2/26/2018

Los periodistas pal café. . .


N
o es una buena noticia para José Antonio Meade que se haya cancelado (o pospuesto) el encuentro de Donald Trump y Enrique Peña Nieto, considerado para realizarse en la Casa Blanca en las próximas semanas, justamente antes de las elecciones que desde ahora tan difíciles se presentan para el Partido Revolucionario Institucional.
Según The Washington Post, Trump habría perdido los estribos durante una conversación telefónica con Peña, a causa de que éste habría reiterado su postura de no aceptar que México pagará por la construcción de un muro fronterizo. Peña no habría querido exponerse, en su primera visita oficial a Washington bajo la presidencia de Trump, a un episodio vergonzoso en que el rubio chivo en cristalería imperial pretendiera imponer públicamente su criterio de que México debe cubrir el costo de esa edificación. Esa negativa peñista habría llevado a Trump a ser irascible.
Con este intercambio telefónico no tan rápido (habrían hablado unos 50 minutos, el martes de la semana recién pasada) pero sí furioso, y la consecuente cancelación o posposición de la reunión cumbre entre los representantes institucionales de México y Estados Unidos, quedan maltrechas las gestiones y entendimientos que largamente han sostenido Luis Videgaray Caso, el secretario mexicano de relaciones exteriores, y Jared Kushner, el yerno de Trump y virtual comisionado de éste para los asuntos mexicanos.
El desenlace político y diplomático tiene consecuencias prácticas en el terreno de las elecciones mexicanas porque, hasta ahora, Videgaray Caso sigue siendo el virtual jefe intelectual del proyecto de continuidad que tiene como candidato presidencial a José Antonio Meade. En el proyecto de reposicionamiento a marchas forzadas que se pretende hacer de esa candidatura tecnopriísta, habría tenido un efecto importante el colocar el peso de la presidencia imperial vecina, en aparente acuerdo a favor de esa continuidad Peña-Meade, con Videgaray como garante y operador.
El manejo circunstancial de ciertos temas, como los derivados del rediseño del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (para dar a los gestores gubernamentales mexicanos alguna apariencia de triunfo, aunque fuera efímera o luego replegable), y alguna palmada con sentido propagandístico al propio Peña y su equipo, podrían sugerir que el siempre influenciador peso de la Casa Blanca estaría por cerrar filas en favor de la opción del cuasipriísmo ciudadano, tecnocrático y moderno de Meade.
Por sí misma, la postura de Peña es positiva, al negarse a aceptar la presión y acaso los previsibles desfiguros de Trump, quien está dispuesto a hacer lo que sea necesario con tal de no dejarse ver como descalabrado en su promesa electoral de hacer que México pague el famoso muro de las discordias. La decisión de Los Pinos también tiene un cálculo electoral: si Peña se permitiese un nuevo ridículo en el escenario binacional, o si fuese forzado a aceptar eventuales desplantes triunfales de Trump, ello añadiría descrédito y vergüenza al equipo encabezado por el mexiquense, y eso sería transferido en términos electorales al abanderado Meade. Gravísimo habría sido para éste que sus superiores políticos, Peña y Videgaray, apechugaran con un numerito más de Trump contra el interés nacional. Ah, pero nada asegura que la pretendida reunión cumbre no llegue a realizarse antes de las elecciones mexicanas (los intereses en juego están por encima de veleidades personales y caprichos en rubio). En todo caso, las partes tendrán que afinar con máximo cuidado las piezas, para evitar sorpresas y terminar mal paradas.

El candidato presidencial panista (al que apoyan PRD y MC), Ricardo Anaya Cortés, se situó ayer afuera de las oficinas centrales de la Procuraduría General de la República (PGR) para presentar un escrito en el que demanda que las autoridades le digan si hay investigaciones formales que supongan que él cometió un delito en el caso, tan difundido mediáticamente, de la compraventa de una nave industrial en Querétaro y otras maniobras financieras que luego reportaron decenas de millones de pesos como ganancia.
