy audaz: la policía angelina implementó un programa de 24 millones de dólares para dar empleo a miembros y ex miembros de las bandas y los utiliza como mediadores para negociar que depongan la violencia. En México se sigue la misma política sólo que al revés: los gángsters contratan a los policías.

Carlos Fernández-Vega: México SA
Quienes en septiembre de 2005 suscribieron el llamado pacto de Chapultepec aseguraban que era impensable postergar un acuerdo de unidad nacional que postule el estado de derecho, el desarrollo, la inversión y el empleo, porque, coincidían, sería una irresponsabilidad histórica que profundizaría inequidades y problemas sociales. Estas convicciones son las que nos han reunido ahora, según el texto respectivo. Tal fue la expectativa presumida por los abajo firmantes, que el propio Carlos Slim, promotor del consenso, como le llamaron, comentó entonces que el acuerdo no se trataba de una carta a Santa Claus, aunque sí le dice qué queremos, dónde comprarlo, cómo hacerlo y cómo hacerle.
Con ese espíritu y entusiasmo, más de 300 grandes empresarios se comprometieron, firmaron y lanzaron el Acuerdo Nacional para la Unidad, el Estado de Derecho, el Desarrollo, la Inversión y el Empleo (léase el pacto de Chapultepec), avalado de inmediato por el entonces inquilino de Los Pinos, Vicente Fox. Como comentamos en este espacio, nada raro es que los magnates Forbes de este país agarren el micrófono para exhortar a los empresarios autóctonos a que inviertan y generen empleo en México, con el fin de proteger lo que ellos llaman los intereses nacionales. Un día sí, y el siguiente también, se escuchan sus arengas para que el capital nacional se quede en casa y así mejorar las condiciones de vida de quienes lo habitan.
Lo anterior viene a colación porque dos recientes informaciones confirman la realidad de las cosas, es decir, que de lengua muchos se comen varios platos. La primera: en días pasados se publicó que a lo largo del presente año, un grupo de grandes consorcios mexicanos acumularon inversiones por más de 42 mil millones de dólares en Sudamérica (el doble que un lustro atrás). Entre ellos aparecen Telmex, Grupo Carso, Cemex, el siempre pío Grupo Bimbo, Coca Cola Femsa (que recientemente, y libre de impuestos, vendió su ramo cervecero a la trasnacional Heineken, en 7 mil millones de dólares), Grupo México (el de Pasta de Conchos), Vitro (que en la reciente crisis recibió apoyos crediticios de la banca del Estado para evitar problemas financieros), ICA (sempiterna beneficiaria de contratos de obra pública), Protexa (contratista de Pemex, entre otras gracias) y Pinfra (antes Tribasa, que obtuvo jugosas concesiones carreteras, la mayoría de ellas finalmente rescatadas por el erario, aunque conservó la más cara del mundo, la México-Toluca).
La segunda: “por cada dólar de inversión extranjera directa que ingresó al país entre enero y septiembre de 2010, empresarios y particulares mexicanos transfirieron al exterior dos dólares para ser abonados a cuentas bancarias o realizar negocios (fuera de las fronteras nacionales), reveló información del Banco de México. Desde que comenzó la administración de Felipe Calderón, la transferencia de recursos (de mexicanos) al exterior, tanto a bancos (foráneos) como para emprender negocios, llegó a 55 mil 503 millones de dólares, según los datos del banco central, una cantidad 266 por ciento superior a la que salió del país por los mismos conceptos entre enero de 2001 y septiembre de 2004, el periodo comparable del gobierno del ex presidente Vicente Fox, que fue de 15 mil 141 millones de dólares. Para efectos comparativos, equivale a poco más de la mitad de la reserva internacional de divisas al cierre de septiembre. Durante este año, las transferencias a cuentas bancarias del exterior y las realizadas por empresarios mexicanos para emprender o ampliar negocios en otras naciones superaron con amplitud el ingreso de nueva inversión extranjera directa (La Jornada, Roberto González Amador).
