Antonio Díaz
Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer,
por lo que se realizará diferentes actividades, entre ellas una marcha
en la que se protestará contra la violencia hacia la mujer, además para
mañana se convocó al paro nacional Un Día Sin Nosotras.
Sin embargo, qué es el feminismo y cuál la historia de este movimiento en México. Gabriela Cano, del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, e Hilda Monraz,
egresada del COLMEX y del Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social (CIESAS) Occidente, explican el tema.
Cano define el feminismo como el “conjunto de ideas, lenguaje de
derechos y un movimiento social. El feminismo es una palabra con
múltiples significados, no se puede establecer un significado único sino
que hay que ver en cada contexto particular qué significa”, por lo que
dice ella habla de “los feminismos”.
La palabra feminismo no es nueva, Hilda Monraz señala que este concepto se pueda rastrear hasta la época de la Revolución Mexicana,
“con las mujeres que buscaron el voto y sus derechos civiles. Antes de
eso, no eran discursos de derechos en general, sino figuras históricas
que sí tenían ideas entorno a las mujeres, pero más encaminadas a temas
muy específicos, como la educación, por ejemplo Sor Juana”.
La idea es apoyada por Cano, quien profundiza y explica que la
palabra feminismo se comenzó a utilizar en desde principios del siglo
XX, en un momento significativo: El Primer Congreso Feminista en Yucatán
que convocó el general Salvador Alvarado.
“En este caso el significado era movilizar a
las mujeres en torno a la educación laica. Si bien era una iniciativa
desde el gobierno, las maestras de escuelas hablaron y discutieron sobre
el feminismo en Mérida de 1915”, dice Cano.
Después de ese primer congreso en Mérida siguieron otros en los años
20 y 30, en los que se discutieron los derechos laborales y el derecho a votar de las mujeres.
Pero hubo un momento en la década de 1930 cuando se dejó usar el
término feminismo, esto porque, explica Cano, recobraron auge las
organizaciones obreras y de izquierda que “tenían una especie de
desconfianza hacia el término, que consideraban el término como de la
burguesía”.
En la última parte de los años 30 se conformó el Frente Único Pro Derechos de la Mujer,
un frente que de acuerdo con la investigadora del COLMEX, tampoco
utilizó el término feminismo porque era asociado a demandas burguesas.
“En la mayor parte de las organizaciones que se forman en esa época,
tanto en los 30 e incluso en los 40, como el Ateneo Mexicano de Mujeres
–que buscaba generar un espacio para el reconocimiento de la obra
creativa e intelectual de las mujeres-. Hubo un rechazo hacia la palabra
feminismo pues tiene asociaciones negativas”, dice Cano.
Para los años 50 un momento que marcó la historia cuando en octubre
de 1953 se aprobaron las reformas a la Constitución con las que las
mujeres tuvieron derecho al voto.
“(El voto) Es un cambio tardío en comparación con otros países de
América Latina. Países como Argentina y Brasil establecieron el voto
después de la Segunda Guerra Mundial y en México se da hasta 1954, esto
porque en el gobierno mexicano prevalecía un discurso en el que se dice
que las mujeres son más conservadoras que los hombres, ese prejuicio
obstaculizó y retrasó el reconocimiento de la ciudadanía de las
mujeres”, puntualiza Gabriela Cano.
Durante la última mitad del siglo XX, hubo un cambio en el feminismo,
sobre todo, señala Cano, a mediados de los años 70 y en la década de
1980, cuando el pensamiento feminista se intensificó.
“Fue una generación de jóvenes universitarias, muchas de ellas
vinculadas con la izquierda. Las nuevas demandas estuvieron relacionadas
con el cuerpo, la sexualidad, la despenalización del aborto, la libre
expresión, la conceptualizaron la violencia masculina como un hecho de
poder que debe controlarse, legislarse y penalizarse”, explica Cano.
También lee: En 1953 no todos aplaudieron el voto femenino
En cada uno de esos momentos hubo mujeres que hicieron diferentes
aportes, entre ellas se encuentran Amalia González Caballero de Castillo
Ledón, Elena Arizmendi Mejía, Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto,
Rosario Castellanos, Esperanza Brito y Marta Lamas.
Sin embargo, Gabriela Cano enfatiza en el problema para reconocer a
las mujeres que marcaron pauta en la historia del feminismo mexicano:
“La historia del feminismo en México se ha estudiado poco, son
insuficientes las investigaciones que hay. Esta falta de estudios se
debe a prejuicios que existen sobre la importancia del feminismo, hasta
hace poco se le consideraba un asunto sin importancia en México y sólo
ahora estamos reconociendo su relevancia”.
El feminismo en la actualidad
Recientemente en México ha habido diferentes manifestaciones debido
al número creciente de casos de violencia contra la mujer, pero Gabriela
Cano e Hilda Monraz coinciden que no existe sólo un feminismo.
“Hay una multiplicidad de feminismo. Primero hicieron demandas
educativas, luego demandas por la igualdad económica y política y en las
últimas décadas son demandas relacionadas con la determinación del
cuerpo y la sexualidad. Los feminismos actuales recogen muchos de las
demandas incumplidas del feminismo de décadas anteriores, como el fin
luchar contra la violencia hacia la mujer y se caracterizan por su
heterogeneidad y porque están en un contexto donde las mujeres viven
situaciones de precariedad económica”, declara Cano.
“Hay distintas maneras de vivir el feminismo, en tanto que es un
discurso de derechos. Entonces, no es lo mismo ser militante feminista
desde la academia con ciertos privilegios que entre las obreras o con
las indígenas. Además, hay que notar que algunas uniones de mujeres que
tienen objetivos muy claros y discursos de derechos como las zapatistas,
no se consideran feministas. La pluralidad en todo caso se debe a que
las mujeres vivimos diferentes situaciones de desigualdad y violencia”,
dice Monraz.
Para mañana se ha convocado al paro nacional Un Día Sin Nosotras, una
protesta que sostiene Cano, se realiza no sólo por el trabajo
asalariado, sino que es una huelga que considera todo tipo de trabajo
como el de los cuidados y el emocional.
“El paro se hace ante el reiterado poder que se ejerce, que
discrimina y violenta porque no se reconoce a las mujeres en plenitud de
igualdad, siguen habiendo estereotipos que las encasillan, sexualizan y
que no les reconocen sus aportaciones intelectuales y políticas”, acota
Cano.
fjb
No hay comentarios.:
Publicar un comentario