TOKIO, sep (IPS) - Cuando nació su primer hijo, hace 16 años, el japonés Hiroyuki Ozaki abandonó el rol de principal sostén económico de su familia. Desde entonces se encarga de las tareas del hogar, mientras su esposa hace carrera en la industria de los viajes.
"Cuando intercambiamos responsabilidades en la familia, representábamos una completa inversión de los roles de género en la sociedad japonesa", explicó Ozaki, un fotógrafo de 59 años. "Nuestros parientes y amigos pensaban que éramos raros y nunca me perdonaron por convertirme en el 'amo de casa'", agregó. Sin embargo, en un futuro no muy lejano, es posible que Ozaki sea considerado un ciudadano modelo. El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar se ha unido a la campaña por la igualdad de género en el país, con su programa Ikumen, que alienta a los hombres a tomarse licencias para criar a sus hijos pequeños. Ikumen forma su nombre con el vocablo japonés "iku", que significa criar hijos, y el inglés "men", que quiere decir "hombres". Hironobu Narisawa, alcalde del distrito de Bunkyo, en Tokio, acaparó los títulos de la prensa en abril por declarar que él sería el primer líder del gobierno en tomarse licencia por paternidad, medida que esperaba ayudara a "cambiar actitudes". Apenas 1,7 por ciento de los hombres japoneses se toman licencia por paternidad, en comparación con 78 por ciento de los suecos. Las autoridades también esperan que la iniciativa Ikumen promueva la menguante natalidad japonesa, actualmente de 1,2 hijos por mujer. "El proyecto tiene dos objetivos: crear conciencia en los hombres en cuanto a que criar hijos no es sólo tarea de las mujeres", y "crear una familia donde hombres y mujeres puedan trabajar y también tener una familia, lo que ahora es difícil porque los hombres tienen que trabajar muchas horas en la oficina", dijo Mayuko Nakai, del Ministerio. Desde el lanzamiento del sitio web de la campaña, en junio, unos 550 padres japoneses han firmado la Declaración Ikumen, que establece públicamente su compromiso con la crianza de los hijos. Una ley que entró en vigor el 30 de julio permite que los padres se tomen licencia por paternidad en cualquier momento dentro del primer año de vida de su hijo. Los padres con niños menores de tres años también podrán trabajar jornadas más cortas, de seis horas, para alentar que pasen más tiempo en sus hogares. En parte debido a su cultura de adicción al trabajo, Japón experimentó unos 253.000 casos de divorcio en 2009, lo que representó un aumento de 60 por ciento desde 1990. Algunos observadores creen que la campaña del gobierno tendrá como resultado matrimonios más felices, gracias a una mayor interacción dentro de la familia. "Mi trabajo empezó hace cuatro años, cuando decidí quedarme en casa con mis hijos", dijo Tetsuya Ando, director de Fathering Japan, una organización sin fines de lucro que ayuda a los hombres a desarrollar vínculos más cercanos con sus esposa compartiendo las tareas domésticas. "Entonces me di cuenta de que había muchos hombres que querían seguir la misma opción que yo, porque sentían que salían perdiendo en la vida familiar", explicó Ando. Los padres más jóvenes son más receptivos a ocuparse de las tareas del hogar, agregó. "Los hombres, principalmente los que tienen 30 y pocos años, comparten la percepción de que no quieren terminar como sus padres, que pasaron toda su vida de casados en sus empresas y, al retirarse, repentinamente se dieron cuenta de que estaban solos en sus hogares", señaló Ando. Programas como Ikumen son considerados un paso hacia la eliminación de la discriminación de género en la sociedad patriarcal de Japón, donde los hombres dominan los puestos de poder y las mujeres son respetadas por su devoción a sus esposos e hijos. Además, en estos tiempos algunos japoneses también exploran opciones más variadas en lo profesional y en materia de estilos de vida. Por ejemplo, las escuelas de cocina y los estudios de danza informan que los hombres retirados se han vuelto una parte importante de su clientela, tradicionalmente dominada por las mujeres. "Mis alumnos, principalmente sexagenarios, han pasado de aprender lo básico de la cocina a elaborar platos complicados", dijo Miho Nakayama, directora de una pequeña escuela de gastronomía en Tokio. "Y están orgullosos de poder cocinar en casa", lo que supone "un cambio importante en comparación con la época en que la cocina les pertenecía únicamente a sus esposas", añadió. Pero el sociólogo Takayoshi Kitagawa, profesor en la Universidad de Nagoya, sostuvo que hay que ser cautos al concluir que se están eliminando los roles de género tradicionales en Japón. "Las nuevas medidas parecen osadas, pero es demasiado pronto para decir que Japón está avanzando hacia la igualdad de género. En realidad, pienso que las reformas se originan en los actuales problemas económicos, o en que los hombres se ven obligados a cambiar para satisfacer a sus esposas", señaló Kitagawa. Aunque el proyecto Ikumen es un intento del gobierno por hacer que los hombres se dediquen a los cuidados familiares, explicó Kitagawa, también puede ser una medida provisional debido a las consecuencias económicas de la baja natalidad japonesa. Los expertos en trabajo pronostican que una inminente escasez de mano de obra, causada por el envejecimiento de la población, obligará a las empresas a contratar más mujeres. Un estudio del Ministerio de Trabajo señala que casi 70 por ciento de las japonesas renuncian a sus puestos o trabajan a tiempo parcial cuando tienen un hijo. Tanto hombres como mujeres dijeron que trabajar extensas jornadas es el principal motivo para casarse más tarde y tener menos hijos. Según Kitagawa, una igualdad de género auténtica y sostenible no puede nacer solamente de la necesidad económica, sino de que hombres y mujeres se den cuenta de que esa equidad conlleva la realización personal y les permite ser mejores. "En una sociedad tradicional, la igualdad de género tiene que ser cultivada" por todos y todas, "y esto lleva tiempo", dijo Kitagawa.
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