Las constantes violaciones a los derechos humanos y a la libertad individual, son la amenaza más común para la paz y el bienestar de una sociedad
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Frente a todos los sucesos que hemos vivido recientemente, la
mayor parte de los seres humanos buscamos la paz en el mundo, sólo que
los esfuerzos por alcanzarla no han sido suficientes.
La paz no sólo significa ausencia de guerra, sino que implica tener
un entorno libre de toda forma de violencia. Hablar de paz, implica
reencontrarse con aquella armonía perdida en nuestro interior, es decir,
es el camino que debe llevarnos a respetar y a aceptar y tolerar a los
demás. La conquista de la paz y la felicidad, está en el interior de
cada persona.
Si cambiamos los aspectos negativos por positivos, si dejamos a un
lado el odio, la venganza, la ira y el deseo de dañar a los demás y los
sustituimos por amor, tolerancia, bondad, comprensión, y el respeto a la
vida de los demás, podremos vivir en un mundo lejos de la violencia y
la guerra.
Cuando las personas experimentamos la paz interior, somos capaces de
perdonar aquellos que nos han dañado en algún momento, aún a nuestros
propios enemigos. La paz interior nos permite dialogar y encontrar las
mejores soluciones a cualquier conflicto.
Vivir en paz nos ayuda a aceptar nuestros errores y reflexionar sobre
ellos. La paz es, buscar el equilibrio en nuestras mentes y en nuestro
corazón, es decir, la persona que no está en paz consigo misma, será una
persona en guerra con el mundo entero, como lo afirma Gandhi.
Las constantes violaciones a los derechos humanos y a la libertad
individual, son la amenaza más común para la paz y el bienestar de una
sociedad.
Actuar con verdad y justicia a través del diálogo hará sociedades más
libres y humanas. Reconocer y garantizar la correcta aplicación y
defensa de los derechos humanos en el mundo, fomentará condiciones
favorables de convivencia pacífica y el desarrollo de la humanidad.
En el camino hacia el desarrollo humano podemos encontrar muchos
obstáculos, que juntos podemos vencer si aprendemos a respetar y aceptar
nuestras diferencias, si aprendemos a cumplir y hacer cumplir nuestras
leyes; y si aprendemos a trabajar por los valores de: amor, justicia y
verdad. Nos corresponde a todos, fomentar la cultura de paz entre las
personas.
La cultura de paz, según la definición de la Organización de las
Naciones Unidas, es el conjunto de valores, actitudes, tradiciones,
comportamientos y estilos de vida basados en: el respeto a la vida, el
respeto y la promoción de todos los derechos humanos, y el arreglo
pacífico de los conflictos; respeto y fomento a la igualdad de derechos y
oportunidades de mujeres y hombres; entre otros[1].
Fomentar la cultura de paz entre los seres humanos mediante la
construcción de entornos libres de violencia debe ser una actividad
cotidiana en el desempeño de nuestras actividades que nos ayude a
erradicar por completo todo tipo de violencia y nos lleve a la ausencia
de guerras, “no hay camino para la paz, la paz es el camino” como bien
lo afirma Gandhi.
Flor de loto: No podemos hallar la paz, si seguimos pensando que hay “buenos” y “malos”, “amigos” y “enemigos”, “ellos” y “nosotros”.
Twitter: @drarmandohdz
[1] Naciones Unidas, Declaración sobre una Cultura de Paz, consultado en http://www3.unesco.org/iycp/kits/sp_res243.pdf
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