Eduardo Ibarra Aguirre
Diego Fernández de Cevallos ya rebasó los 122 días en condiciones de secuestrado y sin que se vislumbre una posibilidad consistente para su liberación.
Si nos atenemos a las fuentes de la Procuraduría General de la República, consultadas por el reportero Alfredo Menéndez y que le solicitaron el anonimato, el crítico estado del problema se localiza en la estrategia negociadora que aplican Diego Fernández, hijo del polémico político panista, y el abogado Antonio Lozano Gracia, procurador general de la República en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León y socio del otrora senador y candidato presidencial.
Por otra parte, si la estrategia consistente en retrasar el pago de los 50 millones de dólares exigidos por los secuestradores para liberar al también conocido como El jefe Diego, con el presunto objetivo de desesperarlos y así obligarlos a que disminuyan el monto económico demandado, la confrontamos con las opiniones de otros familiares, resulta que de acuerdo a la misma fuente informativa tanto Helena como Beatriz Fernández de Cevallos están inconformes.
Los presuntos secuestradores del también expresidente de la Cámara de Senadores, se dieron amplio margen para hacer del humor negro su lenguaje favorito para informar a la opinión pública que “su familia lo abandonó” y “a sus propios amigos no les importó su suerte”. Y reportan sin más “Complexión: muy delgada (…) Banco Nacional de Personas Extraviadas”.
A los autores intelectuales y materiales de la desaparición forzada del otrora coordinador de los diputados del Partido Acción Nacional, sobre todo a los primeros, poco les importa que con su lenguaje altanero y un humor de pésimo gusto porque está de por medio la vida de un ser humano --por debatible e impugnada que pueda considerarse su trayectoria política e institucional--, agreden a decenas de miles de mexicanos lastimados por la abominable práctica del secuestro, en la que México ocupa un relevante papel en la aldea.
Tal desinterés y soberbia por la opinión pública y publicada –acostumbrada como ya está al hecho injustificable que se cometió el 14 de mayo--, más tarde o más temprano incidirá negativamente en la suerte final de los secuestradores y sus jefes intelectuales, en este caso sobre todo para los primeros, pues los segundos siempre quedan a buen resguardo.
Con independencia de que “Dicen que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder, o de particulares defraudados o ardidos, y se ignora si su misteriosa ‘desaparición’, vuelta luego ‘secuestro’, aparte de fines económicos, tuvo algún otro propósito, o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico”, como ello mismos aseguran en su comunicado ¿Seguiremos informando?, nunca ha sido recomendable ignorar a la cada vez más activa e influyente opinión pública, como lo hacen estos señores sin reparar que ni el narcotráfico ni el crimen organizado se atrevieron hasta hoy. Por el contrario, tienden puentes de muchas maneras con la sociedad.
El título mismo del comunicado, el número tres, tiene implícito de manera más que obvia la amenaza de liquidar a quien estiman “que fungió como vicepresidente de México”, Fernández de Cevallos, si la familia no accede a entregar los 50 millones de billetes verdes, aunque se antoja demasiado dinero en juego como para arriesgar un negocio tan excelente como criminal, amén de ominoso para cualquier hombre o mujer que destaquen por la cuantía de sus recursos económicos, pero no tanto como los dueños de México que, además, disponen de excelentes, profesionales y costosos equipos de seguridad nacionales y extranjeros.
Entretanto, hasta el lunes 20 para unirnos al patriotero y costoso puente bicentenario, decretado por Felipe de Jesús Calderón Hinojosa para quedar bien con los (des)gobernados.
Acuse de recibo
La lectora Norma Márquez Cuéllar puntualiza en torno a El símil de la ClintonLey Arizona, ya que cree junto con sus compatriotas racistas en la supremacía ‘blanca’. En mi opinión Rodham Clinton en la Casa Blanca mueve más hilos de los que creemos, quienes sabemos leer entre líneas no somos engañados con palabras dulces y sonrisas fingidas”… Fernando Carmona apunta sobre Plantíos a buen resguardo (13-IX-10): “ (10-IX-10): “Las aseveraciones de la secretaria Hillary Rodham Clinton no son de extrañar. Por muchos es sabido de la actitud déspota y discriminatoria que Hillary manifiesta a los hispanos. Como se recordará durante el mandato del presidente Bill Clinton el Partido Demócrata propuso un plan de salud para favorecer a todo hispano radicado en Estados Unidos, pues bien, fue la señora Clinton quien se opuso rotundamente a este plan, argumentando que sólo los estadunidenses tienen derecho a ser protegidos por su gobierno. Tampoco dudaría que sea ella quien se encuentre detrás de Perfecto Eduardo, al actual Ejecutivo, la mejor forma de enfrentarlo a la realidad, es precisamente como lo haces en este artículo, con cifras que con su contumacia lo enfrentan a la realidad: su ineficacia”.
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