Pedro Echeverría V.
1. En México se han proclamado tres Constituciones Políticas: a) La de la Independencia en 1824, b) La de la Reforma en 1857 y c) La de la Revolución en 1917. Las tres fueron constituciones hechas por y para la clase dominante. Las tres tuvieron sus héroes; Guerrero y Victoria, Juárez y Ocampo, Carranza y Obregón. El principio fundamental de las tres fue la defensa de la propiedad privada en manos de terratenientes, jefes del ejército y gobernantes. ¿Pudo ser acaso de otra manera cuando esos sectores aliados con el clero mantenían todo el poder? Las tres constituciones, sobre todo la de 1917, tuvieron en sus premisas textuales demandas avanzadas para mantener el apoyo del pueblo, sin embargo en sus condicionantes está la trampa: “hay libertad, derecho de huelga y de reunión…siempre y cuando se cumpla…”. ¿Quién determina?
2. En todos los países donde ha triunfado una revolución o se busca un cambio verdadero, se ha comenzado justamente por cambiar la Constitución: Rusia, China, Cuba, Nicaragua; así como Venezuela, Bolivia, Ecuador con el objetivo de adecuarla en su momento. Hasta en México el presidente Carranza propuso reformas a la Constitución del 17 pero la fracción –también burguesa- radicalizada le metió artículos sociales como el 3 educativo, el 27 agrario, el 123 obrero y algún otro más; sin embargo con ello sólo quiso aparentar que era del pueblo, pero nunca lo fue. No se puede decir que la Constitución política mexicana y las mil una reformas que ha sufrido, es una mierda. La Constitución proclamada el cinco de febrero de 1917 fue hecha siguiendo a las constituciones de los EEUU, Francia, que eran plenamente burguesas.
3. Mis compañeros del Congreso Social realizaron en Ayotzinapa un importante Foro buscando una “Nueva Constitución”; también mis amigos de la Constituyente Ciudadana Popular se reunieron en Villa Coapa, presididos por el obispo Raúl Vera para discutir sobre una “Nueva Constitución. Esa demanda también se la escuché a los zapatistas del EZLN hace 20 años. Pero debo confesar que nunca la he entendido porque si no se tiene toda la fuerza para ponerla en práctica por más interesante y justa que sea, se quedará en el papel. Todas las Constituciones son producto de revoluciones o por lo menos de gobiernos socialdemócratas. Puede ser la Constitución un instrumento de discusión y una demanda de agitación junto a otras demandas; pero sólo podrá existir una Nueva Constitución después de una Nueva Revolución. (1/II/16)
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