Miles de millones de dólares generados en el país, para que se exporten y financien jugosos negocios particulares en el extranjero, algo que si bien es legal, resulta totalmente inmoral, especialmente cuando, con todo boato, se firma un pacto que entre otras cosas promueve la inversión y el empleo en territorio nacional, no allende las fronteras, y se argumenta que postergar un acuerdo de unidad nacional (en el sentido referido) sería una irresponsabilidad histórica que profundizaría inequidades y problemas sociales.
Entre los decididos abajo firmantes del susodicho pacto de Chapultepec, en 2005, aparecían Carlos Slim, Lorenzo Zambrano, Emilio Azcárraga, María Asunción Aramburuzabala, Gastón Azcárraga, Eugenio Garza, Carlos Hank Rhon, Juan Diego Gutiérrez Cortina, Claudio X. González, Manuel Medina Mora, Ricardo Salinas Pliego, Héctor Rangel Domene, Lorenzo Servitje, Olegario Vázquez Raña, Roberto Hernández y Alfredo Harp (algunos de ellos beneficiarios del Fobaproa, de otros rescates del erario y del privilegio de no pagar impuestos), quienes se manifestaron en favor de invertir y generar empleo en casa, y prestos a contribuir a redistribuir el ingreso.
Qué solidarios, pero ¿qué tienen que ver los abajo firmantes con las informaciones mencionadas? Pues casi nada: apenas son los propietarios, o cuando menos las cabezas visibles, de las empresas relacionadas en la primera de las notas, y forman parte del selecto inventario de exportadores de capitales de la segunda de las notas. No pocos de los magnates mencionados, todos ellos comprometidos en el pacto de Chapultepec, destacan por ser exitosos generadores de empleo allende nuestras fronteras, y líderes indiscutibles en lo que se refiere a la compra de empresas fuera de México. El resultado de ese proceso exportador (también reportado en otras naciones de la región) fue bautizado por la Cepal (en 2005, el mismo año de la firma del “pacto de Chapultepec) como empresas translatinas (una suerte de trasnacionales regionales, con creciente peso e influencia política y económica). En aquel entonces, 25 de ellas dominaban el mercado latinoamericano, y de ese total 12 pertenecían a magnates mexicanos.
No hay que esforzarse para saber que los dueños de las translatinas son prácticamente los mismos abajo firmantes del citado acuerdo, es decir, aquellos que cinco años atrás advertían que sería una irresponsabilidad histórica posponer la inversión y la generación de empleo en territorio nacional, porque profundizaría inequidades y problemas sociales.
Las rebanadas del pastel
Con un enorme abrazo para los niños de la Guardería ABC, México SA les desea un feliz 2011, dentro de lo posible. ¡Salud!
cfvmexico_sa@hotmail.com . mexicosa@infinitum.com.mx . http://twitter.com/cafevega
En los capítulos 3 y 4 de Why not socialism? (Princeton University Press, 2009) Cohen pone a prueba los principios de igualdad socialista de oportunidades y comunidad, que derivó (capítulo 2) como los principios constitutivos del socialismo de la práctica de los viajes de campamento (en lo sucesivo, campamento), al enfrentarlos a las preguntas de si son deseables y viables a escala macrosocial y permanente. Muchos, señala, notarían los rasgos especiales del campamento para distinguirlo de la vida normal de la sociedad moderna, y dudarían sobre la deseabilidad y viabilidad de aplicar en ella los principios apuntados: se trata de una actividad recreativa en la que no hay grupos que compitan y en el que uno conoce personalmente a todos y en la cual no hay tensión entre las responsabilidades familiares y sociales. Cohen piensa que las diferencias apuntadas no minan la deseabilidad de la ampliación a escala social de los valores del campamento:
“No pienso que la cooperación y la ausencia de egoísmo desplegada en el campamento sean adecuados sólo entre amigos o al interior de una pequeña comunidad. En la provisión mutua de una sociedad de mercado, uno es esencialmente indiferente del destino del agricultor cuyos alimentos come. Sigo encontrando atractivo el sentimiento de una canción de izquierda que aprendí en mi infancia y que comienza así: ‘Si nos consideráramos uno al otro un vecino, un amigo, un hermano, podría ser un mundo maravilloso, maravilloso.’”

