Ciudad de México. El Congreso de la Ciudad de
México, otorgó hoy la Medalla al Mérito Hermila Galindo a cinco mujeres y
una institución, que se distinguieron en su lucha por los Derechos
Humanos de las mujeres; se trata de Andrea Medina Rosas, Araceli Osorio
Martínez, Rosa María Valles Ruíz y Alejandra Ramírez Venegas, así como
Adriana Luna Parra, de manera póstuma, y el Instituto de Liderazgo
Simone de Beauvoir.
La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género del Congreso,
Paula Soto Maldonado, recordó que en palabras de Hermila Galindo, “nos
corresponde aclarar la situación anómala en que nos encontramos las
hijas de México, que nos vemos privadas de nuestros derechos.” Enfatizó
en que el problema estructural no sólo puede ser afrontado por el sector
público.
“La participación
ciudadana siempre será necesaria en el saber y deber hacer de las
autoridades”, constató, haciendo hincapie en los “espíritus
rebeldes y poderosos, resilientes y visionarios” que brotarían
entre las multitudes que salieron a marchar el 8 de marzo. La
diputada mencionó las razones por las cuales se otorgó el
reconocimiento a cada una de las galardonadas.
Araceli Osorio Martínez, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio,
asesinada el 3 de mayo, 2017, habría dado voz a la exigencia que une a
tantas madres. “Jamás bajó los brazos, y su clamor produjo un eco de
solidaridad que a la fecha fortalece muchas causas, como el derecho de
las personas a la verdad, al trato digno de las víctimas, y el acceso a
la justicia”, dijo Soto Maldonado.
La abogada Andrea
Medina Rosas fue reconocida por “su vocación jurídica empoderada
por su feminismo”, que la habría llevado a formar parte del equipo
jurídico en el caso ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Campo Algodonero. Esta sentencia, dijo la diputada, “fue
pieza clave para la tipificación del delito del feminicidio”, y el
trabajo jurídico de Medina Rosas ayudaría a “transformar el dolor
en digna rabia, para que la justicia no sea sólo palabra, sino
realidad.”
De manera póstuma, la medalla fue entregada a Adriana Luna Parra,
representada por su hijo Enrique de la Rosa Luna Parra. La defensora
dedicó los últimos 25 años de su trabajo a la defensa de mujeres adultas
mayores. También fue asesora del EZLN en el diálogo de San Andrés,
defendiendo los derechos humanos culturales y ambientales de las
poblaciones indígenas. “Su legado permanece en nosotras”, prometió Soto
Maldonado.
Otra de las galardonadas fue la profesora e investigadora de la
Universidad Autónoma de Hidalgo, Rosa María Valles Ruíz. Ella habría
contribuido de gran manera el impulso de la cultura nacional, dando a
conocer las luchas de mujeres relevantes para la historia de nuestro
país, como lo fue Hermila Galindo, informó la diputada. Con su programa
radial “Historia de las mujeres”, y más de 40 libros sobre historias de
las mujeres, su aportación fue “determinante para que las grandes
mujeres como las que hoy nos acompañan, nunca más sean opacadas en los
rincones de la historia”, dijo.
La médica médica
cirujana por la UNAM, Alejandra Ramírez Venegas fue reconocida por
sus investigaciones científicas a favor de las mujeres. Se enfoca en
“una amenaza silenciosa”, explicó Soto Maldonado: La enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, EPOC, asociada a la exposición al
humo de leña en mujeres residentes de las zonas rurales. “Su
investigación es de las más solidas al nivel internacional, lo que
ha contribuido a que esto sea más visible. Al nivel internacional
poner la ciencia al servicio de las mujeres no es cosa menor, es
salvar generaciones”, opinó la diputada.
Por último, fue
galardonado por sus esfuerzos en la educación y formación de
mujeres, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir. Éste, sería
un “centro de formación feminista de la sociedad civil a lo largo
de 20 años”, y habría dado herramientas valiosas a las mujeres,
de esa manera disminuyendo la desigualdad de género, dijo Soto
Maldonado, destacando también las campañas del instituto de
información científica y laica sobre la sexualidad.
Reclaman recursos dignos para Fiscalía Espezializada
En sus palabras de
agradecimiento, Medina Rosas y Osorio Martínez lamentaron que en la
ceremonia no había lugar para escuchar a todas las galardonadas con
sus diferentes experiencias y puntos de vista, sino sólo para dos
personas en representación de ellas. Ambas usaron su tiempo para
analizar las incongruencias en el actuar de las y los funcionarios y
las políticas públicas para lograr la igualdad sustantiva.
“La saludo con
gusto, Claudia Sheinbaum”, dijo Osorio Martínez a la gobernadora
de la Ciudad de México, “y me hubiese gustado saludarle el 8 de
marzo en las calles, porque el mensaje ha sido claro. Nos van a ver
juntas. No estamos todas, pero las que estamos, reclamamos lo que a
ellas se les ha negado”, dijo en memoria de las víctimas de
feminicidio y desaparición.
Reclamó una búsqueda inmediata de las desaparecidas, una fiscalía
especializada de feminicidio, “con instalaciones dignas y adecuadas, con
recursos financieros, materiales y humanos, es decir, una fiscalía
digna, una fiscalía que sirva, porque tenemos al frente a una fiscal
ejemplar”, dijo, refiriéndose a la recién elegida Sayuri Herrera Román,
quien fue abogada de la familia en el litigio del feminicidio de Lesvy.
También reclamó la “escucha atenta”, sobre todo a las mujeres jóvenes,
“que escuchen su rabia, y a las cuales quisieron sembrarles miedo, y les
crecieron alas.”
En tanto, Medina Rosas destacó que la justicia tiene un rol
importante en el reconocimiento y la implementación de los Derechos
Humanos de las mujeres. Pero mientras la Suprema Corte de Justicia de la
Nación habría institucionalizado la obligatoriedad de juzgar con
perspectiva de género, “ninguna universidad enseña de manera obligatoria
y cabal la perspectiva de género. Tampoco las instancias que
seleccionan el personal que operará la justicia establecen como eje
central en los criterios, el conocer y haber aplicado la perspectiva de
género.”
La impunidad actual,
tendría una relación directa con personas operadoras de justicia
que no conocen y no aplican la perspectiva de género, opinó. “Todos
los casos que he acompañado o actualmente acompaño, tienen como
constante la sordera y la arrogancia de operadores de justicia para
no aplicar la Constitución”, dijo la abogada. Por lo tanto, la
tarea “indispensable para salir de la simulación” del poder
legislativo sería exigir la rendición de cuentas de los demás
poderes.
Exigió rigurosos
procesos de selección para operadoras y operadores de justicia, un
presupuesto suficiente para instituciones que promuevan este cambio,
y garantías laborales para el personal de las instituciones
especializadas.
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