Campos ElíseosKatia D'ArtiguezEn este país no sobra ninguna voz. Al contrario, faltan. La de Carmen es una indispensable
La salida de Carmen Aristegui y su equipo (es muy importante hacer énfasis en ellos y ellas) es un golpe duro para el gobierno de Enrique Peña Nieto. Basta darse una vuelta por portales y periódicos, sobre todo, internacionales. La nota que ha dado la vuelta al mundo es que despidieron a Aristegui, quien dio a conocer el tema de la Casa Blanca de Angélica Rivera.
Al momento no hay datos incontrovertibles y claros de que el gobierno estuvo tras la salida de Carmen de MVS. Pero la sola duda pega a un gobierno que ha reconocido, como lo dijo el propio Peña Nieto en la entrevista con Financial Times, que tiene una crisis de credibilidad. No ayuda en nada.
Si así fuera, ¿es tan grande la soberbia del actual gobierno, tan clara su vocación por el autoritarismo como para doblarle la mano a MVS (¿ofreciéndole qué? ¿amenazándolo con algo?) para callar a Aristegui y su equipo pensando que se va a olvidar en unos meses? ¿en un país con redes sociales tan activas y una elección en puerta? Esa es una pregunta a contestar. Una de varias.
Sería, de nuevo, reiterar que tuvo razón The Economisten ese editorial famoso: no entienden que no entienden.
En este país no sobra ninguna voz. Al contrario, faltan. La de Carmen es una indispensable, no porque sea infalible o perfecta (nadie quiere santificarla), sino porque formó un equipo profesional que la respaldaba e investigaba, un lujo en los medios de hoy.
Hay muchas personas que nos gusta y otras a las que no y eso está bien; es su derecho. Por eso debe haber muchas opciones. Que las audiencias decidan (y ojalá que los patrocinadores se vayan con éstas y no otros intereses).
¿Podría haber sido sólo una decisión de la empresa? Exploremos esa posibilidad.
Para muchos empresarios de telecomunicaciones en México trabajar con Carmen debe ser aún un dolor de muela.
Hablamos de ella: una periodista que tenía un contrato firmado con MVS en donde se le otorgaban, por acuerdo, completa libertad para decidir lo que ponía en su noticiario y quizá otras decisiones más, como quién integraba su equipo. Ella ganó ese espacio con esa libertad, no sin enfrentamientos duros anteriores. Los lineamientos que la empresa publicó el viernes son la confesión no pedida de todo lo que les molestaba de Aristegui y quieren tener en su estación. Por lógica no eran desavenencias recientes.
Sin duda Aristegui cometió un error al involucrar la marca "MVS" en la alianza con "Mexicoleaks", pero MVS creció el desacuerdo y quemó las naves no sólo con los lineamientos, sino antes, al despedir a dos reporteros clave de su equipo.
Decidieron despedirla porque no les gustó el "ultimato" de reinstalar a Daniel Lizárraga e Irving Huerta, al que ella condicionó su permanencia; le tomaron la palabra.
Es decir: por ponerse con "Sansón a las patadas". Por atreverse a defender a su equipo y no asumir la decisión de los dueños.
No lo dijeron así, pero lo piensan (también otras personas que no ven en ello atentado a la libertad de expresión alguna, sino mera decisión de empresa): ellos son los que ponen el dinero, los que invierten y arriesgan su lana (también a los que les quitan la banda de los 2.5 GHZ), pueden hacer lo que quieran.
Sí y no.
Aún no hay los suficientes incentivos para que las decisiones de mantener o no un programa sean por quiénes lo escuchan. Influye que solemos ser, como consumidores de noticias, igual que como ciudadanos, poco prestos para levantar la voz, en general. ¿Cambiará esto con Aristegui?
Quien paga manda, piensan empresarios sin hacer caso aún a las audiencias que los escuchan y quienes deberían ser el verdadero "Sansón". O en plural, "sansones", que comienzan a favorecer la cobertura de sitios, blogs, canales de Youtube, que no dependen de concesiones ni de imprimir y que ya comienzan a darle la batalla a medios tradicionales y le darán más.
Si fue sólo MVS, no tomaron en cuenta a la audiencia ganada, en gran parte por Carmen. Aseguran que quieren que su medio "siga siendo abierto, plural y crítico". Veremos.
Todo medio de comunicación en México hoy recibe entradas por publicidad del gobierno, en mayor o menor grado.
De acuerdo con el estudio "Comprando complacencia. Publicidad oficial y censura indirecta en México", de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) hecho con Fundar y Article 19, en México el gobierno federal y los estatales gastan anualmente 12 mil millones de pesos en publicidad. Son cifras analizadas del 2010 al 2012.
De ese tiempo para acá la suma ha crecido; siguen sin haber reglas claras para su asignación.
Una apuesta triste que ahora -por lo poco declarado por ella-tendrán que defender de manera jurídica por el contrato que firmaron. Ya ganó una vez, ¿lo volverá a lograr?
Todos perdemos con esta decisión. Aunque a algunos no les quede claro (aún).
¿Qué pasará con Aristegui y su equipo? Hay muchas opciones, no sin sacrificios, dado que pocos empresarios le abrirían la puerta por lo antes dicho. Lo que me queda claro es que puede ser el inicio de algo nuevo y grande.
katia.katinka@gmail.com
http://blogs.eluniversal.com.mx/camposeliseos/
http://twitter.com/kdartigues
No hay comentarios.:
Publicar un comentario