Es una virtud que se va adquiriendo en la práctica cotidiana de ser
demócrata. Y no basta con lo dicho por Anatole France. La democracia sin
un mínimo de generosidad se convierte en empresa destructora del orden
social, alertó en su momento J. Maritain. Gracias a este último y a su
visión pluralista, en 1948 se firmó la Declaración Universal de los
Derechos del Hombre.
Al adquirirse, la conciencia constitucional e histórica se forma y
fortalece. En México esa conciencia está subdesarrollada y, en
frecuentísimos casos, inexistente. Son pocos los que la tienen y
practican. ¿Dónde están las voces de todos los candidatos, de los
intelectuales en conjunto, de las universidades, condenando el uso
faccioso de las instituciones políticas contra un candidato?
Es perturbador el silencio generalizado –salvo excepciones dignas de
elogio– ante el montaje del espectáculo circense para destruir electoral
y políticamente a un ciudadano postulado por un partido para contender
por la presidencia. No se ha respetado –ni en la forma ni en el fondo–
el principio elemental de la presunción de inocencia, que es la clave
del arco de las instituciones libres.
Se le condena mediáticamente en forma de vindicta pública. No es el
areópago el que dirime la controversia en justicia, conforme a derecho
verdadero, son las Erineas las que lo persiguen, como vengadoras
implacables. Periodistas parciales o frívolos subestiman o banalizan la
ferocidad del ataque a la honra de un ciudadano, fabricando hipótesis
absurdas y repulsivas de supuesta simulación pactada.
El derecho que se doblega ante el poder y que le sirve de
herramienta, deja de ser derecho para convertirse en instrumento de
facción. Las voces lúcidas que todavía no están en conserva debieran
convocar a la rectificación. Hay todavía personas honorables en todos
los ámbitos. En su caso, la resistencia civil pacífica ante el poder
vaciado de derecho es un medio legítimo para superar las circunstancias
adversas del candidato asediado y de su grupo.
Hoy un abogado penalista, excandidato presidencial, habló de muerte:
es un señalamiento que expresa la gravedad insólita del momento
político, del contexto del ataque electorero que trasciende a horizontes
insospechados. Es marzo, y los Idus pueden comenzar pronto si no se
conjuran las presentes circunstancias angustiosas. Se convoca a la
cordura, a la rectificación, a la generosidad, al honor de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario