Por Mathieu Tourliere (apro).- Ante la “devastación actual” generada por la empresa minera canadiense Almaden Mineral en la región de Ixtacamaxtitlán, Puebla, un grupo de pobladores viajó hoy a Canadá para convencer al gobierno y los inversionistas de ese país que detengan el proyecto, el cual se encuentra en fase de exploración.
Los habitantes de la zona realizarán una visita de 10 días en Canadá,
donde presentarán a funcionarios, inversionistas y comunidades
indígenas un informe sobre las violaciones a los derechos humanos
provocados por el proyecto minero, con el afán de poner fin a la mina y
exigir que el gobierno de Justin Trudeau obligue las empresas a respetar
los derechos humanos “en todas sus operaciones”.
La organización PODER, que acompaña a las comunidades aledañas a la
mina, documentó en abril pasado que Almaden Minerals mintió tanto a las
autoridades ambientales mexicanas como a los propios inversionistas.
Según la organización, la empresa omitió informar a las autoridades
ambientales mexicanas que realizó 236 excavaciones más de las
reportadas. Tampoco dijo que en algunas de ellas perforó el subsuelo
hasta 700 metros, contra los 160 autorizados por ley.
Además, indicó a los inversionistas que la zona de operación del
proyecto minero está “vacía” o “despejada”, cuando en realidad se trata
de un municipio de 20 mil habitantes.
En los últimos años se multiplicaron los informes y señalamientos de
las afectaciones ambientales y violaciones a los derechos humanos
derivados de las empresas mineras de capital canadiense en el mundo.
Canadá es el hogar de cerca de la mitad de las compañías mineras en el
planeta.
Entre 2000 y 2015, seis proyectos mineros operados en México por
empresas de capital canadiense derivaron en hechos violentos en los que
ocho personas fallecieron, dos desaparecieron, 14 fueron heridas, 35
detenidas y 83 enfrentaron la justicia, como lo señaló el Proyecto para
la Justicia y la Rendición de Cuentas Corporativa (JCAP, por sus siglas
en inglés), una organización de abogados canadienses.
En junio pasado, al concluir una visita de 10 días en Canadá, el
Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos
Humanos denunció “la criminalización de las protestas pacíficas y el uso
del personal de seguridad y la policía para romper y arrestar a los
activistas que estaban ejerciendo su derecho democrático a protestar
contra los proyectos extractivos dentro y fuera de Canadá”.
Y el año anterior, un grupo de 180 organizaciones no gubernamentales
exigió a Trudeau, el primer ministro canadiense, que obligue las
empresas mineras a cumplir con los tratados internacionales en materia
de derechos humanos en las actividades extractivas en América Latina. En
una carta abierta, le pidieron que las empresas respeten las decisiones
de las comunidades opuestas a la instalación de minas en sus
territorios.
Los sucesivos gobiernos mexicanos otorgaron más de 25 mil concesiones
mineras al capital privado, las cuales amparan 13.5% del territorio
nacional, mil 609 de ellas están en Áreas Naturales Protegidas (ANP).
En estas concesiones se desarrollan alrededor de mil 327 proyectos, la mayoría de ellos se encuentran en fase de exploración.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario