Feminismo & Egipto
Sobre la movilización de las mujeres egipcias en el contexto de la Marcha de las Mujeres del pasado 21 Enero 2018. |
Frente a la reciente
Women’s March (Marcha de las Mujeres) realizada en Washington el pasado
21 de enero, surgen reflexiones en torno a la influencia que este tipo
de movilizaciones tienen en las luchas de las mujeres de otras regiones y
respecto a de qué manera estas mujeres construyen sus propias dinámicas
de emancipación como respuesta al entorno sociopolítico en el que
viven. Tal es el caso de Egipto, el cual es considerado como uno de los
primeros países de Medio Oriente donde las mujeres han participado
activamente en la esfera pública, sobre todo en la política.
Las
mujeres egipcias tuvieron una importante presencia en las luchas
anticolonialistas desde finales del siglo XIX. A pesar de que su
intervención fue más evidente en el levantamiento por la independencia
egipcia de 1919, su participación no surgió de manera espontánea, sino
que se venía gestando desde décadas atrás. Muestra de ello fue el apoyo
que brindaron algunas mujeres al Movimiento Urabi de 1882. El papel que
las mujeres han desempeñado en la política se ha constituido a partir de
los procesos de cambio sociopolítico de Egipto.
Ante las
dinámicas de expansión hegemónica de los distintos mandatos y la gran
influencia de sociedades occidentales, las mujeres egipcias han
adquirido estándares propios de emancipación, diversas ideologías de
movilización; por ejemplo, de corte feminista, islamista, nacionalista,
anticolonialista, de izquierda, liberal y sufragista, así como
estrategias de contención. Algunas de éstas han sido marchas,
levantamientos, asambleas, desobediencia civil, declaraciones formales,
publicaciones, organizaciones independientes y expresiones culturales.
El
discurso de emancipación de las mujeres egipcias comenzó con las
publicaciones de algunas escritoras que criticaban la asignación
exclusiva de actividades para las mujeres, como lo hizo Zainab al Fawwaz
en 1892, en la revista Al Nil. Años más tarde, en 1910, surgieron otros
escritos e incluso libros; por ejemplo, Al Nisa’iyyat de Malak Hifni
Nasif. En el contexto del levantamiento por la independencia de Egipto
en 1919, Huda Sharawi, una de las figuras más importantes en la lucha de
las mujeres egipcias, fundó en 1923 la Unión Femenina Egipcia.
Esta
organización pugnaba por los derechos políticos de las mujeres y
cambios en la Ley del Estatuto Personal. En 1922 Egipto obtuvo una
independencia nominal por parte de Gran Bretaña y en 1936 fue reconocido
como un Estado soberano, pero permanecía bajo el control militar
británico en la zona del Canal de Suez[1]. En este marco, entre la
década de los treinta y la primera mitad de los años cincuenta, se
diversificaron las tendencias de las asociaciones femeninas. Las primera
de estas orientaciones se caracterizó por la protesta política, con
organizaciones como la Unión de la Hija del Nilo de Doria Shafik,
fundada en 1948.
Por otro lado, estaban las asociaciones de
tendencia comunista; por ejemplo, las Mujeres Jóvenes, formada por Ceza
Nabarawi e Inji Aflatoun y las islamistas que se identificaban con la
Sociedad de Mujeres Musulmanas creada por Zainab al Ghazali en 1937.
Esta diversidad organizativa tuvo un período de relativa calma durante
el régimen de Gamal Abdel Nasser, debido al control político que se
estableció sobre el activismo y las movilizaciones. Además, el gobierno
se apropió de la cuestión de las mujeres, lo que llevó a la instauración
de un “feminismo de Estado”.
Nasser combatió a los grupos
islamistas y de izquierda. Incluso fueron silenciadas voces de mujeres,
como ocurrió cuando fue encarcelada Zainab al Ghazali, acusada de haber
participado en un presunto plan de la Hermandad Musulmana para asesinar a
Nasser. Con Anwar al Sadat, se dio un giro definitivo a la postura
antiimperialista y antisionista que caracterizaba a Egipto al establecer
una paz por separado con Israel e implementar una política económica de
puertas abiertas (infitah). Respecto a las mujeres, bajo la influencia
de Jehan Sadat, esposa del presidente, se hicieron reformas a la Ley del
Estatuto Personal; por ejemplo, se garantizaron derechos legales para
las mujeres en cuanto al matrimonio y divorcio. Sin embargo, al igual
que ocurrió con Nasser, durante la presidencia de Sadat la cuestión de
las mujeres fue definida, en gran medida, por la perspectiva del
gobierno.