Anaya Cortés fue acompañado del presidente del PAN, Damián Zepeda (quien creció políticamente al amparo de Guillermo Padrés, el ex gobernador de Sonora que fue acusado de desviación de recursos públicos y enriquecimiento ilícito), del asesor Santiago Creel (cuyo paso por la Secretaría de Gobernación, durante el foxismo, terminó con una generosa asignación de concesiones para casinos y juegos de azar) y de Diego Fernández de Cevallos, el abogado y político que simboliza el tráfico de influencias y el control de parte del aparato judicial ante el que litiga. Luisa María Calderón, entonces senadora, dijo en agosto de 2003: imagínense, si lo hace con nosotros, los legisladores, como no lo va a hacer con un juez, o si un juez no teme que lo puede chantajear, imagínense un juez que está buscando que su carrera en el Poder Judicial tenga futuro (https://goo.gl/UrsQRF ). Además de esos singulares acompañantes, Anaya tuvo el apoyo de grupos panistas.
Aún cuando la queja del candidato presidencial se centró en el manejo mediático y político de un expediente judicial del que se dice ajeno en términos de culpabilidad, la PGR, es decir, Los Pinos, le recetó de inmediato una dosis similar, pues varios encabezados periodísticos destacaron que él se había negado a declarar, ante las insistentes invitaciones de las autoridades.
No tendría Anaya por qué aceptar esas invitaciones (él dice que sólo fue una, hecha por un funcionario menor de la PGR), pues justamente lo que busca dejar claro es que no tiene ningún involucramiento delictivo en el tema, ni tendría la PGR po qué destacar ese rechazo, salvo que se busque incentivar la imagen de enredo y contradicciones de quien ayer cumplió 39 años de edad. Pero en la guerra por el segundo lugar en el tablero electoral, y con un cliente tan enredado en operaciones inmobiliarias y prosperidad económica, Los Pinos considera que todo se vale. ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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El candidato priísta a la jefatura de Gobierno de Ciudad de México, Mikel Arriola, presentó el viernes una denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) contra tres asambleístas, Leonel Luna y Mauricio Toledo, del PRD, y Jorge Romero Herrera, del PAN, por el presunto desvío de recursos destinados a la reconstrucción de la ciudad por el sismo del 19 de septiembre, a fines electorales. Están involucrados la candidata del Frente, Alejandra Barrales y el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Mikel Arriola dijo confiar en que las instituciones del Poder Judicial investiguen hasta las últimas consecuencias. Mencionó que Miguel Ángel Mancera y los asambleístas están buscando la protección del fuero constitucional, lo que podría retrasar la aplicación de la ley. Mancera dejó pasar más de 50 días antes de enviar a la asamblea una reforma que quitó a los asambleístas el manejo de los fondos. Pero aprovecharon ese tiempo para gastar en compras que no tenían nada que ver con los damnificados. Destacó que se gestionaron, por ejemplo, 300 millones de pesos para equipo de cómputo, 40 millones para pants y tenis de adultos mayores; 40 millones para pants y tenis de niños; 67 millones de pesos para chamarras; 85 millones para renovación de nomenclatura de calles, y 35 millones de pesos para pintura en vialidades. Esto no tiene nada que ver con la reconstrucción, es una utilización política de recursos públicos hecha por funcionarios públicos; se configura desde luego el delito de utilización indebida de recursos públicos, señaló. El escándalo por el agandalle de recursos a los damnificados ha mellado a Alejandra Barrales severamente.
Pulpo inmobiliario vs comunidad UNAM
¿Va a defender con energía el rector de la UNAM, Enrique Graue, a Ciudad Universitaria? Continúa avanzando la construcción de dos torres de la compañía Be Grand y no se ve la misma decisión que cuando participó en la marcha blanca del año pasado. A los vecinos de Copilco les sorprendió cuando en meses anteriores cerró el Superama que por décadas ocupó un espacio frente a CU sobre Eje 10. Tras una rápida demolición, las vallas que protegen el predio se vistieron con imágenes de grandes torres y el logo de la inmobiliaria que las construye: BeGrand. Preocupa la altura de las torres que romperían con la visibilidad de la Torre de Rectoría y la Biblioteca Central, que han sido declarados patrimonio cultural de la UNESCO, pero también la dotación de agua. Los laboratorios, las facultades, los centros de investigación no podrían subsistir sin agua. El rector Graue debería moverse, en primer lugar, a denunciar penalmente a los funcionarios que otorgaron los permisos para la construcción. A la cabeza de la constructora aparecen,Nicolás Carrancedo Ocejo, Gerardo Madrigal Uranga y Gerardo Moreno Corral.
