Por: Carmen R. Ponce Meléndez*
A partir de este año los precios promedio a nivel nacional vigentes del
primero de enero al 3 de febrero de 2017 serán de $15.99 para gasolina
Magna, $17.79 para gasolina Premium y $17.05 para diésel, aunque es
importante recordar que cada una de las 90 regiones tendrá sus propios
niveles.
- Las diferencias entre regiones corresponden a distintos costos de transporte y logística
- Los precios máximos no tendrán ajustes adicionales en enero. En febrero tendrán dos actualizaciones semanales y después serán diarias.
La información de los precios en los estados se puede encontrar en este link: http://aristeguinoticias.com/2712/mexico/esto-costara-la-gasolina-donde-tu-vives-mapa/
Para el gobierno federal, durante 2017 y para continuar con este
proceso, los precios máximos se determinarán por región y reflejarán los
costos logísticos de Pemex, en los términos aprobados por la Comisión
Reguladora de Energía (CRE).
Ya se esperaba un incremento importante en los precios de las gasolinas,
pero la realidad rebaso las expectativas. Esto puede provocar inflación
porque se combina con el aumento en las tasas de interés y la
depreciación peso-dólar.
También están los aumentos al gas y a la energía eléctrica, todos a partir de 2017.
Por lo pronto los “sindicatos empresariales” (Coparmex y otros), ya se
“curaron en salud” y advirtieron que estos incrementos (de estas
dimensiones) –especialmente de las gasolinas– repercutiría en forma
importante en sus costos de producción, aumentando sus precios.
De hecho el Índice de Precios al Productor (IPP) es muy superior al del
consumido desde hace más de un año, en especial con el aumento del
precio del dólar, que durante este año fue superior al 20 por ciento y
60 por ciento desde mediados de 2014.
De acuerdo con la gráfica sobre balanza comercial las exportaciones
petroleras muestran una disminución del 22.9 por ciento para el periodo
enero-noviembre de 2016, esto significa menos divisas y tiene que ver
con la caída del precio internacional del producto y la poca producción
nacional.
Obviamente el saldo de la balanza de mercancías es deficitario, incluso
las manufacturas automotrices disminuyeron (ver gráfica).
Años de no invertir en Pemex, sobre todo en refinerías, gastaron todos
los ingresos petroleros en gasto corriente y ahora tienen al país
importando gasolina cara y exportando petróleo barato, con mayor
dependencia del exterior. Acompañadas de una creciente corrupción, que
ahora está pagando la población empobrecida.
Para el colmo en las campañas oficiales de la reforma energética se
ofrecio enfáticamente que bajarían los precios de las gasolinas y de la
energia eléctrica, ni decir del gas. Ha sucedido todo lo contrario.
En 2016 llenar un tanque de gasolina de 40 litros costaba 559 pesos,
ahora cuesta 640 pesos. Y el precio del gas LP se libera. Tremendo golpe
a los bolsillos, en particular de la clase media, pero en general a
toda la población.
¿Cuáles son los productos que resintirán más los aumentos de precios?
Agropecuarios (hortalizas), carne de cerdo, trigo y medicamentos. En
general la canasta básica puede aumentar 50 o 70 pesos más de los mil
pesos que cuesta actualmente. Se prevé una inflación del 5 por ciento
El salario mínimo de 80 pesos vigente ya era insuficiente, no alcanzaba
los 89.35 pesos que marca Coneval como límite para la línea de
bienestar, y de acuerdo a los datos de la propia Secretaría del Trabajo
el número de trabajadores y trabajadoras que ganan el salario mínimo en
2016 creció 16 por ciento. En contraste, las trabajadoras que ganan más
de cinco salarios mínimos han disminuido considerablemente.
El Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, declaró que no había que
temerle a los precios de las gasolinas, no, si a lo que se le teme y con
justa razón, es al nivel de los salarios.
Hoy más que nunca la defensa del salario y de los derechos laborales es una urgencia para la población. Organizarse es la tarea.
Por lo que hace ala aumento de las tasas de interés se piensa que las
hipotecarias pueden elevarse un 10 por ciento, las más afectadas son las
tarjetas de crédito, esto repercute en el consumo.
Es muy posible que en este año de nuevo se incrementen las tasas de
interés, porque es parte de la previsión del Banco Central de Estados
Unidos, y lo mismo hará Banco de México.
En general, lo que se espera para 2017 es una caída sustantiva en el
consumo y por lo consiguiente en el mercado interno, que sostuvo el
crecimiento económico en los últimos dos años.
Al respecto, prácticamente todas las expectativas de crecimiento
económico para este año se redujeron, llegó en muchos casos al 1.5 por
ciento, para 2016 es de 2 por ciento.
Los “nubarrones” (le llaman volatilidad) en la inversión giran en torno a
Donald Trump y su anunció en la renegociación del TLC, que no avizora
nada bueno. Él toma posesión como presidente el día 20 de este mes y a
partir de esa fecha querrá decir que el primer semestre del año será muy
complicado para la economía y para los derechos de los y las migrantes.
Un efecto puede ser la disminución de la inversión extranjera, pero también de la nacional.
Ya es tiempo de no seguirle apostando al “modelo exportador” y pensar
seriamente en el mercado interno como una verdadera opción. No se puede
seguir postergando la discusión seria del cambio en la política
económica: una política fiscal que grave el capital y empezar con
políticas proteccionistas.
“La conformación del gabinete de Donald Trump ha sido una cita a ciegas
con el abuso y la guerra. Quedó establecida una junta
empresarial-militar como ninguna antes. Millonarios, fanáticos,
políticos y generales viejos. Justo lo que necesitábamos”.
“Bienvenidos al Nuevo Fascismo, que una vez desencadenado sumará a las
fuerzas más racistas, más perversas y más nacionalistas en Estados
Unidos” (La Jornada, 26 de diciembre 2016, Herman Bellinhausen). Y si se
descuidan también para México.
En contraste la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal) en su documento: Perspectivas económicas de América Latina 2017,
“Juventud, Competencias y Emprendimiento” plantea:
“El 64 por ciento de los jóvenes latinoamericanos viven en hogares
pobres y vulnerables y han sido incapaces de acceder a una clase media
en expansión. El acceso a una educación de calidad y a servicios de
salud, así como la implicación cívica, pueden crear las condiciones
propicias para que los jóvenes participen en los mercados laborales y en
actividades productivas
Empoderar a los jóvenes es una inversión inteligente para un crecimiento
inclusivo en estos tiempos de desafíos económicos y políticos. Reforzar
las competencias de los jóvenes latinoamericanos y mejorar sus
oportunidades de emprendimiento es algo que debería hacerse mirando
hacia el futuro”.
Para lograrlo, es indispensable cambiar la política económica del país. En efecto, son las personas jóvenes las más afectadas.
* Economista especializada en temas de género
Twitter: @ramonaponce
Especial Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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