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Desde hace algunos años, México viene ocupando cada vez más espacio en
el campo mediático: narcotráfico, inmigración, violencia,
decapitaciones, desapariciones forzadas de estudiantes, etc. Como es
habitual, lo anterior va acompañado de un silencio cómplice y
sistemático sobre el verdadero origen de esta situación. ¿Por qué? ¿Qué
ocurre realmente en México?¿Quiénes son los que controlan realmente
este "juego", y cuáles son sus verdaderos intereses? Para tratar de
esclarecer esta situación, hemos entrevistado al sociólogo mexicano
Luis Martínez Andrade, experto analista de la situación social y
política mexicana.
¿Podría comenzar por hacernos una pequeña reseña histórica de los movimientos sociales en México?
Para
empezar, es importante destacar que México tiene una vasta tradición de
movimientos sociales y esto desde su independencia. Durante la
revolución de 1910, estos movimientos van a tomar nuevos bríos,
diferentes tendencias fueron naciendo en su seno, tenemos por ejemplo,
el movimiento "campesino y zapatista" en el sur del país, otra
tendencia en el norte, inspirada en el revolucionario Pancho Villa, y
también, un movimiento anarquista bajo la influencia de los hermanos
Flores-Magón.
Con el nacimiento del estado mexicano,
asistiremos a un desarrollo que se cree favorecerá los movimientos
sociales: habrá una reforma agraria, y los movimientos sociales ganarán
la batalla por algunos derechos sociales (la jornada laboral de 8 horas
por ejemplo). Producto de lo antes mencionado, en México se
manifestaron características de un estado social mucho antes de la
revolución rusa de 1917.
Sin embargo, con la consolidación
del PRI (Partido Revolucionario Institucional) nacerá un nuevo pacto
social, este traerá como consecuencia el surgimiento de una nueva élite
que tomara el lugar de la élite familiar pre-revolucionaria. En México,
llamamos a este episodio la "revolución traicionada" o "robada". Las
comunidades indígenas que luchaban por una mejor representación son
excluidas del poder, así como las comunidades campesinas más
vulnerables y los partidos de izquierda revolucionaria. El PRI
consolidará lo que Gramsci llamaría un "bloque hegemónico" donde los
grupos subalternos se adaptan al aparato del estado para tratar de
"secuestrar" las reivindicaciones sociales, conservando al mismo tiempo
un marcado carácter reaccionario; de esta forma se construyó un
imaginario colectivo de ascención social en el interior de las
comunidades indígenas, que, en la realidad, no ha existido nunca.
Ante esta situación surgirá una forma de resistencia popular que que se
levantara en armas hasta transformarse en guerrilla, sobre todo en el
sur, la parte mas pobre del país, región con una gran mayoría indígena.
Pero esta guerrilla tendrá también presencia urbana. El comandante
Marcos por ejemplo, participa al principio en grupos guerrilleros
urbanos, para luego emigrar a zonas rurales del sur del país y tratar
de crear varios focos de guerrilla revolucionaria, como intentase
alguna vez Ernesto “Ché” Guevara en Bolivia.
Hoy, gracias al
movimiento zapatista, el pueblo mexicano se está dando cuenta que
diferentes formas de organizarse son posibles y que otro modelo es
viable. Lo cual es ciertamente positivo, aunque lo que México necesita
hoy en día es un gran frente común anti-neoliberal, anti-capitalista,
progresista y emancipador. Pero no tenemos canalizadores, es necesaria
una estructura organizacional bien definida, y eso tomará tiempo.
Desde un punto de vista político, económico y social, ¿cómo se llegó a
la dramática situación actual? ¿Cómo un país tan rico en recursos
naturales y que cuenta con movimientos sociales numerosos y bien
estructurados se convirtió en un país destruido por la violencia, la
pobreza, el narcotráfico, etc.?
Existen dos fenómenos
paralelos que pueden ayudarnos a entender esta situación. El primer
elemento es el rol de los Estados Unidos que, desde la organización del
golpe de estado en Guatemala contra el presidente Arbenz en 1954, no ha
cesado jamás de intervenir en América Latina, directa o indirectamente,
allí donde sus intereses se viesen amenazados. La fuerza y la violencia
de la intervención estadounidense en América Latina, particularmente en
México, es flagrante, indiscutible. El segundo elemento es el
desarrollo del neoliberalismo, impulsado por los Estados Unidos y las
instituciones financieras internacionales como el FMI y el banco
mundial. Este periodo comienza a finales de los años 70 y el principio
de los años 80 con una ola de privatizaciones de las empresas públicas,
justificada por el mito que una empresa pública no puede ser rentable
si es estatal. La consecuencia de esta dinámica será la firma de un
tratado de libre comercio en 1994 con Estados Unidos y Canadá: el ALENA
(tratado de libre comercio regional norteamericano)
La
privatización comenzó con los grandes bancos estatales y la empresa
pública de telefonía, ésto abrirá la puerta al nacimiento de una clase
empresarial que hará fortuna sobre todo en el ultimo decenio,
contrariamente a la enorme mayoría de la población precarizada y
empobrecida como consecuencia de las medidas de austeridad impuestas
por los programas de ajuste estructural impuestos por el FMI y el banco
mundial.
