Tuxtla Gutiérrez, Chis. Las mujeres estudiantes de
distintos niveles educativos regresaron este martes 10 de marzo a las
escuelas después de haber parado por un día para exigir que se detenga
la violencia sexista. Regresaron a denunciar los casos de acoso,
violencia y hostigamiento que viven al interior de las instituciones.
En la Preparatoria número 6, Colegio de Bachilleres de Chiapas
(Cobach) Plantel 13 y 35; Instituto Tecnológico de Tuxtla Gutiérrez
(ITTG); la Facultad de Administración en Tuxtla Gutiérrez de la
Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), la Facultad de Medicina Humana
en Tapachula de la Unach; las Facultades de Humanidades, Artes,
Psicología y Biología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
(Unicach); y la Escuela de Medicina de la universidad privada Pablo
Guardado Chávez, se instalaron tendederos o los llamados muros de la
vergüenza para que las estudiantes denunciaran el acoso, violencia y
hostigamiento que sufren en las aulas ya sea por parte de docentes,
personal administrativo o sus propios compañeros.
En las redes
sociales se difundió la información de los tendederos y jóvenes egresadas de
estas instituciones, sobre todo, del nivel medio superior se sumaron a denunciar
a los mismos profesores que ya habían sido mencionados por otras alumnas.
En el Cobach
plantel 13, que fue el caso que más se difundió, las jóvenes estudiantes
realizaron una actividad en la que también llevaron flores y veladoras por los
casos de feminicidios que se han registrado en el país. Las estudiantes junto
con sus compañeros fueron al salón donde se encontraban los profesores que más
denuncias públicas recibieron y gritaron consignas afuera del grupo.
En las denuncias
difundidas en la red, las egresadas de esta institución señalaban que habían
puesto denuncias en contra de estos maestros, pero que la escuela no había
hecho nada por lo que exigieron que en esta ocasión sean cesados de inmediato.
El acoso que viven
las mujeres estudiantes es una de las causas de deserción escolar, además, que
también trae repercusiones en su desempeño académico.
Las jóvenes
universitarias dejan de ir a la escuela, de entrar a ciertas clases debido a
que los profesores las intimidan, las acosan.
Eso las pone en
desventaja, vulnera sus derechos, no permite que la igualdad de oportunidades
entre hombres y mujeres sea posible.
Los tendederos del acoso han sido de las actividades más retomadas en
las universidades. Esta iniciativa es de la artista feminista, Mónica
Mayer, quien hizo uno por primera vez en 1978 para que las mujeres
pudieran decir qué es lo que no les gustaba de su ciudad. Las jóvenes se
han apropiado de la instalación artística y han utilizado este medio
para denunciar el acoso en las escuelas.
Lo que hacen es, literalmente, colocar un tendedero y con pinzas de
ropa ir colgando notas con los casos que han padecido en la escuela.
Algo similar sucede con el “muro de la vergüenza” en donde la diferente
es que se pegan los papeles en un lugar en específico.
Se espera que en
esta semana se replique en diferentes escuelas de diferentes niveles esta
actividad.
20/SS/LGL
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