La venganza de Trump
Hace muchos años, un inversionista inmobiliario muy afamado, Donald Trump, quiso hacer un negocio en Baja California. Unas torres junto al mar, en algún punto entre Tijuana y Ensenada, en las cercanías de Rosarito. Las cosas salieron mal. Trump y la compañía constructora se vieron implicados en demandas. Culparon a la deshonestidad de funcionarios locales. Desde entonces tiene una mala idea de los mexicanos, aunque aprovecha su mano de obra barata. Seguramente esto ha contado en el desencuentro casi permanente con Peña Nieto. Saldo: dos visitas del presidente mexicano a Washington frustradas. La más reciente fue lamentable. Parece que Trump perdió los estribos. Esperamos que Peña Nieto haya abandonado su actitud de mansedumbre y lo haya puesto en su lugar. Y de a conocer la grabación de lo que se dijeron. Antes de que Trump, como ya sucedió una vez, se adelante y lo ponga en evidencia. Ya no habrá tiempo para un encuentro.

Hoy haré un esfuerzo más por dar orden y concierto a estas desordenadas y desconcertantes columnetas. Centremos, por esta vez, nuestros comentarios en dos únicos temas. Primero: ¿Cuáles pueden ser los viles profundos que incentivan de tal manera a un ciudadano común y corriente, de los llamados coloquialmente de a pie, y lo llevan a considerar que de la noche a la mañana puede cambiar su estatus de elector al de elegible para los más diversos cargos de elección popular? Segundo: algunos de los imperdibles comentarios de los más importantes personeros de este país. Generalmente son políticos, prominentes CEO trasnacionales, funcionarios que van de secretarios de Estado a síndicos del ayuntamiento de Comala, la chica y, por supuesto, dignidades religiosas de todas las devociones.
Los criminalistas, los siquiatras, los sicólogos, los estudiosos de la mente humana, tienen perfectamente focalizadas las principales pulsiones que jalonan de tal manera a un individuo que llega a realizar acciones inimaginables para él mismo o para quienes constituyen su entorno. Las pulsiones, escribió el Maestro (aguántenme la mayúscula como ligero homenaje de fin de semana), son energía síquica profunda, resultado de las experiencias del sujeto que las experimenta, capaces de sobrepasar los instintos y, a veces aún, de enfrentarlos.
Los móviles que impulsan a los seres humanos, por ejemplo a cometer un homicidio, desde la caricia que le propinó el joven Caín a su brother Abel, hasta la última locura (¿la última o la más reciente?) llevada a cabo por el adolescente Nikolas Cruz (la k nos salvó de que no dijera Trump que era originario de Zacatecas o de Michoacán) están ya estudiados y corroborados. No son tantos y por eso los diseñadores de perfiles de Criminal Minds o de CSI Miami, Las Vegas o New York, educados y doctorados en Cuántico, Virginia, nos pueden dar, con toda precisión, los rasgos que distinguen a los sujetos proclives a la comisión de ciertos tipos específicos de delitos. En manera alguna un asesino serial, que es sexualmente impotente, puede cometer sus delitos con acciones, métodos, instrumentos, ritos que identifican a otro asesino que fue víctima de un padre bestial, alcohólico y abusador (ante los ojos del niño) de su madre. La infancia, el ambiente familiar, el medio social y, por supuesto, las oportunidades de desarrollo personal pueden provocar conductas totalmente diferentes.
Ayer comenzó formalmente la séptima ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y si las seis previas se desarrollaron en un ambiente por demás hostil (amenazas, imposiciones y caprichos del esquizoide que despacha en la Casa Blanca), ahora la situación empeora con la posposición del presunto encuentro que tendrían Enrique Peña Nieto y Donald Trump.
La Jornada lo publicó así: “el presidente de Estados Unidos y el mandatario de México pospusieron planes para la primera visita del mexicano a la Casa Blanca, tras una llamada telefónica que incluyó el impulso de Trump a un muro fronterizo, dijo un alto funcionario estadunidense. El diario The Washington Post, que tachó la llamada de ‘irascible’ citó a funcionarios de ambos países, quienes coincidieron en que el desacuerdo entre ambos mandatarios fue sobre el muro fronterizo que Trump prometió durante su campaña y cuya construcción, aseguró, sería financiada por México. Los dos líderes estuvieron de acuerdo en que no era el momento adecuado para una visita, pero que harían que sus equipos continúen conversando y trabajando juntos, dijo el funcionario. Las autoridades mexicanas han estado hablando de una cumbre entre Trump y Peña Nieto para las próximas semanas, sin especificar cuándo”.