En este contexto es bueno recordar las enseñanzas
del pensador marxista Louis Althusser y su análisis del aparato
ideológico del Estado. Este analiza de qué forma los individuos se han
plegado a las exigencias del estado neoliberal y cómo a estos han
aceptado de someterse a sus leyes a través del sistema educativo
estatal o la televisión (principales medios de propaganda ideológica
estatal). En 1968, por ejemplo, la empresa de telecomunicaciones
TELEVISA negará la masacre de cientos de estudiantes por las fuerzas de
orden. La historia se repetirá en 1988 con el ocultamiento sistemático
de escándalos por fraudes electorales.
El neoliberalismo ha
provocado una verdadera descomposición del Estado y de la estructura
político-social del país. No hay que olvidar que el neoliberalismo y la
militarización de la sociedad son fenómenos paralelos, dos caras de la
misma moneda. Recordemos el caso chileno. ¿cree usted que el
neoliberalismo hubiese podido imponerse pacíficamente? Claramente no,
ésto se hizo a través de un golpe de estado militar, implementando una
"terapia de choc"como la ha llamado Naomi Klein; lo mismo esta pasando
aquí en México, con la complicidad de los medios de comunicación
monopólicos que son el vehículo y el portavoz principal de esta
dictadura.
¿Podría explicarnos el desarrollo del
narcotráfico en su país? ¿Cuáles son los nexos que existen entre el
estado mexicano y el narcotráfico?¿Es esta situación parecida a la de
Colombia, donde los lazos entre la política y el narcotráfico son
evidentes?
Antes que todo hay que aclarar algo: Cuando se
aborda el tema del narcotráfico, nos adentramos en un tema más bien
"turbio". Por ejemplo, el lavado de dinero: ¿ cómo dimensionarlo si
existe el secreto bancario? Seguir la pista del narcotráfico es difícil
porque no existen datos precisos. Solo sabemos que funciona como una
empresa, pero es muy difícil de investigar, y casí imposible de
entender sus movimientos y mecanismos, es un mundo de pura
especulación.
¿Qué ocurre en esta relación
narcotráfico-Estado? Es un tema muy interesante. La cuestión del
trafico es compleja, ya que no se trata solo de la venta de cocaína o
marihuana, es también el trafico de armas, de órganos, de seres
humanos, etc. Ya en los años 20-30 existían camiones de marihuana que
partían hacia los Estados Unidos...
Sin embargo, se puede
identificar un momento de ruptura: el periodo presidencial de Vicente
Fox entre 2000 y 2006. Es durante su mandato que el Chapo Guzmán
(miembro de uno de los mas grandes carteles de la droga en México) se
fuga de la cárcel de alta seguridad en la que se encontraba cumpliendo
condena, en circunstancias bastante oscuras. Aparentemente, según
expertos, el gobierno de Fox le declaró la guerra a algunos carteles y
pactó con otros, lo que generó desconfianza al interior de varios
carteles. Éstos se dieron cuenta que el estado estaba tomando una
posición estratégica al interior mismo de la guerra entre los carteles,
lo que contribuyó a tensionar aún más la situación y amplificó las
luchas de poder en el mundo del narcotráfico. El problema es que desde
entonces la infiltración del narcotráfico al interior de la policía se
intensificó y ha ido remontando poco a poco hasta las altas esferas del
poder estatal.
Esta situación todavía "embrionaria" explota
durante el gobierno de Felipe Calderón, quien debido a su bajo apoyo
popular decide declarar la guerra al narcotráfico. No pudiendo contar
con el concurso de la policía por su avanzado estado de corrupción
Calderón decide hacer uso del ejército. En este punto es muy
interesante mencionar que algunos años antes, dentro del ejército se
desarrollo una élite extremadamente reaccionaria, entrenada por el
Mossad, la CIA y asesores Colombianos de Álvaro Uribe. Este grupo fue
creado y puesto en marcha para luchar contra los carteles de la droga,
pero rápidamente descubrieron una manera mejor de ganar mucho dinero…
¡creando su propio cartel de la droga! De esta manera este grupo de
élite del ejército mexicano se transformó en un verdadero cartel! De
hecho, es este cartel que comenzará a perpetrar hechos de una violencia
sin precedentes, con decapitaciones, colgamientos, y a través de una
campaña del terror, exactamente como sucede en Colombia.
