El 16 de septiembre de 2009, la joven Grettel Rodríguez Almeida decidió terminar el noviazgo que mantenía con German Alyn Ortega Hernández, ambos radicados en Yucatán, debido a la violencia a la que se veía sometida de forma recurrente.
Ambos se encontraban en el departamento donde Grettel vivía con sus padres, cuando ésta anunció su decisión. En respuesta, German Alyn tundió a la joven a golpes y luego tomó un cuchillo de cocinero, de 30 centímetros de largo, con el que la apuñaló en varias ocasiones: en la cara
–dejando una herida de 12 centímetros en una mejilla, y de 14
centímetros en la otra), en el cuello –seccionando en su totalidad la
yugular–, en el tórax, en el abdomen y en las muñecas de ambas manos.
Grettel salvó la vida gracias a que sus padres
(dormidos en una de las habitaciones) acudieron en su auxilio al
escuchar sus gritos, momento aprovechado por el agresor para huir del
lugar.
Los padres de Grettel no intentaron detener al atacante,
sino que corrieron directo hacia el cuerpo sangrante de su hija y, con
esfuerzos, la cargaron y condujeron hasta una clínica particular, donde
fue atendida de sus lesiones y, así, su vida quedó fuera de riesgo.
El 16 de septiembre de 2009, la joven Grettel Rodríguez Almeida decidió terminar el noviazgo que mantenía con German Alyn Ortega Hernández, ambos radicados en Yucatán, debido a la violencia a la que se veía sometida de forma recurrente.
Ambos se encontraban en el departamento donde Grettel vivía con sus padres, cuando ésta anunció su decisión. En respuesta, German Alyn tundió a la joven a golpes y luego tomó un cuchillo de cocinero, de 30 centímetros de largo, con el que la apuñaló en varias ocasiones: en la cara
–dejando una herida de 12 centímetros en una mejilla, y de 14
centímetros en la otra), en el cuello –seccionando en su totalidad la
yugular–, en el tórax, en el abdomen y en las muñecas de ambas manos.
Grettel salvó la vida gracias a que sus padres
(dormidos en una de las habitaciones) acudieron en su auxilio al
escuchar sus gritos, momento aprovechado por el agresor para huir del
lugar.
Los padres de Grettel no intentaron detener al atacante,
sino que corrieron directo hacia el cuerpo sangrante de su hija y, con
esfuerzos, la cargaron y condujeron hasta una clínica particular, donde
fue atendida de sus lesiones y, así, su vida quedó fuera de riesgo.
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