Peña y Videgaray en un acto público en mayo de 2014. Foto: Eduardo Miranda |
MÉXICO,
D.F. (apro).- Vapuleado por el entorno internacional, el peso se
convirtió en una moneda vulnerable en lo que va del gobierno de Enrique
Peña Nieto.
Lo que es peor, en menos de un año el peso rodó cuesta abajo:
Según los Criterios Generales de Política Económica 2015, la
Secretaría de Hacienda pronosticó un tipo de cambio promedio de 13
pesos por dólar, sin embargo, para mediados de año cada billete verde
se cotizó en más de 16 unidades.
Aún más, si tomamos en cuenta diciembre de 2012, fecha en que
arrancó la administración de Peña, al cierre de julio pasado, el peso
sufrió un desplome de 22.8%, afectado principalmente por la caída en el
precio del petróleo, la inminente alza de las tasas de interés en
Estados Unidos, la incertidumbre financiera en Europa, así como la
desaceleración económica en China.
Si bien estos factores son los detonantes del retroceso del peso
frente al dólar, nuestra moneda tiene otra cara que muestra su mayor
vulnerabilidad: el decepcionante resultado de las reformas, los
problemas sociales y de inseguridad, además del soso crecimiento
económico.
El economista y actual director del Instituto para el Desarrollo
Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz,
observa que “esta depreciación de la moneda refleja un problema
estructural de la economía mexicana, al mismo tiempo que esta situación
coyuntural que se vive a nivel mundial”.
En el caso de México, explica, existen algunas variables que
exacerban esta incertidumbre, como el débil crecimiento, los problemas
políticos y sociales que se viven en el país y el fracaso de algunas
reformas que se implementaron y en las que se tenía una fuerte
esperanza, entre ellas la energética.
Y detalla que el resultado de la Ronda Uno, donde no se obtuvo lo
esperado, ha venido a exacerbar esta incertidumbre de qué tan rápido
México podría crecer.
Luego puntualiza que la salida de capitales del país y, por ende, la
depreciación de nuestra moneda, ocurren por diferentes circunstancias
con determinado peso específico.
El también profesor de cátedra en doctorado de Ciencias Financieras
de la EGADE Business School en el campus Ciudad de México y de la
Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de
México, ejemplifica:
Al final del día no se puede entender lo que ocurre en México en
algunas regiones como Michoacán, Tamaulipas, en el propio Estado de
México, sin que eso inhiba lo que es la actividad productiva y es algo
que se conoce a nivel internacional.
–Por el lado de las reformas, ¿la percepción es de fracaso o que aún pueden dar resultados?
–Empiezan a hacer diferenciaciones. Es muy claro que algunas
reformas como la laboral, la hacendaria y la educativa en el corto
plazo no van a generar resultados positivos. En realidad de la que se
tiene una perspectiva más favorable y en la que descansaba la mayor
parte de la confianza es la energética. Ahí es en donde me parece que
el resultado de la Ronda Uno fue un dato decepcionante para los
inversionistas. La siguen considerando atractiva, pero sin soslayar que
no tiene el impacto deseable.
El autor del libro México: crisis social de un modelo
económico agrega que es muy claro que la incertidumbre de los sistemas
financieros y aun en el sistema productivo global han generado una
salida de capitales de México y una especulación sobre qué tanto
permanecerá la volatilidad en los mercados.
Banxico entra al quite a destiempo
En efecto, de acuerdo con el análisis del IDIC, ¿La coyuntura rebasa
las reformas estructurales?, prácticamente todas las semanas se tienen
eventos externos que contribuyen a una mayor depreciación del peso, el
más reciente la medida devaluatoria anunciada por las autoridades
monetarias de China.
Con ello el país asiático intenta impulsar sus exportaciones a costa
de incrementar la competitividad de las mismas mediante la manipulación
del tipo de cambio.
Por el contrario en México, señala el reporte avalado por De la
Cruz, se intenta evitar una depreciación mayor inyectando cantidades
millonarias de dólares a un mercado cambiario que vive una creciente
especulación.
Así, la Comisión de Cambios decidió incrementar el monto de la
subasta a 200 millones de dólares diarios, a través del Banxico, desde
los 56 millones anteriormente ofrecidos ante la creciente volatilidad
en el mercado cambiario.
No sólo eso, la misma comisión decidió disminuir el rango de
depreciación de nuestra moneda a 1% desde el 1.5% de un día a otro,
para inyectar otros 200 millones de dólares adicionales.
El problema es que, desde la perspectiva de José Luis de la Cruz, el banco central y la SHCP no actuaron a tiempo.
“Desde mi punto de vista se tardaron en reaccionar, es decir, la
acción que puede considerarse como positiva ha tratado de contener esta
especulación, aunque me parece que no llegó a tiempo. Cuando el peso
estaba rebasando los umbrales de los 16 pesos por dólar, me parece que
era una señal lo suficientemente fuerte para prevenir que el dólar
alcanzara los niveles que ahorita tiene, los 16.60, 16.70 (en
ventanilla bancaria) y que en última instancia están encareciendo la
estructura productiva, comparte a Apro.
