Gabriela Rodríguez
En México Felipe Calderón demostró que declarar la guerra a los criminales y dejar el control de las corporaciones policiacas a las fuerzas armadas es la mejor manera de incrementar la violencia y la tasa de homicidios. Las estadísticas oficiales confirman esta correlación, a partir de 2007 en que el gobierno federal declaró la guerra al crimen organizado la tasa de homicidios subió bruscamente: en el año 2007 se había logrado disminuir la tasa de homicidios hasta llegar a 8 homicidios por cada 100 mil habitantes, a partir de 2008 comenzó a incrementarse desmedidamente hasta casi triplicarse, alcanzando una tasa de 22 por cada 100 mil habitantes en 2012. Enrique Peña Nieto continuó la estrategia calderonista y confirmó esta correlación, octubre de 2017 es el mes más violento del que se tenga registro en las últimas dos décadas, se rompió la barrera mensual de dos mil casos de homicidio doloso al alcanzar 2 mil 372 casos, un incremento superior a 34 por ciento, en comparación con enero del año pasado, la principal causa de muerte por homicidio fue agresión con disparo de arma de fuego. Si seguimos la misma estrategia, muy pronto competiremos con los 10 países más violentos del mundo.
El Ejército tiene una historia larga como perpetrador de graves violaciones a los derechos humanos, así lo documenta con rigor Abel Hernández Barrera en este diario ( La Jornada, 7/12/17), él nos alerta sobre los graves riesgos que implicaría la aprobación de la nueva ley de seguridad interior, permitir que las fuerzas armadas realicen las acciones de seguridad interior, promueve a que las implementen a su discreción sin ser aptas para tales labores, permite a los militares hacer uso de la fuerza para controlar o neutralizar actos de resistencia y socavar la organización comunitaria, deja a la población en un mayor estado de indefensión. En un momento muy delicado esta ley abre la posibilidad de incurrir en formas de violencia institucional castrense. Como Hernández Barrera, otros líderes y activistas de organizaciones civiles de prestigio están alertando sobre el peligro de institucionalizar una estrategia fallida mediante la nueva ley. El representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas ya objetó también la participación de fuerzas armadas en tareas de seguridad interior, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos llamó a revisarla. Todos y todas estamos alarmados, excepto los legisladores/as del PRI, del Verde, de Nueva Alianza, del PES, un par del PRD y los panistas que votaron en favor. ¿Será que no importa la paz ni bajar el número de homicidios sino más bien mantener el poder? ¿Será que quieran recurrir a la represión contra quienes protesten por el inminente proceso electoral? ¡Seria gravísimo!
Digan lo que digan, el único político que ha propuesto cambiar la estrategia militar fallida contra el crimen organizado es Andrés Manuel López Obrador. Todavía no es presidente pero ya está marcando la agenda. Atacado por sus declaraciones realizadas en plena zona guerrerense, AMLO abrió el debate sobre la estrategia de seguridad al hablar de una posible amnistía. “No se puede apagar el fuego con fuego, ni el mal con el mal (…), hay que detener la política coercitiva para acabar con la inseguridad y violencia”. López Obrador señaló lo que no hay que olvidar, que la política se inventó para evitar la guerra y que es necesario explorar todas las opciones: atacar las causas y abatir las desigualdades sociales, aumentar la inversión al campo en vez de abandonarlo, abrir opciones de estudio y trabajo para los jóvenes; para garantizar paz y tranquilidad además hay que tener mando único, acabar con el desorden e integrar a todas las corporaciones policiacas, reunir y tomar decisiones diarias en conjunto con el gabinete, con la PGR y la Secretaría de Gobernación, con miembros del Ejército y de la Marina, con gobernadores. Él considera que hay que explorar todas las posibilidades, incluyendo la amnistía, y consultar al pueblo al respecto. Ojalá se detenga la ley y se abra un gran debate nacional.
Andrés Manuel tendrá también que consultar y convencer a líderes de otros partidos, especialmente a quienes están buscando aliarse con Morena. El PES sigue votando con el PRI respecto a la seguridad y demás iniciativas neoliberales, también ha votado contra los derechos reproductivos de las mujeres y de la diversidad sexual, que hoy por hoy están protegidos en los estatutos de Morena.
Lo que dice AMLO nos lo enseñó Gandhi: No hay camino a la paz, la paz es el camino. Por algo es Gandhi el referente cuando nos gana la violencia, uno de los más respetados líderes del siglo XX demostró que se puede ganar una lucha sin violencia y descubrió que la paz es un método eficiente de lucha sin agresión.
Twitter: @Gabrielarodr108
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