CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Gracias a la reforma hacendaria, por primera vez en cinco años, ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, diésel y gas LP”.
Este tuit enviado el 4 de enero de
2015 por la cuenta del presidente Enrique Peña Nieto (@EPN) se viralizó
de inmediato en Twitter el martes 27 de diciembre pasado. Se convirtió
en la muestra de contraste entre lo que se prometió y lo que se anunció
esa mañana por la Secretaría de Hacienda: el gasolinazo con incrementos
de entre 14 y 22%.
Junto con este mensaje, decenas de videos con
fragmentos de las veces en que Peña Nieto afirmó que no habría más
gasolinazos y que la reforma energética haría bajar los precios de las
tarifas eléctricas, del gas y de los derivados del petróleo inundaron
YouTube, Facebook, Periscope, Instagram, Snapchat, las plataformas más
importantes de las redes sociales.
#Gasolinazo y #Gasolinazo2017
se transformaron en los hashtags más mencionados en las cuentas de los
usuarios de Twitter. Durante cuatro días ocuparon el sitio de los
Trending Topics y expresaban el nivel de furia, indignación social y
molestia por el anuncio de la Secretaría de Hacienda.
En medio de
este alud de mensajes y de información cada vez más crítica, al equipo
de comunicación digital del gobierno federal se le ocurrió la
“brillante” idea de tratar de revertir estos mensajes de rechazo con el
hashtag #HablandoDeGasolinas, como si se tratara de una clase en el ITAM
para “explicarle” a los ignorantes ciudadanos que no entienden de
economía global y de negocios energéticos.
Tan sólo para tener una
idea de la ausencia de sensibilidad e incapacidad para comunicar,
#HablandoDeGasolinas tuvo 12 mil menciones en las cuentas de Twitter en
cuatro días, mientras #Gasolinazo2017 registró 150 mil menciones.
El
secretario de Hacienda, José Antonio Meade, acudió a cuanto programa de
radio, televisión o plataforma digital se le invitara para repetir lo
mismo y enfurecer más a la población: es una medida “necesaria”,
“responsable”, “no tiene relación con la reforma energética”, “México
tiene las gasolinas más baratas” y beneficiará, en un futuro, a
“nuestros hijos y nuestros nietos”.
El estilo parsimonioso de
Meade, poco convincente, desató más la molestia de los usuarios de las
redes. En su propia cuenta de Twitter (@JoseAMeadeK), el secretario de
Hacienda lanzó 11 tuits, acompañados de infografías, que no convencieron
más que a los simpatizantes y cuentas falsas del gobierno:
-Al
usuario @tanmonja, Meade le respondió así a su pregunta ¿por qué en
México las gasolinas son tan caras si somos productores de crudo?: “En
México las gasolinas no son caras. El precio promedio de enero de 2017
es mucho menor que el mundial. Checa esta gráfica”.
Por supuesto,
la gráfica de Meade era poco seria. No comparó países similares sino una
tabla donde aparecen Hong Kong y Noruega hasta arriba con precios de
39.36 y 36.67 pesos por litro, mientras México tiene 15.99 pesos. El
propio cuadro desmentía el argumento de Meade: las gasolinas en
California y Estados Unidos, nuestro mercado de referencia, son más
baratas que en México.
-A la misma usuaria le respondió: “También
en los países productores de petróleo han aumentado los precios de las
gasolinas. México es de los que menos ha subido”.
-Meade así
justificó en otro mensaje el gasolinazo: “Hoy el ajuste se da por los
precios internacionales de petróleo que han aumentado drásticamente”.
El
usuario @ElOscuroDiván preguntó al secretario de Hacienda que si los
precios internacionales del petróleo eran la causa del gasolinazo, “¿Por
qué nunca se ajustaron a la baja cuando el petróleo bajó de precio?”.
Y
Meade respondió críticamente: “Por el modelo que teníamos. Con la
flexibilización subirán o bajarán de acuerdo con el comportamiento de
los mercados”.
¿Alguien entendió esta respuesta de la eminencia en
las finanzas públicas de los dos últimos gobiernos del PAN y del PRI?
Le llaman “flexibilización” lo mismo a la liberación del mercado de las
gasolinas que al aumento. Y nadie explica cuál es “el modelo”. El único
“modelo” que se tenía claro era Pemex, la principal empresa del país que
ha sido desmantelada sistemáticamente en los últimos 20 años.
