Este
lunes 1 de febrero se llevó a cabo la primera audiencia del juicio
contra el teniente coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y el ex
comisionado militar Heriberto Valdez Asig, a quienes la Fiscalía de
Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) acusa de haber cometido los
delitos de violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica,
contra mujeres q’eqchís, originarias de la comunidad Sepur Zarco, en El
Estor, Izabal.
Luego de 30 años de espera para acceder a
la justicia formal, mujeres sobrevivientes asistieron a la Sala de
Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde tuvo lugar la
apertura del debate oral y público, a cargo del Tribunal de Mayor Riesgo
A, integrado por las juezas Yassmin Barrios –presidenta-, Patricia
Bustamante y Gerbi Sical, -suplentes. Las mujeres sobrevivientes
procuran que no haya más impunidad en los crímenes de lesa humanidad
cometidos en su contra entre 1982 y 1983, en el marco del conflicto
armado interno que duró más de 36 años en Guatemala.
Reyes
Girón era el comandante del destacamento militar Sepur Zarco, donde
hombres y mujeres pobladores de varias comunidades fueron detenidos
ilegalmente y sometidos a tratos crueles e inhumanos. Según el MP, Reyes
Girón violó el Derecho Internacional Humanitario, debido a que los
soldados que comandaba cometieron los vejámenes contra población civil
no combatiente, mujeres, hombres, niñas y niños.
El
acusado Heriberto Valdez Asig fue comisionado militar durante el
conflicto armado y fungía como policía municipal en el municipio de
Panzós, Alta Verapaz.
El cuerpo de las mujeres como instrumento de dominación
Durante
el conflicto armado varias familias organizadas de las comunidades de
Sepur Zarco, en El Estor, Izabal, y Semochoch, Alta Verapaz, buscaban la
forma de legalizar sus tierras y realizaban las gestiones en el
desaparecido Institución Nacional de Transformación Agraria (INTA). Los
soldados del destacamento de Sepur Zarco llegaron a las comunidades y
detuvieron ilegalmente a los hombres organizados, posteriormente a
algunos de ellos los retuvieron en fosas dentro del destacamento.
“En
ese contexto de guerra el ejército los consideró sus enemigos. Las
esposas e hijas de los hombres detenidos fueron consideradas mujeres
solas, por lo tanto, disponibles, por ello se les violó sexualmente y se
les sometió a servidumbre sexual y doméstica”, dijo la abogada
querellante de la Unión de Mujeres Guatemaltecas (Unamg).
De
acuerdo con el testimonio ofrecido por las mujeres sobrevivientes en
anticipo de prueba, fueron obligadas a cocinar y lavar la ropa de los
soldados. También fueron obligadas a sostener relaciones sexuales de
manera forzada y continua.
A criterio del abogado
querellante de la Colectiva Jalok U Esteban Zelada el juicio es una
oportunidad para hacer justicia transformadora para las mujeres. También
dijo que los hechos cometidos contra las mujeres de Sepur Zarco no
deben quedar impunes porque “ofenden la consciencia de la humanidad”.
Testigos declaran
Durante
el primer día del debate oral y público celebrado en la Sala de Vistas
de la CSJ, decenas de personas nacionales y extranjeras brindaron su
apoyo a las víctimas del primer juicio por violencia sexual, esclavitud
sexual y doméstica en el contexto de guerra.
Pedro Cuc,
primer testigo originario de Sepur Zarco, relató el dolor y sufrimiento
de hombres, mujeres, ancianos, niños y niñas en manos de miembros del
ejército, y los trabajos forzados a los cuales fueron sometidos.
Por
su parte Juan Maquin Caal, también testigo, dijo: “Cuando huíamos de
nuestra comunidad hacia la montaña murieron aproximadamente 92 personas
en manos del ejército”. Luego lloró al recordar a su tío desaparecido,
mientras seguía brindando su testimonio. Asimismo, el señor Maquin Caal
dijo al Tribunal que su madre le confesó haber sido violada sexualmente
por soldados de Sepur Zarco, quienes eran comandados por Reyes Girón.
“Los
responsables de abusos a nuestros compañeros son los que dirigían el
destacamento de Sepur Zarco” señaló Rogelio Huitz Choc, el tercer
testigo de la jornada, quien señaló directamente a Heriberto Valdez como
el responsable de detener ilegalmente a su padre. Durante el desarrollo
de la audiencia don Rogelio mostró su tórax donde se observan las
cicatrices de la tortura a la que fue sometido. También narró que le
fueron fracturadas varias costillas y cadera.
En la Sala
de vistas de la Corte Suprema de Justicia también permanecieron ante el
tribunal las representantes de las Mujeres Transformando el Mundo MTM y
de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas UNAMG querellantes en el
caso.
También se observó a mujeres de diversas
organizaciones que mostraron su apoyo a las sobrevivientes, cubriendo su
rostro y cabeza con un manto típico en señal de solidaridad.
- Equipo de Comunicación Mujeres Transformando el Mundo – MTM.
http://www.alainet.org/es/articulo/175159
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