Y algo más: “The Washington Post, que informó el sábado por primera vez sobre la demora, dijo que los dos líderes hablaron por teléfono durante unos 50 minutos el martes. Pero la discusión fue a parar a un callejón sin salida cuando Trump no estuvo de acuerdo con afirmar públicamente la posición de México de que no financiaría la construcción del muro a lo largo de la frontera entre los países vecinos, agregó. Un funcionario mexicano dijo que Trump perdió los estribos durante la conversación, informó el periódico.
“Tanto las fuentes estadunidenses como las mexicanas confirmaron que fue el deseo de Peña Nieto evitar una situación embarazosa, añadida a la inflexibilidad de Trump, lo que terminó por descarrilar los planes de la visita. El Post añadió que los funcionarios estadunidenses describieron a Trump como frustrado y exasperado porque creía que no era razonable que Peña Nieto quisiera que él dejara de cumplir su promesa de campaña de obligar a México a pagar el muro”.
Cero y van dos. El 26 de enero de 2017, tuit de por medio, Enrique peña Nieto informó su decisión de “no asistir a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS” (en realidad éste ya lo había mandado a volar). Y poco después desde Los Pinos se informó que esta mañana el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio a conocer que informó a la Casa Blanca que no asistirá a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el presidente de Estados Unidos; el presidente Peña también reiteró la voluntad de México de trabajar con Estados Unidos para lograr acuerdos en favor de ambas naciones.
Ese fue el primer intento para que ambos personajes se encontraran ya con el esquizoide en la Casa Blanca. Y se canceló, porque el amigo y socio de México (como irracionalmente Videgaray insiste en calificar a Trump) pretendía negociar con bazuca en mano (muro, migración, aranceles a las importaciones mexicanas y todo tipo de agresiones).
Poco más de un año después, la historia se repite, aunque aderezada con la creciente agresividad de Trump, El Rabioso, en pleno arranque de la séptima ronda de negociaciones del TLCAN, que se extenderá hasta el próximo 5 de marzo, de tal suerte que al gobierno peñanietista sólo le quedan dos posibilidades: o abandona dignamente el mecanismo (supuestamente) trilateral y reivindica la independencia nacional, o de plano se dedica, como política pública, a besarle las suelas al esquizoide de la Casa Blanca.
¿Se puede negociar algo medianamente aceptable con Trump? No hay forma, por lo que cuando menos debe cerrar el sexenio con un toque de dignidad frente al energúmeno de la Casa Blanca. El problema es que si Luis Videgaray es quien lleva la batuta, entonces esa última opción (la de besar suelas) parece ser la elegida por el gobierno de EPN.
La séptima ronda incluye dos capítulos que han sido motivo de constante desencuentro entre los participantes, ante las caprichosas exigencias de la representación estadunidense y el permanente rechazo de las contrapartes mexicana y canadiense: reglas de origen y la llamada “cláusula sunset”. Como parte de las primeras, Trump exige incrementar el de por sí creciente contenido estadunidense en la producción automotriz dentro del TLCAN, mientras para la segunda, la pretensión es que el acuerdo trilateral termine cada cinco años, a menos de que las tres partes ratifiquen su deseo de continuar (con que una de ellas diga que no, la fiesta se acaba).
El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, intentó salvar el rasposo tema de la “cláusula sunset” –también rechazada por Canadá– con una alternativa más suave, es decir, una propuesta a la inversa; hagamos un compromiso de que cada cinco años evaluemos qué ha ido pasando, con una agenda de análisis de qué efectos ha tenido nuestro acuerdo, pero sin declarar muerto el acuerdo trilateral y, en su caso, tratar de revivirlo.
De cualquier suerte, al esquizoide de la Casa Blanca no hay chile que le embone (Peña Nieto dixit), y su única intención es pegarle al vecino del sur cada vez más fuerte. Entre lo más reciente, “el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, equiparó a los inmigrantes con serpientes traicioneras, al retomar una alegoría propia de su campaña electoral en su retórica antinmigración. En una incendiaria diatriba, el mandatario criticó a la oposición demócrata por no respaldar su política de endurecimiento de las leyes migratorias y urgió al Congreso a aprobar la construcción del muro fronterizo con México, una de sus principales promesas de campaña. Eso es lo que estamos haciendo con nuestro país. Estamos dejando entrar a la gente, y va a haber mucha gente. Sólo va a ser peor. Le damos protección como nunca antes… Hacemos un llamado al Congreso para que construya un gran muro fronterizo para evitar que drogas y criminales peligrosos ingresen a nuestro país, dijo” (La Jornada, David Brooks).