En 1981 llegó al poder Hosni Mubarak y en el marco de
los primeros años de su mandato hubo un resurgimiento de los grupos
feministas. Algunas figuras y asociaciones importantes en la década de
1980 fueron Nawal al Saadawi con la Asociación Solidaria de Mujeres
Árabes y Fathia al Assal con la Unión de Mujeres Progresistas. Estas dos
organizaciones lograron formar parte de una red de solidaridad con
mujeres fuera de Egipto; por ejemplo, cuando la activista y profesora
afroamericana Angela Davis visitó Egipto y se reunió con Fathia al
Assal, Inji Aflatoun y otras mujeres reconocidas por su trayectoria
política. Como resultado, en 1985 Davis publicó un ensayo sobre las
mujeres egipcias en su libro Mujeres, Cultura y Política, con el que
mostró su solidaridad con la lucha feminista egipcia. Durante los
últimos diez años del gobierno de Mubarak existió un descontento enorme
por parte de la población respecto a la corrupción, las malas
condiciones económicas, el desempleo, entre otros temas.
Esta
frustración llegó a un punto crítico durante los primeros meses del año
2011 cuando la población egipcia tomó las plazas principales del país y
pidió la caída del régimen. Estas revueltas populares ocurridas en el
contexto de la llamada Primavera Árabe llevaron a la renuncia del
presidente el 11 de febrero del mismo año. Aunque las insurrecciones no
se basaron en cuestiones de género, la presencia femenina en las
protestas llamó la atención de los medios de comunicación
internacionales, ya que en muchos países había predominado una imagen de
sumisión de las mujeres árabes. Asimismo, los movimientos y
organizaciones de mujeres pusieron en duda las dinámicas tradicionales
de participación femenina en el ámbito público y mediante el uso de la
tecnología pudieron encontrar renovados medios de expresión.
Con
el paso del tiempo, en Egipto se han observado avances y retrocesos en
la trayectoria de la participación política de las mujeres. Tuvieron una
presencia activa en la lucha anticolonialista, pero sus asuntos no
lograron ocupar un lugar central; posteriormente, las organizaciones de
mujeres tomaron forma durante las dos primeras décadas del siglo XX y
adquirieron una diversidad ideológica sobre todo en los años cuarenta.
A
pesar ello, estuvieron en relativa calma debido al control político
establecido durante el período de Nasser, el cual fue retomado por
Sadat. Con Mubarak, surgió una nueva ola de organizaciones, las cuales
se mantuvieron activas en las revueltas populares de 2011.
Influidas
por una combinación entre ideas feministas provenientes del exterior,
tácticas locales de movilización, así como por el ambiente sociopolítico
del país, en la actualidad las mujeres egipcias siguen organizándose y
buscando espacios en la política; sin embargo, no dejan de ser
vulnerables a las agresiones derivadas del predominio del sistema
patriarcal y la censura por parte del gobierno.
Fuentes de consulta
- Al-Ali, Nadje. (2002). “Women’s Movement in the Middle East: Case Studies of Egypt and Turkey”. En United Nations Research Institute for Social Development Paper. Vol. 5. p. 1-42.
- Badran, Margot. (1993). “More Than A Century Of Feminism In Egypt”. En Tucker, Judith. (Ed.). (1993).
- Arab Women : Old Boundaries, New Frontiers. Estados Unidos: Indiana University Press. Baron, Beth. (2005).
- Egypt as a woman. Nationalism, gender and politics. Estados Unidos: University of California Press. Davis, Angela. (1985).
- Women, Culture & Politics. Estados Unidos: Vintage Books. Saleh, Amani. (2010).
- Women’s movement in: Kuwait, Egypt, Iran and the UK. Reino Unido: Author House.
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