Bajo el lema “Dilo Fuerte” en el Poliforum de la ciudad de León, ubicada en el mexicano estado de Guanajuato, se celebraron talleres, actividades recreativas y sesiones en las que debía debatirse una amplia agenda de temáticas relativas a la juventud, que incluían pobreza, empleo, seguridad, justicia social, derechos humanos, equidad de género, participación ciudadana, migración, tecnología e innovación y desarrollo sustentable entre otros ejes.
La idea era trabajar en una serie de directrices internacionales: una agenda mundial de la juventud que marcará las pautas sobre las que deberán articularse las políticas de juventud de los países participantes con el fin, además, de facilitar el rol de los y las jóvenes como actores fundamentales para la consecución de los objetivos del Milenio en 2015.
Para ello se establecieron tres foros de encuentro: el Foro Social que articulaba a la Sociedad Civil, el Foro de los Gobiernos, con representantes de los países participantes, y el Foro de Legisladores. A pesar de sus interesantes premisas, lo que ha trascendido de la cita son críticas y desacuerdos.
Críticas
La crítica fundamental y más grave es que, en un encuentro que se anticipaba como una oportunidad de que los jóvenes desempeñasen un papel protagónico en la formulación de políticas públicas inclusivas y encaminadas hacia la integración y la equidad, muchas voces han denunciado que estos mismos jóvenes han sido despojados de este rol central siendo los adultos implicados (ministros y demás) los que alzaron sus propios criterios a la hora de abordar la agenda.
Se criticó la organización de las ponencias, la escasa participación de los mismos jóvenes en algunas sesiones, y que al final se centrase más su presencia en la parte recreativa que en los debates. Uno de las voces críticas que se alzaron fue la de la representante indígena, Judith Santopietro.
Secretaria general de la Red Nacional de Jóvenes Indígenas, Santopietro denunció ninguneamiento por parte de los organizadores y se retiró del acto al que había sido convocada. Otros jóvenes indígenas denunciaron el escaso espacio que les había sido otorgado en la conferencia a ellos y sus demandas.
Se crítico también el emplazamiento de la conferencia, que en un principio se iba a realizar en el D.F. y sin embargo acabó por desarrollarse en un Estado que vive en contradicción con los derechos humanos de las mujeres jóvenes, donde seis de ellas están condenadas a largas penas de cárcel tras haber sufrido abortos espontáneos.
Desacuerdos
De hecho los principales desacuerdos giraron en torno al tema del aborto seguro, apuntando, de un modo más amplio, al abordaje de los derechos sexuales y reproductivos. Asistentes y organizaciones denunciaron presiones por parte de grupos conservadores para sacar este tema de la agenda, lo que implicó finalmente dejarlo afuera de la declaración final.
Dos posturas se enfrentaron, las de algunos estados de que querían incluir el derecho a la salud sexual y reproductiva incluyendo el derecho a un aborto seguro, tal como se había reflejado en la declaratoria de las organizaciones civiles, y los que deseaban sacar este punto de la declaración, liderados por el delegado del Vaticano.
La consecuencia ha sido confusión, la declaración de las ONGs, aprobada por mayoría, se ha silenciado mientras ha circulado una generada en el foro de gobiernos que ni tan siquiera conquistó el consenso, pues diversas delegaciones denunciaron que no se incluyesen los derechos sexuales y reproductivos.
Además protestaron porque el texto les fue mandado sin margen suficiente para supervisión y discusión y en inglés. La escasez de tiempo provocó que se retrasara la clausura de la conferencia. Ante el desplazamiento que han sufrido por parte de los gobiernos, las organizaciones civiles aguardaron a los delegados con pancartas que retomaban el lema del encuentro: “Lo dijimos fuerte: ahora escúchennos”.
Desde las organizaciones también manifestaron su inquietud por no haber designado durante el foro un organismo o agente que realice un seguimiento sobre el cumplimiento de la declaración por parte de los países. Para muchos, las conclusiones que se presentarán el próximo septiembre, reunidas en la “Declaración de Guanajuato”, en la 65 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas no incluyen todas las demandas de la juventud.
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