12/03/2017

Meade y el flujo pensionario


Gustavo Leal F.*

Como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Consar, el ex secretario José Antonio Meade estima que mudando el lenguaje puede cambiar la realidad. Compareciendo ante legisladores –octubre/2017– y respondiendo a preguntas de representantes del PES-PRI sostuvo que: si tenemos un rubro de gasto que crece más rápido que la recaudación, para poderlo acomodar en el presupuesto, tenemos que desplazar otros elementos del gasto: uno de los elementos que explican los recortes, es justamente acomodar esta dinámica pensionaria.
¿Dinámica pensionaria? Es lo mismo que han sostenido Consar, Amafore y el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP-Héctor Villarreal), sólo que Meade pretende –otra vez– escudar en las pensiones sus recortes. Busca ocultar la realidad con su tecnocrático lenguaje: con su dinámica pensionaria.
Esa, su agenda pensionaria –también comunicada a legisladores– es igualmente imprecisa: le hemos dedicado mucho tiempo en el país a modificar nuestros esquemas de pensiones. ¿Le hemos? o ¿él, un puñado de tecnócratas más algunos actuarios le han impuesto al país el modelo de cuentas individuales y contribución definida que cumple 20 años de rotundo fracaso para pagar pensiones dignas?
El empleo del plural en Meade es sintomático: 20 años ya durante los cuáles hicimos cinco reformas. ¿Hicimos? o ¿él, su puñado de tecnócratas y algunos actuarios impusieron cinco reformas en todas las cuales han perdido los trabajadores? Ellas son: reforma-Zedillo-IMSS-1997; Calderón-Beltrones-Issste-2007; IMSS-Patrón-Calderón-2008; Pemex-CFE-Peña Nieto-2016. ¿Hicimos?
Sólo mudando el lenguaje, Meade no puede cambiar la realidad: Hemos avanzado mucho en darle sustentabilidad a nuestro régimen pensionario. ¿Hemos avanzado? ¿Darle sustentabilidad? cuando, después de 20 años de operación del SAR ya suma 3 billones de pesos de ahorro forzoso, pero sólo paga pensiones equivalentes a 25% del último salario devengado? ¿Hemos avanzado? ¿Darle sustentabilidad? cuando cuánto del monto de las pensiones en curso de pago: 720 mil millones de pesos (2017), deriva del tipo de sus enumeradas cinco reformas?
Odilia Ulloa Padilla lo señala con precisión: “al momento de analizar el gasto público en pensiones, debe distinguirse entre sus componentes para valorar cuáles ejercen ‘mayor presión’ en el presupuesto. Por ejemplo, el gasto programable del sector público en pensiones para 2016 se estimó en 616.9 mil millones de pesos (3.2 por ciento del PIB). 348.4 mil millones de los cuales (56.2 por ciento) corresponden al costo de la reforma IMSS-Issste (1.8 por ciento del PIB). Lo anterior sin considerar otros elementos de costo fiscal como el gasto creciente de la pensión mínima garantizada” (Reforma de pensiones en México: diseño, promesas y evidencias, El Cotidiano, 204, UAM-A).
Frente a las interesadas y tendenciosas láminas del BID (D. Kaplan, Pensiones en México: entre la responsabilidad social y la sustentabilidad financiera, 2017), para quien las pensiones ya se han convertido en un problema fiscal, es preciso establecer que ese problema fiscal deriva de la propia naturaleza de las cicno reformas adoptadas que presume Meade.
Con el claro espejo de Chile a cuestas –que ya anticipa la catástrofe del SAR– y sus cinco reformas tecnocráticas, Meade sólo puede seguir cambiando el lenguaje para intentar ocultar la realidad: en términos generales, los elementos de la solución están ahí, declaró ante legisladores. ¿Cuáles elementos? Para Meade aportamos 6.5 al régimen de retiro y si sólo nos retiráramos con ello sería claramente insuficiente. Abonamos 2% en la subcuenta del retiro (SAR-92). Y contamos también, agrega, con 5% de la subcuenta del Infonavit, que puede traducirse en una vivienda o convertirse en flujo pensionario. ¡Zas! ¿Pues qué no es para vivienda?
Es justo lo mismo que el FMI le recomendó a Meade –o él sugirió que le recomendara– en noviembre 2016: “las autoridades de México consideraron como una opción fortalecer la integración entre las contribuciones obligatorias al Infonavit y el sistema de pensiones (International Monetary Fund, Country Report No.16/359, MEXICO). Recomendación frente a la cual la dirección del Infonavit aseguró que: los fondos de la subcuenta de vivienda de los trabajadores no migrarán a Afore, como algunos sectores proponen.
Y la cadena del flujo pensionario de Meade concluye así: si convirtiéramos en flujo pensionario la subcuenta de retiro, la de ahorro de vivienda, si tomáramos la posibilidad de hacer no solamente ahorro voluntario, sino complementario, las tasas de remplazo pudieran ser suficientes. ¿De veras?
Porque ocurre que es justo la misma agenda del BID, Consar, Amafore y CIEP; agenda que se resiste a evaluar de fondo la dinámica de los 20 años transcurridos del SAR. Así los elementos de la solución de Meade, no representan solución alguna y si un inapropiado aplazamiento. Mudando el lenguaje, con su dinámica y flujo pensionario Meade sólo niega lo que comunicara el 19 de octubre: para lograr un cambio se debe recuperar el diálogo y ser capaces de reconocer lo que está mal ( El Financiero). Prueba de ello son sus aventuradas palabras, frente al gobernador de Colima, para que acometa la impostergable reforma pensionaria ( La Jornada, 2/10/17).
No hay manera de recuperar el diálogo y ser capaces de reconocer lo que está mal cuando, como en el caso del SAR y sus 20 años cumplidos sin horizonte alguna de mejora, el responsable de las finanzas del país, pretende sólo mudar el tecnocrático lenguaje para ocultar –infructuosamente– una realidad que lo supera. La agenda Meade sólo dilata y aplaza una efectiva solución a la dinámica y flujo pensionarios. ¿Cuánto tiempo más?
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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