"La
falta de acceso de las mujeres a la generación de contenidos y a la
toma de decisiones en los medios, la difusión de contenidos
estereotipados y cierto analfabetismo digital siguen predominando
fuertemente en la región"
Buenos
Aires, 03 mar. 15. AmecoPress/SEMlac.- Pasaron 20 años de la
Declaración y Plataforma de Beijing, un plan que trazó compromisos
sobre 12 esferas de especial preocupación en las vidas de las mujeres,
entre ellas la Plataforma J sobre Mujer y los medios de difusión.
Allí
se propuso "aumentar la participación y el acceso de las mujeres a
expresarse y tomar decisiones en y a través de los medios y las nuevas
tecnologías de la comunicación" y "promover en los medios una imagen
balanceada y libre de estereotipos de la mujer".
Después de todo ese tiempo, las mujeres sí están en los medios. Pero, ¿con ser mujer y estar en los medios, alcanza?
No, no basta
con "estar". Sucede que los objetivos estratégicos de la Plataforma J
están formulados desde un "feminismo liberal, que implica sumar mujeres
a espacios donde no están de modo igualitario al de los varones",
refirió la reconocida docente e investigadora, Claudia Laudano.
La Plataforma
J posee postulados muy generales para poder evaluar cambios en las
distintas áreas y las dimensiones que implica, continuó Laudazo.
"Si bien puede
evaluarse satisfactoriamente el querer equiparar a las mujeres, existe
una distancia inconmensurable entre plantear que las mujeres se
expresen a través de los diferentes medios existentes en la actualidad
a tomar decisiones en ellos", agregó.
"Además, los
estudios académicos específicos que existen son parciales, sobre todo a
nivel de la ’toma de decisiones’ por parte de mujeres en medios
tradicionales. Porque esto no garantiza una perspectiva de género en el
enfoque de los contenidos".
Según señala
el Documento Regional de la Sociedad Civil Beijing+20 sobre América
Latina y el Caribe, de febrero último, la Plataforma J es la menos
atendida por los gobiernos y la que acumula más deudas pendientes.
"La falta de
acceso de las mujeres a la generación de contenidos y a la toma de
decisiones en los medios, la difusión de contenidos estereotipados y
cierto analfabetismo digital siguen predominando fuertemente en la
región", apunta el informe.
Remarca,
además, que algunos países han avanzado en leyes por la igualdad, pero
"no ocurre lo mismo en acciones o políticas públicas destinadas a
incorporar a personas con formación en género en las áreas de decisión
y/o de producción de contenidos (…) en la pirámide de las empresas y
medios de comunicación, son mayoritariamente varones quienes deciden
qué se publica o difunde y cómo".
Dos décadas
son suficientes para hacer un balance e interrogar qué tan lejos se
está de aquel "periodismo de decoración", como definió a las
periodistas de TV, hace más de 10 años, la comunicóloga Adriana Amado
Suárez, en su libro La Mujer del medio.
Por entonces,
muchas de esas periodistas comentaban el precio de la canasta familiar
o asentían con gestos cada vez que su compañero comentaba sobre
política o economía.
El informe de
la CEPAL indica que, actualmente, la conducción de los noticieros
televisivos es compartida por hombres y mujeres y "ya no solo los
varones toman los temas considerados relevantes, como economía o
política partidaria".
Pero, se
observa que las conductoras no poseen formación en género y así, por
ejemplo, los temas de violencia de género no son tratados
adecuadamente.
En cuanto a
presencia de mujeres en coberturas sobre crímenes o violencia,
Argentina presenta el índice regional más alto del informe de
Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas
en inglés).
Ellas
representan en Latinoamérica el 24 por ciento y en las noticias
argentinas el 37 por ciento, lo que puede ser un indicador de la
presencia en la agenda mediática de las violencias de género.
Pero la
presencia del tema no garantiza un correcto encuadre, ya que el primer
monitoreo sobre violencia de género en televisión del Observatorio de
la Discriminación en Radio y Televisión concluyó que los noticieros
argentinos "tienen en agenda la violencia de género, pero no la
posicionan como un problema social, la consulta a fuentes
especializadas es escasa, la mayoría de las noticias carecen de un
enfoque de género y de derechos humanos y tienden a justificar el
maltrato y al agresor".
En cuanto a
las nuevas tecnologías de comunicación, también se presentan como un
norte de oportunidades y desafíos. Laudano explicó que, con el
desarrollo vertiginoso de las nuevas plataformas comunicacionales,
"distintos sectores del movimiento de mujeres, así como mujeres muy
diferentes, de modo individual o grupal, han generado una apropiación
interesante de estas nuevas TICs, con las cuales producen, circulan y
reproducen información variada y de forma creativa para sus propios
intereses".
Pero ¿qué
tanto pusieron los gobiernos para hacer de las nuevas tecnologías una
herramienta democrática? Según la CEPAL, puede aseverarse que para los
gobiernos no es prioritario fomentar su uso efectivo.
"Los programas
de formación y capacitación en tecnologías de la información y la
comunicación son muy recientes en todos los países, existen pocos datos
sobre la participación de mujeres y niñas en ellos y hay pocos estudios
y evaluaciones sobre sus resultados", señala CEPAL.
Hay algunos
esfuerzos en capacitación de mujeres adultas realizados por
organizaciones de la sociedad civil, a la vez que en los últimos años
en Argentina, Bolivia y Venezuela se han aprobado leyes de protección
integral contra la violencia de segunda generación que incluyen las
figuras jurídicas de violencia simbólica y violencia mediática.
Juventud-belleza-delgadez
En cuanto al
objetivo de "promover en los medios una imagen balanceada y libre de
estereotipos de la mujer", se puede afirmar que la cultura/industria de
los medios sigue fomentando la tríada: juventud-belleza-delgadez.
Dentro de los medios, la publicidad potencia los estereotipos que se
reproducen en consenso con las audiencias.
En las
publicidades, quienes compran jabones para lavar son mujeres, las
menstruaciones logran en las mujeres reacciones similares a las de
Linda Blair en El exorcista. Pero también se observan publicidades que
muestran a padres ocupándose de los pañales y mujeres ejecutivas que
parecen dueñas del universo, y esto último también es un estereotipo
para evaluar.
"Los estudios
académicos sobre la producción discursiva respecto de las mujeres y lo
femenino son parciales (limitados a algunos casos) y, en general, no
pueden dar cuenta de manera global de los cambios ocurridos en 20 años,
ni siquiera en el ámbito acotado de las publicidades. Este es un sector
especial, porque desde el interés del lucro muchas veces incorpora
cambios significativos en la vida de las mujeres y promueve incluso
productos que ayudarían a tales transformaciones", reflexionó Laudano.
Sin embargo,
la investigadora observa que hubo un crecimiento en el sector
publicitario, "una ampliación del espectro de imágenes de mujeres que
se muestran en las últimas décadas", a la vez que advierte un
incremento en "la exhibición de imágenes erotizadas de mujeres, jóvenes
y niñas. Es decir, que, el imaginario (hetero)sexual se ha movido, con
mayor rango de registros, aunque algunos de ellos sobredimensionen los
aspectos del cuerpo y el erotismo".
En este
contexto, el Estado argentino creó espacios institucionales donde se
puede reaclamar contra mensajes estereotipados. Así, por ejemplo, el
Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión recibió solo en
el primer semestre del año pasado 240 reclamos por parte de la
ciudadanía con resultados concretos.
Sin embargo,
Laudano observa que frente a otros reclamos reiterados hechos a
empresarios consagrados de las industrias audiovisuales, no ha ocurrido
nada y no se sabe por qué.
La
investigadora también propone observar la producción por parte del
Estado, que "facilitaría figuraciones nuevas para el imaginario de
género. En este sentido, falta analizar aún, con criterios rigurosos,
qué ha ocurrido al respecto en estas décadas en los medios públicos. Es
decir, donde la producción es responsabilidad exclusiva del Estado"
Por un trato igualitario y equitativo
El 8 de marzo,
la WACC dará a conocer un documento sobre obstáculos y propuestas para
lograr una representación equitativa y sin estereotipos de las mujeres
en los medios. En este se advierte sobre "la persistencia de una
concepción patriarcal que permea la sociedad civil, al Estado y los
medios de comunicación".
Por su parte,
Marcela Gabioud, vicepresidenta de WACC AL en representación del Comité
ejecutivo de América Latina, subrayó que se "han incorporado algunos
cursos y seminarios optativos, en algunas carreras de comunicación o
terciarios de periodismos, sobre perspectiva de género. Pero, al no
estar incluidas en la currícula obligatoria de las carreras
relacionadas a la comunicación, resultan insuficientes para modificar
el modo de abordaje y representación de las mujeres, en general de las
y los periodistas".
Gabioud
también enfatizó que es necesario incluir la perspectiva de género o el
abordaje sobre derechos humanos en las currículas de las carreras de
comunicación y además se debe "exigir que el Derecho a la Comunicación
sea básico para garantizar un trato igualitario y equitativo hacia las
mujeres, al tratarse de una concepción amplia del Derecho de la
Humanidad y que permitiría el acceso, en tanto productora, como
difusora y sujeta de la comunicación".
Foto: Archivo AmecoPress.
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