Patricia Peñaloza: Ruta Sonora
Los mil diez termina con menos sorpresas creativas que antes, como si el entorno adverso se interpusiera cada vez más entre las musas y las armonías. Con todo, siempre hay por ahí mentes aferradas a generar música sobresaliente. Así, para cerrar estos 12 meses (y antes de que este espacio ataque con sus listados con lo mejor del año), dos álbumes en distintos extremos: por un lado, de Detroit, la auto-transformación infinita de Sufjan Stevens, y por el otro, de Ohio, The Black Keys y su blues-rock retro-futuro.
La era de los raros
Sufjan Stevens es de esos artistas que no figuran en las portadas, que no ganan premios televisivos, que dan pocas entrevistas, y que más bien hablan y sorprenden a través de su sigiloso pero calante trabajo. Discreto, ha ido forjando una carrera que va maravillando oídos, al ser capaz de generar un universo propio. Desde sus inicios, con Enjoy your rabbit (2001), Seven swans (2004), pero sobre todo con el despampanante y aclamado Illinoise (2005), su brillante vocación orquestal al servicio de un pop inteligente, delicado en sus modos, pero a la vez lleno de fuerza épica, le ha merecido un lugar destacado dentro de la primera década del siglo.


Educación: el designio privatizador
En la década reciente, en Nueva York, la educación pública ha experimentado un giro cualitativo en su manejo y objetivos: la enseñanza ha dejado de ser vista como derecho para convertirse en oportunidad de negocio; los docentes han pasado a ser empleados que persiguen el éxito de sus clientes –los estudiantes–, y el papel de las autoridades educativas está en proceso de reducirse, en el mejor de los casos, a meras funciones administrativas. El vínculo visible entre estas últimas y el sector empresarial es el todavía secretario de Educación de esa ciudad, Joel Klein, ex abogado en Wall Street y futuro vicepresidente de News Corp, la trasnacional de medios dirigida por Rupert Murdoch. Por su parte, la nueva titular de la dependencia, Cathleen Black, cuenta con amplia experiencia en gestión empresarial, que incluye su paso por las juntas directivas de IBM y Coca-Cola, así como su desempeño como ejecutiva en jefe de la empresa de revistas comerciales Hearst Magazines.Continuar

El Correo Ilustrado
En recuerdo de Práxedis G. Guerrero
Marginado totalmente por los organizadores del centenario de la Revolución y olvidado por los escribidores de la historia que viven de la nómina del gobierno federal, el nombre de Práxedis G. Guerrero representa a uno de los líderes más relevantes en la lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz.
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Jorge Carrillo Olea: La ardiente frontera sur
Hay cosas que verdaderamente no se entienden. Gobiernos van y gobiernos vienen, y las voces de alerta, y ahora de socorro de la frontera sur se oyen desde siempre. El deterioro ha sido acelerado en esta década, cuando el crimen organizado y la corrupción oficial así lo dispusieron. Arde la frontera sur: Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas con Belice y Guatemala; más allá están por arder Honduras, El Salvador y Nicaragua, y de otra forma –más sofisticada– Costa Rica y Panamá.
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Jaime Martínez Veloz: Adrián Rodríguez García: la magia de luchar por lo imposible
De Saltillo no se puede platicar ni explicar sin mencionar a Adrián Rodríguez García, y mi vida, menos. Si Adrián no hubiera nacido, Miguel de Cervantes Saavedra lo hubiera inventado. El alma del original del Quijote deambula por las calles y avenidas saltillenses

Gabriela Rodríguez: La madre virgen
Virgen es María, la madre del cristianismo, madre de Dios, pero no diosa, porque el altísimo lugar no lo tienen las mujeres de ese linaje religioso. Se trata de un mito, de un relato que culmina con la fiesta de Navidad en que se celebra el nacimiento de Jesús. El relato del parto virginal, del pesebre, de los reyes magos y de los pastores no resiste la mirada crítica de la historia verdadera. ¿Cómo saber dónde termina la mitología y dónde comienza la historia?
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Luis Javier Garrido: El cable
Las recientes filtraciones de Wikileaks sobre México contenidas en un cable diplomático que da cuenta del desastre al que ha llevado al país la supuesta “guerra contra el narco” del panista Felipe Calderón no han sido aquilatadas en toda su gravedad.