Cabe
recordar que ya en 1994 se hablaba del "plan México-Panamá", que
fracasaría y sería transformado en el "plan Colombia". Aquí se percibe
el rol de los Estados Unidos, que buscaba implementar planes
estratégicos, destruir toda forma de resistencia en los países bajo su
influencia en los cuales la expansión y la acumulación de capitales
estaban siendo cuestionados por movimientos progresistas, sindicales,
indígenas, etc. Donde antes intervenía el ejército hoy lo hacen los
paramilitares, cuando la intervención del ejército equivale a implicar
directamente a las autoridades públicas. En México hemos pasado a un
nivel superior, en el que la lucha contra el narcotráfico se ha
convertido en una forma de lucha reaccionaria.
No hay que
perder de vista el hecho de que el narcotráfico y la clase política
dominante no son grupos antagónicos, obviamente existen algunas
diferencias porque todas las oligarquías tienen conflictos internos.
Pero al final representan al mismo bloque es decir a la élite dominante
que ostenta el poder. El narcotráfico es el verdugo del pueblo, de la
misma manera que lo es la élite oligarca capitalista que esta en el
poder. En mi opinión los carteles de la droga son parte de una
estrategia de contra-insurgencia. Gracias a ellos el Estado tiene un
pretexto para incrementar la militarización de la sociedad. En resumen,
podemos afirmar que los carteles no constituyen una verdadera amenaza
para el Estado sino que son más bien un instrumento de éste.
¿Cuál es el rol del paramilitarismo en México y como se ha desarrollado?
Ya en los años 70 los paramilitares jugaban un rol importante en el
desmantelamiento de movimientos de resistencia. En aquella época se
hablaba de "guerra sucia" para describir lo que sucedía en el estado de
Guerrero, una región muy pobre que conoció un desarrollo importante de
grupos guerrilleros marxistas. En 1994 esta "guerra sucia" se
expandiría considerablemente con la aparición del movimiento zapatista.
A ésto se le llama también "guerra de baja intensidad" (el mismo
concepto usado para describir las guerras anti-comunistas en países de
América Central). Esta guerra consiste en la formación de escuadrones
paramilitares integrados por el ejército regular para sembrar el caos
entre las diferentes etnias y culturas existentes en estas regiones.
Los medios de comunicación contribuyen haciendo pasar estas guerras por
conflictos étnicos o por luchas entre grupos políticos enemigos. Hoy en
día incluso dentro de los carteles reina la confusión. Es la misma
manipulación de masas que se hizo con el caso de los 43 estudiantes
desaparecidos de Ayotzinapa en un principio los medios de comunicación
informaron que los estudiantes estaban ligados a grupos delictuales, el
para-militarismo se vio entonces dividido, se dejó intimidar y
reprimió.
Hay que tener en cuenta también que el estado de
Chiapas (donde tuvo lugar el levantamiento del movimiento zapatista, el
EZLN) es inmensamente rico en recursos naturales, así como en recursos
hídricos y minerales. Para apropiarse de estas tierras el Estado ha
utilizado, exactamente como en Colombia, el paramilitarismo.
¿Podemos afirmar entonces que existe un lazo entre el incremento del
paramilitarismo, del narcotráfico y la imposición autoritaria del
modelo neoliberal?
Por supuesto. El paramilitarismo se
disparó de forma exponencial justamente en el periodo en el que comenzó
a implantarse el neoliberalismo. En este sentido, no debe sorprender
que los dos países donde el problema del paramilitarismo y el
narcotráfico es mas notorio sean México y Colombia, dos países
latinoamericanos donde el modelo neoliberal se ha impuesto (casi) sin
ninguna resistencia gracias a la existencia de una oligarquía
capitalista completamente alineada con los intereses estadounidenses.
El neoliberalismo en América Latina implica el acaparamiento de tierras
por parte de transnacionales, la destrucción de los derechos sociales,
del tejido social, de los derechos de los pueblos originarios, etc.
Para que esto pueda sostenerse, el neoliberalismo necesita una fuerza
que mantenga el status quo, y esta tarea ha sido confiada justamente a
los paramilitares…
México posee enormes reservas de
petróleo.¿ La injerencia de los Estados Unidos puede también deberse a
la presencia de este recurso?
En diciembre del 2013 el
presidente Peña Nieto privatizó la última gran empresa petrolera
estatal. Esta privatización corresponde al modelo clásico capitalista y
al desarrollo de la globalización en la que los países ricos del centro
roban los recursos de los países pobres de la periferia. Esto ha sido
así desde hace siglos, desde los inicios de la colonización en el siglo
XVI. La privatización del petróleo se inscribe en la misma lógica de
pillaje de los recursos de los países del sur que antes llevó a cabo el
colonialismo español, y hoy, llevan los Estados Unidos.
En México la lucha será larga y compleja. Pero el pueblo no es estúpido. Esta situación no puede durar para siempre.
Me gustaría terminar citando una frase del filósofo francés Daniel
Bensaid “¡ah, la revolución!, llega muy temprano o muy tarde, pero
nunca a la hora”.
Fuente: Diario de Nuestra America n°2, marzo 2015, Investig’Action
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