Eso
es lo que no quieren decir: dejaron deliberadamente en bancarrota a
Pemex, no construyeron refinerías y nos convertimos en una nación
importadora de gasolinas. La devaluación del peso y el enorme
endeudamiento público que representa ya más de 50% del PIB obligan a
buscar recursos fiscales del combustible más inflacionario de todos: la
gasolina.
Pero eso no lo dicen ni en las redes sociales ni en las
infografías, ni en las numerosas entrevistas que tanto Meade como el
subsecretario Miguel Messmacher han dado a varios medios electrónicos e
impresos. Para ellos, la explicación siempre está en otra parte (en la
OPEP, en el factor Trump, en la devaluación, en la “volatilidad
exterior”, etcétera), no en el mal manejo de la reforma energética, de
la reforma fiscal y de las finanzas públicas.
A estos argumentos
tecnocráticos se sumó tardíamente el líder nacional del PRI, Enrique
Ochoa, quien reprodujo en su cuenta de Twitter (@EnriqeuOchoaR) el
comunicado de la Comisión Reguladora de Energía sobre la
“flexibilización de los mercados de gasolina y diésel” y después nos
prometió en otro tuit el paraíso:
“Con el nuevo mercado de #gasolinas y diésel tendremos un mejor servicio para todas las mexicanas y todos los mexicanos”.
En
boletines de prensa sin ninguna capacidad de persuasión y menos de
interacción, el PRI nacional y su dirigente señalaron que el gasolinazo
es una “medida responsable”.
Con estos ejemplos, es claro que la
batalla por la comunicación política está perdida para el gobierno
federal por su falta de claridad y sinceridad, así como el temor a
asumir un mínimo de responsabilidad en el fracaso de las expectativas
energéticas generadas en la sociedad.
Lo que más duele y molesta a
los mexicanos es la reiteración de una mentira con dolo durante los
cuatro años anteriores: “No habrá más gasolinazos”.
La
furia se ha trasladado de las redes sociales a las calles. Los tres
primeros días de este año han sido de constantes protestas, bloqueos
carreteros, clausuras simbólicas de gasolineras y aislados actos
vandálicos que han sido sobredimensionados en los noticiarios de
televisión.
Tan sólo el 2 de enero la Policía Federal reportó 16
bloqueos en distintas carreteras y la Asociación Mexicana de Gaseros
(Amegas) señaló que hubo al menos mil gasolineras afectadas por bloqueos
y cierres que representan 7% del total de establecimientos, en al menos
10 entidades.
La información condensada por la prensa en los
primeros días de 2017 señala al menos 50 bloqueos carreteros, tomas de
gasolineras y marchas en al menos 20 entidades del país y focos rojos en
las carreteras y autopistas del Estado de México, Querétaro, Morelos,
Puebla, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Baja California, Chihuahua,
Coahuila, Jalisco, Guerrero y por supuesto la Ciudad de México.
En
las redes sociales y en mensajes de WhatsApp la furia no ha disminuido.
Por el contrario, aumentó este 2 de enero con el anuncio de la Comisión
Federal de Electricidad (CFE) del alza de 4.5% a las tarifas de energía
eléctrica en el sector industrial, de 3.5% a las tarifas comerciales y
2.6 a las domésticas.
Al #Gasolinazo2017 se sumó el #Tarifazo
eléctrico, dos insumos básicos que provocarán un alza en los precios de
productos básicos, servicios y manufacturas, aunque la Secretaría de
Hacienda y Banco de México insistan en el “bajo impacto” inflacionario.
A
las 14 horas de este martes 3, el hashtag #ReversaAlGasolinazo,
promovido originalmente en cuentas de usuarios vinculados al partido
Movimiento Ciudadano (MC), ocupó el tercer sitio como Trending Tópic a
nivel nacional y primero en la Ciudad de México.
Este es
justamente el mensaje que están generalizando los promotores de los
amparos de la Asociación Profesional Interdisciplinaria de México
(Amipac), como legisladores del PRD, de Morena, del PAN y del MC:
revertir la medida.
Algunos voceros del sector privado,
especialmente de la Coparmex, también han incidido en las redes sociales
reclamando dar reversa al gasolinazo.
Mientras esto sucede en un
ecosistema de comunicación digital altamente explosivo, los gobernadores
harán su encuentro con el secretario de Hacienda hasta el lunes 9, al
tiempo que en la cuenta de Twitter de Peña Nieto se difunde un mensaje
que se lee como bofetada:
“Recibamos el año 2017 con esperanza, nuevos propósitos, renovada energía y unidad entre los mexicanos”.
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