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Raúl Zibechi: Luces y sombras de la década progresista
Si aceptamos que la realidad político-social no está configurada por un solo escenario sino por tres (superación de la dominación estadunidense, del capitalismo y del desarrollo), la década progresista tuvo resultados dispares y hasta contradictorios. Creo que el terreno en el que más se ha avanzado, el de las luces más brillantes, se relaciona con el primer aspecto, mientras los otros dos muestran los nudos que el progresismo no ha conseguido desatar en estos años.
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Emilio Álvarez Icaza
Saldo… negativo
Termina el año del Bicentenario y del Centenario. El 2010 llega hoy a su fin y toca una revisión de lo que pasó en materia de derechos humanos. El gobierno federal, así como los poderes Legislativos, Judicial y gobiernos estatales, fueron protagonistas en algunos hechos centrales de este año, varios dramáticos.
El 2010 fue el año en que se cayó en cuenta de la dramática situación de los migrantes. La matanza de 72 centro y sudamericanos en Tamaulipas expuso una situación largamente denunciada y desatendida, el trato criminal, discriminador y violento que viven miles de personas a manos de delincuentes y autoridades al cruzar nuestro país. Lo peor es que el drama sigue como si nada hubiera pasado.
Fue un año en el que se emitieron varias sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado mexicano. Los casos de las indígenas Inés y Valentina, el profesor Rosendo Radilla (desaparecido en 1974) y los campesinos ecologistas Rodolfo y Teodoro tienen patrones comunes, todos ocurrieron en Guerrero, todas las violaciones a derechos humanos fueron cometidas por integrantes del Ejército, en todos se negó la justicia. Lo que se negó en México, ahora lo da la justicia internacional, aunque no se ve la voluntad de cumplir.
En el 2010 aumentaron los riesgos y ataques a los defensores de derechos humanos. El reciente asesinato de Marisela Escobedo es sólo una dolorosa muestra de una realidad de impunidad y desprotección que enfrentan quienes en México luchan por la justicia y por defender los derechos humanos. Algo similar sucede con los periodistas, los asesinados del Diario de Ciudad Juárez son apenas un reflejo de este contexto.
La reforma constitucional en derechos humanos sigue su lento, pausado y complejo caminar. Recién este diciembre los diputados aprobó la minuta que ahora tendrán que revisar los senadores. Este proceso es, en sí mismo, una demostración de nuestras las debilidades para avanzar en la consolidación democrática.
El desastre de nuestro sistema de justicia se hizo patente. Los casos Paulette y Diego Fernández de Cevallos son emblemáticos al exhibir instituciones de procuración de justicia incapaces y ausentes. Ahí está el ridículo caso del “michoacanazo” de 34 detenidos sólo queda uno en proceso… ¡estadística arrolladora!
La crisis de seguridad tomó nuevas y preocupantes dimensiones. Vamos a terminar este año con una cifra cercana a los 30 mil muertos en esta “guerra” o “lucha por la seguridad”. En ciertas entidades como Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán y Nuevo León las cosas están totalmente descompuestas y otras como Morelos, Estado de México, Guerrero, Baja California y Veracruz la descomposición avanza a pasos agigantados. Especial mención merece la muy crítica situación de la juventud. Este 2010 fue realmente violento, matanzas como las de Salvárcar, Juárez o Nayarit pusieron en claro que al bono demográfico se lo esta llevando la delincuencia, la pobreza o la migración.
La militarización sigue avanzando, son más de 94 mil efectivos dedicados a labores de seguridad pública y más de 500 efectivos militares de distinto rango desempeñando labores en instituciones civiles de seguridad ¿haber cuando los regresamos a sus cuarteles?
Penosamente, al desastre de la justicia hay que sumarle el bajo perfil del sistema no jurisdiccional de derechos humanos. En México gastamos aproximadamente dos mil millones de pesos en los 33 organismos públicos de derechos humanos (la CNDH representa cerca del 50 % de ese monto) y lo que recibimos a cambio es una respuesta institucional pequeña, pobre y tardía, salvo contadas excepciones.