Depreciación permea a industria
Y en el sector empresarial ya también se encendieron las luces de
alerta. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex)
advirtió que de continuar la tendencia al alza del dólar, ese sector no
seguirá conteniendo el encarecimiento de insumos, bienes y servicios
importados y se trasladará al consumidor.
En el mismo sentido, la Cámara Nacional de la Industria de la
Transformación (Canacintra) adelantó que cuando la depreciación se
transmita a los productos adquiridos por el consumidor, la inflación se
podría disparar a tasas superiores al rango propuesto por el Banxico,
que es del 3% (+/- un punto porcentual).
De hecho, en entrevista radiofónica, Rodrigo Alpízar, líder de la
Canacintra, alertó que “con un escenario de esta magnitud podría
registrarse un nuevo recorte presupuestal en lo que resta del año, ya
que aunado a este entorno internacional no se han acabado de percibir
los efectos del desliz del dólar sobre el peso, a lo que se suman los
efectos de los fenómenos meteorológicos sobre el ciclo económico”.
–¿La depreciación aún no se refleja en la inflación? –se le cuestiona al director del IDIC.
–Digamos que no ha llegado al consumidor final, aunque sí está
presionando a las empresas, las cuales están absorbiendo estos primeros
shocks. También es muy claro que algunas ya contaban con coberturas,
las empresas más grandes que tienen más intercambio internacional ya
habían hecho esa cobertura de riesgos en el tipo de cambio y
seguramente eso ayudó –aclara José Luis de la Cruz.
Pero al final del día, la magnitud y persistencia parecen ser un
factor de presión como lo han señalado algunas cámaras empresariales y
como el propio gobierno y el Banxico empiezan a reconocer, puntualiza
el especialista.
Peso “estable” contra otras monedas emergentes
Con todas las carencias estructurales que evidencia el peso, es una
de las monedas menos depreciadas ante el dólar si se le compara con
otras economías emergentes, gracias a su cercanía comercial con Estados
Unidos.
Por ejemplo del inicio de año a la fecha, nuestra moneda depreció
9.47% frente al dólar. Mientras que el real brasileño ya lleva pérdidas
de 32.51%; el peso colombiano ha retrocedido 23.65%, y la lira turca se
desplomó 19.10%.
En el mismo periodo el peso chileno tuvo una caída de 11.78%; el
ringgit de Malasia tuvo pérdidas del 11.97%, mientras el rublo ruso
disminuyó su valor en 10.29%, según estimaciones de CI Banco.
Banamex Citi explica en una Nota especial sobre el peso mexicano que
la gran mayoría de las monedas emergentes se están cotizando cerca de
sus niveles más débiles respecto del dólar, en por lo menos los últimos
10 años. Por otro lado, el reciente debilitamiento del peso mexicano en
términos reales ha registrado un ritmo más gradual en comparación con
2009, cuando la economía se desplomó más de 4%, y de 2012, año en que
el PIB estadunidense comenzó a caer.
Para el también exdirector de Análisis Macroeconómico y subdirector
de Estudios Financieros de la SHCP la explicación de la “relativa
fortaleza del peso” radica en que México es muy cercano a la Unión
Americana.
“Lo positivo que tiene México es su relación con Estados Unidos, al
final de cuentas, es que tiene una evolución más favorable en algo ha
ayudado a México, por ejemplo, en el sector automotriz, que durante el
primer semestre creció bien y, en términos generales y relativos,
México tiene más ventajas por la cercanía con el vecino país del norte,
mientras otras economías sufren de manera directa la desaceleración
global”.
Panorama incierto
Vulnerable el peso, factores externos en el futuro, por ejemplo la
inminente alza de tasas por parte de la Reserva Federal estadunidense
(Fed), podría resentir un ajuste mayor al término de 2015.
“Es probable que sea al final de año. En estricto sentido económico
hay ciertos sectores en que todavía no se reactivan, como la industria
manufacturera, que no está teniendo tan buenos resultados, como en
otros sectores, y eso sería suficiente para pensar que el ajuste
vendría a final de año”, señala el economista miembro del Sistema
Nacional de Investigadores (SIN).
Sin embargo, aclara, en la Fed hay voces que empiezan a presionar
para subir las tasas y entonces el argumento es que quieren atraer
capitales hacia su país.
Y remata: “Lo anterior es contraproducente para el peso porque
obligaría a un alza de tasas en México y otros países, y esto
provocaría la incertidumbre sobre la viabilidad del resto de las
economías y con ellos se aceleraría la depreciación de la moneda”.
Entonces la inflación en México, que actualmente toca sus niveles más bajos, se podría disparar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario