3/18/2015

Carmen Aristegui ¿y el otro periodismo?




Todos los que firman como “La Redacción” son los héroes del periodismo y defensores de la libertad de expresión.


lasillarota.com

Hay un periodismo tierra adentro que también está amenazado en su libertad de expresión y nadie hace manifestaciones o desplegados o sesudos artículos en su favor.

De pronto la periodista Carmen Aristegui es el centro de todas las atenciones nacionales: Para bien o para mal; por sí o por no; porque es víctima o porque ella misma es victimaria. De todo hay en los dimes y diretes de este país en el que una paja encendida es vista por muchos como un incendio forestal.

La periodista muy respetada por multitudes en México tuvo un conflicto laboral con la empresa MVS, de los señores Vargas. Los había tenido siempre, porque es, digamos, una periodista incontrolable, pero al mismo tiempo les otorgaba una audiencia fenomenal.

De todos modos, todo esto huele a chamusquina porque el motivo es una nimiedad –lo de MexicoLeaks- de la que se aprovecharon sus jefes para deshacerse de una conductora que los ha puesto en la mira del gobierno federal. Y, claro, no quieren tener más problemas así que optaron por cortar por lo más fácil: Tender un puente para que ella misma decidiera su futuro: renunciar, luego de que renunciaron a los reporteros que habían encontrado ‘conflictos de intereses’.

Todas las miradas acusadoras se dirigen hacia el presidente Enrique Peña Nieto quien aun  no explica si hubo o no ‘conflicto de intereses’ en el tema de la Casa Blanca, de su esposa Angélica Rivera… De todos modos dice que se aclarará cuando la Secretaría de la Función Pública determine si lo hay o no. ¿Será?

El punto central es el de que hay una lluvia inaudita de defensores de la periodista, como también los hay quienes la acusan de exagerar la nota, de llevar al extremo su periodismo y de ser infiel a su empresa y tal y tal. Periodistas y analistas que participaban en su programa han renunciado para mostrar su apoyo a la conductora y muchos en redes sociales insisten en que ella es una víctima del régimen y un atentado a la libertad de expresión. ¿Lo es? Sí, de muchas maneras.

Pero vamos a más: Los mismísimos que la defienden, que gritan en voz al cuello que lo que ocurre ahí es un atentado a la libertad de expresarse con libertad en un país en el que este derecho es el principio de todos los demás, pues nada, que ellos y los detractores se olvidan de algo que es verdaderamente importante y dramático.

El estrellato periodístico está aquí y llegó para quedarse: Los hay de noticieros de televisión (López Dóriga, Loret de Mola, Alatorre; casi siempre de televisión); y los que publican columnas famosas porque tienen información privilegiada y, por eso, se vuelven estrellas… y así: En el periodismo nacional hay estrellas, estrellitas y asteroides.

Pero esas estrellas y sus seguidores o denostadores se olvidan de que hoy mismo el periodismo heroico, el que no tiene defensores ni quien publique sesudos artículos en su favor o quien renuncie porque les agravian, son los periodistas de los estados; sobre todo aquellos que están en zonas de conflicto; sobre todo aquellos que tienen que decir las cosas casi como un murmullo, como un susurro, como si no quisieran ser escuchados por quienes tienen la mano en puño para asestar el golpe…

Son los jóvenes reporteros y reporteras que salen a la calle con el ¡Jesús! en la boca, porque tendrán que enfrentar el peligro, la amenaza de vida o muerte, el riesgo de sufrir ‘un accidente’ o de plano porque podrían ser ‘levantados’ para aparecer luego en condiciones insospechadas… Dolor más grande al hacer una tarea es este, pero también son ellos, los héroes de la información quienes a pesar de todo insisten-insisten-insisten en querer decir lo que se ve, lo que se oye, lo que ocurre, lo que pasa y lo que hacen los seres humanos de su entorno.

No hace mucho nos platicaban algunos colegas de Tuxtepec, en los confines de Veracruz y Oaxaca los riesgos y amenazas a los que son sometidos. Y ahí hay muchas víctimas de nuestra tan defendida Libertad de expresión.

No son estos reporteros los que llegan pertrechados en carros del Ejército nacional para llevar a cabo sus reportajes; apenas son periodistas de a pie que se trasladan como pueden y bajo todo riesgo, sin protección alguna… Pero al final del día duermen con la conciencia tranquila porque hicieron su tarea, que es su vida y su vocación.

Sí. También hay de todo ahí. Como en el DF, Guadalajara o Monterrey o Mérida. El factor humano, decía Greene.

Pero esos reporteros, esos editores, esos fotógrafos, esos camarógrafos, esos directores de medios son una gesta: Todos los que firman como “La Redacción”, son los héroes del periodismo y defensores de la libertad de expresión y…

…Nunca tendrán manifestaciones en las calles en su favor, ni tendrán desplegados o propuestas de que cada uno sea el siguiente presidente de México: son simplemente periodistas, como lo es Carmen aunque, en este caso, el periodismo esté frente a un micrófono y diciendo verdades de a kilo, lo que también es un riesgo, como ya se ve.

Así que ya que se revisa el tema de la libertad de expresión y los agravios a Carmen Aristegui, bien haríamos todos en mirar tierra adentro y exigir, también, que se deje ejercer el periodismo con plena libertad en todo el país, que haya protocolos de seguridad, y que la garantía de esta libertad de libertades no cueste vidas ni perjuicios en los periodistas, en su patrimonio y en su familia.

Eso también lo debemos exigir. Exigir libertad de expresión, corre, también, por esos rumbos en donde hay muchos héroes, pero es que ellos viven y trabajan y reportan, en silencio.





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