La violencia política alcanzó en este año niveles críticos. Fueron asesinados además de Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI-PVEM a Gobernador en Tamaulipas, decenas de candidatos a presidentes municipales y diputados, así como servidores públicos. Los focos rojos de la narco-política están encendidos.
Este contexto obliga a quienes desempeñan un cargo público a repensar qué es el Estado, hacia dónde ir y cómo desempeñar la función pública. Los desafíos que México enfrenta son de tal magnitud que urge construir un proyecto de país y de política publica con una visión de derechos humanos en el centro. A mayor tardanza, mayor costo, 2010 así lo demostró.
Ex ombudsman del DF
Ana María Salazar
2011 ¿Año del “Pato Cojo”?
Al ser este el Año del Conejo, uno de los signos del horóscopo chino más afortunados, deberíamos esperar un año aventurado, con éxitos políticos y en los negocios. Bueno, por lo menos esto ha de añorar el presidente Calderón, su gabinete y equipo de asesores, ya que 2011 se vislumbra todo menos como un año de bonanza y éxitos, especialmente en política y seguridad.
Cada año en este espacio busco sacar la bola de cristal y anticipar algunas de las tendencias más importantes para el nuevo año. De nuevo, les tengo que pedir a los que tienen problemas cardiacos, tendencias depresivas o los que creen que los unicornios viven en el Popocapetl, que abandonen la lectura de esta columna y se aboquen a la sección de entretenimiento.
Son pocos los analistas que vislumbran un buen año para México. Aunque sí hay esperanzas que la recuperación económica continuará el año que entra y de que, por fin, se sienta algún alivio en los bolsillos de tantos mexicanos, el problema es que este escenario de mejora sistemática también depende de los vaivenes del mundo globalizado. ¿Qué impacto tendría en la economía global una guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur? Parecería que a diario se está reportando cómo autoridades en EU y en Europa impidieron un atentado terrorista. En 2011 se cumplen 10 años de los ataques del 2001. ¿Cuándo se acabará esta racha de suerte y los terroristas cumplirán su objetivo de matar inocentes e impactar la economía global? Otro evento catastrófico sería una pandemia en 2011. Para los que piensan que soy demasiado pesimista, veamos la seguridad en el país. La gran interrogante para los que siguen esta problemática es si este año la inseguridad tendrá un impacto contundente en la inversión extranjera. Hace pocos días el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, en su absoluta sapiencia anticipó que la inseguridad será en 2011 el factor exógeno más importante en la economía. Aunque el gobierno asegura que el impacto (incluyendo turismo y exportaciones) no ha sido abrumador, habría que estudiarlo en Cd. Juárez, Acapulco, Chihuahua, Monterrey, Torreón, todo Michoacán y Tamaulipas. ¿Qué otros focos rojos surgirán este año? Hay varios estados candidatos a convertirse en los nuevos frentes de guerra incluyendo Colima y Nayarit.
En el “zoológico político”, 2011 también va a ser el año del Lame Duck. En el argot político estadounidense existe la maravillosa expresión Lame Duck o “Pato cojo”, para describir la pérdida de poder de un gobernante al acercarse el término de su mandato. Esta incapacidad de empujar su agenda en el último año de gestión le sucede a todo presidente, gobernador o alcalde. Y aunque a Calderón aún le faltan casi dos años, en términos de gobernabilidad, si no toma grandes riesgos políticos, este podría ser un año de pocos éxitos y muchos dolores de cabeza. En seguridad, a lo más que puede aspirar el Presidente es el status quo, que las cosas se mantengan como están: un país donde se han disparado homicidios violentos, masacres, secuestros, extorsiones y robo de autos. Hay que subrayar que todas los indicios señalan que las cosas tienden a empeorar y no se sentirá un alivio hasta después de las elecciones de 2012. Mientras, a lo que más puede aspirar el presidente Calderón es a algunos éxitos más mediáticos que reales, como el arresto de El Chapo Guzmán y detener las masacres en Cd. Juárez, aunque sea por unas semanas.
Si, el Presidente, el país y nosotros los mexicanos vamos a necesitar más que una patita de conejo de la suerte para este 2011.
www.anamariasalazar.com @amsalazar
Analista política

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