Entropía
Más difícil que tratar
de alcanzar una situación ideal para la humanidad (Utopía), es tratar de
volver a un punto pasado en el correr del tiempo y/o la política
(Entropía). Y no existe mejor forma de ejemplificar el segundo caso, que
haciendo referencia a la participación del ejercito mexicano en
competencias exclusivas de la policía, en el contexto de la lucha contra
el narco, provocando con ello graves faltas a los derechos humanos.
Este rol policial del ejército es un exelente ejemplo de Entropía, pues
no tiene modo de revertirse, a pesar, incluso, de los deseos de los
propios militares. Como el general Cienfuegos, quien manifestó su
malestar por el "desgaste" que la "Guerra contra el narco" ha traído a
las institución castrense, afirmando que, él es el primero en pedir que
las fuerzas armadas regresen a sus actividades convencionales.
Luego
de involucramientos directos por parte del ejercito, en abusos
criminales como el caso Tlatlaya o Ayotzinapa, es lógico que Cienfuegos
desee que todo vuelva a la "normalidad", pero la vieja confianza que
antes inspiraban los militares en la mayoría de la población no va a
volver, así como la sangre derramada no regresa al corazón de los
muertos.
En México, la presencia de grupos armados continúa en
aumento, unos para apoyar actividades ilícitas que violentan la
existencia de la población, y otros para defenderse de las bandas
criminales que azotan al país. Los escándalos de corrupción y abuso de
autoridad que involucran al fuero militar los acercan más a las bandas
de criminales y a los políticos corruptos, que a las policías
comunitarias, grupos de autodefensa y ciudadanos desvalidos de toda
seguridad. Cualquier marco legal que pretenda otorgársele a sus labores
de policía, estará deslegitimado de antemano porque el sentimiento de la
población está muy cercano a las victimas de la represión en todas las
latitudes del territorio nacional.
La labor de un ejercito es
pelear contra un enemigo; pelear, matar y liquidar todo lo que se oponga
a su avance. Esta lógica obedece a que el enemigo natural de un
ejercito es otro ejercito: el ejercito de un país enemigo. ¿Cuál es el
país contra el que lucha el ejercito mexicano? ¿cuál es su ejercito?
No
hay forma de borrar las culpas en las que han incurrido las fuerzas
armadas, tampoco hay un mecanismo para hacer que regresen a sus
cuarteles, mientras nuestra policía continúe siendo incapaz de asumir su
responsabilidad de garantizar la seguridad; mientras nuestros políticos
continúen siendo incapaces de cambiar el rumbo de nuestra maltrecha
realidad. No parece haber una manera de reparar la situación o, al
menos, dejarla como estaba.
La paradoja de la historia es que se escribe hacia atrás, pero sólo se puede andar hacia delante.
Blog del autor: https:// modernidadespeculativa. wordpress.com
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