Pedro Echeverría V.
1. Los izquierdistas mexicanos –dada las condiciones- hoy no parecen
estar por la expropiación de las enormes riquezas acumuladas, aunque
tengan la convicción de que “la propiedad es un robo”, como diría
Bakunin. Incluso Marx llegó a decir que no toda propiedad, sino sólo la
“gran propiedad” de un puñado de familias que gozan de todos los
privilegios. En México hay por lo menos tres millares de
multimillonarios que poseen capitales y propiedades heredadas de padres y
abuelos, así como otros que en los últimos 35 años, a partir de los
gobiernos de De la Madrid y Salinas que les dieron todo su apoyo. A esos
personajes con gigantescas inversiones en México y otros países, así
como con capitales en paraísos fiscales, no se les ha querido tocar
porque son ellos quienes pagan todas las campañas políticas y aseguran
que los gobiernos les sigan favoreciendo. Los gobiernos usan mil
pretextos para no tocarlos, pero en esos negocios está la salida.
2. Personajes como Slim, Salinas Pliego, Larrea, Bailleres, Arango,
Azcárraga, Hernández, Harp, Zambrano, Servitge y muchos más pertenecen a
la lista de los supermillonarios de Forbes, es decir, de los hombres
más ricos del mundo. Esos son los individuos, pero existen poderosísimos
negocios como los seis bancos vendidos a extranjeros yanquis,
españoles, británicos y canadienses, así como negocios comerciales como
Wall Mark, Soriana, Comercial Mexicana, Chedraui, Minería, cuyo ingreso
mensual es de miles de millones de pesos. No se plantea su expropiación
–porque esa sólo sería tarea del pueblo- sino obligarlos a crear por lo
menos 10 millones de plazas de trabajo con salarios decentes. En México
cada año se requiere crear un millón 300 plazas y sólo se crean 600 mil.
Obligando a los ricos a invertir la mitad de sus capitales, alcanzaría
para abatir el desempleo, los salarios de hambre, la migración, la
inestabilidad y el “saqueo” o simple traslado de mercancías.
3. ¿Qué hacen los pobres gobiernos mexicanos al servicio de la
burguesía como el de Peña sino lamer las botas de esos supermillonarios?
Buscan convencer al pueblo indignado ante las políticas que los
agreden, para que no estén molestos ni protesten. ¿Para qué aumentar el
precio de las gasolinas, de la electricidad, de las tenencias
vehiculares si saben que llega obligatoriamente al aumento de los
precios en todo? Por ello jamás estaré en contra de las luchas de los
pueblos sean los que sean los métodos que usen para defenderse. Deseo
que los policías y militares un día entiendan que también ellos son
pueblo y eviten “el lavado de cerebro” de la burguesía y el imperialismo
yanqui. Estas magníficas batallas contra los gasolinazos son solamente
ensayos que enseñan a los pueblos a defenderse. Hay que continuar por
estos caminos y otras rutas de lucha porque son los que educan al pueblo
para una transformación social desde la raíz, que es lo que el mundo
necesita. (6/I/17)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario