Pedro Echeverría V.
1. Muy, pero muy interesante, que el tres veces candidato
presidencial, López Obrador, haya hablado de “amnistía a los
narcotraficantes”. Estas declaraciones han provocado que imbéciles sin
pensar, lancen palabras e insultos contra AMLO; sin embargo basta con
meditar un poco para darse cuenta que en las condiciones de México –que
lleva más de 12 años y dos regímenes de gobierno- metido en ese problema
ocasionando ya más de 300 mil muertos y asesinados- cabe reflexionar a
fondo en el problema. Ya muchos especialistas del asunto han declarado
que con la estrategia de perseguir y matar nunca se acabará con el
narcotráfico y que lo importante es usar la inteligencia proponiendo
otras formas para acabarlo.
2. El narcotráfico es fruto, ha crecido y se ha multiplicado en el
sistema capitalista. Personalmente he ligado su fortalecimiento con el
desempleo, la falta de fuentes de ingreso y con las ambiciones
desmedidas de dinero y poder que son parte de las enseñanzas del
capitalismo. ¿Cuántos millones de kilos de droga se venden en los EEUU
-que es su principal consumidor- y cuántos millones de dólares recibe
EEUU de México por las poderosas armas que fabrica y le vende? Creo que
si “agarramos el narcotráfico por los cuernos”, muchas cosas plenamente
ligadas a él, podrían salir a la luz. Terminaremos sabiendo quienes son
los altos políticos, empresarios, militares asociados a él. Podríamos
hablar con más precisión de narcogobierno, narcoEstado y
narcoempresarios.
3. Creo que desde 1960 empecé a pensar que las cárceles fueron
construidas para encerrar a los rebeldes que luchan contra el sistema;
luego, al ver que estaban llenas de pobres que por robarse una gallina o
una cartera, los mantenían meses en prisión, me dí cuenta que para
mantenerlos separados de los ricos, los metían a la cárcel. Yo visité
más de 50 veces (años 66, 67, 68) a los presos políticos que estaban en
la cárcel en “El palacio negro de Lecumberri” en la ciudad de México,
así como en la cárcel de mujeres. Los políticos presos de Lecumberri
contaban con celdas separadas porque eran realmente pocos, unos 50; pero
las crujías de “presos comunes” –según observaba en mi paso- estaban
realmente llenas, unos 300 por crujía.
4. Y pensaba en la larga línea que hacíamos al momento de terminar
las visitas: ¿Por qué hay presos políticos y presos comunes? ¿Por qué
hay dos o tres presos en crujías o celdas de lujo? ¿Por qué los
gobernantes que roban, desfalcan, reprimen, engañan, asesinan, jamás van
a la cárcel? Hoy pienso que todos los expresidentes debían de estar en
la cárcel porque además de los muchos millones de pesos defraudados, con
sus funestas políticas, contribuyeron a que la población pobre se haga
miserable y éstos estén al borde del hambre. ¿Cuántas políticas
nacionales de gobierno han llevado al país a la pérdida de miles de
millones de pesos, a gigantescas devaluaciones y a la privatización de
nuestros recursos haciendo a nuestro pueblo más miserable?
5. Hoy he perdido el dato del aumento de la población, pero a ese
mismo ritmo debe crecer el número de plazas de trabajo. Hace poco se
hablaba de que deberían crearse un millón 300 mil empleos anuales para
compensar a los que cumplen la edad de trabajo; es decir, en un sexenio
deberían crearse siete millones 800 mil empleos; pero jamás escuché que
se cumpla con esa cuota y cuando más con la mitad. ¿No es acaso grave
que todos los gobiernos dejen a la mitad de la población sin empleo
orillándola a la llamada delincuencia y el narcotráfico? Hoy Peña y
Meade gritan que en el sexenio han creado un poco más de tres millones
de empleos, cuando en realidad debieron crear más de siete millones en
el sexenio.
6. Por ello cuando se habla hoy de amnistía a los narcotraficantes
pienso en el más conocido de todos ellos: El Chapo Guzmán y me pregunto:
¿Quién ha hecho más mal a los trabajadores mexicanos -que son los que
construyen México- dejando al 80 por ciento de ellos en la miseria?
¿Será peor El Chapo que Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña, Meade,
Fernández de Cevallos, Azcárraga, Salinas Pliego o Slim? En Yucatán no
fumamos mota ni consumimos más que un chingo de cerveza para enriquecer a
los monopolistas; pero puta el hambre de los exhenequeneros, milperos y
horticultores está extendido por culpas de los gobernantes y políticos
que frenan y boicotean la producción. Pienso que El Chapo es menos
peligroso que los gobiernos. (4/XII/17)
alterar26@gmail.com
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