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo ENOE, que trimestralmente levanta el INEGI - y que aquí promediamos para su análisis anual – en 2017 la población total del país se ubicó en 123.5 millones de personas, 1 millón 245 mil (1.02%) más que en 2016 (Gráfico 1).
De este total, la población de 15 años y más fue de 91.3 millones que el INEGI divide en Población Económicamente Activa (PEA) 54.2 m y no activa 37.1 m, y nosotros reclasificamos en una PEA de 59.9 millones y una no activa de 31.5 m.
La reclasificación y diferencia obedece a que para el INEGI la desocupación en el país es únicamente la abierta (3.4% de la PEA) y para nosotros la tasa de desempleo es la desocupación abierta más la pasiva (población disponible), y el desempleo representa así el 12.6% de la PEA (Nota 2 del Gráfico 1).
Esta tasa de desempleo real (12.6%) es, no obstante, 2.3 inferior a la registrada un quinquenio atrás (14.9) (Gráfico 2).
De la población ocupada total (52.3 millones), sólo 33.8 millones (64.6%) clasifican como asalariados, aunque en el último quinquenio (2013-2017) crecieron a un ritmo de 656 mil personas por año en promedio (2.06% en tasa media de crecimiento anual) (Gráfico 1); así mismo, las personas con acceso a instituciones de salud por su trabajo crecieron en el quinquenio en 456 mil por año en promedio (2.52% en TMCA).
“Sabía que nunca podría alzar mi voz contra la violencia de los oprimidos en los guetos sin primero hablar claramente sobre el proveedor más grande de violencia en el mundo hoy día: mi propio gobierno”, declaró Martin Luther King Jr en su famoso discurso contra la guerra de Vietnam en 1967, donde vinculó la injusticia y opresión dentro de este país a sus políticas bélicas e imperiales a nivel mundial.
Estados Unidos es un país extraordinariamente violento, el más violento de todo el primer mundo dentro de sus fronteras y, tal vez, si se cuentan las víctimas de su violencia afuera, el más violento del planeta. La violencia es parte integral de su historia, empezando con la campaña genocida contra los primeros habitantes de este país, la esclavitud y las guerras de todo tamaño (algunas con millones de muertos) contra decenas de naciones hasta la fecha. Este país es el único que ha empleado un arma de destrucción masiva. Más aún, su economía ha dependido en gran parte de la producción de armas, de guerras, de control civil; es el mayor subsidio público al sector privado.
Y la violencia institucional y oficial siempre ha sido bipartidista y justificada en nombre de la paz y para defender al país y a veces hasta para salvar al mundo. La violencia oficial dentro y fuera del país no es la excepción, es la regla.
La matanza en la preparatoria pública Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, el pasado Día de San Valentín ocurrió en un país inundado por más de 300 millones de armas de fuego que, cada año, cobran más de 32 mil vidas (y decenas de miles de heridos) y que desde 1968 a la fecha han matado a más estadunidenses que los que perecieron en todas sus guerras desde la fundación de este país. Pero esa violencia interna no se puede separar de la externa, de las guerras e intervenciones casi incesantes de este país a lo largo de su historia. El mensaje oficial es que la violencia es una respuesta legítima, justificable y necesaria. Y las armas, pues, sagradas.
Gonzalo Bravo, director adjunto de asuntos públicos del Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN), que aportará 100 de los casi 500 millones de dólares que costará la desaladora de Rosarito, estuvo el pasado viernes en Tijuana. La institución financiera se fondea con recursos de los gobiernos de México y Estados Unidos y financia proyectos de infraestructura relacionados con manejo de aguas residuales, energía y medio ambiente.
Al principio se negó a hablar del proyecto de Rosarito porque, dijo, aún está sujeto a dictamen, pero anunció que una vez que éste se emita los bajacalifornianos tendrán 30 días para expresar sus opiniones en una especie de consulta pública. Bravo insistió en que el agua será sólo para Baja California. Lo que no dijo es cuándo se dará a conocer el dictamen ni cómo harán llegar los ciudadanos sus opiniones.
La planta ha generado gran polémica en Baja California porque los consumidores de los municipios de Tijuana y Rosarito tendrán que asumir el costo de desalar el agua. Actualmente la reciben del Río Colorado, producto de acuerdos del siglo pasado. No está claro quién se quedará con el agua que ahora recibe la costa de la entidad una vez que funcione la desaladora. Además, el estado habrá adquirido compromisos de pago por unos 82 mil millones de pesos para los próximos 37 años y la mayoría panista del Congreso tuvo que hacer malabares para aprobar el respaldo a ese compromiso económico.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) alertó sobre la crisis que enfrenta la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), la cual se encuentra saturada de peticiones que no pueden ser resueltas, debido a una falta de capacidad operativa inexplicable e injustificable.

La ESM del Politécnico, en condiciones funestas tras sismos
Soy estudiante de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Acudo a La Jornada para denunciar las deplorables condiciones que se viven, desde el sismo del 19 de septiembre de 2017. Nos hemos visto obligados a tomar clases en un piso de estacionamiento, en aulas prefabricadas, sin laboratorios, anfiteatro o cualquier otra herramienta fuera de un pizarrón. El único edificio apto para clases tiene sobrecupo, lo cual representa un peligro para todos los académicos y estudiantes. No hay suficientes baños habilitados, nos han reducido horas de clase, buscan reabrir un edificio declarado inhabitable y toda la escuela se encuentra acordonada.

Si el cinismo de los legisladores estadunidenses es tan grande como para ignorar las protestas que siguieron a la más reciente masacre de jóvenes y profesores en un poblado situado en inmediaciones de la ciudad de Miami, Florida, entonces no hay forma de evitar otra masacre ni de cambiar la forma en que Estados Unidos ha avalado la creación del arsenal más grande en manos privadas en el mundo. La secuela de los acontecimientos en la escuela secundaria-preparatoria Marjory Stoneman ha sido inédita en un país para el que las masacres de estudiantes, profesores y ciudadanos comunes empezaba a ser algo habitual.
En mi colaboración del lunes pasado mencioné que especialistas que estudian los recursos naturales en las islas de México, denunciaban que las instancias oficiales responsables de cuidarlos entregaron parte fundamental de esa tarea al Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), dirigido por Alfonso Aguirre. Y cuestionaban la forma de realizar sus tareas, en la isla de Guadalupe como en Arrecife Alacranes.
Al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, le preocupa que los candidatos a la Presidencia de la República se proclamen ganadores la noche del 1º de julio antes de que existan resultados oficiales. Tiene miedo de que los actores sociales y políticos confíen más en sí mismos que en las instituciones. Y sobre todo le angustia que la noche de la elección, la voz del candidato puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador, cuente con mayor legitimidad que la suya.
Si la preparación para el saqueo violento del petróleo y otras riquezas minero-energéticas, acuíferas y biodiversas de Venezuela fue uno de los principales objetivos encubiertos de la gira de Rex Tillerson por varios países de América Latina, el otro fue continuar con la militarización del subcontinente bajo la fachada de la guerra a las drogas y al terrorismo y las políticas clandestinas de cambio de régimen.
La ambigüedad y confusión que caracterizó a muchas reacciones ante la propuesta del Congreso Nacional Indígena y los zapatistas, en octubre de 2016, reapareció al terminar la fase de recolección de firmas para el registro de la vocera del Concejo Indígena de Gobierno.
En los meses de la precampaña para las elecciones de julio y ahora que ya están formalmente designados los candidatos de los partidos políticos hemos escuchado gran cantidad de declaraciones y propuestas sobre lo que pretenden hacer al llegar a la Presidencia.
Ya nada es como antes, ni siquiera el futuro. La saturación de profetas detona contradicciones insalvables entre lo apocalíptico-cotidiano y el optimismo desbordado de tecnólogos y mercados. Yendo a lo más general: ¿cuánto tiempo le queda al mundo? El futuro se acelera, y también se encoge. El 25 de enero el Reloj del Fin del Mundo se adelantó 30 segundos, dejándonos a escaso dos minutos del cataplum, de acuerdo con el muy autorizado Boletín de Científicos Atómicos. Entre más se estrechan los márgenes del pronóstico terminal, menos importa cualquier otra proyección o profecía. Qué más da todo lo demás.
En México, desde 1960, año en el que se inicia uno de los programas sociales nacionales más importantes del mundo global, la distribución de los libros de texto gratuitos, los niños de cuarto grado de educación básica hemos visto en uno de ellos la imagen de un campesino y su hijo en la que aparecen azorados mientras la tierra suena y avienta guijarros. Ese parece ser el contenido educativo mexicano más compartido universalmente, pues casi todos los niños de casi todos los países han leído, todavía a tropezones, la historia del labrador de la tierra que comenzó a escuchar, a sentir y a mirar el nacimiento de un nuevo volcán mientras trabajaba su parcela.

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