12/31/2010

La mujer de las Palmas, una de las osamentas más antiguas de AL


Presenta rasgos físicos de las personas del sureste asiático

De la redacción

México, D.F 30 dic 10 (CIMAC).-
Por primera vez en México se exhibe a una de nuestras ancestras más remotas en el continente americano, “La Mujer de las Palmas”, hallada en una cueva inundada a 4.5 kilómetros de Tulum, Quintana Roo y quien vivió en la Era de Hielo. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), informó que la escultura reconstruida de cuerpo completo, ofrece una aproximación de las características físicas que pudo tener la mujer cuya antigüedad oscila entre los 10 mil y 12 mil años y está visible al público en la exposición “390 ppm. Planeta alterado. Cambios climáticos y México, en Guanajuato. La reconstrucción de la mujer, uno de los tres esqueletos humanos más antiguos de América Latina, hallados en cuevas sumergidas en la costa oriental de Quintana Roo, se hizo en un taller francés siguiendo los patrones establecidos por antropólogos físicos mexicanos.

Los expertos determinaron que el esqueleto encontrado por los espeleobuzos James Coke y Jerónimo Avilés, en la cueva “Las Palmas”, es de una mujer de entre 44 y 50 años de edad, que al momento de morir medía 1.52 cm. de estatura y tenía un peso de 58 kilos. La probable identidad de la mujer se logró gracias a que fue encontrado el 90 por ciento del esqueleto y en muy buen estado de conservación, por lo que los especialistas pudieron aplicar los más avanzados estudios de antropología forense. Alejandro Terrazas, antropólogo físico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informó que la reconstrucción de “La Mujer de Las Palmas” se hizo a partir de criterios de antropología forense, como datos de medición de la osamenta con los que se obtuvo la apariencia física y la complexión. La escultura de la mujer “se elaboró en el taller Atelier Daynés, el mismo donde se hizo la reproducción de Lucy (fósil de Australopithecus, de 3.2 millones de años), que se exhibe en la Sala de Introducción a la Antropología, del Museo Nacional de Antropología.

La réplica de Las Palmas se realizó “apegándose a los criterios físicos que nosotros les indicamos, siguiendo las características en formas y medidas de la estructura de su cráneo, así como el análisis de las impresiones de los músculos faciales que quedaron marcadas en los huesos”, explicó Terrazas. El antropólogo destacó que uno de los descubrimientos, a partir del estudio del cráneo de la Mujer de Las Palmas, es que su fisonomía no corresponde con las características de las poblaciones indígenas mexicanas y tampoco a los pobladores más antiguos de América, como los paleoamericanos y los amerindios, “su rostro se asemeja más a la gente del sureste asiático, como la de Indonesia”. Para el científico, esto indica que el continente americano fue poblado con varios movimientos migratorios, no solamente a partir de una o dos oleadas procedente del norte de Asia a través del Estrecho de Bering, como refiere una de las teorías más divulgadas. “La historia no es así de sencilla, fueron muchos movimientos.

Lo que nos revela “La Mujer de Las Palmas”, es que hubo más migraciones del centro y sur de Asia, a partir de las cuales se dio una evolución local en América, acarreando una gran diversidad de poblaciones ya existente durante la época de la cultura clovis (13 mil 500 años).
El hallazgo y reconstrucción forma parte del Proyecto Atlas Arqueológico para el Registro, Estudio y Protección de los Cenotes de la península de Yucatán, desarrollado por el INAH.

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